INSTITUTO DE CIENCIAS ALEJANDRO LIPSCHUTZ CURSO DE DELEGADO CONSTITUYENTE CURSO EN TRES MÓDULOS PARA LA CAPACITACIÓN DE DELEGADOS ÁREA LEGISLATIVA 26/06/2015 Presentación: El Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz tiene el agrado de presentar el curso de delegado constituyente. El objetivo de este curso es entregar los insumos teóricoprácticos para que quien lo cursare esté en condiciones óptimas de participar como delegado en una Asamblea Constituyente. Para estos efectos, definimos el delegado constituyente como “aquel ciudadano elegido para representar la voluntad soberana de un pueblo, proceso que culmina en una nueva constitución, creada mediante una Asamblea Constituyente”. El curso se divide en tres módulos, en el primer módulo titulado “LA CONSTITUCIÓN, SUS PARTES Y FUNDAMENTOS PARA CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1980” precisamos qué es una constitución, cuáles son sus partes esenciales y por qué es necesario cambiar la actual Constitución Política por una nueva Constitución creada por el pueblo. En el módulo dos, titulado “EXPERIENCIAS CONSTITUYENTES EN AMÉRICA LATINA” se exponen las principales características del nuevo constitucionalismo en América Latina, cómo este pensamiento se ha reflejado en la creación de nuevas constituciones, y el desarrollo de estos procesos en los casos de Colombia, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Finalmente, el módulo tres, titulado “EL PROCESO CONSTITUYENTE QUE QUEREMOS”, esboza las características y etapas del proceso constituyente e incluye las propuestas que como ICAL queremos plasmar en la discusión nacional. Como centro de pensamiento libre y pluralista pretendemos contribuir a la discusión ciudadana sobre una nueva Constitución entregando, por un lado, los elementos teóricos para que quien lo desee pueda formarse y a la vez capacitar a otros. En la preparación de este documento participaron Camila Aguirre, Adrián Prieto, Pablo Canelo, Alejandra Araya, Carlos Arrué y Francisco Quiero, a quienes agradecemos su compromiso con lo que significa la elaboración de una nueva Constitución en democracia. En la formación y participación descansa el futuro de un pueblo. Curso de delegado constituyente Página 1 MÓDULO I: LA CONSTITUCIÓN, SUS PARTES Y FUNDAMENTOS PARA CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1980 1. ¿QUÉ ES LA CONSTITUCIÓN? Según el Diccionario de la Real Academia de Lengua, Constitución es la “esencia y calidades de una cosa que la constituyen como es y la diferencian de las demás”. La Constitución es la norma jurídica suprema de un Estado que regula los aspectos fundamentales de la vida política: organización del Estado, su funcionamiento, estructura política y los derechos y garantías de las personas. Se denomina Constitución precisamente, porque define al Estado, distinguiéndolo de otros estados. Tradicionalmente, se distingue: Constitución en sentido formal: La Constitución es una norma especialísima que se diferencia de las restantes del ordenamiento jurídico por ser obra del poder constituyente originario, por la forma que adopta y los efectos peculiares que esta ley suprema tiene sobre todo el ordenamiento jurídico. Constitución en sentido material: Hace referencia a los contenidos que debe tener la Constitución. Se trata de contenidos que realmente tienen un alcance trascendente para definir los principios en que se basa la convivencia y los criterios estructurales conforme a los que se organizan los poderes públicos. ANTECEDENTES Edad Contemporánea A partir del siglo XVIII, el movimiento constitucionalista no dejó de extenderse en el mundo occidental: la Constitución fue un objetivo de todos los pueblos de Europa y América. El constitucionalismo ha desarrollado un pensamiento caracterizado por: La confianza en la persona humana. Del reconocimiento de la dignidad de la persona surgen derechos y libertades fundamentales a cuyo servicio debe estar el poder político. Curso de delegado constituyente Página 2 El único poder legítimo es el ejercido en representación de la soberanía popular. No hay otra constitución que la constitución democrática: la titularidad de la soberanía corresponde a las generaciones vivas. La primacía de la ley. La ley, como expresión de la voluntad general, discutida y aprobada por el Congreso, rige la vida de la comunidad. Todas las personas están sometidas a la ley, y a la vez protegidos por ella. Además, un poder independiente de los demás, el poder judicial, es el encargado de asegurar el cumplimiento de la ley. La desconfianza en el poder. Siendo el poder imprescindible para la organización de la sociedad, es fácil que derive en excesos y corrupciones. El poder político ha de ser limitado, controlado, dividido y contrapesado. La idea central del concepto de Constitución es la limitación y control del poder político. La existencia de una Constitución. Todos estos principios y valores, y las normas estructurales de la organización jurídico-política del Estado, deben estar consagrados y garantizados por una ley suprema que vincule a los ciudadanos y a la totalidad de los poderes públicos. Esta ley suprema es la Constitución. 2. ¿CUÁLES SON LAS PARTES DE UNA CONSTITUCIÓN? Las partes de una Constitución son: Preámbulo: En el preámbulo se enuncian los principios y valores inspiradores y que se han tenido en cuenta para la elaboración de la Constitución. Hay constituciones que carecen de preámbulo (Constitución chilena). Parte dogmática: La parte dogmática-también recibe el nombre de “declaración de derechos”- contiene los derechos fundamentales, garantías constitucionales y deberes de las personas. Se denomina parte dogmática porque ella comprende verdades que se reputan válidas sin necesidad de ser demostradas. Los derechos son las facultades que tienen las personas y colectividades dentro del Estado y que éste reconoce y no puede vulnerar. Las garantías son los medios que la ley dispone para proteger los derechos de las personas. La simple declaración de los derechos sin establecer medios legales para su protección, hace que éstos sean meramente nominales. Las garantías constitucionales imponen límites al poder del gobierno. Curso de delegado constituyente Página 3 La Constitución necesariamente debe contener, reconocer y garantizar los derechos fundamentales de la persona. Los derechos fundamentales tienen su fuente y fundamento en la dignidad humana. La dignidad humana es una cualidad intrínseca, irrenunciable e inalienable de todo y cualquier ser humano, constituyendo un elemento que cualifica al individuo en cuanto tal siendo una cualidad integrante e irrenunciable de la condición humana, sin que pueda ser retirada a alguna persona por el ordenamiento jurídico, siendo inherente a su naturaleza humana (González Pérez). No es admisible que la Constitución retire la dignidad o calidad humana a una persona o grupo de personas, privándoles de sus derechos fundamentales. Así, José Martí, tal como recoge el Preámbulo de la Constitución cubana, enfatizó el valor de la dignidad humana: "Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre" Parte orgánica: En la parte orgánica se dispone la forma jurídica del Estado, la forma de Gobierno, los Poderes del Estado, los órganos estatales, las relaciones entre ellos y sus respectivas competencias. La forma jurídica del Estado dice relación con la estructura del poder Estado y su distribución espacial. La forma del gobierno es la manera en que se ejerce el poder del Estado y el modo en que se eligen los gobernantes. La separación de los poderes del Estado es fundamental en toda Constitución puesto que se configura como una de las garantías principales de los derechos fundamentales de la persona humana. Por ello, el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789 dispone: “Una sociedad en la que no esté establecida la garantía de los Derechos, ni determinada la separación de los Poderes, carece de Constitución”. La parte dogmática y la parte orgánica de la Constitución deben ser consistentes la una con la otra, de modo que entre ellas exista complementariedad y que una sirva de sustento de la otra. En Latinoamérica ha sucedido que las constituciones han desarrollado sus partes dogmáticas y orgánicas respondiendo a momentos, impulsos y criterios teóricos e ideológicos diversos, lo que ha generado que ambas partes se obstaculicen. Este entorpecimiento entre las partes dogmáticas y orgánicas de las constituciones latinoamericanas se debe a que la organización del poder se diseñó bajo los criterios liberal-conservadores del siglo XIX y del temor a la participación política de las mayorías; en tanto que el establecimiento y reconocimiento de los derechos de las personas, responde al nacimiento del Estado del Bienestar y la preocupación por la cuestión social, propios del siglo XX. Curso de delegado constituyente Página 4 Procedimientos de reforma de la Constitución: La Constitución contempla los órganos, procedimientos y quórum requeridos para modificar la Constitución. Disposiciones transitorias: Normas cuya finalidad es facilitar el tránsito desde un ordenamiento constitucional a otro. 3. ¿CÓMO SE CLASIFICAN LAS CONSTITUCIONES? A. Constituciones consuetudinarias o escritas Constituciones consuetudinarias: No escritas y que resultan de los usos y costumbres sobre la manera de gobernarse. La Constitución inglesa es consuetudinaria. Constituciones escritas: Escritas porque se considera que la escritura es un instrumento de certeza y seguridad jurídica en el campo del Derecho. Por lo general, las constituciones son incorporadas a un texto único. B. Constituciones rígidas, flexibles o pétreas Constituciones rígidas: Para su modificación se establecen procedimientos que importan obstáculos técnicos que entraban reformas o derogaciones rápidas. Con ello se resguarda la continuidad de los preceptos constitucionales. Constituciones flexibles: El texto constitucional es modificable por el órgano legislativo ordinario del mismo modo que una ley ordinaria. Constituciones pétreas: No pueden ser modificadas. Algunas constituciones incorporan cláusulas pétreas. C. Constituciones normativas, nominales o semánticas Constituciones normativas: Regulan racionalmente los procesos del poder y éstos se cumplen conforme está previsto en la Constitución. Son observadas y practicadas por gobernantes y gobernados. Constituciones nominales: Son jurídicamente válidas, pero la dinámica político-social no se adapta a sus normas. Constituciones semánticas: Con ellas, los detentores fácticos de poder justifican su gestión mediante un texto constitucional. Curso de delegado constituyente Página 5 D. Constituciones breves o extensas Constituciones breves: Contienen únicamente el esquema fundamental de la organización de los poderes públicos. Constituciones extensas: Se componen de gran cantidad de artículos que detallan con precisión las normas y principios esenciales del ordenamiento jurídico del Estado. Por lo general, cuanto más garantista sea una Constitución, más extensa será. E. Constituciones otorgadas, pactadas, impuestas o emanadas de la soberanía popular Constituciones otorgadas: son las Constituciones en cuya elaboración y redacción no participa el pueblo por medio de los ciudadanos ni por medio de sus representantes, sino que es el rey o el órgano gobernante, en general Ejecutivo, quien tiene el derecho de “acordar” al Estado, las formas de organización y conformación que considere necesarias y convenientes, y concede al pueblo y a los ciudadanos los derechos y garantías que estime apropiados para ellos y su misma autoridad. Constituciones pactadas: Nacen de un acuerdo entre una autoridad y el pueblo. En esta forma de conceder las constituciones políticas nadie las otorga en forma unilateral, ni tampoco las impone, existe consenso. Constituciones impuestas: Delegados del pueblo reunidos en Convenciones, Asambleas Constituyentes o Parlamentos discuten y sancionan una Constitución, que es impuesta por el pueblo a los órganos gubernativos, ya sean republicanos o monárquicos. Estos deben promulgarla y cumplirla obligatoria e ineludiblemente. Constituciones emanadas de la soberanía popular: Son aquellas constituciones que son fruto del ejercicio del poder constituyente y reflejan el triunfo de la legitimidad popular. Su finalidad es limitar el poder político y garantizar el principio jurídico de la supremacía de la Constitución. F. Constituciones originarias y derivadas Constituciones originarias: Contiene un principio funcional nuevo sobre el poder político y para la formación de la voluntad estatal. Constituciones derivadas: Se basan en otra Constitución y, en consecuencia, usan como parámetro una realidad ajena. Curso de delegado constituyente Página 6 4. ¿QUÉ ES EL PODER CONSTITUYENTE? El Poder Constituyente es la “suprema capacidad y dominio del pueblo sobre sí mismo de darse por su propia voluntad una organización política y un ordenamiento jurídico.” (Sánchez Viamonte, 1957) El poder constituyente reside únicamente en el pueblo –en cuanto titular de la soberaníaque se expresa representado en una asamblea constituyente. Por tanto, la Constitución deriva de la relación entre poder constituyente y la expresión democrática del cuerpo político de la sociedad (el pueblo), compuesto de ciudadanos libres e iguales, dotados del derecho de participar y decidir el ordenamiento jurídico y político en el que quieren vivir. Características del poder constituyente - - Es originario: No deriva de ningún otro poder jurídico preexistente, sino que proviene directamente del pueblo. Es extraordinario: No opera regularmente, sólo lo hace cuando el ordenamiento constitucional debe ser cambiado o sustituido. Sin embargo, el poder constituyente se encuentra siempre latente y puede ser ejercido cada vez que el pueblo lo demande para generar un nuevo orden constitucional, por tanto, es imprescriptible. Es supremo: A través de él se determina el ejercicio de todos los poderes del Estado. Es autónomo: Puede establecer el orden constitucional que emane de la voluntad del pueblo democráticamente expresada. Es ilimitado: No está sujeto a límites formales; pero debe respetar los siguientes principios o valores: Soberanía popular: El ejercicio del poder constituyente reside esencialmente en el pueblo, que es el soberano, sin que pueda traspasarse este poder a otra entidad. Separación de poderes: La separación de poderes se configura como una de las garantías principales de los derechos fundamentales de la persona humana. Por ello, el artículo 16 de la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789 dispone: Curso de delegado constituyente Página 7 “Una sociedad en la que no esté establecida la garantía de los Derechos, ni determinada la separación de los Poderes, carece de Constitución” Derechos fundamentales y dignidad humana: No es admisible que la Constitución retire la dignidad o calidad humana a una persona o grupo de personas, privándoles de sus derechos fundamentales. Poder constituyente originario y derivado Aun cuando todo poder constituyente es originario, se distingue entre: Poder constituyente originario: Aquél que se ejerce en la etapa fundacional o primigenia de un Estado o también cuando por una decisión pacífica, el cuerpo político de la sociedad resuelve cambiar y sustituir íntegramente una Constitución. El poder constituyente originario es el derecho fundamental y humano del pueblo de dotarse de un nuevo ordenamiento jurídico-político, siempre que considere que el existente no satisface las necesidades y aspiraciones de la sociedad política. Poder constituyente derivado o constituido: Aquél cuyo ejercicio está regulado y limitado por el poder constituyente originario a través de la Constitución. Es el poder que se ejerce para llevar a cabo una reforma constitucional. Las constituciones escritas deben contener mecanismos y procedimientos para incorporar cambios y adecuaciones a las nuevas realidades y los nuevos desafíos jurídicos y políticos. El poder constituyente derivado es un poder creado y regulado por la Constitución, que es ejercido por los órganos instituidos por la Constitución, subordinados a ella y que sólo puede operar legítimamente dentro del marco que la misma Constitución determina. Sistemas del ejercicio del poder constituyente derivado - El Congreso (unicameral o bicameral) decide la modificación de la Constitución generalmente por una mayoría calificada de los 3/5 o de los 2/3 de sus miembros en ejercicio. Esta forma de ejercicio del poder constituyente derivado presenta como inconveniente el riesgo de que el Congreso no exprese la auténtica voluntad popular. Curso de delegado constituyente Página 8 - - - - El Congreso, sin intervención del cuerpo político de la sociedad, decide la modificación de la Constitución, debiendo pronunciarse sobre la reforma en dos oportunidades sucesivas y separadas entre sí por cierto lapso de tiempo. La reforma constitucional es sometida a consideración de dos congresos sucesivos. Primero corresponde al Congreso aprobar la iniciativa de modificación constitucional. Una vez, decidida la reforma, el Congreso se disuelve y convoca a elecciones de nuevos parlamentarios. Este nuevo Congreso es el que decidirá finalmente la reforma de la Constitución. Mediante la elección del nuevo Congreso se resguarda la intervención del pueblo. El Congreso decide la modificación constitucional, debiendo ésta ser ratificada por el cuerpo político de la sociedad mediante un plebiscito. En el desarrollo del plebiscito debe garantizarse la información acerca del alcance de la reforma sometida a aprobación y además, asegurar la expresión del pueblo. Una asamblea, elegida democráticamente por el cuerpo político de la sociedad, es la encargada de impulsar y aprobar la reforma constitucional. ¿Qué es un proceso constituyente? Un proceso constituyente es la fijación de un pacto básico que se abre cuando existe una convicción generalizada en la sociedad de que el anterior pacto de convivencia ha quedado agotado o cuando se perciben como injustas, ineficaces o insostenibles sus decisiones básicas. (Antonio del Cabo) Un proceso constituyente es el punto de partida de todo sistema verdaderamente democrático y su objetivo es la generación de una nueva constitución que responda a las necesidades actuales de la sociedad. El proceso constituyente, por definición, es general y amplio, con carácter deliberativo e inclusivo. Para que el proceso constituyente alcance una legitimidad democrática lo más amplia posible es necesario brindar a toda la ciudadanía opciones de participación libre y democrática. La asamblea constituyente aparece como el procedimiento más efectivo para alcanzar los objetivos y componentes que idealmente debe contemplar un proceso constituyente. 5. ¿QUÉ ES UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE? Curso de delegado constituyente Página 9 El concepto de asamblea constituyente está vinculado al origen y esencia del concepto de democracia y a la constitución del Estado Moderno, cuyas bases fueron anticipadas por las Revoluciones Inglesas de 1648 y 1689 y la Revolución Francesa de 1789. El pueblo es la esencia de la democracia. En tanto el pueblo es el cuerpo político primero y supremo del cual dependen todos los demás cuerpos, estructuras y órganos del Estado, sólo a él le corresponde ejercer el poder constituyente para dotarse de una Constitución. Definiciones de asamblea constituyente - Una asamblea constituyente es un órgano colegial, representativo, extraordinario y temporal, que está investido de la tarea de elaborar la Constitución del Estado, de establecer –en otras palabras- las reglas fundamentales del ordenamiento jurídico estatal. (Bobbio y Matteuci) - Una asamblea constituyente es un organismo compuesto por ciudadanos elegidos por la misma ciudadanía, cuyo objetivo es dar forma a la organización política de la nación, sancionando su Carta Magna o Constitución. (Ruíz, Quisbert y Bernal) - Una asamblea constituyente es una reunión de los representantes del pueblo, con el propósito específico de discutir y sancionar una Constitución, que en mayor o menor medida determinará la estructura normativa de un proyecto de sociedad; señalará los principios que deben guiar su conducción y las formas de alcanzarlos; y definirá la organización del Estado, y los derechos y garantías ciudadanas. (Díaz, 2012). Asamblea constituyente originaria y asamblea constituyente derivada: - Asamblea constituyente originaria: Aquella que tiene lugar como consecuencia de un quiebre o fracaso de un orden político previo. - Asamblea constituyente derivada o convención: Aquella cuya conformación resulte de la aplicación de un procedimiento previamente establecido en la Constitución o en una ley especial. 6. ¿POR QUÉ HAY QUE CAMBIAR LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1980? Curso de delegado constituyente Página 10 Según la clasificación antes expuesta, la Constitución de un país puede ser creada por el pueblo, por el gobernante, o a través de un acuerdo entre ambos. En el caso de la Constitución Política de 1980 no hay dudas en cuanto a su carácter de “otorgada”, clasificación que en sí misma, dentro del marco de la teoría jurídica, no representa la única razón por la cual debe confeccionarse una Nueva Carta Fundamental. En efecto, existen otras razones que subyacen de su parte dogmática (escasez en derechos) y de su parte orgánica (rigidez y “trampas constitucionales”) que dan cuenta de la herencia permanente de la dictadura, configurando al Estado y su funcionamiento, derechos a las personas, la protección de las garantías, etc. Distinguiremos tres razones por las cuales hay que cambiar la Constitución Política de 1980. A. Ilegitimidad de origen. B. Escasa en derechos. C. Constitución tramposa. A. Ilegitimidad de origen Como expusimos con anterioridad, el carácter de “Constitución otorgada” de la actual carta fundamental, no es en sí mismo un fundamento capaz y suficiente de derrumbar los cimientos del origen de la Constitución de Pinochet. Esto porque teóricamente una “Constitución otorgada” podría alcanzar los objetivos regulatorios de una Constitución, tener aprobación popular y alcanzar las bases suficientes para una sociedad armónica. Sin embargo, el poder constituyente que se arroga la Junta Militar, proviene de un gobierno ilegítimo, cuya fuente radica en el quiebre institucional por medio de la fuerza ejercida sobre un gobierno democrático, los poderes del Estado y sobre el pueblo; quien es el único titular del Poder Constituyente. Existe, por tanto, a parte de la fuerza ilegítima y excesiva, una “usurpación” de la potestad de crear una Constitución, la que se radica exclusivamente en el pueblo. Otro fundamento de la ilegitimidad de origen de la actual Constitución está dado por su ilegalidad. La Constitución de 1925 es la antecesora de la Constitución Política de 1980; esta última se instaura desde un poder “usurpado”, acción que contraviene el artículo 2 de la Constitución de 1925 -vigente al momento de la construcción de la Carta- y que dispone que la soberanía reside en la Nación, idea que refuerza el artículo 3 de la misma en los siguientes términos: “Ninguna persona o reunión de personas pueden tomar el título o representación del pueblo, arrogarse sus derechos, ni hacer peticiones en su nombre. La infracción de este título es sedición”. De tal modo, si el titular del poder soberano es el pueblo, nadie puede “arrogarse” sus derechos. En consecuencia, la Curso de delegado constituyente Página 11 Comisión Ortúzar encargada por la Junta Militar, creó una Carta Fundamental en contravención a la Constitución de 1925, por lo tanto, ilegal. Adicionalmente, las fuerzas beligerantes produjeron este “quiebre” violando lo establecido en la Constitución de 1925 desde la perspectiva de la naturaleza de sus cargos (obedientes y no deliberantes) y de las funciones que le atañen (seguridad interior y exterior del Estado). En ese sentido, se atribuyeron a sí mismas la potestad deliberante, en este caso de carácter constituyente, función que como hemos dicho, pertenece en exclusividad al soberano. Desde el 4 diciembre de 1974, con el Decreto Ley (DL) Nº 788 la Junta de Gobierno se arroga las funciones constituyentes y legislativas. Dicha elaboración fue transferida a un grupo de expertos designados por las mismas fuerzas golpistas para la creación de una Constitución que reflejara su visión de la convivencia nacional. La Constitución así nacida, es la nos rige hasta la actualidad. El Congreso, además, se encontraba disuelto desde el 24 de septiembre de 1973, lo que grafica aún más la ilegitimidad de la fuerza ejercida a los poderes del Estado y la auto-investidura de potestades. Finalmente, la Constitución elaborada de forma arbitraria, excluyente y en circunstancias de excepcionalidad sería plebiscitada el 11 de septiembre de 1980 sin un padrón electoral real, control de los votos ni registro electoral, donde los Partidos Políticos estaban prohibidos, los medios de comunicación censurados y la disidencia política, perseguida y/o ejecutada por los organismos de seguridad nacional (Cañas Kirby, 1993). B. Escasa en derechos La escasez de derechos en la Constitución Política de 1980 se plasma con claridad en su Capítulo III titulado “De los derechos y deberes constitucionales”. En él, la Constitución desarrolla a lo largo de los números del artículo 19, la concepción “minimalista” sobre los derechos sociales y políticos de la ciudadanía. Como veremos, la Constitución de 1980 siempre reconocerá el derecho a elegir por sobre la existencia de un derecho entendido como derecho social, vale decir, como garantizado por el Estado. El artículo 19 n° 9, inciso 1° reconoce “El derecho a la protección de la salud”; para continuar, “El Estado protege el libre e igualitario acceso a las acciones de promoción, protección y recuperación de la salud y de rehabilitación del individuo”, finalizando en su inciso 4°, “Cada persona tendrá el derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea éste estatal o privado”. En ningún momento se consagra el derecho a la salud en forma explícita, ya que se reconoce la protección de la salud, significando en consecuencia, que el actor que provea esta protección puede ser un ente público como privado. No es deber exclusivo del Estado, por tanto, proveer la protección a la salud. Curso de delegado constituyente Página 12 Con el derecho a la educación ocurre lo mismo. El artículo 19 n° 10 asegura “El derecho a la educación”, planteando que “Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho”. En los incisos 4° y 5° de este numeral, la Constitución Política señala que “Para el Estado es obligatorio promover la educación parvulario, para lo que financiará un sistema gratuito a partir del nivel medio menor” y que “La educación básica y la educación media son obligatorias, debiendo el Estado financiar un sistema gratuito con tal objeto". En este caso, existe una verdadera garantía constitucional respecto al derecho a tener educación pública, de ahí que no se hable sobre su calidad más que lo planteado en la LOCE de 1989 y luego reemplazada por la LGE de 2008. Calidad que, por tanto, queda entregada al mercado, provocando así la diferencia clara y constatable entre la educación pública y particular. La Constitución Política no reconoce el derecho a la educación superior, menos su acceso gratuito y su calidad por sobre las desigualdades que imponga el mercado. Para finalizar debemos hacer mención especial en la seguridad social. El artículo 19 nº 18 de la Constitución reconoce “El derecho a la seguridad social”, precisando que estará regulado por leyes de quórum calificado. El inciso 3º de este numeral dispone que “La acción del Estado estará dirigida a garantizar el acceso de todos los habitantes al goce de prestaciones básicas uniformes, sea que se entreguen por instituciones públicas o privadas” y el inciso 4º establece que “El Estado supervigilará el adecuado ejercicio del derecho a la seguridad social”. Nuevamente nos encontramos con el reconocimiento de un derecho por parte de la Constitución que luego pasa a ser canalizado por actores privados, que serán fiscalizados por el Estado. Sin embargo, su principal dificultad en cuanto al cumplimiento de la garantía mencionada es que delega en leyes de quórum calificado la seguridad social en sí misma, haciendo que la relación entre el fondo del contenido normativo en la Constitución (seguridad social) pueda ser orientado por otras formas reguladas por leyes de menor jerarquía. Esto dificulta considerablemente el cumplimiento de la garantía, ya que una ley de menor jerarquía pasa a regular un derecho reconocido en la Constitución. Del análisis hecho anteriormente podemos concluir que se cumple el principio “derecho sin garantía es letra muerta”, ya que explicitar un derecho en la Constitución sin determinar con claridad la forma de hacerlo efectivo, impide que pueda ser reclamado su cumplimiento. C. Constitución Tramposa. Curso de delegado constituyente Página 13 El carácter de Constitución tramposa es un término acuñado por el profesor Fernando Atria, quien ha expuesto que existen “trampas o cerrojos constitucionales” en la Constitución Política de 1980. La forma genérica de estas trampas serían las herramientas que tienen los continuadores de la obra de la dictadura de Pinochet, para defender el modelo neoliberal (modelo económico y político), teniendo en sus potestades un freno de mano, un poder de veto. De manera tal que las voluntades que conjuntamente buscan transformaciones al modelo no se materialicen en decisiones vinculantes, sin su aprobación. Estas trampas o cerrojos son: a) El sistema binominal. b) Los quórums de aprobación constitucionales. c) El Tribunal Constitucional. y modificación de las leyes orgánicas a) El sistema binominal: Este representa una trampa en el sentido que permite que una minoría pueda obtener a través de las elecciones una representación en simetría o igualdad con las mayorías electorales. Este sistema de elecciones deforma la verdadera representación que tienen algunas fuerzas políticas. El sistema binominal produce un empate técnico, debido a que las reglas que lo configuran permiten que obteniendo el 33% de los votos se tenga la mitad del Congreso. Este empate junto con los altos quórums para las leyes orgánicas constitucionales forma un frente de veto permanente para reformar o derogar tales normas. b) Quórums de L.O.C.: La aprobación, derogación y modificación de leyes orgánicas constitucionales, que son una categoría especial de ley del ordenamiento jurídico chileno, dependen de una mayoría especial de cuatro séptimos (57%) de los diputados y senadores en ejercicio. Al existir un sistema electoral binominal resulta prácticamente imposible alcanzar tales quórums. Lo anterior es una muestra clara del afán antidemocrático del Constituyente, que tuvo como objetivo no permitir que los cimientos del modelo político económico, pudiesen ser modificados a través de los mecanismos institucionales. La Constitución Política de 1925, antecesora de la Constitución de 1980, consagraba que los quórums de aprobación serían de la mayoría simple de los diputados y senadores en ejercicio (50+1). Este quórum permitió que la Constitución de 1925, según el profesor Atria, fuera acogida por la ciudadanía al pasar de los años, pues lejos de rigidizar su concepción del sistema político y económico, permitió que el pueblo a través de sus instituciones fuera modificando y acomodando la Carta Fundamental a la realidad Curso de delegado constituyente Página 14 actual y sus necesidades, fenómeno contrario a lo ocurrido con la Constitución de 1980. c) El Tribunal Constitucional: El Tribunal Constitucional es un órgano jurisdiccional del Estado chileno, tribunal colegiado, autónomo e independiente; su función es el control preventivo de la constitucionalidad de las leyes, autos acordados de tribunales superiores de justicia, proyectos de ley, decretos, además de resolver la constitucionalidad de convocatoria a plebiscitos, y contiendas de competencia. Este Tribunal también existía en la Constitución de 1925 y existe en la mayoría de los países democráticos y con supremacía Constitucional. En Chile, independiente de su carácter de órgano jurisdiccional, autónomo e independiente con funciones reguladas, es según gran parte de la doctrina, una herramienta del status quo, para que con independencia de quien esté en el poder, tal como dijo Jaime Guzmán “se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo (la derecha) anhelaría”. El Tribunal Constitucional es un verdadero tribunal político, cuyos integrantes son elegidos de la siguiente manera: 3 miembros elegidos por la Corte Suprema. 3 miembros elegidos por el Ejecutivo. 2 miembros elegidos por el Senado. 2 miembros elegidos por el Senado a propuesta de la Cámara de Diputados. De acuerdo a lo anterior, podemos presumir, y así ocurre en los hechos, que independiente de la calidad de expertos que puedan tener las personas designadas o propuestas por quienes tienen la potestad de hacerlo, tales nombramientos dependen de criterios políticos, los que priman, entonces, al momento de cumplir las funciones del Tribunal Constitucional. Así lo ha ocupado la derecha, acudiendo a este tribunal cada vez que los proyectos de ley no responden a sus ideas y objetivos, desnaturalizando el objeto del tribunal e impidiendo el avance legislativo. El control de constitucionalidad vía Tribunal Constitucional está consagrado para “defender la constitución”, pero en este caso, es una defensa a los principios antidemocráticos instaurados por la misma Constitución, y que resultan ser a su vez, los cimientos del modelo de la dictadura y la derecha, el modelo neoliberal. Curso de delegado constituyente Página 15 MÓDULO 2: EXPERIENCIAS CONSTITUYENTES EN AMÉRICA LATINA Se presentan a continuación 4 casos de procesos constituyentes en América Latina: Colombia, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Se analizan los antecedentes que desembocaron en el proceso, las principales características del mecanismo definido para llevar a cabo el proceso (Asamblea Constituyente), los contenidos de esas constituciones y los elementos teóricos que caracterizaron a dichos procesos. 1. DERECHO COMPARADO SOBRE CONSTITUCIONES ASPIRACIONALES EN AMÉRICA LATINA Rodrigo Uprimny (2011) realiza dentro de su análisis una enumeración de 9 variaciones tanto en la parte dogmática1 como en la parte orgánica de las constituciones contemporáneas en América Latina. En parte dogmática el autor señala que: Se redefine el entendimiento de la unidad nacional, ya no definido por una homogeneidad de las diferencias culturales, por lo que se está frente a un constitucionalismo de la diversidad; Se reconoce una igualdad entre las distintas confesiones religiosas, incluyendo las de las poblaciones indígenas; Se ampara a los grupos tradicionalmente excluidos, permitiendo la aplicación de justicia por comunidades indígenas en Colombia (art. 246), Bolivia (art. 171), Ecuador (art. 191) y Venezuela (art. 260). Se incluyeron también formas de ciudadanía diferenciada y multicultural. Esta orientación presenta una superación del constitucionalismo liberal; Se reconocen amplios derechos no solo civiles y políticos, sino también derechos sociales, económicos y culturales. Se ha avanzado en derechos colectivos (medio ambiente) y de autonomías. Caso especial es el buen vivir (Capítulo 2, Titulo II de la CP de Ecuador; art. 306 de la CP de Bolivia); El reconocimiento de derechos se acompañó con una apertura al Derecho Internacional en materia de Derechos Humanos; La multiculturalidad ha erosionado el sistema tradicional de fuentes jurídicas; Fuerte compromiso con la igualdad y la no-discriminación; 1 La dogmática constitucional se distingue de la orgánica constitucional en que la primera representa los principios que guían al Estado, y la segunda materializa institucionalmente los principios fundantes expresados en la primera. Curso de delegado constituyente Página 16 Incorporación del concepto de Estado social y democrático a los ordenamientos jurídicos, haciendo al Estado un Estado de justicia; El reconocimiento de derechos fundamentales no quedó en el papel, sino que se garantizó con el amparo y/o tutela (art. 86 CP de Colombia) y la figura del Ombudsman; Esta exhaustiva caracterización sobre el cambio dogmático en las constituciones nos permite ver características distintivas sobre la tradición liberal inglesa, radical francesa y del naturalismo conservador español. Se integran a las constituciones la existencia de actores antes excluidos (minorías étnicas, mujeres, inmigrantes y población socioeconómicamente vulnerable), a la vez que se incorpora uno de los aprendizajes más importantes en materia de dogmática constitucional: los derechos deben tener garantías que los respalden, pues en caso contrario, pasan a ser letra muerta (Guastini, 2001). Uprimny continúa su análisis mencionando 7 innovaciones en materia orgánica: Fortalecer y ampliar la democracia por medio de mecanismos de democracia directa e instancias ciudadanas de control de la gestión pública (art. 103 y siguientes de la CP de Colombia; art. 70 de la CP de Venezuela; art. 103-133 de la CP de Ecuador). Se reconoce la democracia comunitaria en Bolivia y Ecuador; Reconocimiento de organizaciones electorales autónomas y especializadas; Fortalecimiento de la descentralización, ampliando el número de funcionarios electos, los traspasos de competencias a los territorios y la entrega de recursos a las entidades locales; Aumento de control autónomo y capacidad fiscalizadora del Estado, como el poder ciudadano en Venezuela; Se robusteció el sistema judicial; Se redujeron los poderes del Presidente y se aumentaron los del Congreso, ambos procesos de forma limitada; Se crearon organismos estatales autónomos, encargados de funciones técnicas de regulación; El equilibrio entre la parte orgánica y la parte dogmática es claro, como lo ha podido evidenciar el autor. La importancia de este equilibrio permite que, en el caso de que la Constitución no esté en condiciones de responder a las demandas del soberano, sí esté en condiciones de ser reformada. 2. CONTEXTO GENERAL DE LOS PROCESOS CONSTITUYENTES Curso de delegado constituyente Página 17 Si bien los casos que presentamos no han sido los únicos en el continente, destacan por su impacto en la teoría constitucional latinoamericana. Además, los casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, presentan la particularidad de que el sistema político colapsó. Los motivos que explican este colapso son dos. En primer lugar, en aquellos países donde el sistema político era altamente excluyente en su forma de participación política, con alta presencia de militares en el gobierno y una tendencia al transfuguismo y deslealtad política, la élite generó apatía desde la ciudadanía hacia el sistema en sí. En segundo lugar, los elementos de estabilización, generados por el llamado “Consenso de Washington”, ocasionaron estragos en la gestión macroeconómica. Los regímenes políticos tienen mayor probabilidad de permanecer en el tiempo cuando, aun en tiempos de crisis, se cree que las instituciones democráticas son las mejores para gobernar la vida cotidiana (Fleinderberg, 2000). Según los datos tomados por Latinobarómetro de 1997, en Venezuela y Bolivia hay una preferencia marcada por la democracia (64 y 60 por ciento, respectivamente), con excepción de Ecuador, país que no manifestó un rotundo apoyo a la democracia2 (el 50% de los encuestados no expresó un apoyo rotundo a la democracia como forma de gobierno). Otro dato preocupante es que se considera que la democracia no se encuentra consolidada (Bolivia, 84%; Venezuela, 85%; media AL, 77%), al igual que existe insatisfacción con el régimen democrático (Bolivia, 64%; Venezuela, 63%; media AL, 61%). Un rasgo que también comparten los países donde hubo colapso institucional fue el bajo apoyo a los partidos políticos y su funcionamiento para la democracia. Según los datos tomados por Latinobarómetro de 1997, en estos países se expresa que la democracia puede funcionar sin partidos políticos (Bolivia, 31%; Venezuela, 43%). Tanto Ecuador como Venezuela y Bolivia superan la media latinoamericana de desconfianza hacia los partidos políticos (Bolivia, 75%; Venezuela, 77%; Ecuador, 79%; media AL, 67%). Siguiendo con el Latinobarómetro, la desconfianza hacia el Congreso como institución es también más alta que la media latinoamericana, siendo el caso con mayor desconfianza el de Ecuador (Bolivia, 61%; Venezuela, 68%; Ecuador, 75%; media AL, 60%) El rendimiento económico de estos países es una variable importante a la hora de intentar explicar por qué sus gobiernos tienden a ser tan inestables en el tiempo. No es posible señalar que la inestabilidad en el tiempo de estos países sea una cuestión reciente. Tanto Bolivia como Venezuela y Ecuador son países exportadores de petróleo, históricamente dependientes de este recurso para financiar la administración del Estado (Thorp, 1998). En el período que va luego del fin de la segunda guerra mundial y la crisis de la OPEP (19452 Un 23% de los encuestados expresó que, en ocasiones, un gobierno autoritario es mejor que una democracia. Curso de delegado constituyente Página 18 1973), estos países se dedicaron a la realización de procesos incompletos de industrialización. Debido al bajo precio del petróleo antes de la crisis, esta industrialización solo pudo realizarse por medio de la emisión de deuda, la cual luego castigaría duramente a estos países con la aplicación de medidas neoliberales en América Latina. Las decisiones macroeconómicas, en general fueron tomadas de forma incorrecta en cada uno de estos Estados, ya que la corrupción era un elemento común en estos países, lo que afectaba el gasto público, la emisión de billetes, la eficiencia de las empresas públicas (los cargos directivos eran nombrados por ellos mismos) y el valor del tipo de cambio para las importaciones. La aplicación de las medidas neoliberales varió de país en país. Hubo países que utilizaron las medidas neoliberales a su favor (como Chile, que mejoró su rendimiento económico a costa de sacrificar la equidad y, en la actualidad, el crecimiento), otros que fueron renuentes a su implementación inmediata (como los casos de México, Brasil y Costa Rica) y otros países que, debido a su fragilidad macroeconómica, finalmente fueron víctimas de las medidas de estabilización neoliberales. No es de sorprender que entre estos casos se encuentren Venezuela, Perú, Ecuador y Bolivia, ni tampoco que el colapso económico y político de estos países haya luego concluido en un proceso de Asamblea Constituyente ya fuere de forma pacífica o de forma violenta. 3. ANÁLISIS DE CASOS A. COLOMBIA3 Antecedentes El caso de Colombia se desarrolla luego de un alto nivel de conflictividad social producto de la ausencia física, material e institucional del Estado en vastos espacios geográficos de la superficie colombiana. Controlado el Estado por dos partidos en un tejido clientelista, la acción y los recursos de éstos operan para satisfacer sus requerimientos excluyendo cualquier competencia posible o “Tercera Fuerza”. Estas élites políticas se concentran en las tres mayores zonas urbanas económicamente más rentables, y desde el punto de vista político-administrativo, decisivas (Bogotá, Medellín, Calí), dejando el área rural y andina en el abandono. 3 Esta es una adaptación realizada a la contribución hecha por Patricio García al área laboral de ICAL el año 2014, vía no oficial, no publicado. Curso de delegado constituyente Página 19 En las zonas rurales donde la violencia se constituyó en una referencia identitaria permanente, las autodefensas campesinas dieron forma a organizaciones guerrilleras que terminan hacia 1966-76 controlando el 42% del territorio nacional. La organización guerrillera más importante del país son las FARC-EP. Fundadas en 1965, inicialmente constituidas por el Partido Comunista Colombiano de 1930 y por autodefensas campesinas del período de “la violencia”. Otras organizaciones de menor impacto, control territorial y poder militar son el guevarista Ejército de Liberación Nacional, el maoísta Ejército Popular de Liberación aún en operaciones, desmovilizado desde 1991, el Movimiento 19 de abril, M-19, desmovilizado desde 1990 e integrados al sistema político –institucional desde 1991, entre otros. Desde los años 80 se suman al cuadro de los actores irregulares armados, el paramilitarismo de extrema derecha, que controla las zonas vitales en términos de conectividad en Urabá, Córdoba, y Antioquía. Las Autodefensas de Colombia –legales desde 1965- vinculadas a los ganaderos y caciques locales, anticomunistas y reaccionarios, con relación directa con los cárteles de la droga, políticos corruptos e incluso Presidentes de la República, se constituyeron en un recurso fundamental para la obtención de triunfos militares sobre las guerrillas entre 1998-2009. Esta expansión militar fue acompañada de una secuela atroz de violaciones a los derechos humanos, y más de un millón de campesinos desplazados. La edición del diario El Tiempo recoge la publicación de Fernando Carrillo4 respecto de la posibilidad de usar la llamada “Séptima Papeleta” en las elecciones de 1989 para incorporar a la elección de alcaldes y congresistas, una séptima pregunta al pueblo colombiano con el propósito de obtener de él un pronunciamiento respecto de su aceptación para modificar la Constitución de 1886. Esta iniciativa recobrará vida en 1990, cuando Gaviria se convierta en Presidente de la República en reemplazo del líder del llamado Nuevo Liberalismo, Luis Carlos Galán, asesinado por el cartel de Medellín en Soacha, Cundinamarca, el mes noviembre de 1989. En las elecciones parlamentarias del año 1990 el movimiento estudiantil propone una “séptima papeleta” para exigir una nueva constitución. El mismo año, en las elecciones presidenciales se consulta formalmente en la papeleta de votación por una Asamblea Constituyente. La Asamblea Constituyente obtuvo el apoyo de un 95% del electorado. Así, la Asamblea Constituyente fue el resultado de un acuerdo político avalado por una consulta popular no vinculante y en donde la Corte Suprema de Justicia dio vía libre al proceso, al no declarar inconstitucional la séptima papeleta 4 Abogado, fue uno de los principales líderes del movimiento por la séptima papeleta. Fue elegido para ser parte de la Asamblea Constituyente. Luego sería Ministro de Justicia entre 1991-1992. Curso de delegado constituyente Página 20 Conformación de la Asamblea Nacional Constituyente Para la determinación de la conformación de la Asamblea Constituyente se realizaron elecciones nacionales. En esa misma elección se consultó nuevamente sobre la Asamblea Constituyente para validar el resultado anterior. Un 97% se pronunció a favor de la Asamblea Constituyente y se eligieron 70 delegados a la Asamblea, más 4 representantes de guerrilleros desmovilizados sin derecho a voto. La gran mayoría de los delegados fueron miembros de partidos y agrupaciones políticas, siendo electo además un delegado del movimiento estudiantil. La Asamblea Constituyente tuvo una duración de 5 meses (febrero y julio de 1991). Las comisiones conformadas fueron 5: Comisión Primera: principios, derechos y reforma constitucional. Comisión Segunda: autonomía regional. Comisión Tercera: reformas al Gobierno y al Congreso. Comisión Cuarta: administración de justicia y Ministerio Público. Comisión Quinta: temas económicos, sociales y ecológicos. El Reglamento de la Asamblea estableció que sus decisiones sobre reformas constitucionales se tomarían con el voto favorable de la mayoría de sus miembros, esto es, de 37 delegatarios. Mecanismos de participación social Las principales acciones participativas se desarrollaron previamente a la formación de la Asamblea Constituyente. Con la consigna de “Manos a la obra”, el gobierno liderado por César Gaviria (Partido Liberal) organizó unas mesas de trabajo (Comisiones Preparatorias) que buscaban promover el debate y plantear propuestas a la Asamblea Nacional Constituyente. Se presentaron cerca de 120.000 propuestas en el proceso preconstituyente. Este proceso incluyó la creación de un medio de comunicación de la Asamblea: La Gaceta Constitucional, que publicó 144 números entre febrero y diciembre de 1990. Durante el proceso constituyente, el resto de los poderes del Estado, así como los representantes legales de organizaciones no gubernamentales de carácter nacional, las Curso de delegado constituyente Página 21 universidades y los grupos de guerrilleros vinculados al proceso de paz bajo la dirección del Gobierno, estaban facultados para presentar propuestas. No hubo un referéndum aprobatorio final. B. VENEZUELA Antecedentes La inestabilidad política comenzó el año 1989, con el denominado “Caracazo”, protesta social masiva en las calles de Caracas contra las medidas de liberalización de la economía llevadas a cabo por el re-electo presidente, Carlos Andrés Pérez. El Gobierno respondió recurriendo a la Policía Metropolitana y al Ejército para la represión de la sociedad civil, que finalizó en una masacre. El año 1992, un joven Hugo Chávez intentó dar un fallido golpe de Estado, que no obstante, no prosperar, llevó a que el año siguiente, Carlos Pérez fuera reemplazado en el poder por Rafael Caldera. Caldera llegó al poder apoyado por el movimiento Convergencia Nacional, en un inicio, anti neoliberal. Debido a la inestabilidad política que poseía su Gobierno, Caldera se vio obligado a pactar con Acción Democrática e incluye en su agenda un paquete de reformas neoliberales. El gobierno de Rafael Caldera emprendió lo que el destituido gobierno de Carlos Pérez intentó hacer: abrir la industria del petróleo a la inversión extranjera. Sin embargo, la drástica bajada del precio del petróleo en 1998 (producto, principalmente, de los efectos de la crisis asiática en la demanda del mercado mundial) hizo que el gobierno de Caldera perdiera apoyo. La candidatura de Chávez, aceptando el procedimiento democrático y apoyado por el movimiento Polo Patriótico ganó las elecciones de 1998 con un 56,2% de los votos. Una vez en el poder, el oficialismo convocó a un plebiscito para decidir una Asamblea Constituyente y su reglamento. En el Congreso, la oposición rechazó legislativamente el inicio de este proceso. En este escenario, la Corte Suprema de Justicia jugó un rol fundamental al rechazar la iniciativa de la oposición y dar luz verde al referéndum. En abril de 1999 se realizó la votación y un 87% se pronunció a favor de la Asamblea Constituyente y un 81% a favor del reglamento. Conformación de la Asamblea Nacional Constituyente Curso de delegado constituyente Página 22 En julio de 1999 se celebraron las elecciones para los delegados. Se inscribieron 1.167 ciudadanos no solo de partidos políticos sino también de organizaciones sociales e independientes. Se eligieron 131 delegados, la oposición obtuvo sólo 6 delegados (5% del total). La Asamblea Nacional Constituyente tuvo el carácter de originaria, no derivada (perfil supra institucional). Por ello, pudo, durante su funcionamiento, darse el poder para abolir las instituciones gubernamentales y despedir a oficiales, percibidos como corruptos o que se consideraba que actuaban movidos por sus propios intereses. La Asamblea Constituyente se dio un período de 6 meses para trabajar. Se conformaron 21 comisiones de trabajo: Constitucional, Soberanía, Poder Público Nacional, Estado, Participación ciudadana, entre otras Las decisiones se tomaron por mayoría simple. Mecanismos de participación social El marco legal de la Asamblea Nacional Constituyente se sustentaba en los actos emanados de la Corte Suprema de Justicia. Ello permitió que las comisiones pudieran desempeñar funciones de atención a la ciudadanía, recepción de propuestas, deliberación del articulado constitucional y redacción de los textos. Fue clave la organización de diferentes grupos sociales (mujeres, jóvenes, pueblos originarios) para la instalación de sus demandas en las Asamblea Nacional Constituyente. Se desarrolló así un proceso de amplia consulta y participación. En este proceso se realizaron audiencias abiertas en el palacio legislativo y se insertó en los diarios de circulación nacional el diseño de un formato ciudadano para la presentación de propuestas. Éstas podían ser depositadas en distintos lugares asignados como buzones para posteriormente ser derivadas a la comisión correspondiente de la Asamblea. Asimismo, se habilitaron líneas telefónicas que recogían las 24 horas del día las proposiciones desde diferentes lugares del país. De igual forma se ideó el buzón constituyente, que era un vehículo de carga que recorrió el territorio nacional, acopiando las propuestas que eran introducidas en una caja de metal en forma de buzón apostada en la parte trasera del camión. El destino final de este camión fue el Palacio Federal Legislativo donde posteriormente, fueron repartidas las proposiciones a las distintas comisiones constitucionales para que conocieran del asunto tratado en cada documento. C. BOLIVIA Curso de delegado constituyente Página 23 Antecedentes Desde el año 2000, los diferentes movimientos sociales, en su lucha para la liberación, autonomía, contra el neoliberalismo, el alza del costo de la vida y otras reivindicaciones históricas, adquirieron relevancia en la agenda política, marcando el inicio de una nueva fase de transformación en las reglas del juego político, cuestionando el sistema político hegemónico. Ello en el contexto de un Estado se encontraba totalmente deslegitimado y sus gobernantes cada vez más distantes de la sociedad civil. En Bolivia existía el llamado bloque de poder, el cual controlaba los tres principales sectores de la economía: el petrolero bajo el control de once empresas extranjeras que ocuparon la totalidad de los recursos hidrocarburos (explotación, refinamiento y comercialización), la agroindustria con el procesamiento de soya, y la minería. El proceso boliviano desde el Estado neoliberal hacia el Estado plurinacional comenzó con el desencanto, para luego pasar por la turbulencia y finalmente, concluyó en la conformación de un nuevo Estado. La guerra del agua en Cochabamba en el año 2000 y la guerra del gas del año 2003, significaron los primeros triunfos de los alzamientos populares contra los intentos de privatización del agua a una empresa de capital canadiense y las negociaciones para exportar el gas bajo condiciones plenamente favorables para las multinacionales. Estos hechos marcaron el inicio del llamado “ciclo rebelde”, que finalmente produjo la desestabilización del poder político con la huida del Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada hacia Estados Unidos el año 2003. Todo ello, en medio de un escenario crítico de violencia y represión, que en vez de sofocar las protestas, impulsó la unión de la multiplicidad de organizaciones (de trabajadores mineros, campesinos, indígenas, cocaleros, mujeres y grupos de presión) y la conformación de un bloque político capaz de aunar reivindicaciones históricas, así como demandas recientes, tales como la anulación del Decreto n° 21.060, que entregaba los recursos públicos a la empresa privada extranjera. El año 2005 el Movimiento Al Socialismo (en donde confluían una gran cantidad de movimientos sociales e indígenas) llega al poder con Evo Morales y dentro de su programa plantea la realización de una Asamblea Constituyente para una Nueva Constitución. No hubo necesidad de un plebiscito previo ya que la idea de la Asamblea venía de antes y existía consenso en la mayor parte de las fuerzas políticas. Por lo tanto, en el parlamento se decidió aprobar la idea de legislar sobre la Asamblea Constituyente. Esto dio pie a la necesidad de analizar un proyecto de ley para su convocatoria. Uno de los puntos más críticos fue la determinación del número de constituyentes y su elección, y del carácter de Curso de delegado constituyente Página 24 la Asamblea Constituyente (originaria o derivada). Se discutieron más de 20 propuestas de ley de convocatoria y finalmente se llegó a un amplio acuerdo entre el Gobierno y la oposición para la convocatoria a elecciones de asambleístas. En la discusión parlamentaria ya se vislumbraron ideas y objetivos sobre la finalidad del cambio de constitución y sus contenidos. Este mismo proceso se reveló la ausencia futura de pactos al interior de la Asamblea Constituyente. Conformación de la Asamblea Constituyente En julio de 2006 se realizaron las elecciones para los 255 delegados constituyentes: 3 miembros por circunscripción (219) y 5 por departamento (45). En agosto de 2006 comenzó a funcionar la Asamblea Constituyente. La definición por el reglamento de la Asamblea fue una discusión que atravesó todo el proceso, principalmente por la falta de síntesis sobre el quórum para la aprobación de las propuestas (mayoría absoluta versus dos tercios). Se conformaron 21 comisiones (Visión País, Ciudadanía, Organización del Estado, Educación, Hidrocarburos, Minería, Coca, entre otras). La Asamblea se dio plazo de un año para su funcionamiento. En agosto de 2007 decide darse plazo hasta diciembre para terminar el proceso. Mecanismos de participación social Fueron dos los principales mecanismos: Audiencias públicas: escenarios donde los ciudadanos, representantes de instituciones y organizaciones sociales podían dar a conocer sus propuestas e iniciativas en torno a la redacción de la nueva Constitución Política del Estado. Estas audiencias podían ser convocadas con carácter obligatorio, incluso para los representantes de instituciones públicas con fines informativos inherentes al trabajo de cada comisión. Encuentros territoriales: las comisiones se trasladaron al interior del país para discutir toda clase de temáticas que les interesaran, previa coordinación con las representaciones departamentales de constituyentes. Hubo una intensa participación ciudadana evidenciada en el hecho de que en los Encuentros Territoriales participaron 10 mil personas, en la presentación de 3 mil propuestas entre audiencias y encuentros y en la movilización de 400 organizaciones. Curso de delegado constituyente Página 25 En diciembre del 2007 el texto fue aprobado con 183 de 255 asambleístas presentes. La oposición intentó boicotear el proceso al final. El Congreso introdujo cambios al texto final, modificándose más de 100 artículos. A 2 años y medio de la conformación de la Asamblea Constituyente, a principios del 2009 el texto se aprobó a través de un referéndum con un 61% de aprobación. D. ECUADOR Antecedentes El análisis del colapso del sistema político ecuatoriano debe comenzar con el fin de la dictadura en 1978. Para Flavia Fleinderberg, el período 1978-2010 es el período con mayor competencia electoral en la historia del país, a pesar de la existencia de 3 golpes de Estado y de que tres Presidentes no pudieron terminar sus mandatos (Fleinderberg, ob. cit). La participación ha sido alta en todos los períodos a revisar (72,7% en 1979; 77,7% en 1988, 72,6% en 2006 y 75,28% en 2010) debido a la obligatoriedad del voto, que es condición para ejercer cargos dentro del Estado y para viajar al extranjero. Los elementos de diagnóstico del período son claros: multipartidismo fragmentado, transfuguismo, inexistencia de un partido tradicional5 a nivel presidencial e inexistentes niveles de cooperación entre partidos. Luego de un largo período de crisis política y caída de gobiernos (1998-2005), Rafael Correa llegó al poder en las elecciones presidenciales el año 2006 y prometió llamar a consulta popular para una Asamblea Constituyente. En el parlamento, Rafael Correa no tenía la mayoría. Es más, la mayoría opositora proponía una asamblea constitucional para reformar algunos aspectos de la Constitución. El Tribunal Supremo Electoral apoyó el decreto presidencial para someter a consulta popular la Asamblea Constituyente. Se desarrolló una fuerte presión social frente al Parlamento para apoyar la consulta popular. En este escenario, se produjo un fuerte conflicto entre el Congreso y el Tribunal Supremo Electoral. El Congreso “sustituye” al presidente del Tribunal Supremo Electoral. Al día siguiente, el Parlamento resuelve enjuiciar a cuatro vocales para destituirlos. Éstos, a su vez, cesan a 57 diputados. Con una nueva mayoría oficialista, el Parlamento logra convocar a la consulta popular para una Asamblea Constituyente en abril del 2007. En la votación, el 81% de se manifestó a favor de una Asamblea Constituyente. 5 Partido tradicional es aquel que ocupa un cargo de representación más de dos periodos seguidos. Curso de delegado constituyente Página 26 Conformación de la Asamblea Constituyente En septiembre de 2007, se celebraron las elecciones para los 130 delegados de la Asamblea. El partido de Correa, Alianza País, logra el 70% de los escaños. Durante el período que la asamblea ejerció en funciones, el Congreso Nacional fue disuelto y el Poder Legislativo pasó a manos de este organismo. De los 130 asambleístas: 100 eran provinciales, 24 nacionales y 6 representante de los migrantes de América Latina, Estados Unidos y Europa. Se estableció como período de duración de la Asamblea Constituyente 180 días (6 meses), prorrogables por 60 días más. El Pleno de la Asamblea Constituyendo estuvo conformado por 10 mesas: Derechos Fundamentales y Garantías Constitucionales, Organización, Participación Social y Ciudadana, Estructura e Instituciones del Estado, Ordenamiento Territorial, entre otras. El Pleno de la Asamblea Constituyente aprobó las decisiones en un solo debate, con la mayoría absoluta. Se conformó una comisión redactora especial para el texto final. Una vez terminado el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente, se acordó un Régimen de Transición. En ese período, en el caso de ganar el Sí, se conformaría un organismo electoral a cargo del proceso de elecciones de todos los cargos de elección popular del Poder Ejecutivo y Legislativo. Mecanismos de participación social Se creó una Unidad de Participación Social para recoger, organizar, canalizar y sistematizar las miles de propuestas. Las organizaciones sociales de cualquier tipo pudieron presentar sus propuestas a la Asamblea Constituyente, a través de una unidad de participación que las remitía a las Mesas correspondientes.Una vez analizados, debatidos y resueltos los articulados constitucionales, las Mesas elevaron sus respectivos informes a la Presidencia, la cual ordenó su distribución para la votación en el Pleno. La Asamblea Constituyente tramitó los proyectos de ley provenientes de la propia asamblea siempre que registraran el respaldo del 5% de los asambleístas, del Presidente de la República, y los de Iniciativa Popular de Ley con el 0,1% del padrón electoral. Se estableció una Comisión General para que las organizaciones sociales expusieran sus propuestas (30 minutos) ante el Pleno. Curso de delegado constituyente Página 27 Las propuestas ciudadanas llegaron a la Asamblea por movilizaciones sociales, comisiones generales, página web, audiencias, correo electrónico, foros, mesas itinerantes. A través de la página web ingresaron 1.524 propuestas. 364 propuestas fueron entregadas directamente al presidente de la Asamblea. En total, fueron 2.300 propuestas ciudadanas, incluyendo las propuestas recibidas y procesadas en las mesas. La Asamblea recorrió el país. La Unidad de Participación Social coordinó la realización de foros y mesas itinerantes en el país. Además, entregó a los asambleístas metodologías para la realización de los foros, para la estructuración de éstos, y para la sistematización de mesas de trabajo y plenarias. En coordinación con las mesas se definieron los objetivos políticos de los foros en el proceso constituyente, se diseñó un formato metodológico de foros y talleres, cuidando todas las fases de realización Adicionalmente, la Unidad de Participación Social coordinó la asistencia de cerca de 70 mil personas en delegaciones de organizaciones sociales que fueron recibidas por la Asamblea. Esta Unidad se encargó de profundizar y elevar el nivel del debate político y conceptual al interior de la Asamblea, organizando un conjunto de actividades con expertos internacionales para aportar en el debate de los y las asambleístas, con enfoques y ejes temáticos innovadores y diversos. La vigilancia social se activó por medio de la conformación de observatorios y veedurías ciudadanas, presentes en la fase de redacción y aprobación de artículos, para vigilar el tratamiento de sus propuestas en las mesas y en el pleno. Se contrató a una consultora con el fin de ordenar la información existente y sistematizarla para conocimiento de asambleístas y facilitar el acceso de la ciudadanía, al proceso constituyente. En septiembre de 2008 se realizó el referéndum aprobatorio de la nueva Constitución, la cual fue apoyada por el 64% de los votantes. Curso de delegado constituyente Página 28 MODULO III: EL PROCESO CONSTITUYENTE QUE QUEREMOS 1. ANTECEDENTES La idea de convocar a una Asamblea Constituyente para modificar o reemplazar al ordenamiento fundamental vigente, no es inédito en Chile. Desde los albores de la construcción de la patria, el ejercicio de esta facultad se alzó para los que fueran los primeros ensayos constitucionales. Desde ese entonces, nuestra historia está marcada por intentos de generar un texto constitucional a través de una Asamblea Constituyente, que detente el poder del soberano; sin embargo, estos intentos han fracasado sistemáticamente. El intento de Asamblea Constituyente (1925): Intervención militar y populismo en vez de asamblea. El intento de Asamblea Constituyente que estuvo más próximo a concretarse fue el que tuvo lugar con ocasión de la generación de la Constitución de 1925. Una de las causas del pronunciamiento militar de enero de 1925 se basó en el anhelo de convocar a una Asamblea Constituyente, de origen popular, que sustituyera en corto plazo la Constitución vigente. Esto, debido a que fracasara la convocatoria explicita que hiciere primeramente el Presidente Alessandri, quien designó mediante decreto una Comisión Consultiva, integrada por representantes de todos los círculos para que prepararan la primera convocatoria y organización de una Asamblea Constituyente. Dicha Comisión fue integrada por 103 personas, y se subdividió en una de Reforma y otra de Forma. La primera debería preparar un proyecto de enmienda constitucional, y a la segunda le correspondía organizar la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Sólo la Comisión de Reforma cumplió su cometido, mientras que la de Forma celebró únicamente tres sesiones y no llegó a acuerdo acerca de la forma en que se elegirían los miembros de la Constituyente, y si serían elegidos sobre una base política o gremial. La discusión no duró mucho. El debate fue zanjado por el representante del Ejército, General Mariano Navarrete, a quien se le recuerda por su frase “el país está cansado de politiquería y necesita pronto una nueva Constitución”. Curso de delegado constituyente Página 29 De tal forma, El Presidente Alessandri, se olvidó de la anunciada Constituyente y aprovechó la coyuntura para someter a plebiscito el proyecto que en lo esencial había preparado junto a su Ministro Maza Fernández. Según cercanos al Presidente Alessandri éste solía confidenciar: “Cuando yo deseo que un proyecto no se concrete, designo una comisión, porque en Chile cuando los hombres se juntan no se suman sino que se restan”. En efecto, muchas veces la voluntad popular fue sustituida por una Comisión a la que se atribuyó ese poder, o a poderes constituidos teniendo como resultado las Cartas que se dictaron a partir de 1818. Otras veces, el poder constituyente fue usurpado por un gobierno dictatorial que otorgó una Carta hecha a su medida, como sucedió con la Constitución de 1980. 2. ¿CÓMO CONVOCAR LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE? Siendo la Asamblea Constituyente una expresión del ejercicio del poder constituyente, corresponde al cuerpo político de la sociedad –el pueblo- decidir el momento más apropiado para el establecimiento de una Asamblea Constituyente. Resulta especialmente curioso comprobar que los defensores de la Institucionalidad vigente velan por un texto nacido fuera de la Institucionalidad e insisten en que en él no se establecen mecanismos para convocar a Asamblea Constituyente. Con ello, privilegian la normativa de la ley por sobre el detentador del poder, que es el pueblo. Existen al menos tres mecanismos de convocatoria a Asamblea Constituyente factibles. A saber: A. PRIMER MECANISMO: Modificación del artículo 32 número 4 de la actual Constitución de la República En este caso, la Asamblea Constituyente será convocada por el Presidente de la República a través de un plebiscito. Esta reforma debe ser redactada de manera amplia para permitir que el soberano pueda decidir el órgano constituyente, de tal suerte que sea éste (y no otro) el que determine el mecanismo principal de generación de una nueva Constitución. Concretada la modificación y convocado el plebiscito, se verificará lo que denominamos “primer hecho fundamental” que consiste en solicitar al pueblo que decida cuál será el órgano que exprese la potestad constituyente. Curso de delegado constituyente Página 30 Esto puede ser básicamente de tres formas. El pueblo deberá votar por: a) Asamblea Constituyente; que detenta la potestad constituyente originaria. b) Congreso; que detenta la potestad constituyente derivada. c) Híbrido; una alternativa conjugada de las alternativas anteriores. Además, el mismo plebiscito, convocado por el Presidente de la República, determinará cómo pronunciarse sobre el texto que emanará del órgano definido en la etapa inicial (una de las tres formas anteriores), llamando a un referéndum de aprobación del nuevo texto constitucional, basado en un nuevo hecho fundamental: “El pueblo debe pronunciarse sobre su nueva carta Magna”. Esto puede ser de dos formas: 1. Votando sí o no al texto en su totalidad. 2. Sometiendo algunas cosas, sea por complejidad o sea por falta de consenso, a la votación popular y su veredicto definitivo. En suma, el Presidente puede “Convocar a plebiscito en los casos del Art. 128” (Reforma de la Constitución). Ésta es una “atribución especial” del Presidente, contenida en el Nº 4 del Art. 32 de la Constitución Política de la República. De esta manera, tanto el plebiscito como ejercicio de la soberanía, como la Asamblea Constituyente, están “dentro de los cauces institucionales”. A este respecto, Francisco Zúñiga (2011) ha expresado: “En las coordenadas del poder constituyente originario democrático, la Asamblea Constituyente, congreso constituyente, junto al referéndum constituyente, tienen un lugar principal como técnicas o mecanismos de procedimientos democráticos a través de los cuales encauzar la potestad constituyente y traducir éste en decisiones e instrumento de gobierno. Tales procedimientos y el sistema de normas electorales y de competencia (convocatoria a elecciones, sistema electoral para elección de asambleístas o congresistas constituyentes, organización y funcionamiento de la asamblea constituyente, ulterior ratificación vía referéndum, entre otras materias) que permitan el ejercicio de la potestad constituyente naturalmente no se somete al reparto de potestades normativas que hace la Constitución de 1980/2005. El poder constituyente originario democrático se dará sus reglas, no para imponer una ‘dictadura de las mayorías’ sino para lograr los consensos necesarios de un pacto político necesario para alumbrar una nueva Constitución”. Esta alternativa, es decir, que el Presidente de la República, en ejercicio de su potestad reglamentaria, llame a un referéndum constitucional para consultar sobre la pertinencia de convocar a una Asamblea Constituyente, suscita controversia respecto de su Curso de delegado constituyente Página 31 legitimidad especialmente desde la premisa de que no se encuentra prevista en la actual Constitución. Al respecto, Muñoz, considera que la praxis constitucional en Chile se ha caracterizado por cambios "desde fuera" de los procedimientos instituidos (menciona como ejemplo la propia declaración de Independencia y las Constituciones de 1833, 1925 y 1980; Muñoz, 2013). Esta práctica, entonces, estaría dotada de una legitimidad fundamentada en una costumbre constitucional, siendo además legal, por cuanto el procedimiento de forma se realizaría conforme a la reforma precedentemente indicada, gozando este llamamiento de legitimidad y legalidad de origen. B. SEGUNDO MECANISMO: Modificación del artículo 50 de la actual Constitución de la República. En este caso, la Asamblea Constituyente será convocada por el Congreso de la República a través de un plebiscito. En el entendido que “la Constitución chilena en sus elementos estructurales esenciales sólo puede ser sustituida por el ejercicio de un poder constituyente originario, sólo éste puede cambiar la fórmula política básica de la Carta Fundamental, la que puede concretarse a través de la decisión legitimada por el cuerpo político de la sociedad como titular único y legitimo del poder constituyente originario, el cual dispone siempre de la potestad de establecer una nueva Carta Fundamental, de la cual ningún órgano instituido puede despojar ni desconocer, pudiendo convocar a una Asamblea Constituyente mandataria suya, representativa de la pluralidad política de la sociedad chilena, la que debería recibir del cuerpo político de la sociedad el marco regulatorio del procedimiento y quórum con el cual debiera operar, la cual elaboraría un texto constitucional o, eventualmente, en algunas materias, hipótesis alternativas del mismo, respecto de lo cual debiera pronunciarse el titular del poder constituyente originario aprobando o rechazando el texto elaborado por la asamblea constituyente a través de un referéndum o plebiscito constitucional” (Nogueira, 2009) Eric Palma, constitucionalista chileno, plantea éste como el camino para convocar a una Asamblea Constituyente utilizando la figura de un referéndum constitucional. Esta alternativa supone que el Congreso apruebe una normativa transitoria para establecer un procedimiento constituyente que, según este autor, debería ser aprobado mediante plebiscito6. 6 Palma, Eric. "Un plebiscito, dos constituciones" [fecha de consulta: 3 de octubre de 2013. Disponible enhttp://www.elmostrador.cl/opinion/2013/07/25/un-plebiscito-dos-constituciones/] Curso de delegado constituyente Página 32 Ésta es una fórmula utilizada en nuestra tradición constitucional. Todas las consultas realizadas en los últimos treinta años surgen en el período en que rige la normativa transitoria prevista en la Constitución de 1980 y no por las normas que regulan el plebiscito nacional. Así se aprobó la actual Carta Fundamental (septiembre de 1980), se definió la continuidad del general Augusto Pinochet (octubre de 1988) y se establecieron las reformas que permitieron dar inicio a la transición democrática (junio de 1989). C. TERCER MECANISMO: Asamblea Constituyente autoconvocada. Si no es el Presidente de la República, o el Congreso, el que convoque a una Asamblea Constituyente, es el pueblo y por el pueblo, quien se autoconvocará ejerciendo el poder constituyente originario en su forma más pura. A nuestro juicio ello puede verificarse de la siguiente manera: El artículo 127 de la actual Constitución dispone para la aprobación de proyectos de reforma constitucional quórums diferenciados según el capítulo del texto constitucional en que recaigan. Sin embargo, no prevé la hipótesis de una reforma total a la Constitución. Frente a este vacío normativo, surge la posibilidad de regular un nuevo capítulo que establezca la Asamblea Constituyente, que al no modificar en concreto ningún artículo de la Constitución vigente, deja abierta la interpretación respecto del quórum requerido para su aprobación, siendo de resorte del Congreso su determinación. Así las cosas, la forma que revestirá el acto y los pasos que siguen, continúan en la línea expuesta en los dos puntos anteriores y que, en definitiva, son: El Congreso debe aprobar la propuesta del Presidenta de la República, añadiendo una nueva disposición transitoria en virtud de la cual se resuelve modificar el capítulo XV de la Constitución, relativo a la reforma, en el sentido de aceptar como procedimiento la convocatoria bajo un sistema electoral proporcional (con participación de partidos políticos, independientes y minorías) a una asamblea constituyente (cuyas características serán definidas por una ley de quórum de mayoría absoluta) con el único objetivo de preparar un proyecto de Constitución que será plebiscitado. Deberá preguntarse en dicho plebiscito si se acepta la nueva Constitución que se propone o se opta por mantener la actualmente vigente. En la actualidad, existe un movimiento ciudadano que extra institucionalmente convoca a la Asamblea constituyente sin sujeción de mecanismo alguno. Esta opción basada en la Curso de delegado constituyente Página 33 ilegitimidad de origen de nuestra actual Carta Magna, nos parece en la práctica, una propuesta inalcanzable en su concreción. 3. ¿QUIÉNES INTEGRAN LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE? Históricamente Chile se ha caracterizado por contar con una estabilidad constitucional sin precedentes en Latinoamérica (Garzón, 1992). Esta tendencia a la estabilidad política se prolonga durante al período post Pinochet y al sistema institucional impuesto por la Constitución de 1980 vigente hasta la fecha (Drake, 2006). Esto a pesar de haberse aprobado más de treinta enmiendas en 242 artículos, lo que la hace la Constitución más reformada en la historia constitucional chilena. No obstante, buena parte de la doctrina concuerda en que dichas modificaciones han sido cosméticas y no alteran sustancialmente el modelo institucional instaurado por la dictadura. En este sentido, Ruiz-Tagle señala que estamos ante una "Constitución Gatopardo", que mientras más se reforma, más retiene sus rasgos originarios (Ruiz-Tagle y Cristi, 1992) De dieciocho países de América Latina, nos encontramos con once constituciones que han implementado una Asamblea Constituyente o la han regulado como mecanismo de reforma constitucional. La mayoría de las experiencias surgen como mecanismo no previsto en el proceso de reforma constitucional. Bolivia es la única excepción, donde el proceso constituyente se articuló mediante la utilización del referéndum reconocido en el artículo 4° de la Constitución de 1967. En este orden de ideas, como la Asamblea Constituyente se ha convertido en una práctica habitual en Latinoamérica para reformar sustancialmente los textos constitucionales, su ejecución supone exigencias formales y materiales. Estas últimas condiciones de exigibilidad, le otorgan un fuerte componente deliberativo, factor que permite no sólo la legitimación del sistema institucional en su conjunto, sino la capacidad de generar empatía y compromiso de la ciudadanía. En general, compartimos las ideas de algunos autores chilenos que también se han animado a reflexionar sobre las características que debiera reunir una Asamblea Constituyente en el Chile actual. Éste es el caso de Gabriel Salazar, quien opta por dicho modelo institucional a partir de una reflexión histórica, que se remonta a la sociedad colonial chilena del siglo XVII, amparada en el "Derecho de los Pueblos". Desde esta perspectiva, la "Asamblea Nacional Constituyente", se conformaría como una alternativa institucional al modelo liberal dominador, que habría enajenado el ejercicio de la soberanía popular a través del sistema representativo sustentado en los partidos políticos, de origen y carácter netamente oligárquicos (Salazar, ob. cit). En este contexto, este autor Curso de delegado constituyente Página 34 identifica al "Estado Neoliberal de 1980" como la máxima expresión de crisis del modelo liberal que en Chile " [...] nació ilegítimo, no ha sido socialmente eficiente y carece de credibilidad y representatividad". Ello, empero, no supone restar a la participación ciudadana o individual (asambleísta) de ninguna organización o partido político. Por su parte, la Asamblea Nacional Constituyente, que integraría también a los grupos medios y a la élite empresarial, se sustenta en procesos deliberativos y mayoritarios y en dicha institución la ciudadanía se expresaría regularmente a través de "comicios" (asambleas locales) o en "las sedes de los actores sociales de presencia nacional (el caso de los trabajadores, los profesores, los empleados públicos y los estudiantes, sobre todo). Estimamos que el número total de delegados o miembros deliberativos de la Asamblea Constituyente, debe ascender a 170 individuos. Los motivos son los siguientes: - - - Representatividad de la muestra: Corresponde a una cien milésima de la población total chilena según datos del último censo nacional, de carácter estimativos y meramente referenciales puesto que -como es de público conocimiento- dicho instrumento de medición y sus variables se encuentran en auditoría técnica desde el 27 de marzo de 2014. Nos parece una escala propicia de representatividad muestral. Eficiencia Legislativa: El plazo de funcionamiento de la Asamblea Constituyente no debería ser inferior a 6 meses (185 días) ni superior a 1 año. En esa proporción la experiencia indica que un número superior de delegados, obstaculiza la relación espacial de la muestra nominal. Proporcionalidad Demográfica: “Un hombre, un voto”, como premisa democrática y su proporcionalidad a escala. Con todo, como bien observa Dixon (1969), el uso de un criterio numérico de equivalencia poblacional no puede ser un obstáculo para el diseño de la solución normativa que mejor se ajuste a la necesidad de crear un sistema representativo justo y efectivo, lo que podría conducir a reglas de excepción que no satisfagan el criterio de igualdad sustancial. En este sentido nos parece oportuno abrir la discusión sobre la territorialidad de los delegados constituyentes. ¿Cómo se elige a los integrantes de la Asamblea Constituyente? La forma de elección de los integrantes de la Asamblea Constituyente debe ser democrática, directa, representativa y participativa. Curso de delegado constituyente Página 35 Para dirimir respecto a los integrantes de la asamblea constituyente, planteamos cuatro, sistemas de integración / elección: a) Candidatos personales e independientes que presenten cierto número de avales para su candidatura. b) Listas de candidatos propuestas por partidos políticos. c) Ciudadanos escogidos al azar mediante selección aleatoria. La fuerza y legitimidad de la Asamblea Constituyente depende de su grado de inclusividad. Por ello, no obstante el papel relevante de los partidos políticos, es necesario que la Asamblea Constituyente esté conformada por hombres y mujeres de todas las etnias, de todas las zonas, excluyendo sus adherencias partidarias y credos personales, su orientación sexual y su capacidad económica. Luego, como posibles criterios de integración en la Asamblea Constituyente, proponemos los siguientes factores exponenciales, no taxativos: a) Criterio demográfico: Un número proporcional a la cantidad de habitantes en la muestra, por expansiones territoriales determinadas, tomando como base los indicadores del último censo válidamente celebrado. Es decir, proporcionalmente se verán representados los individuos de ciertas demarcaciones geográficas. Tomando en cuenta que bajo este criterio existiría un gran porcentaje de representantes de la Región Metropolitana, es necesario generar una fórmula que permite equilibrar la cantidad de representantes por región, evitando así el mayor peso relativo de Santiago. Atendiendo a esto, es que nos parece conveniente reivindicar que la delimitación de los distritos debiera utilizar las fronteras preestablecidas por cualquiera de las divisiones políticas o administrativas existentes. Aunque esto signifique cierta rigidez en el diseño del mapa electoral, el riesgo de intervencionismo y "gerrymandering " disminuye significativamente utilizando demarcaciones preexistentes. El empleo de fusión de territorios, de ser necesario, debe someterse a criterios generales en la medida que ello sea posible (como por ejemplo, el propósito de lograr un número de ciudadanos próximo a la media fijada). En este sentido, el mapa electoral chileno acierta cuando se apoya en las comunas para la conformación de distritos y falla, en cambio, cuando carece de un criterio uniforme para agrupar comunas en distintas zonas del territorio nacional. Curso de delegado constituyente Página 36 b) Criterio Territorial: Representatividad igualitaria con distribución por regiones/comunas. La delimitación del territorio electoral es una cuestión central para la existencia de elecciones competitivas, las que a su vez, son la piedra angular que sostiene el edificio de las instituciones de la democracia representativa. Si la elección se organiza sobre la base de una división del territorio inadecuada, es posible que la legitimidad de todo el sistema político resulte cuestionada. La misma capacidad de convocatoria y adhesión propia de la democracia puede verse dañada en aquellos casos en que la delimitación electoral menoscaba de manera incuestionable la exigencia del voto igualitario, esto es, un ciudadano-un voto-un valor y nos parece que este criterio aunque tiende a reparar la merma de las regiones y sitios remotos frente a la capital y ciertas capitales regionales, sólo lo hace en apariencia y no se condice en su totalidad con los principios de la democracia occidental del valor voto. Ambos puntos deben ser integrados para desarrollar la muestra de forma más efectiva y eficiente. c) Pueblos Indígenas: Señalábamos que los criterios propuestos para la integración de la Asamblea Constituyente no son taxativos ni excluyentes. Así como el modo “ideal” no parece ser aquél que resulte del factor demográfico/territorial (con demarcaciones ya existentes), nos parece adecuado que todos los pueblos originarios del Estado, se vean representados en la Asamblea Constituyente con un 5% de los integrantes totales pertenecientes a pueblos indígenas, potenciando el factor multicultural que nuestro país comienza a crecer. Es importante señalar que el régimen de inhabilidades de los delegados constituyentes debe ser establecido previamente por la ley que convoque la Asamblea Constituyente. A este respecto, existen algunas premisas que nos parecen básicas: - - En el caso de seleccionarse el esquema tres de integración o cuando proceda, la ley que convoque a la Asamblea Constituyente deberá contemplar explícitamente la participación y consulta ciudadana, a través de plebiscitos locales durante su funcionamiento. Dichos resultados serán considerados mociones no vinculantes, pero de discusión obligada por la Asamblea Constituyente. Los delegados constituyentes no podrán ejercer paralelamente cargos de representación o de responsabilidad estatal. Por lo tanto, es necesario considerar incompatibles con la condición de delegados constituyentes, los cargos de parlamentarios, ministros, subsecretarios y directores de servicios, los altos mandos de las Fuerzas Armadas, los jueces de la Corte Suprema y de Apelaciones, Curso de delegado constituyente Página 37 - y miembros del Tribunal Constitucional. A la inversa, podrán ser delegados constituyentes, oficiales y tropa de las Fuerzas Armadas, jueces, funcionarios públicos en general, que no estén en los niveles de autoridad antes mencionados. Las deliberaciones de la Asamblea Constituyente, ya sean en comisiones o en plenarios, serán de carácter público; por lo tanto, deberán ser transmitidas, en simultáneo a través de la televisión (del canal del Congreso y otros) y, en diferido, quedarán las actas, accesibles a solicitud de cualquier ciudadano. ¿Cómo se relaciona la Asamblea Constituyente con la ciudadanía? Durante el proceso de propuestas y redacción de la Constitución, pueden preverse mecanismos de interacción de la asamblea con la ciudadanía, que se materialicen en hechos fácticos o meramente expositivos. Al respecto, se reconocen las opciones las siguientes: - - - Que la Asamblea Constituyente funcione sin relacionarse con la ciudadanía: En este escenario, los integrantes de la asamblea redactan la Constitución valiéndose únicamente de asesores y comisiones de apoyo. Actualmente es común la conformación de un comité de expertos con carácter independiente y representativo con el mandato de asumir las labores que culminan con la redacción de un anteproyecto del texto constitucional. Que la Asamblea Constituyente interactúe con la ciudadanía de forma unidireccional: La asamblea elabora la Constitución considerando las propuestas de la ciudadanía, que le serán entregadas por medios oportunamente descritos y válidamente reconocidos. Serán recogidos transversalmente los aportes de la ciudadanía, al menos para la conformación de los documentos de primera línea de discusión. La naturaleza, implicancia, carácter y vínculo de cada una de estos aportes ciudadanos deberá categorizarse en el Reglamento que norme la Asamblea Constituyente. Que la Asamblea Constituyente establezca una comunicación bidireccional con la ciudadanía: La asamblea elabora propuestas a partir de iniciativas ciudadanas, para luego someterlas a consulta directa de la misma ciudadanía. Con todo, creemos que el funcionamiento del órgano constituyente no tiene por qué ser químicamente puro y pueden crearse una serie de instancias o instrumentos que lo flexibilicen sin, por ello, desnaturalizarlo. Curso de delegado constituyente Página 38 Es la propia Ley Constituyente, la que debe/puede ofrecer estas alternativas y normar su uso. Esto garantiza el cumplimiento de los rasgos participativo, democrático e institucional establecidos en el Programa de la Nueva Mayoría. Así, por ejemplo, se pueden realizar cabildos regionales, debates parlamentarios ampliados, constituir equipos de expertos en ciertas materias para acelerar la formulación de propuestas, celebrar las sesiones de manera itinerante (“Caravana Constituyente”), etc. 4. QUÓRUM VOTACIÓN DE LEYES Y DE APROBACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN La Constitución que elabora la Asamblea Constituyente es sometida a referendo popular. El referendo tiene un gran valor simbólico y, si tiene éxito, le da mayor legitimidad a la Constitución. Las alternativas para la ratificación de la nueva Constitución son básicamente dos, flexibles y rígidas. En la opción rígida se vota la ratificación o rechazo del texto en su conjunto, mientras que en las opciones más flexibles la ratificación del texto se realizaría bloque a bloque o bien artículo a artículo. Ambas teorías nos parecen acertadas toda vez, que hay ciertos ítems que por su impacto, naturaleza o cambio social deben ser consultados de manera particular a la ciudadanía, para evitar trampas al texto en su conjunto. En este caso, nos parece que el quórum de aprobación debe ser el de mayoría simple del electorado. Luego, como apunta la jurisprudencia y doctrina constitucional, creemos que el texto en su totalidad debe ser sometido a referendo y aprobado por la mayoría absoluta de los electores. Los procesos eleccionarios se verificarán sobre el actual padrón electoral y no se agravarán materias, a razón de quórum, pues estimamos importante que el nuevo texto constitucional, sea incorporado por la ciudadanía sin condiciones, arbitrios, dudas o temores de ningún tipo. 5. ¿CUÁNTO DURA LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE? Elegida y conformada la Asamblea Constituyente, su período de funciones se extiende generalmente de 6 meses a un año, pudiendo modificarse este plazo asignado para el cumplimiento de su función. En nuestra opinión, el período de funcionamiento de la Asamblea Constituyente debiera prolongarse por un lapso de tiempo de 6 meses a un año, ampliable a 6 meses adicionales por una única vez. Todo ello de conformidad a lo que establezca el reglamento que crea, organiza y regula el funcionamiento de la Asamblea Constituyente. Curso de delegado constituyente Página 39 6. ¿CÓMO FUNCIONA LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE? La agenda de trabajo, así como su funcionamiento es determinado unilateralmente por la Asamblea Constituyente, una vez conformada para tales efectos. Resulta crucial para el funcionamiento de la asamblea constituyente establecer normas de procedimiento, que deberán ser normadas en el reglamento que la ordena, de manera general. Por cierto, cualquiera sean los mecanismos de actuación que determine el soberano, los distintos grupos de interés, deben ser incluidos en el proceso y tener influencia en la toma de decisiones, aun cuando no sean con carácter vinculante para la asamblea. Las normas de procedimiento abarcan aspectos como las responsabilidades del plenario de la asamblea y las funciones y estructura de sus comités. Es conveniente dejar el plenario para los debates generales sobre los principios y las decisiones finales sobre la nueva Constitución, y dejar el análisis de los detalles a cargo de comités constitucionales que escucharán oportunamente a la ciudadanía como a grupos de expertos. Generalmente, existen dos tipos de comités: - Comités temáticos que abordan los temas relacionados con la Constitución. Dentro de estos comités debe haber un subcomité de redacción (del texto) y un subcomité de armonización, para superar las diferencias y contradicciones entre las recomendaciones de los distintos comités temáticos. - Comités encargados de los aspectos administrativos, que normalmente incluyen un subcomité directivo que responde por el programa y el trabajo cotidiano de la asamblea; un subcomité de enlace con la prensa, un subcomité de acreditación y un subcomité encargado de abordar los privilegios y acciones disciplinarias contra los delegados, en las faltas que incurrieren. Las reglas de funcionamiento de la Asamblea Constituyente también deben determinar el procedimiento para la conducción de las reuniones de la asamblea y sus comités, la introducción de mociones relativas a las enmiendas, la imposición de límites a la duración de los discursos, mociones para el levantamiento de sesiones, así como las facultades del presidente de la asamblea de regular y controlar los procedimientos. Es común que estas normas incorporen el derecho de quienes no sean delegados a observar los procedimientos de la asamblea de manera presencial, a través de audiencias públicas y la itinerancia para sesionar de la Asamblea y la necesaria transmisión del proceso constituyente por TV. Curso de delegado constituyente Página 40 BIBLIOGRAFÍA BIBLIOTECA DEL CONGRESO NACIONAL. Las Asambleas Constituyentes: concepto y formas de implementación. COLLADO, Faustino. ¿Por qué una asamblea constituyente? 2012. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE CHILE. Editorial Lexis-Nexis. Santiago, Chile. 2012. Derecho Constitucional e Instituciones Políticas, Ed. Nacional, Madrid, 1981. DÍAZ, Rafael. Creación de la asamblea constituyente. 2012. DIXON, Robert, The Warren Court Crusade for the Holy Grail of ‘One Man-One Vote’ en The Supreme Court Review (1969). DRAKE, P. W: Between Tyranny and Anarchy: A History of Democracy in Latin America, 1800-2006(Stanford University Press). 2009. EYZAGUIRRE, Jaime. Historia de las instituciones políticas y sociales de Chile, Santiago, Editorial Universitaria, 1992. FIGUEROA, Pedro Pablo. La Revolución Constituyente (1858-1859), Santiago, Imprenta Victoria, 1889. GARZÓN, Ernesto: El concepto de estabilidad de los sistemas políticos, México, Biblioteca de Ética del Derecho y Política, N° 21. Fontamara, 1992. GHAI, Yash. La Asamblea Constituyente en la elaboración de la Constitución Política. IDEA. 2012. GREZ, Sergio. De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). Santiago, RIL Editores, 2007, 2ª ed. GUASTINI, Ricardo. “Estudios de Teoría Constitucional”. Doctrina Jurídica Contemporánea. Instituto de Investigaciones Jurídicas. México D.F. 2001. Curso de delegado constituyente Página 41 Los Seis Libros de la República, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1992, t. I. MUÑOZ, Fernando (2013): "Chile es una República democrática": la Asamblea Constituyente como salida a la cuestión constitucional", en Anuario de Derecho Público 2013 (Universidad Diego Portales, Ediciones UDP). NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. Consideraciones sobre poder constituyente y reforma de la Constitución en la teoría y la práctica constitucional. Ius et Praxis, 2009. NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA. Agencia para el desarrollo de la sociedad de la información en Bolivia. Gobierno de Bolivia [en línea]. Consulta realizada el día lunes 04 de Julio de 2010. Disponible en http://www.presidencia.gob.bo/download/constitucion.pdf PALMA, Eric. "Un plebiscito, dos constituciones" [fecha de consulta: 3 de octubre de 2013, disponible en http://www.elmostrador.cl/opinion/2013/07/25/un-plebiscito-dosconstituciones/] QUISBERT, Ermo. La Constitución Política del Estado. Apuntes jurídicos. 2012. ROJAS, Milushka. “Importancia del Derecho Comparado en el Siglo XXI” en http://www.derecho.usmp.edu.pe/instituto/revista/articulos/Articulo_de_Investigacion_J uridica.pdf RUIZ-TAGLE, Pablo y CRISTI, Renato. La República en Chile, Teoría del Constitucionalismo Republicano. Santiago Ciencias Humanas. LOM Ediciones, 2006. SALAZAR, Gabriel. Construcción de Estado en Chile (1760-1860). Democracia de los “pueblos”. Militarismo ciudadano. Golpismo oligárquico”. Santiago, Editorial Sudamericana, 2005 SALAZAR, Gabriel. En el nombre del Poder Popular Constituyente (Chile, Siglo XXI) Ediciones LOM, año 2011, Capitulo II “Memoria”. SALVADOR MARTINEZ, María. “Derecho Constitucional Comparado en el Contexto de la Integración Supranacional y la Globalización” enhttp://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2707672.pdf Curso de delegado constituyente Página 42 SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos. El poder constituyente. Buenos Aires: Editorial Bibliográfica, Argentina, 1957. THORP, Rosemary. “Progreso, Pobreza y Exclusión: Una Historia Económica de América Latina en el Siglo XX”. Banco Interamericano de Desarrollo, 1998. UPRIMNY, Rodrigo. "Las Transformaciones Constitucionales Recientes en América Latina: Tendencias y Desafíos", en Rodríguez Garavito, César (editor) “El derecho en América Latina: un Mapa para el Pensamiento Jurídico del Siglo XXI”. Buenos Aires: Siglo XX Editores. 2011. VITALE, Luis. Interpretación marxista de la historia de Chile, Santiago, Prensa Latinoamericana, 1973, 2ª ed., tomo III. ZÚÑIGA, Francisco. “Nueva Constitución y Operación Constituyente”, Ponencia presentada a las XLII Jornadas Chilenas de Derecho Público, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, noviembre, 2012. Curso de delegado constituyente Página 43