ancho campo para la investigación del fitógrafo quien puede estar seguro de ver recompensados con gratas sorpresas sus afanes. Se ha creído erróneamente, y yo mismo he padecido este error durante muchos años, que la Flora de nuestro país estaba casi completamente estudiada; cuando hay comarcas en Cataluña, y aún en la provincia de Barcelona, que apenas han recibido la visita de ningún botánico. De la provincia de Tarragona no se conocen otros datos que los recogidos por Lóseos y Pardo en la frontera de Aragón, por Costa y Webb en Horta, Montsant y Tortosa, por nuestro consocio Dr. Gibert en los alrededores de la Capital y algunos pocos por mí referentes á Salou, Reus y Riudecañas. Casi otro tanto puede decirse de la provincia de Lérida, no obstante las exploraciones de Costa, Compañó, González, Puiggarí, y las mías propias cerca la Capital, centro de Urgel y orilla derecha del Segre entre los dos Nogueras; puesto que las Garrigas, cordillera del Montsech y la región septentrional hacia los orígenes del Toro y del Noguera, con puertos como los de Caldas y de la Bonaigua, por falta de vías de comunicación ha sido muy superficialmente explorada. La provincia más afortunada, desde el punto de vista botánico, ha sido la de Gerona, merced á la entusiasta actividad de algunos de sus hijos, como Bolos, Vayreda, Tremols y Texidor y aún del mismo Masferrer, que efectuó repetidas excursiones por las Guillerías. Pero nuestra misma provincia de Barcelona, no obstante los trabajos de herborización de varios litógrafos catalanes, puede considerarse como virgen en su parte septentrional formada por la Sierra de Cadí con sus estribaciones, mesetas y valles. Grau se limitó á estudiar las cercanías de Berga, particularmente Tagast, bosque de Sagalés y Rasos de Peguera, en cuyo último punto dejó, sin embargo, de notar especies tan interesantes como la Arenaria querioides Pourr. y Agrostis alpina Scop. Costa, que según se infiere de sus citas, mostró singular predilección por la Maladetta, Viella y otros puntos déla cuenca alta del Garona, apenas debió pasar de las cercanías de Berga, donde herborizó en compañía de Grau y de Bubani. Finalmente, Salvador, que recorrió el trayecto comprendido entre Bagá y Pobla de Lillet, no parece haberse remontado á Castellar d' en Huch ni á otros puntos de la vecina cordillera. Verdad que para salvar la distancia de Berga á Bagá no había entonces, ni hasta muy recientemente, más que un mal camino de herradura. Conrado Pujol, nieto de Grau, que ha escudriñado con provecho los alrededores de Berga, Cardona, varios puntos de la Segarra y, en compañía del doctor Sallent, el Pía de Bages, se ha internado hasta las Adous ó fuentes del Bastareny al pié de Paradell, distante unos 8 km. de Bagá en dirección NO., donde descubrió el Bupleurum falcatum L . , Lasiagrostis CalamagrostislAúk.. y otras interesantes especies que en su día determiné y cuya existencia he recientemente comprobado. Pero ninguna cita existe del río Greixa, en cuyas orillas crece la 454