Primer Concilio Budista Pañcasatikakkhandhaka: Colección de los quinientos Tipitaka – Vinaya Pitaka Publicación de Bosque Theravada 2011 www.bosquetheravada.org Web budista dedicada al Tipitaka y a la Tradición Tailandesa del Bosque Traducido y editado por Anton P. Baron para el Bosque Theravada Corregido por Upasika Sabrina Pachón Versión electrónica: Michael Zamot y Anton P. Baron Publicación del Bosque Theravada 2011 bosquetheravada@bosquetheravada.org Esta publicación tiene licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercialSinObraDerivada 3.0 Unported (CC BY-NC-ND 3.0) Usted es libre de copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra. Bajo las condiciones siguientes: • Reconocimiento — Debe reconocer los créditos de la obra citando al autor y la dirección www.bosquetheravada.org • No comercial — No puede utilizar esta obra para fines comerciales. • Sin obras derivadas — No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra. En esta colección (Khandhaka número 21) de Vinaya Pitaka se describen los detalles del denominado "Primer Concilio Budista" que tendría lugar en Rajagaha casi inmediatamente después de la muerte del Buda (o su Parinibbana), en el cual participaron sus 500 discípulos que, en su totalidad, alcanzaron previamente el estado de arahantado. El sistema de numeración entre paréntesis corresponde al sistema de Oldenberg, seguido luego por Horner, en las ediciones de Pali Text Society y, y el de entre las llaves, de World Tipitaka Edition. TABLA DE CONTENIDOS 1. Khn 21,1 (Cv 11,1.1-8) {4V.11.1,437-440} Sangitinidana - Porción con la convocación de la Orden de los monjes. Relato sobre la convocación del Primer Concilio Budista por el Venerable Maha Kassapa, la realización del venerable Ananda y la forma en la cual se llevó a cabo la recitación del Vinaya y Dhamma. 2. Khn 21,2 (Cv 11,1.9-11) {4V.11.2,441-444} Khuddanukhuddakasikkhapadakatha - Porción con las reglas menores de la Disciplina. La historia que se cuenta en esta porción explica el por qué no se ha cambiado ni siquiera una sóla de las más pequeñas reglas de la Disciplina budista. Vemos, además, cómo el venerable Ananda está siendo acusado de cometer varias "malas acciones" (dukkata) durante el ministerio del Buda y con qué humildad acepta todas ellas, sin estar de acuerdo que las mismas realmente lo fueran. La porción culmina con un mistrioso incidente protagonizado por el venerable Purana, quien parece poner en duda que la práctica de cantar el Dhamma-y-Disciplina sea realmente una enseñanza del Buda histórico. 3. Khn 21,3 (Cv 11,1.12-16) {4V.11.3,445} Brahmadandakatha - Porción con el castigo consistente en la prohibición de conversar y comunicarse con el transgresor. En esta sección se cuenta cómo el antiguo auriga del Buda de la época cuando éste todavía era un joven príncipe, y que se convirtió luego en un monje bastante presuntuoso, al encontrarse con el venerable Ananda, se aprrepiente de su conducta y alcanza la perfección. El incidente con el rey Udena y sus concubinas ilustra la vieja tradición budista de respetar aún las cosas inanimadas y no derrocharlas. 1. Khn 21,1 (Cv 11,1.1-8) {4V.11.1,437-440} Sangitinidana - Porción con la convocación de la Orden de los monjes. [1] {437} En una ocasión, el venerable Maha Kassapa se dirigió a los monjes con estas palabras: “Amigos, una vez, un tiempo atrás, estaba caminando por la ruta alta que va desde Pava a Kusinara junto con un gran número de monjes, por lo menos, unos quinientos monjes. Entonces, amigos, interrumpiendo mi caminata, salí de la ruta para sentarme debajo de cierto árbol. En esta ocasión, un asceta desnudo, habiendo tomado una flor del árbol de coral de Kusinara, estaba caminando sólo por la ruta alta yendo a Pava. Entonces, amigos, habiendo visto de lejos al asceta desnudo viniendo de cierta distancia, le hablé con estas palabras: '¿Sabes algo, amigo, acerca de nuestro Maestro?' A lo cual me respondió: 'Sí, sé, amigo, el asceta Gotama alcanzó el Nibbana hace una semana. Es por eso que he tomado esta flor del árbol de coral'. “En este momento, amigos, aquellos monjes que no fueron liberados de las pasiones, levantaron sus brazos en alto, gimieron, decayeron anímicamente, dañándose a sí mismos, tambalearon atrás y adelante, diciendo: 'Es demasiado temprano que el Bienaventurado haya alcanzado el Nibbana, demasiado pronto que el Bienhechor haya alcanzado el Nibbana, muy prematuramente el Ojo del Mundo ha desaparecido.' Sin embargo, los otros monjes que fueron liberados de las pasiones, con la atención consciente, siendo prudentes, moderaron su dolor diciendo: 'Impermanentes son todas las cosas compuestas -¿qué otra cosa podría esperarse?' “Entonces, amigos, hablé de esta manera a aquellos monjes: ‘Basta ya, amigos, no os aflijáis ni os lamentéis; ¿acaso no lo ha explicado ya el Bienaventurado cuando dijo que cada una de las cosas queridas está sujeta a cambio, a separación y que lo contrario es imposible? Lo único que es posible, amigos, es que todo aquello que ha nacido, ha llegado a la existencia, está compuesto y sujeto a la disolución. Realmente proponerse: «hagamos que esto no se disuelva», es algo imposible’. “Después de esto, amigos, uno de ellos de nombre Subhadda, quien se convirtió en renunciante cuando ya era mayor de edad, se sentó en medio de la asamblea. Entonces, Subhadda, el que se convirtió en renunciante cuando ya era mayor de edad, se dirigió a los monjes con estas palabras: ‘Basta ya, amigos, no os aflijáis ni os lamentéis, estamos ahora bien liberados de este gran asceta. Antes nos preocupábamos cuando el decía: «Esto está permitido para vosotros, aquello está prohibido para vosotros», ahora nos es posible hacer lo que nos guste y no hacer lo que nos desagrada’. “’Vamos, amigos, cantemos el Dhamma-y-Disciplina; lo que antes no era el dhamma, que brille ahora y sea retenido como el dhamma; lo que antes no era disciplina, que brille ahora y sea retenido como disciplina; los que hablan aquello que antes no era el dhamma, que lleguen a ser fuertes y los que hablan aquello que antes era el dhamma, que lleguen a ser débiles; los que hablan aquello que antes no era disciplina, que lleguen a ser fuertes y los que hablan aquello que antes era disciplina, que lleguen a ser débiles’. [2] “Por eso, amigos, que se seleccione ahora a los monjes que sean venerables ancianos”. Acto seguido, el venerable Maha Kassapa seleccionó quinientos monjes perfectos, menos uno. Entonces los monjes hablaron al venerable Maha Kassapa de esta manera: “Venerable señor, este Ananda, aunque todavía está en el proceso de aprendizaje, no puede ser considerado como alguien capaz de emprender un camino equivocado movido por la avidez, ira, falsa ilusión o miedo, porque ha dominado bastante este Dhamma-y-Disciplina bajo la dirección del Bienaventurado. Ahora bien, que el venerable Maha Kassapa seleccione al venerable Ananda también”. Entonces, el venerable Maha Kassapa ha seleccionado al venerable Ananda también. [3] Después, los monjes que eran venerables ancianos tuvieron este pensamiento: “Ahora bien, ¿dónde deberíamos cantar el Dhamma-y-Disciplina?” Acto seguido se les ocurrió lo siguiente: “He aquí hay una gran cantidad de recursos para mendigar la comida en Rajagaha y lugar suficiente para el alojamiento. ¿Por qué no establecemos nuestra residencia en Rajagaha para la época de las lluvias, para poder cantar el Dhamma-y-Disciplina y para que no haya otros monjes que lleguen a Rajagaha para las lluvias?” [4] Entonces, el venerable Maha Kassapa se dirigió al Sangha de los monjes con estas palabras: {438} “Amigos, que el Sangha me escuche. Si al Sangha esto le parece bien y si el Sangha está de acuerdo, que estos quinientos monjes establezcan su residencia de las lluvias en Rajagaha para cantar el Dhamma-y-Disciplina y que ningún otro monje establezca su residencia en Rajagaha en la época de las lluvias. Ésta es la moción. Amigos, que el Sangha me escuche. Que el Sangha exprese su acuerdo sobre si estos quinientos monjes deben establecer su residencia de las lluvias en Rajagaha para cantar el Dhamma-y-Disciplina y que ningún otro monje establezca su residencia en Rajagaha en la época de las lluvias. Si el Sangha está de acuerdo con que estos quinientos monjes establezcan su residencia de las lluvias en Rajagaha para cantar el Dhamma-yDisciplina y que ningún otro monje establezca su residencia en Rajagaha en la época de las lluvias, si esto es lo le plazca al Sangha, entonces que permanezca en silencio. Aquel que no esté de acuerdo con esto, que hable. Estos quinientos monjes están de acuerdo en establecer su residencia de las lluvias en Rajagaha para cantar el Dhamma-y-Disciplina y que ningún otro monje establezca su residencia en Rajagaha en la época de las lluvias. Esto es lo que place al Sangha porque permanece en silencio. Así lo entiendo.” [5] Después de esto, los monjes que eran venerables ancianos fueron a Rajagaha para cantar el Dhamma-y-Disciplina. Entonces, a estos monjes que eran venerables ancianos se les ocurrió lo siguiente: “Ahora bien, la costumbre de reparar lo roto y arruinado fue alabada por el Bienaventurado. Vayamos y dediquémonos a reparar lo roto y arruinado durante el primer mes y, habiéndonos reunidos durante el mes del medio, cantaremos el Dhamma-y-Disciplina”. De modo que, aquellos monjes que eran venerables ancianos, repararon lo roto y lo arruinado durante el primer mes. [6] Pasado este tiempo, el venerable Ananda estaba pensando lo siguiente: “Mañana empieza la asamblea. No es apropiado de mi parte que, siendo sólo un aprendiz, participe en ella”. Así que permaneció la gran parte de la noche con la atención consciente puesta en la contemplación del cuerpo. Cuando la noche estaba por terminar, pensando “voy a recostarme”, ha inclinado su cuerpo, pero mientras su cabeza estaba por tocar el colchón y sus pies ya no estaban apoyados en el suelo, en este intervalo su mente ha sido liberada de las contaminaciones sin que quedara residuo alguno. {439} Entonces, el venerable Ananda, llegando a ser Arahant fue a la asamblea. [7] En esta ocasión, el venerable Maha Kassapa se dirigió al Sangha con estas palabras: “Amigos, que el Sangha me escuche. Si esto le parece correcto al Sangha, voy a hacer preguntas a Upali acerca de la disciplina”. Entonces, el venerable Upali se dirigió al Sangha con estas palabras: “Amigos, que el Sangha me escuche. Si esto le parece correcto al Sangha, habiendo sido preguntado acerca de la disciplina por el venerable Maha Kassapa, voy a responder”. Acto seguido, el venerable Maha Kassapa habló de la siguiente manera al venerable Upali: “Amigo Upali, ¿dónde se cometió la primera ofensa relacionada con Parajika [1]?” “En Vesali, venerable señor”. “¿En relación a quién?” “En relación a Sudinna el kalandaka”. “¿Referente a qué?” “Referente a la relación sexual”. Luego, el venerable Maha Kassapa preguntó al venerable Upali acerca del objeto de la primera ofensa relacionada con Parajika, le preguntó acerca de su origen, le preguntó como individuo, le preguntó sobre la regulación, le preguntó sobre las posteriores regulaciones suplementarias, le preguntó sobre qué es lo que implica caer en esta ofensa y le preguntó qué es lo que no constituye esta ofensa. Acto seguido, el venerable Maha Kassapa habló de la siguiente manera al venerable Upali: “Amigo Upali, ¿dónde se cometió la segunda ofensa relacionada con Parajika?” “En Rajagaha, venerable señor”. “¿En relación a quién?” “En relación a Dhaniya, el hijo del alfarero”. “¿Referente a qué?” “Referente a tomar algo que no ha sido dado”. Luego, el venerable Maha Kassapa preguntó al venerable Upali acerca del objeto de la segunda ofensa relacionada con Parajika, le preguntó acerca de su origen, le preguntó como individuo, le preguntó sobre la regulación, le preguntó sobre las posteriores regulaciones suplementarias, le preguntó sobre qué es lo que implica caer en esta ofensa y le preguntó qué es lo que no constituye esta ofensa. Acto seguido, el venerable Maha Kassapa habló de la siguiente manera al venerable Upali: “Amigo Upali, ¿dónde se cometió la tercera ofensa relacionada con Parajika?” “En Vesali, venerable señor”. “¿En relación a quién?” “En relación a varios monjes”. “¿Referente a qué?” “Referente a la riña con los seres humanos” [2]. Luego, el venerable Maha Kassapa preguntó al venerable Upali acerca del objeto de la tercera ofensa relacionada con Parajika, le preguntó acerca de su origen, le preguntó como individuo, le preguntó sobre la regulación, le preguntó sobre las posteriores regulaciones suplementarias, le preguntó sobre qué es lo que implica caer en esta ofensa y le preguntó qué es lo que no constituye esta ofensa. Acto seguido, el venerable Maha Kassapa habló de la siguiente manera al venerable Upali: “Amigo Upali, ¿dónde se cometió la cuarta ofensa relacionada con Parajika?” “En Vesali, venerable señor”. “¿En relación a quién?” “En relación a los monjes que estaban en la orilla del río Vaggumuda”. “¿Referente a qué?” “Referente a las extraordinarias condiciones” [3]. Luego, el venerable Maha Kassapa preguntó al venerable Upali acerca del objeto de la cuarta ofensa relacionada con Parajika, le preguntó acerca de su origen, le preguntó como individuo, le preguntó sobre la regulación, le preguntó sobre las posteriores regulaciones suplementarias, le preguntó sobre qué es lo que implica caer en esta ofensa y le preguntó qué es lo que no constituye esta ofensa. [8] {440} Acto seguido, el venerable Maha Kassapa se dirigió al Sangha con estas palabras: “Amigos, que el Sangha me escuche. Si esto le parece correcto al Sangha, voy a hacer preguntas a Ananda acerca del Dhamma”. Entonces, el venerable Ananda se dirigió al Sangha con estas palabras: “Amigos, que el Sangha me escuche. Si esto le parece correcto al Sangha, habiendo sido preguntado acerca del Dhamma por el venerable Maha Kassapa, voy a responder”. Acto seguido, el venerable Maha Kassapa habló de la siguiente manera al Venerable Ananda: “Amigo Ananda, ¿dónde fue pronunciado el Brahmajala?” [4]. “Entre Rajagaha y Nalanda, venerable señor, en la real casa de descanso en la Arboleda de los Bambúes”. “¿Con quién?” “Con el asceta errante Suppiya y con un joven brahmán”. Entonces, el venerabla Maha Kassapa preguntó al venerable Ananda sobre el origen de Brahmajala y le preguntó como individuo. “¿Y dónde, amigo Ananda, fue pronunciado el Samannaphala?” [5]. “En Rajagaha, venerable señor, en la Arboleda de los Mangos de Jivaka”. “¿Con quién?” “Con Ajatasattu, el hijo de Videhan”. Entonces, el Venerabla Maha Kassapa preguntó al Venerable Ananda sobre el origen de Samannaphala y le preguntó como individuo. De la misma manera, le preguntó acerca de los cinco Nikayas. Y el venerable Ananda, continuamente preguntado, respondía. 2. Khn 21,2 (Cv 11,1.9-11) {4V.11.2,441-444} Khuddanukhuddakasikkhapadakatha - Porción con las reglas menores de la Disciplina [9] {441} En esta ocasión, el venerable Ananda habló de la siguiente manera a los monjes que eran venerables ancianos: “Venerables señores, el Bienaventurado, al tiempo de alcanzar el Parinibbana me dijo lo siguiente: 'Ananda, después de mi muerte, si el Sangha así lo desee, las menores y pequeñas reglas de entrenamiento, pueden ser abolidas.'” “Pero, amigo Ananda, ¿has preguntado al Bienaventurado, diciendo: '¿Pero, cuáles son, venerable señor, estas menores y pequeñas reglas de entrenamiento?'” “No, venerables señores, no le he preguntado al Bienaventurado, diciendo: '¿Pero, cuáles son, venerable señor, estas menores y pequeñas reglas de entrenamiento?'” Entonces, algunos de los monjes que eran venerables ancianos, dijeron esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika y excepto las trece reglas relacionadas a Sanghadisesa [6], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa y excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata [7], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa, excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata y excepto las treinta reglas relacionadas a Nissaggiya Pacittiya [8], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa, excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata, excepto las treinta reglas relacionadas a Nissaggiya Pacittiya y excepto las noventa y dos reglas relacionadas a Pacittiya [9], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. Algunos otros monjes que eran venerables ancianos decían esto: “Excepto las cuatro reglas relacionadas a Parajika, excepto las trece reglas relacionadas a Samghadisesa, excepto las dos reglas relacionadas a Aniyata, excepto las treinta reglas relacionadas a Nissaggiya Pacittiya, excepto las noventa y dos reglas relacionadas a Pacittiya y excepto las cuatro reglas relacionadas a Patidesaniya [10], todo lo demás constituye reglas de entrenamiento menores y pequeñas”. {442} Entonces, el venerable Maha Kassapa se dirigió al Sangha con estas palabras: “Amigos, que el Sangha me escuche. He aquí, existen para nosotros reglas de entrenamiento que afectan la vida de los hombres hogareños y los hombres hogareños saben lo que nos concierne a nosotros: 'Ciertamente, ésto está permitido para los ascetas, hijos de los sakyanos, y aquello, ciertamente no está permitido para ellos'. Si nosotros abolimos las menores y pequeñas reglas de entrenamiento, no faltarán aquellos que dirán: 'Desde su cremación, las reglas del entrenamiento han sido establecidas por el asceta Gotama para sus discípulos; mientras el Maestro estaba entre ellos, se entrenaban a sí mismos en las reglas del entrenamiento, pero una vez el Maestro hubo alcanzado el Parinibbana, ellos ya no se entrenan a sí mismos en las reglas del entrenamiento.' Si esto le parece correcto al Sangha, el Sangha no debería establecer lo que no ha sido establecido, ni tampoco abolir lo que ha sido establecido. El Sangha debería proceder en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas. Esta es la moción. Amigos, que el Sangha me escuche. He aquí, existen para nosotros reglas de entrenamiento que afectan la vida de los hombres hogareños y los hombres hogareños saben lo que nos concierne a nosotros: 'Ciertamente, ésto está permitido para los ascetas ... ellos ya no se entrenan a sí mismos en las reglas del entrenamiento.' Pero el Sangha no está estableciendo lo que no ha sido establecido, ni tampoco aboliendo lo que ha sido establecido. El Sangha procede en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas. Si el hecho de no establecer lo que no ha sido establecido, no abolir lo que ha sido establecido, proceder en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas, le plazca al Sangha, entonces que permanezca en silencio. Aquel que no esté de acuerdo con esto, que hable. El Sangha no establece lo que no ha sido establecido, no deroga lo que ha sido establecido, procede en conformidad y de acuerdo a las reglas del entrenamiento que han sido establecidas. Esto es lo que le place al Sangha porque permanece en silencio. Así lo entiendo.” [10] {443} Más tarde, los monjes que eran venerables ancianos dijeron al venerable Ananda lo siguiente: “Amigo Ananda, esto de no haber preguntado al Bienaventurado por falta de la atención consciente -'¿pero, cuáles son, venerable señor, las menores y pequeñas reglas de entrenamiento?'- es una falta de Dukkata [11]. Confiesa la ofensa de Dukkata”. “Venerables señores, ciertamente por falta de la atención consciente no he preguntado al Bienaventurado, diciendo: '¿Pero, cuáles son, venerable señor, las menores y pequeñas reglas de entrenamiento?' Sin embargo, no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”. “Amigo Ananda, también esto de haber cosido la vestimenta de las lluvias del Bienaventurado después de haberlas pisado, es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”. “Venerables señores, ciertamente no fue por falta respeto que he cosido la vestimenta de las lluvias del Bienaventurado después de haberlas pisado. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”. “Amigo Ananda, también esto de haber dejado que el cuerpo del Bienaventurado fuera honrado primero por las mujeres -y como ellas estaban llorando, el cuerpo del Bienaventurado ha sido manchado por las lágrimas- es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”. “Pero, venerables señores, pensando que las cosas no se hagan en tiempo incorrecto, ha sido honrado el cuerpo del Bienaventurado primero por las mujeres. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”. “Amigo Ananda, también esto de no haber pedido al Bienaventurado -a pesar de recibir una clara indirecta y tener signos palpables- diciendo: 'Que el Bienaventurado permanezca un eón entero, que el Bienhechor permanezca un eón entero para el bienestar de muchas personas, para la felicidad de muchas personas, por la compasión al mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y seres humanos', es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”. “Pero, venerables señores, fue porque mi mente ha sido obstruida por el Mara, que no he pedido al Bienaventurado -a pesar de recibir una clara indirecta y tener signos palpables- diciendo: 'Que el Bienaventurado permanezca un eón entero, que el Bienhechor permanezca un eón entero para el bienestar de muchas personas, para la felicidad de muchas personas, por la compasión al mundo, por el bien, el bienestar y la felicidad de los devas y seres humanos'. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”. “Amigo Ananda, también esto de hacer esfuerzo para que las mujeres puedan ser renunciantes en este Dhamma-y-Disciplina proclamado por el Tathagata, es una falta de Dukkata. Confiesa la ofensa de Dukkata”. “Pero, venerables señores, yo hice el esfuerzo para que las mujeres puedan ser renunciantes en este Dhamma-y-Disciplina proclamado por el Tathagata pensando: 'Esta Gotami Maha Pajapati es la tía del Bienaventurado, su segunda madre, su nodriza, la que le dio la leche, de la cual -una vez su madre ha muerto- él ha mamado la leche'. Yo no veo que ésta sea una ofensa de Dukkata, pero aún así, por la lealtad a los venerables señores, lo confieso como una ofensa de Dukkata”. [11] {444} En este tiempo, el venerable Purana estaba recorriendo las colinas sureñas en busca de las limosnas de comida junto a un gran número de monjes, por lo menos, unos quinientos monjes. Entonces, el venerable Purana, habiendo estado morando en las colinas sureñas por el tiempo que consideró conveniente, y después de que los monjes que eran venerables ancianos han cantado el Dhamma-y-Disciplina, se acercó a Rajagaha, a la Arboleda de los Bambúes. Habiéndose acercado y habiendo intercambiado cordiales saludos con los monjes que eran venerables ancianos, se sentó a un lado, a una distancia respetuosa. Y cuando ya estaba sentado a una distancia respetuosa, los monjes que eran venerables ancianos se dirigieron al Venerable Purana con estas palabras: “Amigo Purana, el Dhamma-y-Disciplina ha de ser cantado en conjunto con los monjes que son venerables ancianos. Entrégate a ti mismo a este canto”. “Venerables señores, bien cantado es el Dhamma-y-Disciplina por los monjes que son venerables ancianos. Pero yo, así como lo he escuchado cara a cara del Bienaventurado, así como lo he recibido cara a cara del Bienaventurado, de la misma manera lo seguiré llevando”. 3. Khn 21,3 (Cv 11,1.12-16) {4V.11.3,445} Brahmadandakatha - Porción con el castigo consistente en la prohibición de conversar y comunicarse con el transgresor [12] {445} En esta ocasión, el venerable Ananda habló de la siguiente manera a los monjes que eran venerables ancianos: “Venerables señores, el Bienaventurado, al tiempo de alcanzar el Parinibbana me dijo lo siguiente: 'Ananda, después de mi muerte, el Sangha debe imponer el castigo del Brahma [12] al monje Channa” “Pero, amigo Ananda, has preguntado al Bienaventurado diciendo: 'Pero, venerable señor, ¿cuál es el castigo del Brahma?'” “Sí, venerables señores, he preguntado al Bienaventurado diciendo: 'Pero, venerable señor, ¿cuál es el castigo del Brahma?' y él me respondió: 'Ananda, Channa podrá decir lo que le plazca a los monjes, pero al monje Channa, ningún otro monje podrá hablar, ni exhortar ni instruir'” “Entonces bien, amigo Ananda, ¿has impuesto tú el castigo del Brahma al monje Channa?” “¿Pero cómo, venerables señores, puedo imponer el castigo del Brahma al monje Channa, siendo que es un hombre feroz y violento?” “Entonces bien, amigo Ananda: ve [a él] con un numeroso grupo de monjes”. “Bien, venerables señores”, respondió el venerable Ananda y habiendo sido acompañado por un gran número de monjes, al menos por unos quinientos monjes, desembarcó en Kosambi de un bote que iba río arriba y se sentó debajo de un árbol, no muy lejos de la Arboleda del Placer del rey Udena. [13] En esta ocasión, el rey Udena se estaba divirtiendo en su Arboleda del Placer con sus concubinas. Entonces, las concubinas del rey Udena escucharon esto: “Se dice que nuestro maestro, el maestro Ananda, está sentado debajo de un árbol no lejos de la Arboleda del Placer del rey Udena”. Así que las concubinas del rey Udena se dirigieron a él con estas palabras: “Su majestad, se dice que nuestro maestro, el maestro Ananda, está sentado debajo de un árbol no lejos de la Arboleda del Placer de su majestad. Nosotras, su majestad, queremos ver al maestro Ananda”. “Entonces bien, ved a ver al asceta Ananda”, respondió el rey y sus concubinas se acercaron al venerable Ananda. Habiéndose acercado y habiendo intercambiado con él cordiales saludos, se sentaron a un lado. Entonces, mientras estaban sentadas a una distancia respetuosa, el venerable Ananda regocijó, animó, elevó espiritualmente y deleitó a las concubinas del rey Udena con la plática del Dhamma. Luego las concubinas del rey Udena, habiéndose regocijado, animado, elevado espiritualmente y deleitado con la plática del Dhamma del venerable Ananda, le ofrecieron quinientos hábitos interiores. Finalmente, las concubinas del rey Udena, complacidas con las palabras del venerable Ananda, habiéndole agradecido, se levantaron de sus asientos y se retiraron, manteniendo siempre al venerable Ananda a su mano derecha y regresaron junto al rey Udena. [14] Entonces, el rey Udena, al ver sus concubinas acerándose desde cierta distancia, les habló con estas palabras: “¿Habéis visto al asceta Ananda?” “Sí, su majestad, hemos visto al maestro Ananda”. “Pero, ¿le habréis ofrecido algo al asceta Ananda?” “Sí, su majestad, ofrecimos quinientos hábitos interiores al maestro Ananda”. Entonces el rey Udena miró de reojo, criticó al venerable Ananda y expandió esto acerca de él: “¿Cómo pudo este asceta Ananda aceptar tantos hábitos? ¿Será que el asceta Ananda va a poner un negocio con ropa y tejidos o va a ofrecer esto para la venta en una tienda?” Acto seguido, el rey Udena se acercó al venerable Ananda; habiéndose acercado y habiendo intercambiado con él cordiales saludos, se sentó a un lado. Entonces, mientras estaba sentado a una distancia respetuosa, el rey Udena habló así al venerable Ananda: “¿Estaban nuestras concubinas aquí, querido Ananda?” “Sí, su majestad, sus concubinas estaban aquí.” “¿Será que le ofrecieron algún regalo al venerable Ananda?” “Ellas me ofrecieron quinientos hábitos interiores, su majestad”. “¿Pero qué vas a hacer, venerable Ananda, con semejante cantidad de hábitos?” “Voy a repartirlos, su majestad, entre aquellos monjes, cuyos hábitos están ya deteriorados”. “Pero entonces, ¿qué vas a hacer, querido Ananda, con todos estos hábitos viejos deteriorados?” “Nosotros vamos a hacer de ellos, su majestad, los cobertizos externos”. “Pero entonces, ¿qué vas a hacer, querido Ananda, con todos estos cobertizos externos que ya son viejos?” “Vamos a hacer de ellos, su majestad, los cobertizos del suelo”. “Pero entonces, ¿qué vas a hacer, querido Ananda, con todos estos cobertizos del suelo que ya son viejos?” “Vamos a hacer de ellos ruedos, su majestad”. “Pero entonces, ¿qué vas a hacer, querido Ananda, con todos estos ruedos que ya son viejos?” “Vamos a convertirlos en trapos, su majestad”. “Pero entonces, ¿qué vas a hacer, querido Ananda, con todos estos trapos que ya son viejos?” “Habiendo hecho trizas de ellos, su majestad, habiéndolos amasado con lodo, haremos de ello el yeso del suelo”. Entonces, el rey Udena -pensando: “Estos ascetas, los hijos de los sakyanos, usan todas las cosas ordenadamente y no desperdician nada'- le regaló otros quinientos hábitos al venerable Ananda. De esta manera, ésta fue la primera vez que mil hábitos han sido regalados al Venerable Ananda, como consecuencia de las ofrendas de las limosnas. [15] Después de esto, el Venerable Ananda se acercó al monasterio de Ghosita. Habiéndose acercado, se sentó en el asiento que estaba preparado para él. Entonces, el Venerable Channa se acercó al Venerable Ananda; habiéndose acercado y habiendo intercambiado cordiales saludos con el Venerable Ananda, se sentó a un lado, a una distancia respetuosa. Y mientras estaba sentado a una distancia respetuosa, el Venerable Ananda se dirigió a él con estas palabras: “El castigo del Brahma se te va a imponer, amigo Channa, por parte del Sangha”. “Pero, ¿qué es, venerable Ananda, el castigo del Brahma?” “Tú, amigo Channa, podrás decir lo que te plazca a los monjes, pero a ti ningún otro monje te podrá hablar, ni exhortar ni instruir”. Y diciendo -“¿podría yo, venerable Ananda, ser destruido por causa de que ningún monje me hable, no me exhorte ni me instruya?”- cayó en un desvanecimiento en este preciso momento. Entonces, el venerable Channa siendo turbado por causa del castigo de Brahma, sintiéndose avergonzado, aborreciendo esto, se retiró a morar en soledad, apartado, determinado, ardiente, con firme resolución, y pronto realizó por sí mismo, aquí y ahora, mediante el conocimiento directo, la meta última de la vida santa, por la cual el joven hombre hogareño, correctamente abandona la casa, para vivir el estilo de vida sin hogar. Entrando en este estado y permaneciendo en él, entendió esto: “Destruido está el nacimiento, la vida santa ha sido vivida, lo que era por realizar se ha hecho, y no queda nada más qué hacer en este mundo”. De esta manera, el Venerable Channa se convirtió en un otro Arahant. Entonces, el venerable Channa, habiendo alcanzado la perfección, se acercó al Venerable Ananda; habiéndose acercado, habló así al Venerable Ananda: “Venerable Ananda, anule el castigo de Brama sobre mí”. “Desde el momento, en que has alcanzado la perfección, venerable Channa, desde este mismo instante, el castigo del Brahma ha sido anulado sobre tí”. [16] Ahora bien, ya que los quinientos monjes -ni más ni menos- fueron los que cantaron esta Disciplina, es por eso que [esta parte] se llama “de los quinientos”. Notas [1] Parajika: son las cuatro reglas, cuya trasgresión se considera como ofensa más grave e implica la expulsión del Sangha (son ocho Parajikas para las bhikkhunis). Volver [2] El hecho en cuestión y los Comentarios concuerdan que se trata de matar a un ser humano. Volver [3] Se refiere al hecho de mentir a los laicos sobre los extraordinarios logros espirituales que uno supuestamente habría alcanzado. Volver [4] Se trata del Brahmajala Sutta (Discurso de la red del Brama) que aparece como el primer sutta de la colección Digha Nikaya. Volver [5] Se trata del Samannaphala Sutta (Discurso sobre los frutos de la vida contemplativa) que es el segundo sutta de la misma colección. Volver [6] Samghadisesa: son trece reglas de disciplina que requieren de la participación formal del Sangha en todo el proceso punitivio: el Sangha llama la atención al monje que trasgredió la regla, le impone la disciplina, vela por su cumplimiento y, finalmente, levanta la pena. Volver [7] Aniyata: son dos reglas que se llaman "indefinidas" en el sentido de que no establecen una penalidad determinada, pero permiten el juzgamiento de la conducta del monje que las transgrede por parte del Sangha. Volver [8] Nissaggiya Pacittiya: Son treinta reglas que ponen freno a la avidez desordenada del monje por poseer cosas materiales. La penalidad consiste, primeramente en devolver el objeto que fue causa de la ofensa, seguido por la confesión de haber quebrado la regla y la promesa de no repetirla otra vez. Volver [9] Pacittiya: Un grupo de noventa y dos reglas de menor envergadura que sólo implican la confesión como penalidad. Volver [10] Patidesaniya: Son cuatro reglas que implican admisión o reconocimiento por parte de los infractores. Volver [11] Dukkata: literalmente significa “mal hecho” o “mala acción”, es la ofensa más ligera. Volver [12] Brahmadanda: castigo consistente en el cese de toda clase de conversación y comunicación con el transgresor. El episodio contado por el venerable Ananda aparece también en DN 16,6.4. Volver Fuentes “Brahmadandakatha ” en The World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/4V/11/11.3 (13/05/2008) “Khuddanuakhuddakasikkhapadakatha en The World Tipitaka Edition http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/4V/11/11.2 “Sangitinidana” en The World http://studies.worldtipitaka.org/tipitaka/4V/11/11.1 (13/05/2008) Tipitaka Edition HORNER, I.B. (2000) “The Lesser Division (Cullavagga) XI” en The Book of the Discipline: Vinaya-Pitaka. Vol. V: Cullavagga. Oxford, Pali Text Society. Págs. 393-406.