“PERSONALIDAD Y RENDIMIENTO DEPORTIVO, MOTIVACIà N Y AUTOCONFIANZA Y AGRESIVIDAD EN EL DEPORTE” V SEMESTRE UNIVERSIDAD DE PAMPLONA (CREAD BOGOTÔ) LICENCIATURA EN BASICA PRIMARIA CON ENFASIS EN EDUCACIà N Fà SICA BOGOTÔ, D. C. 2013-1 “PERSONALIDAD Y RENDIMIENTO DEPORTIVO, MOTIVACIà N Y AUTOCONFIANZA Y AGRESIVIDAAD EN EL DEPORTE” Cà DIGO: 19084066 V SEMESTRE Personalidad y Rendimiento Deportivo, Motivación y Autoconfianza; Agresividad en el Deporte. PsicologÃ−a Social y Deportiva (1030604) UNIVERSIDAD DE PAMPLONA (CREAD BOGOTÔ) LICENCIATURA EN BASICA PRIMARIA CON ENFASIS EN EDUCACIà N Fà SICA 2013-1 INTROCCIà N Al referirnos al deporte en general, los componentes psicológicos y emocionales trascienden los aspectos puramente fÃ−sicos, técnicos y tácticos de la ejecución deportiva (Weinberg y Gould, 2007; Williams y James, 2001). Tanto el éxito como el fracaso de un deportista proceden de una combinación de capacidades condicionales fÃ−sicas (fuerza, velocidad, resistencia…), técnicas (golpeo, control del balón en el fútbol…), tácticas (realizar el repliegue, jugada a balón parado…) y psicológicas (personalidad, habilidades de afrontamiento…). Sin embargo, comparadas con los aspectos fÃ−sicos, técnicos y tácticos, las variables psicológicas no siempre han recibido la atención requerida. Los fundamentos psicológicos, procesos y consecuencias de la regulación psicológica de actividades relacionadas con el deporte de una o varias personas actuando como sujeto de actividad. El foco puede ser el comportamiento o diferentes dimensiones psicológicas del comportamiento humano, esto es las dimensiones afectivas, cognitivas, motivaciones o sensaciones motoras. “Aunque el deporte se juega con el cuerpo, la victoria se consigue con la mente”. El enfoque centrado en las disposiciones (teorÃ−as “disposicionales” o “rasguistas”), protagonizado en los últimos años por el modelo Big-Five (Costa y McCrae, 1995), tiene como objetivo encontrar caracterÃ−sticas amplias, generales, abstractas, descontextualizadas en el espacio y el tiempo, y relativamente 1 estables que diferencien a los deportistas de forma consistente y para ello, busca datos que demuestren la extensión y duración de esas diferencias en diversas situaciones. PERSONALIDAD Y RENDIMIENTO DEPORTIVO Evaluando y entrevistando a deportistas, he observado como éstos tienen una serie de caracterÃ−sticas de personalidad que los diferencian de los no deportistas (por ejemplo, mayor actividad), percibiéndose, incluso, diferencias en función del tipo o modalidad deportiva (por ejemplo, mayor sociabilidad en deportes de equipo que en deportes individuales). Por otra parte, los deportistas de éxito destacan por poseer una serie de caracterÃ−sticas psicológicas únicas, siendo común oÃ−r a entrenadores y técnicos deportivos decir que aquellos deportistas de alto rendimiento “son jugadores con personalidad”, quizás haciendo referencia a rasgos como la agresividad, optimismo, responsabilidad, etc. Es un tema recurrente entre psicólogos, entrenadores y demás profesionales, conocer cuáles son las caracterÃ−sticas de personalidad del deportista, para, de este modo, intentar mejorar al máximo su rendimiento deportivo en la competición. De esta forma, mis inquietudes investigadoras se centraron desde un inicio en analizar tanto la personalidad del deportista, asÃ− como su relación con el rendimiento deportivo. Estas pretensiones se concretan en este trabajo con el análisis de las diferencias en el Estilo de Personalidad entre deportistas y no deportistas, en función del tipo de deporte, la demarcación en el terreno de juego, el nivel competitivo, y por último, el estudio de la relación entre personalidad y el rendimiento deportivo. El rasgo de personalidad representa la tendencia caracterÃ−stica que muestra la persona a actuar y comportarse de una cierta manera. Se basan en la determinación de los rasgos correspondientes por la participación deportiva y en la obtención de mejores resultados en el dominio de las competiciones. Si se identifican los rasgos que presentan los deportistas y el grado en el que los posee, posiblemente podrÃ−amos saber la forma en que se comportará o, al menos, explicar sus posibles reacciones psicológicas. Existen unos rasgos que caracterizan al deportista de mayor nivel, y una relación entre personalidad y rendimiento deportivo. Existen diferencias en personalidad entre deportistas y no deportistas (por ejemplo, en rasgos como extraversión, estabilidad emocional y dominancia), en función de la modalidad deportiva de práctica (por ejemplo, los deportistas de deportes individuales son más introvertidos que los deportistas de deportes de equipo) y el nivel de competición (por ejemplo, los deportistas de alto nivel son más extravertidos, dominantes y agresivos que los deportistas de menor nivel). Hay que tener en cuenta la consideración de la participación en la práctica deportiva como uno de los factores que influye en las diferencias en personalidad o si las diferencias preexisten y las personas seleccionan su deporte de acuerdo a sus caracterÃ−sticas de personalidad (Bakker, Whiting y Van Der Drug, 1993; Cox, 2002; Wann, 1997). El planteamiento teórico que defiende que la actividad deportiva influye sobre la personalidad del deportista se denomina hipótesis del desarrollo (por ejemplo, un deportista introvertido puede ser menos introvertido debido a la influencia de participar en un deporte de equipo). Resulta de sentido común, y nadie parece poner en duda, la importancia que tiene la actividad deportiva para la evolución y desarrollo de la personalidad, por lo que se puede considerar al deporte como un factor de socialización de primer orden (como la familia), que también favorece una serie de aspectos personales. Antonelli y Salvini (1978, 48) hicieron referencia al efecto de la práctica deportiva en la evolución psicológica del niño, afirmando que la actividad competitiva ejerce una acción constructiva, y ésta se 2 expresa en la formación e interpretación del Yo como núcleo de la personalidad a través de una mayor participación del niño en el control de sus pulsiones y del exterior; una profundización del autoconocimiento; una interiorización más amplia de modelos exteriores; una potenciación de las facultades motrices y sensoriales; y una mayor capacidad para soportar la ansiedad, aumentar la fe en sÃ− mismo y la autonomÃ−a. Otros ejemplos de la influencia de la práctica deportiva sobre la personalidad del deportista se observa en los trabajos de Neumann (1957, citado por Thomas, 1982), Wittle (1961) y Schender (1965) los cuales encontraron un desarrollo positivo en valores personales (juego limpio, compañerismo, honestidad, etc.). La edad de los deportistas juega un papel destacado en el desarrollo de la personalidad, de manera que en la medida que aumenta la edad también lo hacen los componentes psicológicos de la personalidad deportiva (autocontrol, control de la ansiedad, autoestima, autoeficacia, cohesión y cooperación). MOTIVACIà N Y AUTOCONFIANZA 1.1 Concepto de motivación en el deporte: Motivación es la combinación entre los deseos y energÃ−as de la persona para alcanzar una meta. Las personas pueden ser motivadas por creencias, valores, intereses, miedos, entre otras causas o fuerzas. Algunas de estas fuerzas pueden ser internas, como: necesidades, intereses y las creencias. Las externas pueden ser: el peligro o el medio ambiente La motivación de una persona depende de: • La fuerza de la necesidad. • La percepción que se tiene de cierta acción para ayudar a satisfacer cierta necesidad. CaracterÃ−sticas: • Fuerza que activa y dirige el comportamiento. El primer motivo básico es la supervivencia, según la Pirámide de Maslow. • La motivación a veces se confunde con las emociones. Las emociones son reacciones subjetivas al ambiente. • La motivación puede ser tanto positiva como negativa. • La motivación puede ser tanto personal como laboral y muchas veces una va de la mano de la otra. La motivación puede ser: • ExtrÃ−nseca: el dinero, posición, poder. • IntrÃ−nseco: motivación personal, se realiza únicamente por interés o por el placer de realizarla. La función de esta necesidad psicológica es la de impulsar al ser humano a mejorar y a dominar su entorno. Esta nos sirve para conseguir metas más difÃ−ciles, pues son necesidades psicológicas. CaracterÃ−sticas que hacen que tenga interés la motivación intrÃ−nseca: • Complejidad. • Movilidad. • Imprevisibilidad de la tarea. • Reto óptimo. • Competencia. 3 • Autodeterminación: pensamos que aquello depende de ti, tienes capacidad de escoger. Modelo de activación intrÃ−nseco: Existe un nivel óptimo de conseguir este reto, entre el grado de dificultad y el grado de habilidades y capacidades. Cada persona tiene un nivel óptimo de conseguir su reto, donde se siente completo. 1.2 Aspectos que influyen en la motivación: Planteamientos generales para la motivación • Conductual: a base de incentivos (objeto o evento que alienta o desalienta) • Humanista: autorrealización, tendencia de actualización, necesidad de autodeterminación. Enfatiza la libertad personal, la decisión, la autodeterminación y la lucha por el crecimiento personal • Cognoscitivista: la conducta se determina por nuestro pensamiento; se inicia y regula mediante planes, metas, esquemas, expectativas y atributos • Aprendizaje social: expectativa de alcanzar una meta y valor de esa meta para él mismo Metas y motivación Meta: lo que un individuo lucha por alcanzar Razones para establecer metas: • Dirigir la atención hacia la tarea que realizamos • Las metas activan el esfuerzo • Aumentan la persistencia • Fomentan el desarrollo de estrategias nuevas cuando las antiguas son ineficientes Tipos de metas • De desempeño: intención personal de parecer competente según otros deportistas Deportistas con ego • De aprendizaje: intención de mejorar las capacidades y comprender, sin importar cuánto afecte al desempeño Deportistas que se preocupan por sus entrenamientos Factores adicionales que determinan la eficiencia del establecimiento de metas • Retroalimentación: indica a un deportista si los esfuerzos no han sido suficientes o si alcanzó o superó la meta • Aceptación de la meta: se aceptan si a los deportistas les parecen realistas, razonablemente difÃ−ciles y significativas 1.3 Motivación del logro y competitividad: El alto rendimiento y la obtención de logros superiores no son privativos de algunos paÃ−ses, equipos o personas por alguna razón de exclusividad permanente. 4 Tampoco está muy relacionado principalmente con la cantidad de recursos invertidos para dichos propósitos, y aunque parezca extraño, el talento por sÃ− sólo no basta. En un mundo de exigencias y resultados como el que están sometidos cotidianamente los deportistas elite de diversos deportes, el desarrollo de habilidades sociales y psicológicas constituyen una necesidad y un valor en sÃ− mismas, no solo para la obtención de logros, sino que también para hacer posible una vida que armonice aspiraciones personales y profesionales, sin el consabido costo del stress. En ello, el deporte se parece mucho a otras actividades humanas como la negociación y la gerencia de organizaciones enfocadas al manejo de sus sistemas internos y externos de obtención de logros. En el deporte de alto rendimiento, asÃ− como en el deporte formativo y recreativo no solo se entrena fÃ−sicamente, sino que de manera más creciente el entrenamiento psicológico es un elemento fundamental para marcar la diferencia en los niveles de rendimiento que se alcanzan y en la obtención de ventajas y beneficios inherentes al hacer el intento de armonizar productivamente cuerpo y mente. Tanto en la gestión empresarial, como en la competencia deportiva, los equipos que se trazan objetivos y metas individuales y corporativas, muchas veces pueden fracasar por no considerar en su verdadera dimensión, cuánto puede hacer la mente para elevar el rendimiento y la capacidad de gestión frente a situaciones imprevistas, es decir fuera del plan trazado. Las situaciones desestabilizantes por factores percibidos como amenazas que enfrentan los equipos en el terreno de juego, sea esta una competencia deportiva de eliminatorias o una negociación comercial importante, inciden en los niveles de motivación y en las capacidades efectivas para la obtención de logros. Definitivamente el mapa no es el territorio, y esto, tanto atletas como entrenadores tienen que aprenderlo. Transitar del plan a la ejecución, y del entrenamiento a la gestión efectiva es un aprendizaje ineludible para enfrentar desafÃ−os mayores. El cuerpo y la mente en un momento pueden ser autocomplacientes de los niveles de logros obtenidos, pero la pregunta que siempre se puede hacer la mente es: somos mejores comparados con qué o con quiénes. Un atleta puede poner en la cúspide del éxito a un paÃ−s. Lo que importa en suma son sus niveles de motivación, la preparación para activar óptimamente su nivel de rendimiento, su capacidad de focalizar la atención en logros desafiantes y de visualizar escenarios futuros. En esto, el entrenamiento psicológico tiene mucho que aportar al deportista de elite. La motivación de logros La motivación es una de las variables psicológicas más importantes al realizar una actividad deportiva; ya que orienta y dirige la acción intensificándola o disminuyéndola según sea. El estar o no motivado no se refiere necesariamente a una caracterÃ−stica de personalidad de un deportista determinado y tampoco tiene relación únicamente con factores externos, por tanto nosotros debemos ser conscientes y saber si estamos motivados realmente en un deporte o no lo estamos. La Motivación de Logro es una orientación de la persona hacia el esfuerzo por tener éxito en un deporte determinada, la persistencia a pesar de los fracasos, y la sensación de orgullo por las victorias obtenidas. La Motivación de Logro y la Competitividad no sólo tienen que ver con el resultado final o la búsqueda de la excelencia, sino también con la ruta psicológica que se emprende para llegar hasta allÃ−. 2.1. Definición de autoconfianza 5 Los psicólogos del deporte la definen como la creencia de que se puede realizar satisfactoriamente una conducta deseada, lo que equivale a la suposición de que el éxito se va a conseguir. Consiste en tener un planteamiento mental positivo sobre lo que va a suceder. Son unas expectativas realistas sobre un fin que perseguimos o deseamos conseguir, y de lo cual estamos convencidos de lograrlo. La confianza es un determinante del rendimiento, pero no de la competencia o habilidad del deportista. La Autoconfianza influye sobre: Las emociones positivas : influye activando estas emociones positivas, lo que permitirá que el sujeto se sienta más seguro de sÃ− mismo, más tranquilo y relajado en condiciones de presión, y un estado mental que le permita ser más enérgico. Fases de la pericia según Bloom (1985). INDIVIDUO Deportista FASES DE LA EVOLUCIà N DE LA PERICIA Inicio Desarrollo Perfección Amable, cariñoso Compromiso Centrado en que Técnico AlegrÃ−a aprende / Profesor Disfrute Talento Dedicación Obsesión Práctica especial Profesionalidad Emocionalmente Responsabilidad deliberada Innovan, aportan Promete Apoyo Comparten la excitación Padres Apoyan Buscan técnicos Fuerte Respetuoso Competente Exigente à xito Respetado Temido Emocionalm Se sacrifican Adaptan su vida Implicado Restringen sus actividades AGRESIVIDAD EN EL DEPORTE Para Darwin (1872, citado por Reeve, 1994) las emociones son un proceso innato cuya función consiste en la adaptación al entorno en el cual se desarrolla cada organismo, asÃ− considerada, la agresividad en el Hombre cumple con la función de adaptarse al entorno psicosocial en el cual se desarrolla. La agresividad se caracteriza de otras emociones por ser un evento que prepara al organismo para la lucha y la defensa, lo que les permitirÃ−a a los organismos su sobrevivencia, además de garantizar en cierta medida la permanencia ya no tan solo del organismo en sÃ−, sino del organismo como especie. Según Huizinga (1984) el Hombre ha creado cultura a partir del juego, es mediante esta actividad que el Hombre ha adquirido y desarrollado diversas habilidades psicosociales, como son el lenguaje, la interacción social y por lo tanto la capacidad de convivir con sus congéneres, desarrollando para ello reglas que definen los términos bajo los cuales se han de conducir y efectuar las relaciones interpersonales de acuerdo a cada grupo social y las circunstancias bajo las cuales se encuentran. El deporte es una actividad de carácter voluntaria a la cual se entrega el / la deportista con el fin de lograr un objetivo, romper una marca, vencer a un oponente, para lo cual ha de someter a prueba sus más altas y superiores cualidades, fÃ−sicas, emocionales y cognitivas. De entre las cualidades emocionales destaca la agresividad. 6 Definimos el concepto agresividad como toda conducta que tiene por objetivo dañar fÃ−sica o psicológicamente a otro organismo, sin embargo en el contexto deportivo el daño ocasionado a los competidores opositores consiste en vencerlos dentro del marco de los lineamientos establecidos por cada federación deportiva. En este caso particular diferenciaremos las conductas violentas de las conductas agresivas a partir de la violación de alguna regla socialmente aceptada, por lo que una conducta agresiva La agresión consiste en una serie de conductas que son aprendidas mediante la observación de un modelo al cual le refuerzan esta clase de conductas, sin embargo, para que ocurran estas conductas se ha de cumplir con las condiciones de oportunidad y capacidad. La oportunidad se refiere a las circunstancias (el contexto) en el cual se desarrolla la actividad y que facilita la manifestación de alguna conducta agresiva o violenta. La capacidad se refiere a las habilidades que posea el organismo para desarrollar y evocar tales conductas, ya sean agresivas o violentas. El concepto de educación para la no-violencia, para poder hacerse operativo en el ámbito del deporte y la actividad fÃ−sica, necesita el concepto de juego limpio. El juego limpio es un concepto que nace del propio mundo del deporte, de la revisión y el análisis crÃ−tico de su funcionamiento. El juego limpio es un concepto más amplio de lo que cotidianamente se entiende puesto que implica mucho más que el simple respeto a las reglas: • Es una forma de pensar, además de traducirse en un comportamiento. • Abarca los conceptos de amistad, respeto al prójimo, autocontrol y espÃ−ritu deportivo. • Implica luchar contra las trampas, contra la utilización de la astucia para saltarse las reglas, contra la intolerancia, contra el dopaje, contra la violencia (tanto fÃ−sica como verbal), contra la explotación de los jugadores o técnicos, contra la desigualdad de oportunidades, contra la comercialización de expresión y contra la corrupción. El significado de juego limpio se ha ampliado y matizado en los últimos años, de todas formas percibimos que continúa identificándose más con el ámbito reglado competitivo, lo que determina que otras situaciones y protagonistas queden en un lugar más secundario. Nuestro planteamiento de educación para la no-violencia no rechaza el juego limpio, lo asume y desea encuadrarlo dentro de una macro perspectiva que lo refuerce y, al mismo tiempo, pretende incidir en aspectos y matices como pueden ser: conflictos, resolución no violenta de los mismos y desobediencia ante las injusticias. Desde la perspectiva de la educación para la no-violencia, entendemos que el juego limpio no puede huir de los conflictos ni preparar a los individuos, a través de la obediencia, para que no los planteen. Cuando los conflictos surgen, es preciso incidir en soluciones alternativas y no violentas para ellos, no es adecuado recurrir a la obediencia de las reglas y a la sanción en caso de que no se produzca esa obediencia. Por otra parte, el juego limpio plantea la lucha contra las trampas, contra la intolerancia, contra la explotación de jugadores, etcétera, pero debe incidir más en una educación para la desobediencia ante las injusticias. La preocupación de transmitir una actitud de disciplina no debe implicar necesariamente el acatar las reglas aunque éstas sean injustas. 7 Es innegable que la mentalidad, la "garra", la personalidad o el nerviosismo juegan un papel decisivo a la hora del éxito o el fracaso de un deportista. Numerosos ejemplos, en uno y otro sentido, abonan esta afirmación y cada cual conoce diferentes casos y experiencias. Hay que entender que el deporte es un heredero civilizado de la tendencia hostil y belicosa que suele desembocar en guerras o enfrentamientos armados, con un fin radicalmente diferente ya que hoy el deporte sirve para hermanar a los pueblos en lugar de desintegrarlos o aniquilarlos. La violencia es un problema que el ser humano en general todavÃ−a no ha podido resolver. El principal enemigo del hombre no es el que está afuera sino el que está adentro, vale decir: el rival interior. CONCLUSIONES No se puede afirmar que todos los integrantes de los diversos grupos de animación o de respaldo a los equipos de fútbol que asisten a los estadios sean personas con problemas de adaptación social, sin embargo, es importante considerar que algunas variables de carácter psicosocial sÃ− influyen en la manifestación de conductas agresivas y violentas en los diferentes escenarios deportivos, en los cuales es probable que al considerar la posibilidad de permanecer anónimos algunos individuos aprovechen la ocasión para manifestar su rechazo y resentimiento social agrediendo fÃ−sica y verbalmente a otros, siendo esos otros los simpatizantes e incluso los actores del equipo contrario (jugadores, y cuerpo técnico). El problema no es simple, su complejidad exige de una solución de carácter multidisciplinario que atienda cada uno de los posibles orÃ−genes del mal. El que gana una batalla es inteligente, el que vence sin combatir es sabio. Sun Tzú - "El Arte de la Guerra" - Siglo III A. C. BIBLIOGRAFà A BAKER, F.C.; H.T.A. WHITING y H. VAN DER BRUG, PsicologÃ−a del Deporte; Conceptos y Aplicaciones. Madrid, Ediciones Morata, 1993. CANCIO, Miguel, “SociologÃ−a de la violencia en el fútbol” [En lÃ−nea] [Consultado: 2002] Disponible en internet: http://www.miguelcancio.com GOLDSTEIN, J, Agresión y delitos violentos, México, El Manual Moderno, 1978. HUIZINGA, J., Homo ludens, Madrid, Alianza Editorial, 1984. “Maras en las barras”, En: Impacto, El diario. México, junio 2005, No. 142. pp.37. LORENZ, K. y P. LEYHAUSEN, BiologÃ−a del comportamiento. RaÃ−ces instintivas de la agresividad, el miedo y la libertad, México, Siglo XXI Editores, 1981. STORR, A., La agresividad humana, Madrid, Alianza Editorial, 1984. 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