México y el Mundo FUE REMITIDO al MP VISIÓN POLÍTICA En defensa del arroz C L uis Eduardo Zuno Chavira, ex delegado en Álvaro Obregón y candidato a diputado federal, fue detenido en el aeropuerto de Toluca con un cargamento de 2 mil cartuchos útiles y tres armas de alto calibre, motivo por el cual fue remitido ante el Ministerio Público Federal con sede en la capital mexiquense. Autoridades aduanales confirmaron que la detención de Zuno Chavira se llevó a cabo la noche del viernes, cuando éste llegó al aeropuerto mexiquense procedente de Laredo, Texas a bordo de un jet privado. El avión con matrícula XATWK, en el que viajaba el político panista –cuya renta asciende a más de 3 mil dólares la hora- fue inspeccionado por agentes aduanales y en su inte- rior encontraron tres armas de fuego calibre 45, 9 y un rifle calibre 300 y más de 2 mil cartuchos útiles. Zuno Chavira quien viajaba con dos de sus hijos, uno de ellos menor de edad, fue trasladado a la Procuraduría General de la República delegación Toluca, por portación de armamento prohibido, en un ilícito que pudiera configurarse en tráfico de armas, por la cantidad de cartuchos útiles que traía. Cabe señalar que en el aeropuerto de Toluca sólo despegan y aterrizan vuelos privados, tanto de aviones particulares como de Aerotaxis que operan bajo alquiler. En la delegación PGR de Toluca, Jorge Moreno, jefe de la unidad de comunicación social, confirmó que Zuno Chavira estaba detenido en este Ministerio Público Federal, “en donde Foto: AP/LA CRÓNICA El funcionario panista, Luis Eduardo Zuno Chavira, traía un cargamento de 2 mil cartuchos útiles y tres armas de alto calibre; provenía de Laredo, Texas, a bordo de un jet privado TOLUCA, Estado de México RESIDENTES DE TEPOTZOTLÁN, Estado de México, esperan el transporte urbano, frente a una pared con propaganda política. Hoy se realizan elecciones para renovar la Cámara de Diputados y 6 gubernaturas del país. está por integrarse la averiguación previa respectiva”. Y será en un plazo de 48 horas, cuando se defina la situación jurídica del detenido. En Perú Encuentran Momias con tuberculosis MOMIFICACIÓN Dos o tres días después de la muerte, el cuerpo era llevado a la tienda de los embalsamadores. Allí era bañado con vino de palma y agua del Nilo. os sorprendió el gran N porcentaje de momias que habían padecido una enferme- Los embalsamadores hacían una incisión abdominal en el flanco izquierdo para extraer las vísceras. Así retiraban el hígado, el estómago, los intestinos, y por último los pulmones. El corazón solía dejarse en su sitio porque no debía ser separado del cuerpo ya que era el centro de los sentimientos, la conciencia y la vida. Estos órganos deshidratados se envolvían en lino y se introducían en los vasos canapos bajo la protección de cuatro dioses, llamados “hijos de Horus”, Qebebsenufs, apariencia de halcón (intestinos) Duamutef, de chacal (estómago) Hapy, de mono (pulmones) Amset, humana (hígado) Con un vástago de bronce introducido por el orificio nasal izquierdo, el embalsamador hundía la lámina del etmoides (hueso que separa las fosas nasales del piso anterior del cráneo) y extraía el cerebro por la nariz. Luego inyectaba resina líquida en la cavidad craneana, que solidificaba rápidamente. Instrumentos para embalsamar. El cuerpo se cubría de natrón, una sal que lo deshidrataba. Luego de 40 días era rellenado de materiales secos (limo, aserrín) para mantener la forma. Se lavaba con agua del Nilo y se ungía con bálsamos que daban cierta flexibilidad y buen olor. El cuerpo se colocaba en un lecho funerario con forma de león. Entonces ya podían vestir al difunto. Mientras se realizaba el vendado un sacerdote que portaba una máscara del dios Anubis recitaba las fórmulas de encantamientos correspondientes. Comenzaba venEntre los vendajes A veces envolvía el dando la cabeza se introducían cuerpo ya vendado con y el cuello, luego amuletos y tiras de un sudario, se cubría los dedos uno por lino que recogían con una red de cuentas uno, luego las ex- textos del libro de de loza o se pintaba la tremidades y por los Muertos. imagen de Osiris sobre la último el resto del superficie. cuerpo. Finalmente, un paño grande envuelve la momia entera, atado con tiras de lino. La cabeza de la momia se cubría con una máscara pintada. Finalmente, la momia se introducía en uno o varios sarcófagos (encajados uno dentro del otro) y se entregaba a la familia para comenzar los ritos funerarios. El proceso demoraba alrededor de 70 días. Fuente: El Observador. 31|A J O R G E Z E P E DA PAT T E R S O N * Detienen a candidato por posesión de armas de fuego SUN DOMINGO 6 de julio del 2003, Mexicali, B.C. dad infecciosa en la columna y los pulmones, dice investigador Una de las “verdades” perogrullescas de los manuales tradicionales de historia de América Latina es que la victoria de los europeos durante la conquista se debió en gran medida a las enfermedades que llevaron al Nuevo Mundo, entre ellas la tuberculosis, para la cual los indígenas carecían de defensas naturales. Sin embargo, un estudio realizado con un grupo de momias peruanas reveló que por lo menos un grupo de habitantes del antiguo Perú padecía una enfermedad muy parecida a la tuberculosis, muchos años antes de la llegada de los conquistadores españoles. Un equipo científico hizo el descubrimiento al examinar los restos embalsamados de antiguos chachapoyanos, enterrados de 500 a mil años atrás en una gruta de los Andes septentrionales y encontrados por casualidad a finales de 1996. “Nos sorprendió el gran porcentaje de momias que habían padecido una enfermedad infecciosa en la columna y los pulmones, parecida a la tuberculosis”, dijo Gerald Conlogue, bioantropólogo y especialista en radiología diagnóstica de la Universidad de Quinnipiac, en Hamden, Connecticut, Estados Unidos. “Se creía que los conquistadores españoles trajeron la tuberculosis a América del Sur, pero estas momias son de personas que vivieron antes de que ellos llegaran”, señaló en un informe presentado ante la Sociedad Radiológica de América del Norte. Trabajo manual Conlogue tomó rayos X de más de 180 momias, en un museo del pueblo andino de Leymebamba, situado a 3.048 metros sobre el nivel del mar. Al estudiarlos, se descubrió que el 6% de ella muestran algún tipo de anormalidades infecciosas parecidas a la tuberculosis. El científico tiene previsto realizar autopsias de algunos de los restos, en julio de 2002, para confirmar su hipótesis. Los rayos X también arrojaron que el 22% de los momificados, la mayoría de los cuales murió antes de los 40 años de edad, habían padecido de artritis degenarativa en la columna. “Esto indica que se trataba de personas que trabajaban duro, posiblemente transportando cargas pesadas en las montañas”, dijo Conlogue. “También tenían una dentadura increíblemente enferma”, agregó el bioantropólogo estadounidense. Tomado de BBC.Mundo.com on las elecciones de hoy no sólo se está jugando una buena porción del poder político del País. También nos estamos jugando los sentimientos de la Nación con respecto a este juguete que llamamos comicios. En muchos ámbitos de la opinión pública hay una especie de desencanto con respecto a las elecciones. Se critica el costo innecesario, los perjuicios ecológicos y psicológicos de la propaganda política, la pobreza de partidos y candidatos. Antes no tenía caso ir a votar porque de cualquier manera ganaba el PRI; ahora muchos piensan que tampoco tiene caso porque da lo mismo gane quien gane. Pareciera que luego de la borrachera democrática que represento el triunfo de la alternancia, se ha instalado ya la cruda que dejan las imperfecciones de los procesos electorales. El año 2000 dejó la sensación tan embriagadora como novedosa entre los mexicanos de saber que el simple voto era suficiente para cambiar el poder. Tres años más tarde nos damos cuenta que esa explosión de soberanía no ha cambiado la vida cotidiana de la mayor parte de la población. Repentinamente los comicios han perdido glamour; pareciera que ahora sólo vemos sus defectos. Cuidado: Esa ruta puede ser un camino al pasado o a futuros aún más oscuros. En efecto las elecciones en México son unas de las más caras en el mundo. Según una nota aparecida en diarios y noticieros hace unos días, el Gobierno se gasta siete dólares por elector; en Estados Unidos, Chile, Brasil y Argentina no llega a un dólar, y en Francia a cuatro. Seguramente podríamos hacer un gasto más eficiente, particularmente haciendo campañas más cortas. Pero debemos cuidarnos de montar una Santa Inquisición en contra del gasto electoral. ¿Por qué? Porque en otros países se tiene una larga tradición democrática de la cual nosotros carecemos. En los últimos diez años hemos tenido que “quemar etapas” que en otros países ha tomado varias décadas completar. No sólo me refiero a toda la infraestructura que no teníamos (antes el aparato electoral dependía de la Secretaría de Gobernación) también al enorme esfuerzo que ha llevado construir un padrón electoral creíble y una actitud respetuosa por parte del gobernante. La gran tarea de estos años, incompleta aún, ha sido generar una cultura popular a favor de la democracia. Y eso cuesta. La velocidad del cambio en materia de procesos electorales en México es vertiginosa comparada, por ejemplo, con los países del este de Europa cuya apertura coincide más o menos cronológicamente con la nuestra (fines de los años ochenta). Todavía hoy en Rusia las elecciones están plagadas de irregularidades burdas y desconfianzas que nosotros hemos dejado atrás (pese al largo camino que aún nos falta por recorrer). Otro punto a considerar es el tema de los subsidios a los partidos. En Estados Unidos y en otros países no existe tal cosa. Nosotros escogimos este modelo y eso significa una transferencia de 461 millones de dólares a los partidos políticos sólo en este año, con cargo a todos los contribuyentes. Estoy de acuerdo que es una cifra dura de digerir cuando nos damos cuenta de la calidad moral de algunos partidos destinatarios del dinero que nos pertenece a todos. Sin embargo, por imperfecto que nos parezca, es el modelo pertinente al menos por el momento. En Estados Unidos son los individuos y las empresas quienes financian las campañas políticas de los partidos. Al final gana el candidato que recaude más dinero (o dicho de otra manera: el que haga mejores promesas a las grandes empresas donantes). En los países que optan por ese modelo, hay un enorme cuestionamiento porque en la práctica los gobernantes terminan por devolver los favores a sus mecenas. En México un esquema de esa naturaleza sería desastroso. No está extendida entre la población la cultura del donativo a una causa política. Y desde luego no se puede financiar con rifas de auto una campaña de televisión nacional necesaria para ganar unas elecciones. Lo que sí tenemos en México es una desigualdad económica abismal, que provocaría que la decisión de unos cuantos millonarios de apoyar a uno u otro candidato decidiera el resultado de los comicios. En suma, sin el subsidio por parte del Estado los partidos políticos carecerían de los recursos para dar a conocer a sus candidatos, ya no digamos ganar los votos, a menos que se entregaran en brazos de algunas grandes compañías interesadas en escoger gobernantes a su servicio. Por eso es que nuestras elecciones son costosas. Pero aún es más dañina cualquier alternativa. Quizá con el tiempo, a medida que se fortalezca la relación de los partidos con sus clientelas sociales y mejore su capacidad de recaudación, el esquema de subsidio podría recortarse. Podríamos transitar paulatinamente a esquemas intermedios. Valdría la pena hacer una revisión a fondo de la eficiencia de nuestros procesos electorales tan pronto terminen estos comicios intermedios. Convendría recortar los días de campaña, impedir los excesos de la propaganda que tapiza postes y árboles, hacer más rigurosos los requisitos para otorgar y monitorear el subsidio, etcétera. Pero es muy importante que no emprendamos una cacería de brujas que lleve a dar palos de ciego en contra del enorme esfuerzo electoral que México ha realizado. Quitemos los negros del arroz, pero no tiremos el guiso por la ventana. No es un mal guiso, y eso podremos constatarlo a lo largo de toda esta semana. jzepeda52@aol.com * Economista y sociólogo/director de la revista Día Siete.