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Evaluación y acreditación universitaria
¿Por qué algunos están en contra?
 Dicen que al acreditar se pone en riesgo la autonomía universitaria porque se meten en la actividad
académica…
Este argumento ignora que la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) es un
organismo de aplicación, y como tal, no es el que define los estándares con los que se acreditan las carreras de
grado. En el proceso de fijación de los estándares de las carreras de grado participa la comunidad académica, a
través de las asociaciones de decanos, colegios y asociaciones profesionales, que elevan sus propuestas, las que
son elevadas para ser aprobadas por el CIN (rectores de todas las Universidades Nacionales) y luego son
debatidas en el Consejo de Universidades (CU) (rectores de universidades estatales y privadas). Con el acuerdo
del CU, son aprobados por el Ministerio y aplicados por la CONEAU mediante evaluaciones de pares de la
comunidad académica.
Es importante destacar que las acreditaciones no las realizan los miembros de la CONEAU, sino que son
llevadas adelante por pares evaluadores –profesores universitarios especialistas en las disciplinas que se
evalúan, convocados a tales efectos debido a sus méritos académicos, antecedentes y trayectoria profesionalquienes pueden ser recusados por motivos fundados.
 Dicen que la CONEAU puede modificar las universidades cuando éstas son evaluadas y que pretende
acortar los ciclos de grado, pasando los contenidos a los posgrados…
Esta afirmación desconoce que el proceso de evaluación académica de las instituciones tiene dos partes
fundamentales. La primera consiste en la autoevaluación, instancia en la que los actores institucionales
realizan un diagnóstico y análisis de diferentes aspectos de la institución, relevando fortalezas y debilidades, y
además estableciendo ellas mismas los planes de mejora que adoptarán con el objetivo de mejorar aquellos
aspectos detectados como debilidades.
La evaluación externa constituye sólo una garantía
de que la facultad
cumple con los objetivos
que se
propuso para esa carrera, o que no los cumple, y que los datos informados sean reales.
Por otro lado, en la acreditación de carreras, entre las cuestiones que pueden detectarse como aspectos a mejorar,
puede o no surgir la necesidad de una reforma del plan de estudios, siendo los Consejos Directivos de las
facultades los únicos órganos con competencia para proponer cambios en los planes de estudio de sus carreras,
que luego se aprueban en el Consejo Superior de la Universidad.
 Dicen que la acreditación implica la evaluación de toda la facultad y las demás carreras…
Este supuesto confunde procesos. Obviamente, la información que se analiza para la acreditación de una
carrera incluye aspectos institucionales, debido a que la carrera se dicta en determinado espacio institucional
que claramente condiciona -tanto positiva como negativamente- el desarrollo de la misma. Sin embargo, la
acreditación es un proceso que se realiza sobre cada carrera -tanto para las de grado de interés público, como
para las de posgrado- (no sobre instituciones), a medida que la CONEAU realiza las convocatorias.
 Dicen que los resultados de los procesos de evaluación y acreditación pueden ser utilizados para la
construcción de rankings entre las universidades…
Frente a este argumento cabe aclarar dos cuestiones fundamentales. Por un lado, los criterios que se utilizan en
la construcción de los rankings universitarios nada tienen que ver con los aspectos que son evaluados por los
pares evaluadores. La cantidad de alumnos extranjeros, la cantidad de trabajos científicos publicados en inglés
o cuántos premios nobeles corresponden a graduados de esa institución, no son cuestiones que definan una
acreditación o una evaluación. Justamente por el contrario, los aspectos que analizan los pares evaluadores no
son variables a través de las que se puedan construir rankings. La finalidad de la evaluación externa es asistir
a las instituciones en sus propuestas de mejoramiento de la calidad, analizando las características y desarrollos
de las instituciones universitarias en el marco de sus misiones y objetivos; mientras que la acreditación tiene
como meta garantizar el cumplimiento de estándares mínimos de calidad en las carreras de grado de interés
público y las de posgrado, e impulsar la realización de mejoras en aquellas carreras que no alcanzan los
estándares.
Por último, las acreditaciones de carreras de grado no establecen categorizaciones; y en el caso de las carreras
de posgrado, si bien existen categorías, éstas se emiten sólo si es solicitado expresamente por la institución y no
implican el establecimiento de escalas meritocráticas entre universidades.
 Dicen que acreditar es aceptar el recorte presupuestario porque sólo le darían presupuesto a las carreras
acreditadas…
La acreditación universitaria tiene como propósito el aseguramiento de la calidad. Ni la acreditación ni la
evaluación institucional realizadas por la CONEAU tienen consecuencias sobre el financiamiento universitario,
aún cuando la acreditación tiene influencia sobre el otorgamiento de becas dirigidas a la formación de
investigadores científicos por parte del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y
otros organismos nacionales e internacionales, ya que solo pueden acceder a ellas los estudiantes de carreras
acreditadas.
Por ello, bajo ningún aspecto pueden confundirse las políticas presupuestarias con las de evaluación y
acreditación universitaria. Las pautas presupuestarias que se utilizan para distribuir el presupuesto entre las
universidades no incluyen criterios sobre si las instituciones acreditaron o no sus carreras. En este sentido,
oponerse a la evaluación y acreditación universitaria no constituye una oposición a la reducción de
presupuesto.
 Dicen que se puede no acreditar una carrera y que su título tiene lo mismo validez nacional…
La normativa vigente (Decreto Nº 499/95) establece que la acreditación de la CONEAU es requisito para el
reconocimiento oficial y la consecuente validez nacional de los títulos de las carreras de grado comprendidas
en el art. 43 de la Ley Nº 24.521 y de los posgrados. Por lo tanto, el Ministerio de Educación no le otorga
validez nacional a los títulos que correspondan a carreras no acreditadas.
Es importante señalar que la validez nacional de los títulos es un mecanismo que tiene el objetivo de
garantizar que todas las ofertas educativas cumplan con los requisitos mínimos indispensables de modo tal que
la educación sea equitativa y de calidad en todo el territorio nacional.
La necesidad de que nuestro títulos tengan validez nacional no consiste sólo en una cuestión formal, sino que el
hecho de que no la tenga nos perjudica como estudiantes: no podemos continuar estudios en cualquier lugar del
país ni en el exterior, nos limita el acceso a becas, y además condiciona nuestro ejercicio profesional en otros
países, debido a que las reválidas de títulos en el extranjero requieren primero la validez nacional.