Alejandro me llamó, su primo estaba intentando comprarse una cajonera para su furgoneta y quería saber de proveedores que vendieran este tipo de material. Alberto, acababa de volver de sus prácticas como veterinario de caballos y tenía una furgoneta la cual quería dotar de todo tipo de tecnología y medicación (los veterinarios de caballos son servicios móviles que se desplazan a las cuadras) y los presupuestos que le habían lanzado eran desorbitados… Iba a tardar mucho en devolverlo en un mercado incierto, donde no sabía cuales iban a ser sus ingresos… Y me preguntaba sobre una cajonera. Hablé con él intentando disuadirlo y decirle que comprándose unas cajas de plástico le iba a salir más barato y los inyectables no se le iban a mover y por tanto no se romperían y más adelante, cuando pudiera incurrir en más costes, afrontaría el coste de una cajonera a medida o incluso varias. Pero el me dijo “Laia, no lo hago para no se me rompan los frascos, lo hago por la calidad”. Bonito palabro, CALIDAD. Cuando digo que esta palabra es verde todos estamos de acuerdo porque es una característica y si digo que un llavero es Rojo o redondo todos vamos a estar de acuerdo porque se trata de una característica de un producto pero ¿Qué necesitas para saber si es de calidad? me vas a pedir usarlo, tocarlo, percibirlo y aún haciéndolo puede que no estés de acuerdo conmigo en si es de calidad o no, y lo mejor, es que ninguno de nosotros dos vamos a estar equivocados (la calidad es relativa). Porque la calidad no está en el llavero sino en quien lo utiliza. Si quiero que te quedes con una sola frase de todo este artículo es esta: “La calidad de tu producto o servicio no está en tu producto o servicio sino en la PERCEPCION de tu cliente”. El cliente tiene un defecto de serie… Está lleno de expectativas. Y sólo, si tu producto o tu servicio superan esas expectativas, tendrás calidad. La calidad no es lo mejor ni lo más bonito, sino lo deja satisfecho a tu cliente. Y como toda área de mejora, existe una forma de gestionar la calidad y se trata de averiguar que tienes que hacer para que tu cliente potencial esté satisfecho. 1. Identifica tu cliente. 2. Haz un listado posible de sus expectativas. 3. Intenta averiguar los factores que puedes controlar para mejorarlas. En este proceso se pueden cometer 4 tipos de errores básicos: 1. No identificar correctamente las expectativas de tu cliente:. Pensar en expectativas que el cliente tiene cuando realmente a él/ella le daba igual. 2. No conocer al cliente y desconocer sus expectativas. 3. Conocer las expectativas, pero éstas dependen de factores que no puedes controlar y por tanto no puedes cubrir. 4. Y un caso especial: la calidad casual. Somos capaces de cubrir las expectativas de nuestro cliente, pero de manera casual, sin ser conscientes de ello. Este es el peor error y el más común porque si no eres consciente, puedes dejar de ofrecer ese servicio, y sin embargo antes lo hacías y eras capaz y creaba valor en tu empresa. Al principio es normal cometer este tipo de errores si tu cliente potencial es muy variopinto y no tienes datos históricos sobre procedimientos de calidad pero la escucha activa continua del cliente y aplicando mejoras sobre la diferencia del servicio prestado y el servicio percibido puedes marcar la diferencia sobre tu cuota de mercado. ¿Qué porcentaje de calidad sobre el valor total de servicio prestado crees que representa la cajonera de Alberto? Gracias Pepe, por recordarme conceptos que tenía olvidados, tú si que tienes calidad.