Fumar poco es tan nocivo para la salud como hacerlo todos los días “Durante mucho tiempo los médicos insistimos en el daño que produce el cigarrillo tanto en los fumadores pesados como en los pasivos; pero no pusimos suficiente énfasis en el daño que sufren también los fumadores livianos, es decir, los que fuman poco, así como también los esporádicos (los que no lo hacen diariamente)”, comentó el doctor Alejandro Videla, neumonólogo y coordinador de la Clínica de Tabaquismo del Hospital Universitario Austral. En general, cuando pensamos en cesación tabáquica, se nos viene a la mente un “fumador tipo”, adicto, que consume más de 10 cigarrillos por día. El problema es que los fumadores ocasionales están aumentando y representan un desafío para el sistema de salud porque no se consideran “fumadores”, lo cual enfatiza el mito de que fumar cada tanto y poco no hace daño. “Si bien es evidente que una persona que fuma un atado de cigarrillos por día tiene una carga de riesgo mayor que aquel que no lo hace diariamente, estos también presentan posibilidades de sufrir enfermedades asociadas al cigarrillo”, añadió el especialista. El mayor peligro se relaciona con la salud del corazón: según un estudio publicado el año pasado en la revista científica Circulation, de la American Heart Association, el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca es prácticamente el mismo, independientemente de si se fume poco o mucho, todos los días o a veces. También es mayor la posibilidad de padecer cáncer de pulmón, catarata, alteraciones reproductivas (placenta previa y embarazo ectópico), osteoporosis y mortalidad global, en comparación con una persona no fumadora. El riesgo de muerte por aneurisma aórtica es alrededor de 3 veces mayor en fumadores “livianos” que en no fumadores. Y las mujeres de entre 35 y 49 años que consumen entre 1 y 4 cigarrillos por día tienen cinco veces más peligro de desarrollar cáncer de pulmón. El daño, más allá de la cantidad “El consejo de abandono o cesación tabáquica demostró ser eficaz para ayudar a todos los fumadores, sin importar el número de cigarrillos que consuman, debido a que el daño es independiente de la dosis”, postuló Videla, que colaboró en la elaboración de la nueva Guía Nacional de Tratamiento del Tabaquismo del ministerio de Salud de la Nación. Agregó que el daño no depende sólo de la cantidad, sino también “de la constitución genética del fumador, que es susceptible más o menos al daño”: “Esto explica el hecho de que algunas personas que fuman poco tengan igual riesgo que los más fumadores”. En cuanto a la posibilidad de dejar el vicio y poder sostenerlo con éxito, Videla reconoció que los fumadores “livianos” corren con ventaja: “Tienen niveles bajos de adicción, con lo cual les resulta más fácil dejar, en comparación con quienes consumen más de 10 cigarrillos diarios. No obstante, hay gente que aún fumando poco tiene dificultades para dejar. Hay que destacar que hasta el momento ningún tratamiento fue probado específicamente en el grupo de los fumadores livianos, pero es razonable pensar que los tratamientos que sirven para los casos más graves serán efectivos también en ellos”.