Las Tecnopolis del Mundo

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L
as tecnópolis del mundo.
La formación de los
complejos industriales
del siglo XXI
El libro constituye un considerable aporte en estudios de sociología industrial y urbana, donde se
analizan las principales tecnópolis mundiales surgidas en la actual era de la información. Tanto
Castells como Hall parten de la hipótesis de que
existen en la actualidad cinco formas de desarrollo
de alta tecnología en los países industrializados:
en primer lugar los complejos industriales; en
segundo las ciudades científicas; en tercero los
parques tecnológicos; en cuarto el cambio industrial de grandes ciudades mundiales hacia una
base de industria de alta tecnología; por último,
el proceso conflictivo de formación de nuevos centros de innovación tecnológica. Los autores entienden por tecnópolis, los proyectos planificados en
regiones específicas que presentan, de manera
vinculada con universidades, institutos de investigación que se implantan con el objeto de ayudar a la generación de nueva tecnología informática. Las tecnópolis son intentos deliberados, de
agentes públicos y privados con visión de futuro,
de ayudar a controlar y guiar transformaciones
fundamentales que recientemente han comenzado a incidir en la sociedad, la economía y los
territorios de los países que están redefiniendo las
condiciones y los procesos de desarrollo regional y
local. La función de la tecnópolis es generar los
Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad
Vol. II. No. 6
Mayo/Agosto de 1996
R AQUEL
P ARTIDA
✦
Manuel Castells y
Peter Hall,
Las tecnópolis del
mundo. La
formación de los
complejos
industriales del
siglo XXI, Madrid,
Alianza Editorial,
1994.
✦ Investigadora del
Departamento de
Estudios Ibéricos y
Latinoamericanos
(DEILA), estudiosa de
temas industriales y del
trabajo
209
R AQUEL P ARTIDA
materiales básicos de la economía de la información.
La obra ofrece un marco de referencia, empíricamente contrastado, para los estudiosos de empresas y administraciones públicas que apuestan
por el mundo industrial del siglo XXI. Cada tecnópolis tiene una característica propia, por lo que son
analizadas y evaluadas de acuerdo con los objetivos implícitos o explícitos que esté tratando de
conseguir. Por ello el estudio intenta valorar cómo
estas diferentes estructuras realizan un papel de
motores de nuevo ciclo de desarrollo económico y
de nodos organizadores del reciente espacio industrial. Así, la comprensión del fenómeno de las
tecnópolis se ha visto tan empañada por los sesgos
políticos, ideológicos y comerciales, por lo que este
estudio comienza con un cuidadoso análisis experimental de cómo estos centros se crearon, se
desarrollaron y de los factores que explican las
diferencias en cuanto al éxito de los mismos, según
un conjunto de criterios preestablecidos.
El libro se escribió ante las carencias de trabajos que evalúen, mediante un enfoque analítico
descriptivo, los proyectos más importantes dedicados a la construcción de tecnópolis por el mundo.
Los autores estudiaron más de una docena de
tecnópolis en todo el mundo; algunas muy desarrolladas y maduras, y otras apenas en su inicio;
algunas de gran éxito, otras en aparente fracaso.
En el libro se expone cómo fue el inicio de cada una
de ellas, cómo han cobrado forma, cuáles son sus
objetivos y en qué medida han logrado el éxito; con
el objeto de mostrar que está apareciendo un
nuevo espacio industrial, definido tanto por el
emplazamiento de los nuevos sectores industria210
Las tecnópolis del mundo...
les como por la utilización de nuevas tecnologías
en todos los sectores.
Los autores parten del supuesto de que se vive
el final de siglo XX en donde se presencia una
innegable redistribución en cuanto a la innovación
tecnológica y a las iniciativas empresariales en el
terreno industrial; la geografía económica mundial ha cambiado de forma fundamental. El hecho
de que los gobiernos locales y regionales se hayan
apresurado a adoptar el nuevo modelo de desarrollo demuestra la percepción de que nos encontramos en medio de una transición hacia una nueva
forma productiva y que la gestión del proceso
requiere iniciativas institucionales que actúen a
través de y sobre el mercado. Así, el propósito
fundamental del libro es analizar y comprender el
proceso de formación de los medios industriales
innovadores que conducen a un crecimiento económico regional o local verdaderamente dinámico,
con un sólo interés: contar la historia tal y como es,
en términos de estudio de caso de los lugares reales.
La tipología de las tecnópolis que proponen
Castell y Hall es de un arquetipo práctico, representan los diversos modelos de medio innovador
que se encuentran en el mundo actual; revelan
formas específicas de concentración territorial de
innovación tecnológica con un potencial para generar una sinergia científica y una productividad
económica. Por lo que el texto introduce un cuidadoso estudio empírico de cómo se crearon y desarrollaron lo factores de éxito de las tecnópolis. El
libro retrocede y busca las fuentes históricas de
inspiración y estrategia de las tecnópolis. Examina la formación y funcionamiento de los complejos
industriales que en alguna época fueron innovado211
R AQUEL P ARTIDA
res y que cambiaron por vez primera la dinámica
de la competencia mundial. Así, a través de los
capítulos, se ilustran casos de tecnópolis en los
países industrializados agrupados en las cinco
formas antes señaladas: a) complejos industriales
de alta tecnología; b) ciudades de la ciencia; c)
parques tecnológicos; d) tecnópolis como instrumentos de desarrollo regional y descentralización
industrial; e) los intentos sobre los progresos actuales de crear un medio innovador. En la última
sección del libro se preocupan de extraer las lecciones que estas experiencias tan dispares han enseñado. Por lo que describimos brevemente cada una
de las partes de este interesante texto.
En el primer apartado desarrollan el marco de
referencia y teórico de las tecnópolis, además de
aderezarlo con una introducción y una justificación metodológica. En los dos siguientes se toma el
caso de Silicon Valley, aquí se muestra de una
manera detallada desde cuándo apareció el proyecto de este importante complejo industrial norteamericano del sector informático; este segmento
se subdivide en tres: la historia, la cultura, el
sistema de vida de Silicon Valley. El otro caso, que
corresponde al capítulo tres, se expone una región
de alta tecnología en Estados Unidos, es el denominado proyecto Carretera 128 de Boston, nos
revelan su historia y la injerencia del Instituto
Tecnológico de Masachusstes (MIT) en su formación; estos dos casos son considerados como complejos industriales de ciencia, es decir, los complejos industriales planificados y construidos generalmente por el gobierno, cuyo objetivo es la generación de excelencia científica y de actividades
investigadoras sinérgicas, su principal foco de
212
Las tecnópolis del mundo...
atención es la ciencia y la investigación. Aquí
presentan los casos de las ciudades: Akademorodk
en Rusia, Taedok en Corea del Sur, Tsukuba y
Kansai en Japón.
En el capítulo cinco se abordan los parques
tecnológicos, cuyo objetivo es el de concentrar en
una zona determinada una serie de empresas
industriales de alta tecnología que aporten puestos de trabajo y cualificaciones para sustentar el
crecimiento económico de las regiones que tratan
de sobrevivir bajo nuevas condiciones de la competitividad internacional, se habla de Sofía-Antípolis
en la Costa Azul, Cambrigde en la Gran Bretaña y
Hsinchu en Taiwan.
Igualmente, en la parte seis, nos hablan de los
programas tecnológicos que consisten en crear un
conjunto completo de medios innovadores para así
transferir el poder y generar nuevas tecnologías
comerciales desde el corazón del país a lugares que
anteriormente no existían; el objetivo que se busca
es concentrar institutos de investigación públicos
y privados, promoviendo tecnologías híbridas,
mejorando los laboratorios de las universidades
locales mediante el establecimiento de centros
tecnológicos. Este es el caso concreto de varias
ciudades del Japón, de las cuales visitaron los
autores cuatro: Sendai, Tohoku, Nagaoka y Oita.
Quizás sea este uno de los textos más ilustrativos
e informativos del proceso de industrialización
japonés.
En el séptimo exponen, las metrópolis como
medio innovador. Se trata de la descripción de
importantes ciudades metropolitanas ya existentes, en donde la tradición artesana se alió con las
nuevas demandas procedentes del poder estatal o
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R AQUEL P ARTIDA
comercial. En este capítulo se centran primeramente en la terna de ciudades metropolitanas,
para estudiar las dos nuevas ciudades que surgieron a mediados del siglo XIX. Aquí se presentan
dos grupos de metrópolis: las supervivientes y las
nuevas metrópolis. En el primer grupo se encuentran las ciudades de Londres, París y Tokio. En el
segundo ubicamos a Munich y California del Sur.
Estos dos últimos casos, a pesar de todas las
dificultades de ciudades recién llegadas, ganaron
frente a las metrópolis establecidas.
Por último, en el octavo capítulo manejan el
caso de la creación de teconociudades, se presentan los intentos para crear tecnociudades a finales
del siglo XX en dos de los lugares menos probables
del mundo. Uno se sitúa en la isla de Guadalquivir, al lado de la histórica ciudad de Sevilla, que
nace con el proyecto de reutilizar las infraestructuras de la Expo ‘92 y de ese modo convertir el
lugar en la mayor tecnociudad de Europa del Sur:
Cartuja ‘93. El otro proyecto se encuentra en
medio de un pantano de manglares, cerca de una
fábrica de sosa, en la ciudad de Adelaida, capital
del sur de Australia. Se tiene previsto ubicar joint
venture con capital australiano-japonés para la
construcción de una ciudad del siglo XXI, en donde
se viva, se trabaje y se aprenda. Será conocida por
un nombre, derivado del japonés: la polis
multifuncional.
Los siguientes dos capítulos (nueve y diez) son
los concluyentes de la investigación. Aquí se hacen
una serie de reflexiones sobre las tecnópolis, en
donde resalta que no existe una fórmula general ni
única para el éxito de un proyecto basado en la
tecnología, especialmente teniendo en cuenta que
214
Las tecnópolis del mundo...
bajo la imagen de conceptos tan evocadores como
tecnópolis, parque tecnológico o ciudad de la ciencia se esconden realidades muy diversas. Los autores hablan de tres caras de la tecnópolis: la
reindustrialización, el desarrollo regional y la creación de sinergias, es decir, la generación de una
nueva información de alto valor a través de la
interacción humana. Este último (la sinergia) es
entendida como un procedimiento innovador que
puede presentarse de diferentes formas: como el
medio innovador de un corporativo; el Estado y la
innovación; las universidades como generadoras
de tecnología. Existen otros elementos que intervienen en la creación de sinergia, las finanzas y las
instituciones. Los efectos de la sienergia pueden
crear nuevas formas de organización social que
traerá consigo implicaciones para el desarrollo
regional. Los autores finalizan con una pregunta:
¿Existe una fórmula ganadora única de las tecnópolis? Esta interrogante guía toda la investigación. Responden y demuestran que no, pues las
tecnópolis representan una gran diversidad de
casos y formas difícilmente equiparables.
215
216
P
oder sindical del magisterio
estatal en Jalisco: ¿Poder
político del gobierno o poder
cultural del gremio
María Luisa Chavoya se queda corta cuando afirma que su libro, Poder sindical en Jalisco: La
sección 47 del SNTE (Universidad de Guadalajara, 1995), es apenas y sobre todo, una historia
regional de un gremio. Se queda corta o bien
porque el magisterio no es cualquier gremio -ya
que cuenta con redes y poderes expansivos en
todos los ámbitos de la sociedad y del Estado y en
todos los rincones de la nación- o bien, porque el
corporativismo sostenido por el Estado mexicano
durante este siglo dista mucho de tener un simple
carácter de “sindical” (entendido como la regulación de una relación laboral). La importante reconstrucción histórica que nos ofrece la autora de
esta obra es muchísimo más que eso, al tocar
prácticamente todas las esferas de la vida pública
jalisciense.
No repararé en la obvia calidad de la obra en
cuanto al abordaje teórico-metodológico seleccionado para revelar el fenómeno del poder en el
sector educativo. Chavoya maneja con soltura y
finura cuestiones tales como las siguientes: la
integración de sus fuentes de primera y segunda
mano, la ejemplificación empírica de los procesos
históricos descritos, una combinación atinada de
los distintos ámbitos, el compromiso consistente
Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad
VoI. II. No. 6
Mayo/Agosto de 1996
S USAN S TREET
✦
Chavoya Peña,
María Luisa,
Poder sindical en
Jalisco: La sección
47 del SNTE,
Guadalajara,
CUCSH-UDEG,
1995.
✦ CIESAS
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S USAN S TREET
en presentar indicadores de las condiciones de
trabajo y de salario del magisterio en su diferenciación interna, la articulación (variable históricamente) de lo nacional, lo regional y lo local, un
nivel bueno de “descripción etnográfica” (tanto la
densa como la ligera) en los momentos justos
(como el excelente rescate del caso de la huelga de
1958), una buena articulación de los conceptos
científicos con las categorías sociales, la cuidadosa
construcción de las redes entre individuos, grupos
y “cuotas de poder”, honestidad en el reconocimiento de las limitaciones, claridad en la redacción y otros muchos aciertos. Siento no conocer
más a fondo la historia y los personajes de la
educación en Jalisco para poder disfrutar, todavía
más, de las tramas y de los dramas que seguramente para muchos de los lectores del libro forman
parte viva de su memoria histórica.
Dicho lo anterior, quisiera detenerme en algunas cuestiones de contenido que me han sido
particularmente sugerentes. La autora entiende
su problema de estudio desde una óptica doble,
donde se mezclan, por un lado, una contextualización de un fenómeno nacional -el corporativismo- a una región específica, y por otro, el “cómo
cada grupo (de maestros de la sección 47) tiene su
propia historia” (p. 12). Paralelamente encontramos otro eje donde, por un lado, la argumentación
de Chavoya muestra los procesos diferenciados
pero permanentes de refuncionalización de dicho
sistema corporativista. Aquí se destacan las múltiples lecciones de una increíble capacidad de
aprendizaje institucional, lo que subraya el acuerdo de la autora con una caracterización generalizada del sistema político mexicano: “cambiar para
218
Poder sindical del magisterio estatal en Jalisco:...
permanecer igual”. Pero, por otro lado, la atención
a conflictos y negociaciones concretos respeta y
recupera las acciones individuales y grupales con
sus sentidos propios; las personas están lejos de
ser simples piezas movidas por fuerzas ajenas.
Este manejo fino de sus conceptos y sus sensibilidad a los detalles etnográficos de las interacciones “micro”, siempre insertas en relaciones sociales y relaciones de poder más amplias, redunda en
un texto que en nada se antoja funcionalista,
determinista o lineal. No se trata de una imposición del marco teórico al material empírico, como
suele suceder con estudios que comienzan suponiendo la eficacia del corporativismo como sistema
cerrado de control operante desde arriba hacia
abajo.
Es por esta situación afortunada en la obra de
María Luisa Chavoya que llegamos a percibir dos
paradojas que, si bien ella no elabora explícitamente, es importante resaltar y completar con el
fin de contextualizar el alcance y la importancia de
su texto, así como de discutir la problemática
concreta del poder sindical en el campo educativo.
La autora atiende expresamente las modificaciones que se dan históricamente en la estructuración y ejercicio del poder al constituirse la sección
47 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la
Educación (SNTE) desde sus inicios, remontados
por la autora al año 1920. El libro nos sumerge en
una cuidadosa reconstrucción de la vida institucional sindical a través de tendencias que vemos
en su surgimiento, auge y descomposición, como
las siguientes: la institucionalización del magisterio como gremio, la estatización del magisterio
como sindicato, la reducción de la diversidad de
219
S USAN S TREET
ideologías políticas, la federación inicial del magisterio, la formalización y posterior legalización
de las condiciones de trabajo docente, la ascendencia de las camarillas sindicales como intermediarias entre el ámbito nacional y el local, la urbanización del magisterio a través del funcionamiento
del escalafón y sus reformas, la paulatina imposición del poder central del SNTE al poder de la
sección y las delegaciones, la creciente imbricación
entre lo administrativo y lo sindical, así como la
“colonización” del aparato gubernamental por grupos sindicalistas.
Pero, además, lo que se hace evidente en este
recuento sobre la línea refuncionalizadora y
adaptativa de las relaciones corporativistas es,
más bien, la transformación del poder propiamente sindical a un poder de otro tipo y naturaleza:
primero, uno abiertamente político, en tanto propio del gobierno y del sistema de partido(s), por la
pertenencia de los dirigentes sindicales a la élite
política y a los puestos gubernamentales, y segundo, a ser un poder cultural referido al gremio
vivido como cultural.
Este trasfondo profundo de transformación cualitativa me lleva a plantear que el “conservadurismo social” que se dice caracteriza a los maestros
estatales (a diferencia de los federales) no se debe
sólo a la procedencia de clase de los mentores,
como indica la autora. La unidad gremial en este
caso no se refiere tanto a una normatividad profesional como tal, sino a los entendimientos “culturales” sobre sus derechos, o más bien, a su sentirse
con derecho a exigir los beneficios estatales como
premios a sus lealtades político-sindicales. En
otras palabras, en realidad el poder sindical es tal
220
Poder sindical del magisterio estatal en Jalisco:...
porque proviene de redes de relaciones vividas de
determinada manera, mediadas por el clientelismo,
el faccionismo y el patrimonialismo, como los desarrolla Chavoya, como modos de vida cotidiana
cargados de valores y moralidades sobre la convivencia humana. Inclusive, y cuando la autora
reconoce que le faltó mayor profundidad en revelar las fuentes de esta poder “informal”, atina en
decir que:
“Las relaciones informales que estructuran la vida sindical indican que existe un
entrelazamiento entre el dominio político y
el social ... (que) lleva a limitar los alcances
explicativos del corporativismo y ofrece la
posibilidad para emprender nuevas
teorizaciones” (p. 368).
Más allá de una explicación cabal de este fenómeno (que podría beneficiarse de un uso del concepto gramsciano de “hegemonía”), lo que quiero
anotar aquí es que este poder ampliado que el
Estado otorga al sindicalismo oficial, vía la relación corporativista entre el gobierno y el sindicato,
se da simultáneamente con un papel reducido del
sindicato como organización social. Dicho papel,
diríamos histórico, abarca solamente la gestoría
de las prestaciones del Estado otorgadas como
concesiones a algunos grupos de maestros en momentos específicos. La acción sindical no reside,
pues, en la representación de los intereses de las
bases magisteriales, ni tampoco en la canalización
de las presiones de la base para forzar una apertura institucional, vía la movilización y otras acciones directas y colectivas, y mucho menos en ser un
instrumento político de clase. Haciendo cuentas
de las demandas en el largo tiempo del trabajo
221
S USAN S TREET
(que cubre prácticamente el siglo XX); la categoría
de lo sindical se agota en una gestoría legal,
legitimada y posibilitada por la obediencia o la
sumisión de los maestros frente al gobierno estatal
y en su adhesión acrítica al proyecto educativo del
Estado. Dicho así, podemos apreciar una contradicción, no descubierta por la autora, entre el
(amplio) alcance del poder sindical como cultura
política (reproducida cotidianamente por los maestros) y el ejercicio real del poder sindical como una
práctica de gestoría de reducidos márgenes de
acción (muy controlada por otras instancias de
poder no sindical).
Pero antes de seguir esta reflexión, veamos la
segunda paradoja que nos ha sugerido la lectura
de Poder sindical en Jalisco ... Chavoya es muy
clara al afirmar que los maestros de grupo no
participan en posiciones de poder; son objetos
utilizados por otros grupos (“las masas institucionalizadas no ejercen el poder”) y, por tanto, uno
esperaría descripciones de la actividad de las élites
y de la pasividad de las masas. No obstante su
insistencia en este principio teórico, el texto está
repleto de relatos o reconstrucciones donde dominan las inconformidades, protestas, exigencias y
denuncias de grupos de maestros frente a la no
realización de sus prerrogativas de tipo laboral.
Tan es así, que estas prácticas operan u operacionalizan la gestoría sindical que a su vez actualiza
“la maquinaria sindical”; finalmente, los maestros
sí actúan, sí aspiran, sí participan, pues requieren
ser contenidos y controlados.
Las páginas de este interesante libro ofrecen un
testimonio del grado de modernización (o secularización) de las demandas magisteriales, en cuan222
Poder sindical del magisterio estatal en Jalisco:...
to se refieren a la defensa de intereses muy particulares construidos como logros sindicales y gremiales -muy alejados de preocupaciones educativas y escolares, por cierto - tales como los sistemas
de promoción y de los cambios de escuelas y de
zonas, así como de movilidad hacia los centros
urbanos según avanza la antigüedad (en el contexto de relaciones políticas concretas), el derecho
a la profesionalización ofrecida por el Estado, la
búsqueda por la homologación con el magisterio
federal, etc. Todas estas orientaciones hacia la
conquista de mejoras laborales y salariales han
significado, por lo menos hasta comenzar los años
ochenta, la posibilidad de acceder al México moderno integrado de las clases medias. Me surge la
duda, entonces, sobre el "estatus" de "objeto" que
ella supone teóricamente que tiene el maestro, y
me pregunto más bien por el tipo de sujeto que
aparece en estas páginas -por el tipo de poder que
sí ejerce- en las condiciones tal como las delimita
la autora.
Desde luego, encontramos algunas respuestas
a lo largo de estas fascinantes mini o micro historias. Chavoya parece sugerir que si el poder sindical invade todo, no es sólo por llevar a cabo un control eficaz del trabajador, sino porque forma parte
de una especie de pacto de dominación donde las
bases aceptan ser receptoras de componendas institucionales que les permiten salvaguardar el
empleo y la movilidad social, a cambio de la manifestación de una lealtad institucional. A la relación objetiva Estado/patrón-maestro/trabajador,
se le impone una estructura de contención de la
inconformidad basada en el intercambio de concesiones por conformidades. Dicho pacto canaliza la
223
S USAN S TREET
búsqueda por mejores condiciones de vida a la
expresión de esa disponibilidad hacia la obediencia, cerrando efectivamente cualquier cambio desde abajo. En vez de resistencia u oposición, que son
los dos modos de acción abiertos a los maestros
como trabajadores y como sindicalistas, sólo hay
entrega y afianzamiento a redes existentes de
poder articulado con las burocracias reinantes.
Esto remite a un problema que no aborda plenamente la autora: a la cuestión de la identidad
gremial, a la definición social de “empleados o de
servidores públicos” que, por lo visto, asumen los
maestros estatales, donde todo se debe al gobierno
y muy poco a uno mismo, como sujeto de su propia
historia. Lo preocupante de esta situación, entonces y según mi perspectiva, no es tanto la inmovilidad del corporativismo como estructura o su
capacidad renovadora permanente, sino la casi
nula problematización realizada por los miembros
del magisterio estatal sobre las condiciones (históricas) de su producción estatal y, por tanto, su poca
capacidad de modificar sus condiciones de trabajo
en un contexto de crisis múltiples, y la resultante
dificultad por enfrentar los retos educativos actuales de la población jalisciense.
En este sentido tienen mucha relevancia las
preguntas que hace María Luisa Chavoya acerca
de la ausencia de un empuje hacia la democratización sindical o de una tradición arraigada de lucha, pues es precisamente gracias a las luchas
populares por la democracia y al ejercicio democrático sindical de los profesores en otros estados
de la República, lo que enseña la importancia de
que los mismos maestros se organicen para transformar su papel asignado por el Estado, de “em224
Poder sindical del magisterio estatal en Jalisco:...
pleados-profesionistas” a “trabajadores sindicalistas”. Es el ejercicio del poder de base, autónomo,
“democratizado”, de y por los maestros, lo que ha
empezado a desmantelar el llamado sistema de
charrismo sindical, modificando las relaciones de
poder sustentadas en el corporativismo que aquí
aparece como componente fijo del sistema político
mexicano. Si bien nuestra autora revela con gran
destreza e interés el dinamismo del poder sindical
a través de los agentes pugnando por controlar la
sección 47 del SNTE en todas sus relaciones,
procesos e interacciones, para concebir alternativas de acción desde y para el magisterio -para
contemplar la posibilidad del cambio social -no es
suficiente la identificación de las limitaciones concretas de estas redes y estructuras formales e
informales. Habría que pasar a objetivar las prácticas cotidianas culturales -gremiales, sindicales,
laborales, docentes, escolares y educativas- de los
maestros como productores activos de su propia
historicidad. El libro de María Luisa Chavoya es
una aportación indispensable para fundamentar
explicaciones del poder sindical en México, así
como para gestar nuevas teorizaciones que posibiliten la ampliación de los ámbitos de (auto)-transformación para el magisterio.
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