LAS PERÍFRASIS VERBALES Como bien describe Emilio Alarcos Llorach en su Gramática de la lengua española, el lenguaje nos permite comunicarnos con otras personas emitiendo conjuntos de signos verbales (que generalmente van acompañados de gestos, ademanes, entonación que modulan, y dan diferentes matices a la interpretación que podamos hacer del mensaje transmitido. Al producto de un acto comunicativo, encerrado entre el silencio inicial y el final cuando una persona habla, le da el nombre de enunciado. “La constitución interna de los enunciados, esto es, el número de signos que contienen y el tipo de relaciones que estos mantienen entre sí, es variable.” (Llorach, op.cit. pg. 318) Frente a una misma situación pueden ser emitidos varios enunciados. Al leer la prueba que un alumno va a realizar puede decir o pensar: ¡Que prueba más difícil! Y ahora, ¿Qué hago? Me arruiné. ¡Justo esto! Está muy difícil. ¡Ayuda, dios mío! En todas estas frases, está expresa la apreciación negativa del alumno de salirse bien en la prueba. Más o menos, todas ellas sugieren la misma idea, en ese determinado contexto. Pero como podemos apreciar, su estructura interna, sus elementos lingüísticos son bien diferenciados. Oración La oración es un tipo característico de enunciado. “Uno de sus componentes , la palabra que se llama verbo (o sintagma verbal), contiene dos unidades significativas entre las cuales se establece la relación predicativa: el sujeto y el predicado, respectivamente: “aquello de que se dice algo” y “lo que se dice del sujeto” (Op. Cit. Pag. 319). Comparemos las siguientes oraciones: “Los alumnos ensayan para las olimpiadas en el gimnasio.” “Los alumnos ensayan para las olimpiadas.” “Los alumnos ensayan en el gimnasio. “Los alumnos ensayan” “Ensayan” Estas oraciones diferentes ofrecen más o menos información sobre el mismo hecho, pero en todas ellas se cumple la condición de decir algo, de un sujeto. Inclusive cuando este no está en la oración, está sobreentendido que ellos (los alumnos) ensayan. La terminación del verbo así nos lo indica. Si un enunciado carece de un núcleo verbal, como las mencionadas más arriba «¡Que prueba más difícil!, ¡Justo esto! y ¡Una ayudita, Dios mío!» es una frase y no una oración. Ya hemos mencionado en nuestras clases que este núcleo verbal es una palabra compuesta de una raíz que contiene su significado y una parte expresada por la terminación o desinencia que esclarece los accidentes del verbo. Veamos el caso de los alumnos: (ensay, alude aquí al significado de número 3 del diccionario de la Real Académia Española: tr. Preparar el montaje y ejecución de un espectáculo antes de ofrecerlo al público.) y el sufijo –an indica que es la tercera persona del plural, en presente de indicativo.