CAPITULO XIII CONCLUSIONES FINALES Como primera y principal conclusión a extraer de todo lo expuesto a lo largo de los anteriores Capítulos, hay que destacar que el Seguro Agrario es el sistema más eficaz, entre los diversos conocidos, para paliar las consecuencias económicas desfavorables que las condiciones climáticas adversas originan sobre la actividad agraria. Mediante la puesta en marcha de Sistemas de Segúrós Agrarios se obt'ienén importantes ventajas tanto por párté de ló^ profesionales:.dédicados a la a^tividad agraria, como por los propios poderes públicós; por esta razón én la práctica totalidad de los países desarrollados están implantados sistemas de cobertura para el sector agrario, bajo diversas modalidades de aseguramiento y con distintos grados de intervención pública; igualmente su puesta en marcha constituye un claro objetivo para los países en vías de desarrollo, tal como periódicamente se expone en diversos foros internacionales. Resulta difícil precisar quien resulta más beneficiado por la existencia de un Sistema de Seguro Agrario, si el productor agrario, la administración pública o la sociedad en su conjunto, ya que cada uno de ellos obtiene claros beneficios del funcionamiento del citado Sistema, tal como se expondrá seguidamente. El análisis de los citados beneficios que el Seguro Agrario reporta al agricultor, al ganadero o al propietario forestal, debe partir, necesariamente, de la consideración de que mediante el Seguro, el profesional de la agricultura adquiere un claro protagonismo en el proceso de lucha contra las pérdidas ocasionadas por las condiciones climáticas adversas, protagonismo que le viene dado en primer lugar por la libre decisión de asegurar sus producciones o de convertirse en su propio asegurador, y en segundo lugar por que el seguro agrario es un instrumento financiero de gran importancia en manos del agricultor, ya que le 433 garantiza la estabilidad en la percepción de las rentas de su actividad, de dicha estabilidad se deriva el aumentó de su solvencia financiera facilitándole la realización de nuevas inversiones en la explotación, así como la mejora de las técnicas de producción. El Seguro también puede propiciar el fomento del asociacionismo agrario y la introducción de criterios empresariales en la gestión de las explotaciones. Para la Administración pública también se derivan claros beneficios, ya que los Seguros Agrarios pueden ser utilizados como un instrumento complementario y de apoyo para el logro de los objetivos contenidos en la Política Agraria; por otro lado este Sistema es el más equitativo y justo para la compensación económica de los perjuicios causados por desastres de la naturaleza, el agricultor afectado en vez de dirigirse al poder público para "solicitar" ayudas que le permitan paliar las pérdidas sufridas, tiene el "derecho" a percibir la indemnización que en justicia le corresponde de acuerdo con la póliza que •libremente haya suscrito. La Administración pública podrá presupuestar con antelación, las partidas correspondientes para contribuir a garantizar las rentas del agricultor, tanto mediante subvenciones al coste del seguro como a través de las aportaciones precisas a los fondos de siniestralidad. Por último, la propia sociedad también se beneficia por la puesta en marcha del Sistema de Seguros Agrarios, beneficios que provienen de la estabilidad social que se deriva del mantenimiento del nivel medio de ingresos en el medio rural, tanto de los propios agricultores como de los sectores de actividad ligados a la agricultura. Hay que recordar en este punto que una parte importante de las grandes tensiones sociales producidas a lo largo de la hi^toria, vinieron casi siempre precedidas de importantes "crisis agrarias". Para abundar en lo expuesto se transcriben seguidamente varias citas de la diversa documentación consultada, que definen de una manera clara dichos beneficios: "Este hombre trabaja las tierras durante un año, al siguiente las siembra, y si no llueve, si se presenta un año calamitoso, no recoge nada; ha estado un año trabajando y no obtiene nada como fruto de su trabajo, y, si no tiene una previsión, que puede rayar en sordidez para los suyos, vive amenazado de hundirse económica- 434 mente, recogiendo el ca[vario de deudas que nunca se extinguen, y, aun tal vez, yendo a parar a los suburbios de una gran ciudad" (Andreu Lazaro, J. 1945). "Traigo la noción de un riesgo que no se piensa en asegurar, pero que debemos buscarle remedio. Muchos remedios si uno no bastara, por que es precisamente, y en fin de cuentas, el que desola los campos y levanta de nuestros pueblos las masas tristes de la emigración" (Azara y Vicente, J.M. Conferencia de Seguros sobre los Riesgos de la Agricultura. 1917). "La finalidad es que el agricultor no se hunda, que pueda seguir cultivando, en su propio beneficio y en el de la sociedad entera, por que se considera fundamental su función: la de proporcionar a todos el pan de cada día" (Andreu Lázaro, J. 1945). Como conclusión de lo expuesto se puede afirmar que el Seguro Agrario, especialmente cuanto más desarrollado se encuentre, cuanta mayor sea su implantación y cuantos más riesgos garantice, es un instrumento de paz social, que fija la población al territorio, y que facilita el mantenimiento de la actividad agraria en el medio rural. Otro de los aspectos generales que consideramos necesario destacar, en estas conclusiones finales, es la gran importancia que, para alcanzar el éxito en la implantación y desarrollo del Seguro Agrario, tiene el apoyo decidido del Poder público. Apoyo que debe materializarse en los instrumentos políticos pertinentes para el desarrollo de la normativa específica necesaria, en concordancia con los correspondientes objetivos previamente marcados, así como en el aspecto económico mediante la aportación presupuestaria precisa para dotar las subvenciones al pago del seguro y para establecer un adecuado sistema de reaseguro, y por último en los aspectos administrativos necesarios para el funcionamiento ágil de los seguros y para la adopción de iniciativas de mejora del Sistema. Hay que destacar igualmente el importante papel que, en el desarrollo del sistema, tienen las organizaciones de agricultores y ganaderos. Durante muchos años las opiniones del sector agrario no fueron tenidas en cuenta en el proceso de elaboración de 435 la diferente normativa, desarrollándose el seguro de espaldas al campo. En nuestra opinión uno de los factores del éxito alcanzado por el Seguro Agrario en los últimos años, radica en la corresponsabilidad adoptada por las Organizaciones Agrarias, juntamente con la Administración y las Entidades Aseguradoras, en el desarrollo de los diversos aspectos necesarios para la puesta en marcha del Seguro. En este mismo terreno debe resaltarse la importante labor de las Comisiones Provinciales de Seguros Agrarios, como foro provincial para la discusión, análisis y estudio de los problemas específicos del desarrollo del seguro; trasladando los diversos problemas, las opiniones y propuestas provinciales al proceso de elaboración de los diversos seguros. También debe resaltarse el papel jugado, especialmente en los últimos años, por las Entidades Aseguradoras para facilitar la implantación de esta modalidad de seguro, asumiendo en ocásiones riesgos más allá de lo que puede recomendar la lógica prudencia de una actividad aseguradora tradicional. El Seguro Agrario, en nuestra opinión, debe ser una institución en proceso permanente de mejora, la cual surgirá de la conjunción de intereses de los tres elementos que la integran, el Sector Agrario, las Entidades Aseguradoras y la Administración Pública. Esta institución debe tener previstos los instrumentos que permitan encauzar las inevitables tensiones que de su aplicación puedan surgir. Para dar idea del importante desarrollo vivido por los Seguros Agrarios en nuestro país, en los últimos años, puede servir como referencia la evolución experimentada en relación con otros países europeos. El Seguro Agrario en España surgió casi un siglo después de su aparición en los países de nuestro entorno. Posteriormente, a finales de los años sesenta, los riesgos asegurados eran prácticamente uniformes en todos los países, y de manera casi unánime exclusivamente los riesgos de pedrisco e incendio, sin embrago la implantación del seguro en España era muy inferior a la registrada en los principales países de la Unión Europea. Por contra en el momento actual ocupamos una situación de preminencia respecto de dichos países, cubriendo riesgos de gran importancia (como la 436 sequía o la helada) que no son garantizados en otros países y alcanzando para las producciones más importantes una de las más altas implantaciones registradas en los países comunitarios. Para finalizar estas consideraciones, estimamos preciso resaltar la necesidad de continuar y ampliar los trabajos de recopilación de los resultados del aseguramiento de los años anteriores, de informes y análisis sobre daños causados en las producciones agrarias, así como también los estudios sobre la incidencia y probabilidad de presentación de condiciones climáticas desfavorables; todo ello con el objeto de disponer de un "banco de datos" que facilite el futuro desarrollo de los Seguros Agrarios. Hay que tener en cuenta que desde la puesta en marcha, en el año 1919, de un Sistema de Seguros Agrarios tutelado por la Administración, hasta nuestros días, han transcurrido 75 años, muchos más si contásemos desde el inicio de la actividad aseguradora, pero sin embargo no se dispone de una estadística detallada sobre los daños registrados. Por esta razón la puesta en marcha, en el pasado, de nuevos períodos de aseguramiento y la implantación, en la actualidad, de nuevas líneas de seguro, siempre han contado con la desventajá de que "no se dispone de experiencia". Esta situación es consecuencia de que al realizarse la contratación del seguro exclusivamente por entidades aseguradoras privadas la experiencia del seguro constituía un activo de la propia entidad que desaparecía al desaparecer la misma. ANALISIS DE LA EVOLUCION HISTORICA REGISTRADA POR DIVERSOS RESULTADOS Seguidamente se procederá a comentar la evolución, que a lo largo de los 73 años que han sido objeto de estudio estadístico (1920 a 1992), han registrado diversos resultados y parámetros que nos permitirán conocer el desarrollo del seguro. Dicha información ya ha sido parcialmente comentada, en los diversos períodos estudiados, razón por la cual solo se comentará en este apartado su evolución temporal. 437 1. Implantación del Seguro de Cosechas La implantación del seguro que se ha estimado para cada año, se ha obtenido mediante la relación entre el valor de la producción asegurada y el valor de la Producción Final Agrícola del mismo ejercicio. Este procedimiento que consideramos el más adecuado para obtener una relación equiparable a lo largo del tiempo, tiene el aspecto positivo de que, en principio, la producción asegurada debería ajustarse a las esperanzas de cosecha de cada año, por lo que las oscilaciones en la Producción Final Agrícola debidas a oscilaciones propias de buenas o malas cosechas deberían ser absorbidas por la respuesta del agricultor en la contratación, sin embargo aparecen oscilaciones puntuales en años determinados que indican que dicho ajuste no se ha producido en la medida esperada. En consecuencia la evolución que se recoge en el Gráfico adjunto, debe ser interpretada como indicador de la tendencia del nivel de aseguramiento. EVOLUCION DE LA IMPLANTACION Desde 1920 a 1992 30 5 0 1900 1920 1940 1960 1980 2000 Años A la vista del Gráfico anterior, se puede observar un nivel de aseguramiento creciente a lo largo de los años analizados con unos porcentajes muy bajos, inferiores al 1%, en los primeros 438 años, situación que se mantiene hasta los años 40 en los que se inicia un ligero aumento. A finales de los años 60 comienza un crecimiento destacado en la contratación, coincidiendo con la puesta en marcha del Seguro Nacional de Pedrisco e Incendio. Pero es durante la aplicación del Sistema de Seguros Agrarios Combinados, entre 1980 y 1992, cuando se alcanzan las mayores cotas de aseguramiento de toda la historia del Seguro Agrario en nuestro país, con una contratación en el último año superior al 25% de la Producción Final Agrícola. EVOLUCION DE LA SIlVIESTRALIDAD Desde 1920 a 1992 500 400 300 % 200 100 0 1900 1920 1960 1940 1980 2000 Años Seguro Agrícola y Seguro Ganadero ^ S. Agrícola o S. Ganado 2. Siniestralidad registrada en el Seguro de Cosechas y en Seguro de Ganado La siniestralidad ha sido calculada mediante el ratio entre las indemnizaciones pagadas y las primas de riesgo percibidas en cada ejercicio. Hay que indicar que las primas de riesgo se han obtenido, de los datos contenidos en las diversas Memorias Estadísticas de Seguros Privados del Ministerio de Hacienda, deduciendo de las primas comerciales reseñadas en dichas Memorias 439 la cuantía establecida en concepto de "comisiones y gastos de producción". La evolución registrada por dicha siniestralidad queda recogida en el Gráfico adjunto, a la vista del cual se pueden establecer la siguientes observaciones: - En relación con el Seguro Agrícola en la mayoría de los años analizados la relación entre las indemnizaciones pagadas y las primas de riesgo recaudadas se encuentra por encima del 100%, lo que pone de manifiesto el permanente desequilibrio actuarial que se ha mantenido a lo largo de los años a pesar de las múltiples modificaciones que se han ido introduciendo. Esta evolución ratifica lo indicado en diversos Capítulos sobre la gran importancia que, para el desarrollo del sistema, tiene la existencia de un adecuado reaseguro. Entre los datos recogidos en esta evolución destaca, por su cuantía, la siniestralidad registrada en el año 1936, sin embargo y tal como se comentó en el Capítulo VII, tan alta siniestralidad fue debida a las condiciones en que se procedió a la liquidación de los siniestros de pedrisco originados ese año. - En cuanto al Seguro de Ganado la situación es la contraria, apreciándose un claro desajuste entre las primas aplicadas y la siniestralidad, ya que como puede observarse el ratio de indemnizaciones a primas se encuentra muy por debajo de1100% en la mayoría de los años. 3. Pérdidas anuales estimadas para trigo y cebada Mediante la aplicación del método de P.K. Ray se han ido estimando las pérdidas medias anuales producidas en trigo y cebada en el período 1900 - 1992. Con objeto de situar la incidencia dé los daños catastróficos en cada campaña, en relación con el conjunto del período, se han representado dichas pérdidas estimadas en los Gráficos adjuntos. 440 EVOLUCION DE LAS PERDIDAS ESTIMADAS EN TRIGO Desde 1900 a 1992 Kg/Ha 400 300 200 100 0 1900 1920 1940 1960 Años 1980 2000 Obtenidas por el método P.K. RAY EVOLUCION DE LAS PERDIDAS ESTIMADAS EN CEBADA Desde 1900 a 1992 Kg/Ha 300 250 200 150 100 50 0 1900 1920 1960 1940 1980 2000 Años Obtenidas por el método PK. RAY De la simple observación de dichas pérdidas se ponen de manifiesto las grandes oscilaciones de los rendimientos que se obtienen en nuestro país, debido a la importante incidencia que sobre los mismos tienen las condiciones climatológicas adversas. 441 En el cultivo de trigo destacan especialmente las pérdidas ocasionadas a consecuencia del período de sequía registrado en los primeros años de la década de los años 80, en los cuales se alcanzaron unas pérdidas anuales próximas a los 400 Kg/Ha. Para la producción de cebada la variabilidad de los rendimientos que se registra es muy superior. En esta producción destaca especialmente por sus pérdidas el año 1945, en el cual se produjo una de las más importantes sequías del siglo, siendo sin embargo superada por la registrada en los primeros años de la década de los 80, en la cual se llegó a sobrepasar unas pérdidas anuales medias de 250 Kg/Ha. Finalmente, aunque con menor intensidad, también se aprecian los efectos de la sequía producida en el año 1992. 442