La Gaceta 126 – Martes 01 de julio del 2008 PROYECTO 17044 DEL 04/06/2008 DECLARATORIA DE BENEMÉRITO DE LA PATRIA AL PRESBÍTERO Y MISIONERO BERNARDO DRÜEG INGERMANN ASAMBLEA LEGISLATIVA: Con el arribo de las expediciones españolas y otras europeas que ocuparon el territorio de Costa Rica, se alteraron las costumbres de vida, cacicazgos y sobre todo la cosmovisión del mundo que poseían las familias nativas. Este proceso de aculturación redujo considerablemente el número de poblaciones nativas y favoreció la populación de mezclas étnicas, lo que a su vez, provocó transformaciones en la dinámica estructural (comercial, cultural, social, geográfica y ambiental, entre otras). De esta forma, se empezó a conformar la identidad del ser costarricense dentro de una sociedad multicultural. Todavía en el presente siglo y parte del pasado existen vestigios de este proceso de aculturación en el que participaron expedicionarios que contribuyeron enormemente con el desarrollo de instituciones y fortalezas en las zonas más alejadas de nuestro país. Talamanca se ha mantenido como un territorio alejado del desarrollo, donde se concentró la mayor parte de la población nativa o aborigen del país (hacia el sur), quienes desde sus inicios han vivido en condiciones extremas, principalmente por las dificultades de acceso, la barrera cultural, la falta de voluntad política de los gobiernos de turno, el olvido y la escasez de apoyo estatal, encaminada a brindarles mejores condiciones de alimentación, educación y salud. Cabe destacar la labor de un sacerdote que, inspirado por la fe cristiana y la exuberante naturaleza del caribe costarricense que lo circundaba y las condiciones de sus pobladores dedicó su vida a la labor de misionero luchando, incansablemente, por el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades indígenas de Talamanca y trasmitiendo esperanza, sabiduría y conocimientos a todo aquel que estuviere a su paso. En la comunidad de Amubri, ubicada en las montañas de Talamanca, un sacerdote convivió durante la mayor parte de su vida con los aborígenes. Con ellos compartió sus creencias, costumbres, vivienda, gastronomía y formas de vida. Incluso recibía a las personas que visitaban la zona y a cualquier foráneo que viniera a pedirle consejo o ayuda para que interviniera con su liderazgo ante alguna institución o ente del Estado, siempre que hubiera de por medio una causa justa. Fue el 30 de mayo de 1939, vísperas de la II Guerra Mundial, cuando arribó a Costa Rica, el sacerdote Bernardo Drüeg Ingermann conocido como el Padre Bernardo Drug, a la temprana edad de 20 años, momento a partir del cual entabló un vínculo indisoluble con su fe cristiana, su amor a la naturaleza y al prójimo más necesitado; se erigió como un gran líder social que estuvo al frente de muchos pueblos para buscar la solución a los múltiples problemas de la provincia de Limón y algunas comunidades de la provincia de Puntarenas. Este gran sacerdote y misionero nació el 14 de julio de 1912, en Alemania, Mausbach, cerca de la provincia de Cologne. Realizó sus estudios de sacerdocio en el Seminario Interno en Graz, Austria, en 1932 y fue ordenado sacerdote el 6 de agosto de 1938. Entre la década de 1939-1949, el sacerdote Bernardo Drüeg se desenvolvió en las localidades de San Isidro de El General, Buenos Aires y Potrero; allí convivió con indígenas de la comunidad indígena Térraba. A partir de 1949 hasta el año 1965 llevó a cabo sus labores en Limón, especialmente en los alrededores de la línea férrea y la costa caribeña. En 1949, Monseñor Juan Odendahl, Obispo Vicario Apostólico, encomendó a Bernardo Drüeg, para que se hiciera cargo de la misión en Talamanca, en toda su extensión, cuya jurisdicción no había sido atendida durante 26 años atrás. El sacerdote Bernardo aceptó el encargo valientemente. Durante 12 meses aproximadamente, Bernardo Drüeg visitó los territorios de Talamanca desde Alto Telire, su comunidad Alto Bley, hasta Alto Lari y San José Cabécar, núcleos poblacionales asentados montañas arriba, en lo profundo de los bosques de Talamanca. En 1951, el padre Bernardo fue nombrado cura párroco de la provincia de Limón, que comprendía, en aquella época, a los poblados de Batán, Cieneguita, Cahuita, Tortuguero, Barra del Colorado, así como las comunidades ubicadas al margen del río San Juan, Sarapiquí, Talamanca y el Valle de la Estrella hasta Punta Uva. Durante varios años, ejerció simultáneamente sus funciones de párroco en conjunto con la enseñanza de la religión Católica-Apostólica y Romana en el Colegio de Limón. Este misionero también conoció y sintió en carne propia el padecimiento de enfermedades tropicales propias de la selva caribeña costarricense por donde transitaba con mucha frecuencia. Es así como en febrero de 1952, mientras se encontraba realizando una expedición hacia distintos puntos de Talamanca, en la ruta hacia Alto Telire, tuvo que cruzar el río Telire y en ese momento sufrió una ruptura del tendón de su pierna e ingle derechas, dolencia que lo aquejó durante el resto de su vida. Y en 1980 sufrió otros dos accidentes cuando en una expedición cayó al río Coén y luego, propiamente en el mes de noviembre, mientras iba subiendo hacia el Alto Telire sufrió una fuerte infección intestinal que lo mantuvo hospitalizado por varios días. Con la muerte de Monseñor Odendahl, el 13 de enero de 1957, el sacerdote Bernardo Drüeg, tuvo que asumir, temporalmente, como Provicario, hasta el mes de enero de 1958, cuando fue nombrado el Sacerdote Alfonso Höefer. En esa oportunidad no solo ocupó el cargo de Provicario sino que estuvo al frente de la construcción de la Catedral de Limón. El 4 de agosto de 1965, el misionero Bernardo Drüeg decidió residir, permanentemente, en la comunidad de Amubri, en la Parroquia de Santiago Apóstol, lugar que conglomeraba a las comunidades de Cahuita, Puerto Viejo, Manzanillo, Sixaola de Talamanca, pueblos aledaños y de las reservas indígenas. Durante su permanencia en Talamanca se acostumbró a cultivar la tierra con productos agrícolas como el cacao y los cítricos, en general, soportando las inclemencias del clima y las enfermedades. En 1989, continuó su labor y viajó a inaugurar la capilla de Dúriñak, lugar que caminó por última vez. Esa fue su última gira en la que viajó con grandes dificultades a caballo y a pie, en compañía de un colaborador indígena. Después del año 2000, sus piernas le imposibilitaron continuar sus visitas, por lo que tuvo que dedicarse, únicamente, a celebrar la eucaristía y confesar a los feligreses de la comunidad de Amubri, Talamanca. Por motivos de salud, en el mes de agosto de 2003, fue trasladado a las instalaciones del Colegio Seminario donde vivió hasta su deceso. Hoy día, su presencia se encuentra en la memoria colectiva de los indígenas de Talamanca, quienes lo recuerdan cuando llegaba a visitarlos en sus múltiples viajes por Katsy, Durulpe, Bocorén, Yorkín, Bambú, Chase, Suretka, Gavilán Canta, Sibojú, San Miguel, San Vicente y Mojoncito. Dentro de sus principales escritos destacan la actualización de libros parroquiales de sacramentos y sus índices, así como un valioso libro sobre la labor misionera desarrollada en la zona de Talamanca, desde finales del siglo XIX titulado “Historia de la Viceprovincia de Costa Rica”, el cual se pretende que sea traducido al idioma alemán. El sacerdote Drüeg fue pieza clave para impulsar el desarrollo de importantes obras de infraestructura tales como ebais, escuelas, colegios, iglesias, conventos así como la primera pista de aterrizaje de Talamanca. También, fue el fundador en 1979 de la radioemisora local “La Voz de Talamanca”. Desde ese espacio radial promovió la evangelización de los indígenas y su acercamiento a las doctrinas de la Iglesia Católica. El pasado 7 de mayo de 2008, falleció a la avanzada edad de 98 años dejando un gran legado para las personas más humildes de la tierra, y así quedó reconocido por las comunidades indígenas de Talamanca y del sur del país, quienes le rindieron un homenaje póstumo a este gran hombre de corazón limonense. Su vida y obras dejaron huella en la comunidad de Talamanca. Por toda esa sencillez, desprendimiento, sensibilidad y calidad humana reflejada en todas sus acciones, especialmente, para con los indígenas y la naturaleza que lo rodeaba, así como por el gran carisma, honradez y liderazgo natural demostrado por este sacerdote de origen alemán naturalizado costarricense, sometemos a consideración de las señoras y los señores diputados para su aprobación el presente proyecto de ley. LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA DECRETA: DECLARATORIA DE BENEMÉRITO DE LA PATRIA AL PRESBÍTERO Y MISIONERO BERNARDO DRÜEG INGERMANN ARTÍCULO ÚNICO.Declárase al presbítero y misionero Bernardo Drüeg Ingermann como Benemérito de la Patria. Rige a partir de su publicación. Rafael Elías Madrigal Brenes Carlos Manuel Gutiérrez Gómez Lesvia Villalobos Salas Ovidio Agüero Acuña Yalile Esna Williams Jorge Méndez Zamora José Luis Vásquez Mora José Merino del Río Federico Tinoco Carmona DIPUTADOS NOTA: Este proyecto pasó a estudio e informe de la Comisión Especial de Honores. San José, 4 de junio del 2008.—1 vez.—C-115520.—(56810).