Este fragmento es en realidad la conclusión de un cuento de Julio Verne, que relata la historia de dos hombres —Fogg y Passepartout— quienes quieren ganar una apuesta al dar la vuelta al mundo en 80 días. En el camino, mientras viven numerosos y diversos retrasos y acontecimientos en sus planes de viaje, recogen a Aouda. Aouda le propone matrimonio a Fogg, quien acepta. Luego Fogg descubre que ha ganado la apuesta, aunque él pensaba que la había perdido. Al momento de comenzar nuestra historia, Passepartout ha sido enviado a buscar al reverendo para celebrar la ceremonia de matrimonio. una adaptación de la obra de Julio Verne La vuelta al mundo en 80 días Passepartout se había marchado muy alegre a hacer el mandado. Pronto llegó a la casa del reverendo pero no lo encontró. Tuvo entonces que esperar unos buenos veinte minutos. Eran las ocho y treinta y cinco cuando dejó la casa del reverendo. ¡Pero en qué estado! Con el pelo desordenado y sin sombrero, corría como nunca antes había corrido hombre alguno. En tres minutos regresó a la casa de Saville Row, y cayó sin aliento en la habitación del Sr. Fogg. —¿Qué sucede? —preguntó el señor Fogg. —Señor —tartamudeó Passepartout—, matrimonio... imposible. —¿Imposible? —Imposible... para mañana. —¿Por qué? —Porque mañana... ¡domingo! —Lunes —replicó el Sr. Fogg. 23 SRC_F_G4.4_FPP_SPA.indd 23 7/16/15 6:03 PM —No... hoy... sábado. —¿Sábado? ¡Imposible! —¡Sí, sí, sí! —exclamó Passepartout—. ¡Se ha equivocado por un día! Hemos llegado con veinticuatro horas de adelanto; pero solo quedan diez minutos. Passepartout había tomado a su amo por el cuello y lo arrastraba con una fuerza irresistible. Phileas Fogg, de este modo secuestrado y sin tiempo para pensar, salió de su casa. Brincó a un coche y le prometió 100 libras al cochero por un viaje de 10 minutos. Después de haber atropellado dos perros y volteado cinco carruajes, llegaron al Reform Club. El reloj marcaba las ocho y cuarenta y cinco cuando apareció en el gran salón. ¡Phileas Fogg había completado la vuelta al mundo en 80 días! ¡Phileas Fogg había ganado la apuesta de 20,000 libras! ¿Cómo, siendo un hombre tan exacto y minucioso, había cometido el error de todo un día? ¿Cómo creía que había llegado a Londres el sábado 21 de diciembre, cuando en realidad había sido el viernes 20, setenta y nueve días después de su salida? El motivo de su error es muy sencillo. Phileas Fogg, sin sospecharlo, había ganado un día en su viaje. Y eso fue porque había dado la vuelta al mundo siempre hacia Oriente. Habría perdido un día de haber ido en sentido contrario, es decir, hacia Occidente. Hacia el Oriente, había ido hacia el sol. Por lo tanto, los días para él disminuían a medida que recorría grados en esa dirección. En otras 24 SRC_F_G4.4_FPP_SPA.indd 24 7/16/15 6:03 PM palabras, mientras Phileas Fogg, que iba al Oriente, vio el sol pasar por el meridiano 80 veces, sus amigos en Londres solo lo vieron pasar 79 veces. Es por eso que ellos esperaban en el Reform Club el sábado, y no el domingo, como el Sr. Fogg creía. Y esto es lo que el famoso reloj de la familia de Passepartout, que siempre había conservado la hora de Londres, hubiera marcado, si al igual que las horas y los minutos también hubiese marcado los días. Phileas Fogg había ganado pues 20,000 libras; pero, como había gastado casi 19,000 en el viaje, su ganancia era muy pequeña. Su meta era, sin embargo, salir victorioso, no ganar dinero. Dividió las mil libras que quedaban entre Passepartout y el desafortunado Fix, contra quien no guardaba ningún rencor. Aunque sí le descontó a Passepartout el costo del gas que había quemado en su habitación por 1,920 horas. —¿Aún quiere que nos casemos? —le dijo esa noche el Sr. Fogg a Aouda. —Sr. Fogg —respondió ella—, es a mí a quien corresponde hacer la pregunta. Usted estaba arruinado, y ahora es rico de nuevo. —Disculpe, señora; mi fortuna le pertenece. Si usted no hubiera sugerido nuestro matrimonio, mi criado no habría ido a casa del reverendo Samuel Wilson. Mi error no habría sido descubierto y... 25 SRC_F_G4.4_FPP_SPA.indd 25 7/16/15 6:03 PM —¡Mi querido Sr. Fogg! —dijo la joven. —¡Mi querida Aouda! —respondió Phileas Fogg. No es necesario decir que el matrimonio se realizó 48 horas después. Passepartout, deslumbrante y resplandeciente, fue el padrino de la novia. ¿No la había él salvado, y no le correspondía este honor? Al día siguiente, Passepartout llamó enérgicamente a la puerta de su amo. —¿Qué sucede, Passepartout? —preguntó el Sr. Fogg. —Es que acabo de saber ahora mismo que podríamos haber dado la vuelta al mundo en tan solo 78 días. —Sin duda —respondió el Sr. Fogg—, no atravesando la India. Pero si no hubiera atravesado India, no hubiera salvado a Aouda; no sería mi esposa y... El Sr. Fogg cerró despacio la puerta. Phileas Fogg había ganado la apuesta. Había dado la vuelta al mundo en 80 días. Para ello, había empleado todos los medios de transporte —vapores, ferrocarriles, coches, yates, buques mercantes, trineos, elefantes—. De punta a cabo, el exéntrico caballero había mostrado sus maravillosas cualidades de serenidad y exactitud. ¿Pero qué había ganado realmente después de todo? ¿Qué había traído de este largo y agotador viaje? Nada, ¿diría usted? Quizás; nada mejor que una mujer encantadora, quien, por extraño que parezca, ¡lo hizo el más feliz de los hombres! 26 SRC_F_G4.4_FPP_SPA.indd 26 7/16/15 6:03 PM