• HORA DE ACOSTARSE: Estableced juntos una normas sencillas para la hora de acostarse, tales cómo qué se espera que hagan, que debes hacer en la cama si no consiguen dormir y si deben o no levantarse de la cama. Estableced rutinas para la hora de acostarse y ceñiros a ella. Fijaros en los primeros signos de cansancio de un niño: frotarse los ojos, moverse lentamente, intentar mantener los ojos abiertos o mostrarse irritable. Acostad al niño cuando se esté durmiendo. En general transcurre un periodo de tiempo demasiado prolongado entre el momento en el que el niño empieza a tener sueño y la hora establecida para acostarse. Esto hace que se vuelvan maniáticos y que no cooperen. Retrasad la hora de acostarse una media hora cada día hasta que coincida con la hora con la que empieza a tener sueño. Cread una rutina a la hora de acostarse, que contribuya a que la mente y el cuerpo del niño se relaje para que finalmente pueda dormirse (caricias, nanas, cuentos,..). La media hora antes sobreestimulación. Dejad que un objeto inanimado “diga” la hora de acostarse (despertador,..). Os podéis quedar un rato con él antes de que se duerma, si realmente necesita vuestra presencia, pero establecer límites. Acompañad al niño a la cama, sin discutir cada vez que se levante. Es difícil, pero da resultados. Cada día se levantará menos. Elógiale cada vez que se vaya a la cama sin rechistar. Si dormís fuera de casa, llevarle un objeto que le resulte familiar. • de acostarse, hacer cosas tranquilas, para evitar HORA DE COMER: Sirve una gran variedad de alimentos, uno detrás de otro, para que se distraiga. Sirve en recipientes pequeños, lo encuentran más tentador y manejable. Intenta ser creativo/@, para que sea más divertido. Vigilad la cantidad de zumo que ingiere al día, les puede quitar el apetito Estableced normas a la hora de comer. Intentad los comentarios de.. que buenas esta, que sana es,…Cuanto más hables de ella, menos le apetece. Aplica una política de tolerancia cero a los lanzadores de comida. Anticípate cuando es la hora de comida con un registro diario. Algunos niños son sensibles a determinadas texturas, olores,.. tenlo en cuenta. Respeta el apetito de tu hijo. Enséñale a reconocer cuando tiene y cuando no tiene hambre. Vanesa Corral Fernández (nº BI 03620)