R6 b LATERCERA Domingo 20 de marzo de 2016 Portafolio global Sebastián Edwards Aborto y desconcierto P Para alguien que ha vivido casi toda su vida adulta en el extranjero, el debate sobre el aborto en Chile -incluyendo el que se dio en la Cámara de Diputados esta semana– es desconcertante. Lo primero que sorprende es la ausencia de una perspectiva global y comparativa. Una lectura de la prensa nacional sugiere que Chile es el primer país en el que se han debatido estas cuestiones. Pero, desde luego, ese no es el caso: de hecho, Chile es uno de los escasos países en los que el aborto no está permitido bajo ninguna circunstancia. Una discusión profunda sobre el tema requeriría considerar las experiencias de otras naciones, entender cómo otras sociedades han resuelto este tema, los argumentos que se han esgrimido a favor y en contra de una legislación que permite el aborto bajo ciertas circunstancias. Pero casi nada de esto se escucha en Chile. Lo segundo que llama la atención es que casi ningún político diga en voz alta que apoya una legislación que permita el aborto sin ninguna restricción durante el primer trimestre de gestación. Esto es curioso, porque esa es la norma en la inmensa mayoría de los países occidentales que los chilenos admiramos y a los que aspiramos parecernos -en todos ellos, desde luego, hay un límite del período dentro del cual se puede interrumpir el embarazo (habitualmente hasta las 14 semanas, aunque en algunos casos ese período se extiende hasta las 24 semanas). El aborto es permitido sin ninguna restricción de causa en países como Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Holanda, Portugal, Noruega, España, Suecia, Suiza y Estados Unidos. Todos países altamente “civilizados”, países que nos han dado los más estrictos cánones éticos y principios de comportamiento social. De hecho, en más de 60 países, que representan casi el 40% de la población mundial, el aborto es libre. Si una mujer decide tener un aborto (dentro de las semanas permitidas) no debe dar explicaciones sobre sus razones. Lo que sí existe, en algunos casos, es un período de espera (habitualmente una semana), en el que se le pide a la mujer que reflexione sobre su decisión y que piense si efectivamente quiere terminar con la gestación. Inglaterra y Francia En el Reino Unido, una de las naciones que nos dio los principios esenciales de la democracia –incluyendo la Declaración de Derechos de 1689-, el aborto fue descriminalizado en 1967. A partir de esa fecha es legal, bajo ciertas circunstancias, interrumpir un embarazo hasta las 24 semanas. El procedimiento debe ser efectuado por un médico, y dos profesionales de la salud deben certificar que la continuación del embarazo afectará la salud física o mental de la ma-