INFORME PRESENTADO POR EL SR. JOSÉ ANTONIO OCAMPO, SECRETARIO EJECUTIVO DE LA COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (CEPAL), ANTE EL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL EN SU PERIODO DE SESIONES SUSTANTIVO CELEBRADO EN 2003 (Ginebra , 18 de julio de 2003) Tengo el agrado de dirigirme a este foro para informar a los miembros del Consejo sobre los aspectos más destacados del panorama económico de América Latina y el Caribe durante el último año y sobre las principales actividades llevadas a cabo por la Comisión desde julio del año pasado. En ambos casos, limitaré mi exposición a los aspectos más sustantivos. 1. Tendencias económicas recientes Lamentablemente la actividad económica de América Latina y el Caribe se contrajo un 0.6% en 2002, completándose así “media década perdida”, con un crecimiento promedio anual del PIB per cápita de -0.3% a contar de 1998. El promedio regional estuvo marcado por las economías de América del Sur, pero el bajo dinamismo se extendió prácticamente a todos los países, con un generalizado estancamiento del PIB por habitante. La tasa de desocupación alcanzó un máximo histórico de 8.9% de la fuerza de trabajo, a pesar de un aumento considerable del empleo informal. En consecuencia, las condiciones sociales se deterioraron y en 2002 hubo 7 millones de latinoamericanos y caribeños que engrosaron las cifras de pobreza de la región. Una parte significativa de la variación del PIB es atribuible a la desaceleración del crecimiento durante el año 2001. Con pocas excepciones, la mayor parte de la región mostró un quiebre de tendencia en la primera mitad de 2002. Incluso Argentina detuvo su caída a partir del segundo trimestre de ese año; de hecho, más de la mitad de la disminución del PIB en ese país en 2002 se debe a la negativa evolución registrada antes del fin del régimen de convertibilidad. Sin embargo, los altibajos de corto plazo del desempeño económico se produjeron dentro de un rango de tasas bajas. El contexto externo desfavorable fue determinante para los malos resultados económicos. Hubo tres factores de especial incidencia que afectaron de manera diversa a las distintas economías. En primer lugar, el deterioro de las condiciones financieras, que revistió mayor gravedad en el caso del Mercosur, en lo que respecta tanto al costo como a los montos de los recursos externos. En segundo lugar, el menor dinamismo de la economía de Estados Unidos en el bienio 2001-2002, que afectó especialmente a México, Centroamérica y parte del Caribe. En tercer lugar, el deterioro, por quinto año consecutivo, de la relación de intercambio de las economías no petroleras. El más significativo de estos factores fue el deterioro del mercado financiero internacional. La transferencia neta de recursos externos del conjunto de América Latina 1 fue negativa y ascendió a 39 000 millones de dólares, equivalentes a 2.4% del PIB a precios corrientes, la mitad de los cuales corresponde a Argentina. En materia de política económica, el aspecto más destacable en 2002 fue la confirmación de la pérdida de grados de libertad de las autoridades para manejar la coyuntura económica, pese a que las monedas de la región tendieron a depreciarse en términos reales, lo que incidió en una mejora de la competitividad. Esa pérdida de autonomía se debió tanto a un contexto externo más restrictivo como a los desequilibrios que se habían acumulado durante los años de mayor holgura. En consecuencia, salvo pocas excepciones, la política monetaria en la región fue contractiva, sobre todo en respuesta a las presiones sobre los mercados cambiarios. En general, las economías más afectadas por las perturbaciones financieras sufrieron una depreciación exagerada de sus monedas, mientras que la evolución de los diferenciales de interés soberanos se reflejó, en la mayoría de los casos, en aumentos de las tasas de interés internas. Algunos países como Chile, Colombia, México y Perú pudieron aplicar una política monetaria expansiva, pero ésta no siempre logró dinamizar el crédito al sector privado, debido a la cautela tanto de los bancos como de los deudores. Por otra parte, la política fiscal también perdió grados de libertad en la mayoría de las economías de la región, lo que en parte se debió a que ya se habían utilizado en políticas anticíclicas en los tres años anteriores. Algunas economías siguieron realizando esfuerzos por reformar estructuralmente sus finanzas públicas para elevar de manera permanente el ingreso fiscal. En definitiva, la mayoría de las economías de la región puso en marcha una política fiscal orientada a enfrentar problemas de sostenibilidad de la deuda pública, imprimiendo una fuerza contractiva adicional. La principal lección en este frente es que los márgenes para un manejo fiscal anticíclico se desarrollan en los períodos de bonanza. Por el contrario, la aplicación de políticas procíclicas en esos períodos obliga a que en los años en que las economías enfrentan condiciones adversas, la política fiscal también sea necesariamente amplificadora de las recesiones. Otro aspecto preocupante surge del hecho de que la formación bruta de capital fijo de América Latina, calculada como porcentaje del PIB, se contrajo en 2002 por cuarto año consecutivo. La menor inversión podría anticipar un potencial de crecimiento menos dinámico en el mediano plazo y, en los casos más críticos, el de corto plazo debería basarse en la utilización de recursos productivos subutilizados (desempleo, subempleo y capacidad productiva ociosa). Cabe destacar que esa situación no estuvo vinculada con una caída del ahorro nacional. La menor inversión fue la contrapartida natural del ajuste del déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, que se situó en un 1% del PIB a precios corrientes, en comparación con un 2.7% en promedio en la década anterior y que se instrumentó fundamentalmente mediante una contracción de las importaciones. El descenso simultáneo de la inversión y del ahorro externo puso de manifiesto una 2 restricción externa, es decir, una subutilización de los factores productivos internos en que la evolución de la balanza de pagos pasa a ser determinante del nivel de actividad. Este fenómeno no ocurría en el conjunto de la región desde la década de 1980. El incremento de la tasa de desocupación a 8.9% en 2002, el nivel más alto registrado por esta variable a escala regional, vino a confirmar el componente cíclico del empleo, pero también el deterioro estructural en este campo, que se acumuló a lo largo de la década anterior. Las remuneraciones reales se redujeron, en promedio, un 1.6% respecto de 2001. Por su parte, la tasa de inflación se duplicó, alcanzando un 12.2%. Cabe destacar que este hecho fue consecuencia directa de las devaluaciones nominales y estuvo concentrada en unos pocos países (Argentina, Uruguay y Venezuela, en particular, y, en menor medida, Brasil). El elemento más positivo que ha experimentado la región durante el primer semestre de 2003 ha sido la tendencia a la normalización de las condiciones financieras externas. Tras haber alcanzado el nivel más alto en el tercer trimestre de 2002 (asociado al proceso eleccionario de Brasil), el costo de las emisiones de bonos soberanos se ha reducido paulatinamente, de casi 14% anual (promedio sin considerar Argentina) a menos de 10%. La mayor parte de la disminución obedece a la reducción de los márgenes (spreads) soberanos vinculada a la exitosa transición brasileña y a ajustes fiscales en otras economías (por ejemplo, Colombia). El costo del financiamiento externo voluntario aumentó significativamente (casi 500 puntos base) en República Dominicana, a raíz de la quiebra e intervención de uno de sus principales bancos. En cualquier caso, se estima que durante 2003 el total de ingreso de capitales – incluidos préstamos del FMI y financiamiento excepcional— ascenderá a 40.000 millones de dólares de los Estados Unidos, con lo que habrá una transferencia neta de recursos al exterior por quinto año consecutivo. Se prevé que dicha transferencia alcanzará los 16.000 millones de dólares (comparada con 39.000 millones en 2002), como efecto neto de una menor entrada de inversión extranjera directa y de una fuerte transferencia negativa de flujos de endeudamiento, aunque menor que en 2002. Dentro de los cambios estructurales, cabe mencionar la emisión de bonos con cláusulas de acción colectiva (CACs) en Brasil, Colombia, México y Uruguay, sin costos financieros adicionales perceptibles; por otra parte, el fracaso de la iniciativa orientada a crear un mecanismo multilateral para el manejo de los problemas de sobreendeudamiento en el marco del FMI favoreció la opción de utilizar el canje de bonos para las economías con deuda no sostenible. También dentro de este ámbito, el año 2003 debiera traer novedades en la solución de la deuda externa e interna argentina. En este contexto, las perspectivas de recuperación de la actividad económica en 2003 serán moderadas. El comportamiento de las economías de América Latina fluctuará entre un máximo de 5% para Argentina y –14% para Venezuela. Excluidas estas dos economías, se estima que el crecimiento de la región rondará en torno a 1.5% en 2003, con lo cual el producto por persona se mantendrá en el deprimido nivel de 2002. La pérdida de dinamismo se debe principalmente a las desaceleraciones de Brasil y México y a la fuerte contracción de la economía venezolana. Por su parte, las economías del 3 Caribe de habla inglesa crecerán un 2.5% en 2003, elevando una décima el promedio regional. 2. Principales actividades realizadas por la CEPAL desde julio de 2002 La CEPAL ha continuado colaborando con los países de la región, a través de la ejecución de un programa de trabajo que combina actividades derivadas de su papel como foro de diálogo regional y facilitador de la formación de consensos regionales sobre las cuestiones del desarrollo, con aquellas de carácter normativo, de análisis integral de los procesos de desarrollo y de formulación de políticas públicas y otras actividades operativas, que incluyen asistencia técnica, información especializada y capacitación. Tal como lo hice en mi informe del año pasado, quisiera destacar que la CEPAL ha tomado los Objetivos del desarrollo del Milenio como punto de referencia central de su programa de trabajo, sobre todo en las áreas de reducción de la pobreza, transversalización del enfoque de género y desarrollo sostenible. La CEPAL ha seguido prestando asistencia técnica a sus Estados Miembros para encarar dos de los principales desafíos planteados en los Objetivos del desarrollo del Milenio: la necesidad de mejorar el diseño de las políticas públicas y de superar la carencia de datos estadísticos sólidos, confiables y comparables, indispensables para analizar la información y formular políticas apropiadas con el fin de lograr tales objetivos. En 2002 la CEPAL, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) de Brasil, han trabajado para evaluar las posibilidades que tienen 18 países de América Latina y el Caribe de alcanzar la meta de reducción de la pobreza y estudiaron los efectos de la aplicación de diversos mecanismos de política para lograr este cometido. Los resultados de este trabajo se presentaron en una publicación conjunta titulada Hacia el objetivo del milenio de reducir la pobreza en América Latina y el Caribe, editada en diciembre de 2002 en español, francés, inglés y portugués. En cuanto a la transversalización del enfoque de género, se ha avanzado en el establecimiento de un sistema integrado y flexible de indicadores de género y en el fortalecimiento de la capacidad de los países de la región para usar dichos indicadores en la formulación de políticas públicas, ambos objetivos directamente relacionados con el Objetivo número 3. En el ámbito del desarrollo sostenible, se han hecho progresos en la identificación de indicadores más precisos relacionados con la pérdida de recursos naturales, al complementar los Objetivos del desarrollo del Milenio con los recientes acuerdos alcanzados en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible. Además, la CEPAL, junto con el PNUD y otros organismos de las Naciones Unidas, está evaluando los datos existentes para los indicadores definidos en las metas 10 y 11 a nivel mundial, 4 que los países pueden aplicar en sus esfuerzos por vigilar el cumplimiento a escala nacional. En junio de 2002 la CEPAL firmó una carta de intención con la Oficina Regional del PNUD, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a fin de realizar actividades conjuntas para apoyar a los países de la región en tres líneas de trabajo principales: i) desarrollar metodologías para evaluar el cumplimiento de las metas y objetivos, prestando especial atención al tema de la comparabilidad; ii) ejecutar proyectos piloto, y iii) llevar a cabo actividades de promoción para fortalecer la pertenencia nacional de los Objetivos del desarrollo del Milenio, a cargo de los gobiernos y la sociedad civil. La CEPAL participará en las tres áreas de acción, asumiendo un papel de liderazgo en el caso de la labor metodológica. Para apoyar estas y otras actividades relacionadas con los Objetivos del desarrollo del Milenio, en mayo de 2003 se creó un grupo de tareas interdivisional encargado de articular todas las actividades de investigación de políticas y cooperación técnica de la Comisión vinculadas con dichos objetivos. Además, actualmente la CEPAL está diseñando un sitio web regional sobre los Objetivos, que servirá no sólo para difundir la labor que la CEPAL realiza en este ámbito, sino también las actividades desarrolladas por otros organismos regionales y del sistema de las Naciones Unidas. El sitio web tendrá un enlace con otro sitio web de la CEPAL sobre Seguimiento regional de las cumbres y conferencias de las Naciones Unidas. El lanzamiento de ambos sitios se realizará en agosto. En relación con el papel de la CEPAL como foro facilitador de la formación de consensos regionales, la Comisión ha mantenido sus actividades preparatorias y de seguimiento de las cumbres y conferencias de las Naciones Unidas. Entre las múltiples actividades realizadas en este campo, quisiera destacar las siguientes. En seguimiento al Programa de Acción de El Cairo, la CEPAL y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en colaboración con varios socios institucionales regionales y del sistema de las Naciones Unidas, organizó la Conferencia hemisférica sobre migración internacional: derechos humanos y trata de personas en las Américas, realizada en Santiago de Chile, del 20 al 22 noviembre de 2002. La Conferencia permitió reforzar la cooperación entre los gobiernos en materia de migración internacional e identificar mecanismos que contribuyan a la protección y promoción de los derechos humanos de los migrantes y al combate y prevención de la trata de personas. La CEPAL colaboró con el Gobierno de la República Dominicana y la Unión Internacional de las Telecomunicaciones en la convocatoria de la Conferencia Ministerial Regional Preparatoria de América Latina y el Caribe para la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, que tuvo lugar en Bávaro, Punta Cana, del 29 al 31 enero de 2003. En la reunión se acordó, a través de la adopción de la Declaración de Bávaro, la posición regional en la primera fase de la Cumbre, que se celebrará en diciembre de 2003 en Ginebra. Para esta ocasión, la Secretaría preparó un documento técnico para la 5 discusión titulado Los caminos hacia una sociedad de la información en América Latina y el Caribe. La CEPAL colaboró asimismo con el Gobierno de Paraguay y la Oficina del Alto Representante de las Naciones Unidas para los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo, en la organización de la Reunión Preparatoria Regional de América Latina de los Países en Desarrollo sin Litoral y de Tránsito de la Conferencia Ministerial Internacional de Países en Desarrollo sin Litoral y de Tránsito, realizada en Asunción, Paraguay, los días 12 y 13 de marzo de 2003. Actualmente la CEPAL está finalizando la preparación de dos actividades regionales en seguimiento de conferencias de las Naciones Unidas. La Reunión Preparatoria Subregional del Caribe para el examen decenal de la ejecución del Programa de Acción para el Desarrollo Sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe se celebrará del 18 al 22 de agosto en Puerto España, Trinidad y Tabago, seguida de una reunión conjunta de los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe con otros Estados insulares análogos pertenecientes a otras regiones geográficas. Esta reunión está organizada conjuntamente por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, el PNUMA y el PNUD. En octubre la CEPAL celebrará, en colaboración con el Gobierno de la República Dominicana, la Tercera Conferencia Regional de América Latina y el Caribe de seguimiento de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. En esta conferencia el tema principal será la pobreza, para lo cual la CEPAL está realizando una labor interdivisional con el fin de preparar un documento sobre las consecuencias de la pobreza en materia de políticas en los albores del nuevo milenio, con especial referencia a la determinación de los factores que contribuyen a la pobreza, sobre todo el crecimiento demográfico, el estancamiento económico y la vulnerabilidad de ciertos grupos sociales. Las recomendaciones de políticas se basan en cuatro pilares: la generación de oportunidades, el desarrollo de capacidades, el manejo de los riesgos a que se enfrentan los pobres y los programas compensatorios. En relación con la rica agenda analítica que lleva a cabo la Comisión, y que se refleja en su copiosa lista de publicaciones, quisiera destacar los trabajos sobre desarrollo productivo que viene realizado en preparación del documento institucional que servirá de base para su trigésimo periodo de sesiones, que tendrá lugar en 2004 en Puerto Rico. Dicho estudio parte de un balance de las economías de América Latina y el Caribe en los años noventa, que muestra luces y sombras. La región ha logrado, sin duda, avances importantes, pero a su vez continúa enfrentando grandes dificultades. El mayor control de los desequilibrios macroeconómicos internos, las más altas tasas de crecimiento de las exportaciones y la capacidad de la región de transformarse en uno de los principales focos de atracción de la inversión extranjera directa son algunos de los resultados más positivos. Sin embargo, el crecimiento sigue siendo bajo para nuestros patrones históricos. La vulnerabilidad ante choques provenientes de la economía mundial 6 y, en particular, frente a la volatilidad de las corrientes de capitales se ha acentuado. Las dificultades para reducir las disparidades sociales se mantienen como uno de los principales desafíos. Los encadenamientos productivos de las actividades dinámicas son débiles. Más aún, el empleo cada vez más frecuente de bienes intermedios y de capital importados, característicos de los sistemas de producción integrada, ha debilitado las cadenas productivas y los sistemas nacionales de innovación. En el documento se destacarán algunos hechos estilizados del desarrollo económico en general y del desarrollo productivo en particular, así como los condicionantes exógenos que inciden sobre el mismo. Se adelantará, asimismo, una evaluación crítica de las políticas de desarrollo productivo instrumentadas durante la fase de liberalización económica de las últimas décadas y se propondrá una agenda orientada tanto a una integración de mejor calidad en la economía global como a la recuperación de ritmos históricos de crecimiento económico asegurando, a su vez, una mayor cohesión social en los países de la región. Respecto de la coordinación entre organismos, cabe destacar que la cuarta Reunión de Coordinación entre Organismos Regionales, cuya celebración estaba prevista para el 3 de marzo de 2003 bajo la presidencia de la Vicesecretaria General de las Naciones Unidas, debió postergarse debido a los sucesos que en ese momento requerían la atención de la comunidad internacional, de manera que se celebrará en el segundo semestre de 2003. No obstante, la CEPAL ha seguido promoviendo la coordinación entre organismos en los planos sectorial y subregional. Convocó la undécima reunión de organismos especializados y otros órganos del sistema de las Naciones Unidas sobre el adelanto de la mujer en América Latina y el Caribe en Santiago (Chile), el 4 de septiembre de 2002, y la reunión conjunta de los pequeños Estados insulares en desarrollo del Caribe y de los organismos miembros del Grupo Interinstitucional de Colaboración, en San Juan, Puerto Rico, el 11 de abril de 2003. En cuanto al desarrollo institucional, me complace informar que la tendencia ascendente de la labor interdivisional y multidisciplinaria que se evidenció en 2001 ha continuado. Constituyen ejemplos de ello la preparación anual del Panorama Social de América Latina, una de las cinco publicaciones anuales de la CEPAL, producto del trabajo sustantivo conjunto en que intervienen las divisiones de Estadísticas y Proyecciones Económicas y Desarrollo Social, y el importante papel desempeñado por la Oficina de la CEPAL en Washington en la coordinación del trabajo de varias unidades del sistema de la CEPAL en apoyo de la iniciativa del Área de Libre Comercio de las Américas. La sede subregional de México también continuó cumpliendo su papel coordinador en la prestación de asistencia técnica a los países de la región afectados por las consecuencias socioeconómicas y ambientales de los desastres naturales. Esta cooperación se lleva a cabo con misiones de evaluación de los daños, en los países que lo solicitan, a cargo de equipos interdivisionales y multidisciplinarios, y en la formulación de proyectos de recuperación y reconstrucción. También incluye actividades de capacitación para el personal técnico nacional en el uso de la metodología desarrollada y 7 actualizada periódicamente por la CEPAL. El caso más reciente de este tipo de actividad se registró con ocasión de las inundaciones que asolaron la provincia argentina de Santa Fe. En cuanto al mejoramiento de los sistemas de difusión de nuestros análisis y estudios, el año pasado el programa de publicaciones de la CEPAL registró progresos tangibles. Mejoró sustancialmente la calidad de los contenidos de las publicaciones, el proceso editorial y la presentación gráfica. El desfase temporal que ocurre entre la publicación en el idioma original y el lanzamiento de la versión traducida se ha reducido sobremanera, con el fin de aumentar la oportunidad, el alcance y el impacto del trabajo intelectual de la Comisión. La extensión de las publicaciones anuales se limitó a un máximo de 180 páginas y también se tomaron medidas para reducir aproximadamente un 50% el número de páginas impresas del Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe, lo que se logró básicamente gracias al uso de CD-ROMs para reemplazar anexos de la publicación que no contienen texto y que representan una alternativa técnica de bajo costo. Se espera reducir en consecuencia los costos de producción y entrega derivados de esta publicación, y en un futuro producirla entera en CD-ROM. La difusión electrónica de los productos de la CEPAL a través de la Internet nuevamente logró resultados positivos. El número de visitantes del sitio web de la CEPAL aumentó alrededor de un 45%, para llegar a un volumen de 2.8 millones en los 12 meses transcurridos entre junio de 2002 y mayo de 2003 (comparado con 1.9 millones en los 12 meses anteriores). La cantidad de archivos electrónicos descargados del sitio de Internet ha crecido a un ritmo aún mayor. Estos resultados son atribuibles a los permanentes esfuerzos realizados para desarrollar la plataforma tecnológica del sitio de la CEPAL y sus programas y sistemas de aplicación. En este sentido, cabe señalar como novedades el boletín electrónico CEPAL News para 25.000 suscriptores, la creación de 28 paneles para conferencias electrónicas disponibles para más de 800 usuarios, el diseño de motores de búsqueda por tema y palabras clave y la introducción de nuevas interfaces gráficas para cargar documentos y bases de datos estadísticos. La continua actualización e introducción de tecnologías avanzadas de Internet ha mejorado la gestión e infraestructura de búsqueda, brindando a los usuarios un acceso más amigable a la información económica y social y demás datos pertinentes contenidos en el sitio web de la CEPAL, en un intento por satisfacer la creciente demanda generada por los usuarios. Al concluir ésta, mi última presentación como Secretario Ejecutivo de la CEPAL, antes de pasar a asumir mi nueva responsabilidad como Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales, quisiera agradecer al Consejo el apoyo brindado a la CEPAL a lo largo de los cinco años y medio que me ha tocado dirigir la Comisión. 8