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El mundo de la camisa
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Las camisas: tipos de cuellos
El cuello de las camisas posiblemente sea su elemento más importante. Existen muchos tipos
de cuellos pero seguramente los más conocidos sean el cuello inglés o turndown collar, el
cuello italiano también conocido como cutaway collar o spread collar, el pin collar y el cuello
con botones o soft roll collar típico de Brooks Brothers (ver Camisas Brooks Brothers).
Posiblemente el más acertado y más elegante sea el cuello italiano o cutaway, que se
caracteriza por tener sus picos más separados lo que la corbata destaque más, por lo que no se
recomienda llevar con corbatas demasiado delgadas. El cuello inglés es un cuello más formal y
en él las puntas están más juntas aunque la distancia entre las mismas puede variar. El pin
collar es muy norteamericano y se caracteriza por estar las puntas unidas por una aguja o
imperdible. Y el cuello con botones o soft roll collar pese a ser un cuello más bien sport o para
llevar sin corbata en Estados Unidos es frecuente verlo con corbata. Las mejores camiserías
suelen ofrecer distintas posibilidades, siendo en las camiserías inglesas típico la posibilidad de
optar entre el cuello cutaway y el pow (prince of wales), más cerrado.
Historia de la camisa de cuello con botones
Se cuenta que el origen de la camisa con botones en el cuello se debe a John Brooks,
presidente de Brooks Brothers, que durante un partido de polo en el Reino Unido se dio
cuenta de que los jugadores llevaban los cuellos de sus camisas unidos a ella mediante unos
pequeños botones. Esto resultaba muy cómodo a los jugadores, e inspiró el famoso soft roll
collar de la marca norteamericana, icono de la misma.
Las camisas con cuello de botones
La camisa con el cuello de botones es la camisa sport o
informal por excelencia, admitiendo prácticamente
todo tipo de telas. En Estados Unidos marcas como
Brooks Brothers o Ralph Lauren han popularizados las
camisas de botones con tela oxford, que incluso visten
con corbata, siendo ya típica su combinación con
corbatas de rayas. En España una camisa con botones
en el cuello sólo se podría llevar con corbata en
situaciones más bien informales, y no ocasiones más
formales como puede ser una boda.
Las camisas con cuello italiano o cutaway
El cuello de una camisa es uno de sus elementos más importantes, y seguramente el que mejor
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marca su estilo y carácter. El cuello italiano es aquel que se caracteriza por tener sus puntas
más bien separadas, es decir, se trata de cuellos abiertos. Seguramente las denominaciones
más conocidas son las de cuello italiano o cutaway collar, pero no son las únicas ya que según
el fabricante puede variar, siendo también habituales
windsor, spread o londoner.
La principal ventaja de este tipo de cuello es que queda
bien tanto con corbata como sin ella. Si no se lleva corbata,
al tratarse de un tipo de cuello más bien recogido, no cae y
se mantiene en su sitio. Por el contrario, si se viste corbata,
ésta gana considerable importancia y destaca mucho más
que con otra clase de cuello, debido a la separación de las
puntas del cuello italiano. Esto hace que se recomiende
llevar con corbatas más bien anchas y gruesas, ya que el
nudo de la corbata queda muy a la vista.
Tanto el cuello italiano como el inglés, ha de llevarse
siempre con ballenas para evitar que se levanten sus
puntas, cosa que no ocurre con el cuello de botones.
Las camisas con cuello inglés
El cuello inglés o turndown collar se caracteriza por ser un cuello más cerrado que el cuello
italiano o cutaway, si bien las distancia entre sus puntas puede
variar según el fabricante. Se trata de un cuello de camisa
discreto y más formal o serio, siendo el favorito de personas
más maduras. Si se viste con corbata, el nudo de la misma
pierde protagonismo si lo comparamos con el cuello italiano, ya
que las puntas son más próximas. Como se ha apuntado, según
el fabricante o la camisería, su forma puede variar. Claros
ejemplos del cuello inglés son el cuello clásico o estándar de
Turnbull & Asser, camiseros del príncipe Carlos de Inglaterra, o
el llamado cuello POW (Prince of Wales) de TMLewin. Se puede
decir que las mejores camiserías suelen ofrecer tanto el cuello
italiano o como el inglés en sus camisas. El cuello inglés, junto
con el italiano, el de botones y el americano, constituyen los
cuellos más importantes y básicos.
Por supuesto, al igual que el cuello italiano, se debe llevar con ballenas para que sus puntas no
se levanten.
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Las camisas con cuello americano
Pese a la denominación que recibe este tipo de cuello, cuello americano, parece ser que lo
introdujo por primera vez en Estados Unidos Eduardo VIII,
efímero príncipe de Gales y más tarde duque de Windsor,
en una visita al país norteamericano. Desde entonces se
convirtió en un clásico de las camisas americanas, de ahí su
calificativo, siendo poco habitual encontrarlo en España o
en el resto de Europa.
Hay que decir que se trata de un cuello que se lleva con
corbata, ya que sin ella, no queda bien. Por lo que no se
recomienda su uso para un atuendo sport o informal sin
corbata. El cuello americano o tab collar, es el más cerrado
junto con el pin collar, y su particularidad radica en su
trabilla, que uniendo las dos partes del cuello por detrás
del nudo de la corbata, ensalza y atribuye protagonismo a éste. Dada su estructura se
recomienda llevar con un nudo de corbata más bien pequeño o fino. Se trata, junto con el
cuello italiano, el inglés, el de botones y el pin collar, de un cuello que ha pasado a formar
parte de la historia de la camisa.
Las camisas con pin collar
El pin collar es un cuello típico de Estados Unidos, de ahí que también se le conozca como
cuello americano si bien éste en realidad es una versión del tab collar o cuello americano. Al
igual que el cuello americano, el pin collar se
caracteriza por llevar sus puntas muy juntas, si bien en
este caso van unidas a través de un impermeable o
aguja cuyo tamaño puede variar.
Se trata de un tipo de cuello muy elegante, aunque en
España o en Europa pueda resultar un tanto peculiar o
exagerado. Además, al igual que el cuello americano,
el pin collar sólo es apto para llevar con corbata, cuyo
nudo no debe ser demasiado grande o grueso, siendo
recomendable un nudo de corbata más bien pequeño
y fino. Se trata de otro cuello clásico, junto con el cuello italiano, el inglés, el americano o el de
botones.
Las camisas con cuello de quita y pon
Las camisas con cuello de quita y pon son más bien un reducto del pasado, siendo su uso muy
poco habitual en la actualidad si bien los podemos encontrar en las mejores camiserías
inglesas de Jermyn street, como New & Lingwood o Harvie & Hudson. Personajes como Tom
Wolfe lo mantienen en su vestuario, seguramente para diferenciarse del resto. Como
elemento de cierta antigüedad, suscita mucha curiosidad e interés.
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El cuello de las camisas es el elemento de éstas que más desgaste sufre y más se ensucia, por
lo que este tipo de cuellos al ser
intercambiables, suponía un considerable
ahorro a sus usuarios y, asimismo, el
lavado de la ropa no estaba tan
perfeccionado. El cuello de quita y pon se
une a la camisa mediante un botón
especial, con forma de gemelo, que suele
ser por un lado de oro y por el otro de
marfil o nácar. Este cuello se une a través
de este botón a camisas con cuello mao,
es decir, sin cuello. Por ejemplo, New &
Lingwood ofrece cuatro cuellos de quita y
pon distintos, vendiéndose en packs de 2 por unas 5 libras.
Cuellos de camisas: el cuello redondeado
El cuello redondeado alcanzó su mayor apogeo o fama a mediados del siglo diecinueve, como
parte obligatoria del uniforme de Eton. Se trataba del cuello redondeado de quita y pon,
independiente del resto de la camisa, que se convirtió en imprescindible en los clubs más
exclusivos de la época. Esta posibilidad la sigue ofreciendo la elitista camisería inglesa de
Jermyn Street, New & Lingwood; y no es casualidad, ya que, New & Lingwood, ha vestido y
sigue vistiendo a los colegiales de Eton.
El clásico cuello redondeado es seguramente
en la actualidad el cuello de camisa menos
frecuente, si bien seguramente casi todas las
camiserías lo tienen entre sus cuellos clásicos
a elegir en la elaboración de camisas a
medida. De hecho, Brooks Brothers lo tiene
entre sus opciones en su servicio Crea tu
camisa (Create your shirt), y lo denomina
cuello Golf.
Por lo general, se trata de un cuello más
cerrado que un cutaway pero más abierto
que un straight collar, eso sí, como su
nombre indica, sus puntas son redondeadas.
Lo más normal es verlo con corbata, con un
nudo americano o four-in-hand, pero
también puede llevarse sin ella. La verdad, es
que se trata de un tipo de cuello muy formal.
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En la imagen, anuncio de Arrow publicado en la revista Cosmopolitan en 1913, donde se
aprecia el cuello redondeado.
Las ballenas de camisa
Toda camisa que se precie debe contar con ciertos elementos ineludibles, como la costura o
hueco en su cuello para meter ballenas o pequeñas varillas, salvo que se trate de un cuello
blando o con botones. Se trata de un accesorio importante, especialmente cuando se lleva
corbata, ya que le dan al cuello la curvatura adecuada y
evitan que sus puntas se levante. Todas las grandes
camiserías inglesas como Turnbull & Asser, Hilditch & Key o
TMLewin, o grandes marcas como Brooks Brothers o Hackett,
ofrecen junto a sus camisas, amplia variedad de ballenas
donde elegir. Incluso marcas de belleza para el caballero
como Geo F.Trumper o Penhaligon´s también venden este
accesorio.
Comprar ballenas de camisa
En cuanto a los materiales, se pueden encontrar ballenas de
plástico, níquel, plata, madreperla, hueso u oro. Como es
obvio, en función del material serán más o menos asequibles.
Es importante tener en cuenta el tipo de cuello y la costura
donde se tienen que meter, ya que pueden ser más o menos
estrechas y más o menos largas. Por lo que a la hora de comprar unas ballenas tendremos que
tener en cuenta el fabricante de las camisas a las que se destinará.
Detalles de una buena camisa.
Una buena camisa con cuello duro italiano o inglés debe llevar una costura para meter unas
ballenas que le darán al cuello la curvatura adecuada y evita que las puntas del cuello se
levanten. Las ballenas pueden ser de materiales diversos como plástico, níquel, plata o
madreperla. No sirven para cuellos blandos como el de botones. En toda camisa que se precie,
la unión entre el puño y la manga lleva pliegues. El ojal del puño debe ser horizontal y no
vertical. Otro detalle a tener en cuenta es el canesú de la espalda partido por la mitad,
coincidiendo el dibujo de la tela al igual que deben casar los dibujos de las costuras de los
hombros con las mangas. La pieza trasera suele ser ligeramente más larga que la delantera y
algunos fabricantes en el ángulo que existe entre ambas cosen un hexágono de tela para
reforzar. Ese es el caso de Turnbull & Asser (ver Turnbull & Asser)con su característico
triángulo blanco. Los botones suelen ser de nácar y suelen llevar una tapeta simple. En cuanto
al cuello hay muchas opciones donde escoger y su forma va a ser decisiva para el estilo de la
camisa. Lo mismo ocurre con la elección de la tela. La historia de la camisa se remonta hasta
finales del siglo XIX, pero desde la primera guerra mundial apenas ha variado.
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Los puños de las camisas.
Si el cuello de las camisas es un elemento con mucha importancia en una camisa, sus puños
también tienen la suya. Además, al igual que
los cuellos, también pueden ser indicativos
del carácter de la camisa. El puño más formal
es, sin duda alguna, el puño doble. Como su
nombre indica, se trata de un puño doble o
con vuelta que se mantiene gracias a los
gemelos que se pasan por sus ojales.
Muestra de su formalidad, es que las camisas
con puño doble son obligatorias para vestir
de etiqueta, ya sea con chaqué, esmoquin o
frac, pero, por supuesto, también siendo
perfectas con traje y corbata.
Pero sí se opta por un puño de botón o
botones, encontraremos que según el país
las preferencias varían. Si bien las camisas
sport de cuello con botones suelen llevar
puño redondeado con un sólo botón, en las
camisas más formales o de cuello sin
botones, la cosa cambia. En Inglaterra, la
alternativa al puño doble suele ser un puño
con dos botones o incluso con tres, como en
las camisas Turnbull & Asser. En cambio, los italianos, muy asiduos a llevar camisas sin puño
doble, optan por el clásico puño con un botón o por el puño con corte también con un sólo
botón. Y por último, apuntar que las mejores camisas llevan pliegues en la unión entre el puño
y la camisa, y las costuras nunca van al borde del mismo.
Las camisas blancas.
Sin duda alguna, la camisa blanca es la mejor opción para llevar con corbata, ya que es la única
que va con cualquier corbata, sea del color que sea. Se
trata de la clásica camisa de algodón, ya sea de cuello
italiano, inglés u otro cualquiera. Si bien es considerada
por algunos como demasiado clásica, con corbata no
falla y es siempre elegante. No es casualidad que sea
obligatoria con el chaqué, aunque también se permite
las camisas de puños y cuellos blancos con el resto de la
camisa de rayas o de color pero siempre claro. También
es blanca la camisa que se viste con esmoquin o con
frac, en este último caso de piqué. Todo esto tiene una
explicación evidente, la camisas blanca es la más
elegante pero también la más formal.
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Camisas blancas sport.
En cambio, una camisa blanca de algodón no queda bien con un atuendo o vestimenta
informal, y menos aún en invierno. Pero en verano, quedan muy bien las camisas de lino o las
de tela oxford que, además, realzan el bronceado de quien las viste. De hecho, las mejores
marcas norteamericanas como Ralph Lauren, Brooks Brothers o Tommy Hilfiger, siempre
cuentan con ellas en sus colecciones de verano.
Origen de las iniciales en las camisas.
Las iniciales de las camisas así como las de los pañuelos, nacieron como elemento
identificador cuando la colada se hacía fuera de casa. De cumplir esta función, pasaron a
considerarse como un símbolo que denotaba personalidad y elegancia.
Reglas para las iniciales de la camisa.
El lugar más normal para llevar las iniciales es en la parte izquierda de la camisa a la altura del
pecho, pero también es habitual más hacia la cintura, 4 o 5 pulgadas por encima de ésta, es
decir, 10,2-12,7 cm. Es cada vez más frecuente verlas en el puño de la camisa, en el izquierdo o
en el derecho, más al borde o más centradas, si bien ésta resulta una apuesta un tanto
arriesgada. Fred Astaire solía llevarlas en la manga izquierda de sus camisas.
Las iniciales van siempre en mayúsculas y siempre deben ser dos, por lo menos es lo correcto
en España, aunque en Estados Unidos se suelen inclinar por tres. Respecto a su tamaño, su
altura no debe ser mayor de 1/4 de pulgada, es decir, unos 6 milímetros; y en cuanto al tipo de
letra, existen distintas opciones, pero parece la escritura tipo inglés (nº 1 de la imagen) la más
acertada.
El color de las iniciales suele ser más fuerte o distinto al de la tela de la camisa, pero si la
camisa combina varios colores, podrá ser en uno de estos.
Los gemelos de camisa.
Ideado para mudarlo a capricho, al no estar adherido a la camisa, el gemelo incluía, en
principio, un par de botones idénticos, de ahí el nombre, unidos por un pasador para cerrar el
puño de aquélla. Pronto se demandaron gemelos en metales nobles y los talleres de joyería
acudieron solícitos a atender las peticiones de esta refinada y pudiente clientela. Es de resaltar
que en la evolución del gemelo supuso hito sobresaliente el empleo, a modo de botones, de
monedas de oro con tamaño adecuado. Así, en España, tras la implantación de la peseta en
1868, se utilizaron para dicha finalidad escudos y medios escudos de Carlos III, Carlos IV y, en
menor medida, Fernando VII, muchos de ellos acuñados en las cecas de los virreinatos
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americanos; los medios escudos de unían, dos a dos, entre sí, o con un escudo mediante
cadenitas o pequeños vástagos.
Luego los gemelos se transformaron en
piezas de joyería o en realizaciones de las
más prestigiosas camiserías, tal y como
muestran las correspondientes a Turnbull
& Asser, Benson & Clegg, Hackett, Dior o
Loewe, entre otras. Y por lo que hace a las
joyerías, no hay establecimiento de
prestigio (Cartier, Vasari, Vuitton, Van Cleef & Arpel, Dunhill, Bulgari, Pomellato, Carrera,
Grassy, Suárez, entre otros) que no cuente con magníficas creaciones. Recordemos asimismo
colecciones como la de botón de Joaquín Berao en materiales semipreciosos (turquesa,
lapislázuli, coral, marfil, cristal de roca, etc), y, de manera muy especial, la inigualable oferta,
por amplitud, originalidad, diversidad de materiales y excepcional trabajo de éstos, que posee
la joyería milanesa Villa Milano con concesionarios en España como la Joyería Suárez.
Elegir camisas para llevar con corbata: cuellos y puños.
Si importante es acertar en la elección de la corbata no lo es menos hacerlo con la camisa. A la
hora de escoger una camisa para llevar con corbata tenemos que tener ciertos aspectos en
cuenta. En primer lugar, el cuello de la camisas. Seguramente el cuello más adecuado sea el
cuello italiano o abierto (cutaway o spread collar) con las puntas del mismo más bien
separadas, aunque tampoco debe ser excesivamente abierto, y el cuello inglés, más cerrado
que el italiano. Para situaciones más informales en Estados Unidos y en Italia se viste corbata
con camisa con cuello de botones si bien esto no es apropiado para ciertas ocasiones formales
como bodas. Además los cuellos deben ser más bien anchos para que sobresalgan por encima
de la chaqueta ya que no queda bien que la chaqueta tape el cuello de la camisa por detrás, y
la costura del cuello nunca debe ir al borde del mismo.
En cuanto a el puño de la camisa, puede elegirse entre puño con botón, con dos botones o
puño doble, siendo éste último el apropiado para ocasiones formales y la única opción para el
chaqué. No deben llevar bolsillo.
Elegir camisas para llevar con corbata: colores y telas.
Pero tan importante como el cuello de la camisa es su color. La camisa de color blanco nunca
falla, combina bien con cualquier corbata siendo la más adecuada para ocasiones formales
como bodas. Pero si se quiere cambiar, siempre se ha de elegir camisas de colores claros como
el azul o el rosa, lisas, o de dibujos pequeños, es decir, de rayas finas o de cuadritos. Una
camisa de color oscuro además de no quedar bien, acaba con el protagonismo que la corbata
debe tener en la vestimenta. La corbata debe ser más oscura que la camisa y más intensa que
la chaqueta.
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En cuanto a las telas de la camisas, la mejor opción es el algodón y el popelín, no siendo las
telas oxford aceptables para ciertas ocasiones.
Camisas para llevar con chaqué: cuellos y puños.
El chaqué es mucho más solemne y serio que un traje por lo que a la hora de elegir sus
complementos debemos tenerlo en cuenta. Si vas a llevar chaqué, la camisa debe cumplir dos
requisitos obligatorios, ser de puño doble y por supuesto, de cuello duro.
La camisa del chaqué tiene que ser de cuello duro,
eso sí, el tipo de cuello, más abierto (cuello italiano o
cutaway) o más cerrado (cuello inglés), dependerá de
los gustos de cada uno. Respecto a los puños,
siempre de puño doble con unos gemelos acordes
con la formalidad del evento. Si se trata de una boda
los testigos se pueden permitir más licencias que el
contrayente.
Camisas para llevar con chaqué: colores y telas
En cuanto al color de la camisa, la de color blanco
resulta siempre la más elegante y acertada. Si bien se
admiten otras opciones, más atrevidas, como camisas con el cuello y los puños blancos con el
resto de la camisa de color azul o rosa pálido ya sea lisa, de cuadritos o rayitas. También se
puede llevar con camisas enteramente de los colores y dibujos citados, si bien, para el novio en
su boda, la mejor es la de color blanco. Y respecto al material, una 100 % algodón es
seguramente la mejor opción, nada de telas herringbone, twill u oxford.
La corbata.
Una buena corbata debe estar hecha de seda o de lana, pero lo más importante es que tenga
un buen tacto. Quizás las de lana sean más difíciles de combinar con la camisa y suelen ser de
lana esquilada o de cachemir. El tacto es el mejor criterio a la hora de comprar una corbata y
cerciorarse de su calidad. Además debe constar de tres
piezas cosidas a máquina debiendo estar la costura
interior cosida a mano en las corbatas hechas a mano. Ha
de tener un forro de algodón del que dependerá el
tamaño del nudo de la corbata. En ocasiones las corbatas
están íntegramente hechas de seda y se denominan
seven-fold-tie. Este nombre procede del procedimiento de
doblar un trozo de seda siete veces convirtiéndolo en una
corbata. El punto más ancho de la corbata debe estar
entre 8,5 y 9,5 cm, aunque eso también depende de las
preferencias del cliente, como Michael de Kent a quien le encanta llevar corbatas muy anchas
típicas de los años setenta. En cuanto al estampado, pueden ser variadísimos pero quizás los
más clásicos sean el dibujo de cachemir o las de rayas, como las de Benson & Clegg (ver
Corbatas Benson & Clegg) o Ben Silver. Quizás si nos referimos a la corbata a medida, se tiene
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que hablar de Marinella (ver Marinella) en Italia, Charvet en Francia o Turnbull & Asser en
Inglaterra. Por supuesto, se deben evitar las camisas de color oscuro.
La historia de la corbata.
Aunque se cita como lejano antecedente de la corbata el pañuelo que anudaban al cuello los
caballeros a mediados del siglo XVII, y, doscientos años después, las cintas con que, sobre todo
en Inglaterra y con ocasión de competiciones deportivas, se identificaban los miembros de la
universidades rivales o clubes, lo cierto es que la corbata, en su configuración y estructura
actual, es fruto del siglo XX. A la búsqueda de un hito en la evolución de este complemento
masculino, difícilmente se puede señalar uno más trascendente y decisivo que el sistema de
corte de tela ideado, en 1924, por el neoyorquino Jerse Langsford.
Este artesano, para evitar las arrugas que afeaban la corbata, resolvió cortar la tela en ángulo
de 45º con el dibujo y estampado de la misma, dividiéndola, además, en tres piezas, que luego
se unen mediante cosido a mano.
Transcurrido casi el siglo de dicha
innovación, éste es el procedimiento
indiscutido en la confección de
corbatas de máxima calidad.
Elegir un nudo de corbata.
A la hora de escoger el nudo de la
corbata se debe, en primer lugar, tener
en cuenta con que cuello de camisa se
va a llevar. El nudo americano o four-in-hand es el más combinable, sin embargo, el nudo
windsor queda mejor con un cuello cutaway o abierto y se trata de un nudo más serio
quedando mejor con corbatas delgadas. En Estados Unidos el nudo americano se combina con
frecuencia se combina con cuello de botones. El nudo americano da resultados con corbatas
de cualquier grosor pero cuanto más ancha mejor queda,
por lo que el forro interior va a influir en el resultado
final. El nudo debe hacerse suavemente y no con
demasiada fuerza.
Tipos de nudos de corbata.
El nudo americano y el windsor son los más conocidos,
pero además está el diagonal que se recomienda para
corbatas de cachemir, el medio-windsor, con un paso
menos que el windsor que hace que sea menos cónico, el
simple, que resulta más delgado que el normal y el
inglés, que era usado por Eduardo VIII antes de pasarse
al windsor.
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Cómo combinar camisas con corbatas.
Una corbata ha de armonizar con la chaqueta, pero antes debe hacerlo con la camisa a que se
anuda. No es, desde luego, casualidad, que los exquisitos y cuidadísimos catálogos de corbatas
Hermès incluyan ingeniosos superponibles que permiten, a tenor de la camisa, elegir la
corbata: Quelle cravate aujourd´hui? (¿Qué corbata hoy?). Los dos superponibles, en una sola
página, de otoño/invierno de 2006 corresponden a una camisa de tonalidad azul pálida intensa
y a otra de fondo blanco con estrechas rayas de delicado dibujo en azul grisáceo muy suave; en
el de la temporada primavera/verano de 2007 se mantienen asimismo ambas de telas de
camisa. Están, por supuesto, bien escogidas, y, en todo caso, transmiten a la perfección el
mensaje de que camisa y corbata deben casar a la perfección, en cualquier circunstancia. Se
prescinde, naturalmente, de la más seria y, al propio tiempo, flexible de las camisas, la blanca,
que admite cualquier corbata y deposita, por entero, en esta la responsabilidad de centrar la
atención.
No obstante, parece que, en un planteamiento ortodoxo y seguro, las corbatas más solemnes,
al menos las de bandas y rayas, casi requieren camisa blanca, y el adverbio “casi” viene a
propósito, sobre todo, de la gran tradición inglesa de las camisas de cuello y puños blancos, sin
que lo sea el cuerpo, con el chaqué de color gris. No obstante, cabe afirmar que ninguna otra
camisa posee la seriedad de la blanca. En las de tipo monocolor, la dificultad para
acompañarlas de corbata se acrecienta a medida que se intensifica el color. Y por lo que se
refiere a las camisas de rayas, parecen más indicadas las corbatas lisas o de motivos, y mucho
menos las de rayas o franjas. Con todo, pocas veces, como a la hora de combinar camisa y
corbata, resultará más cierto el adagio que sentencia: “Sobre gustos, no hay nada escrito”.
Cómo combinar camisas de rayas con corbata.
Por su condición de color neutro, la camisa blanca resulta perfecta para la combinación de
corbatas: las admite todas, desde la más
solemne a la más atrevida u original; así
pues, el interesado sólo ha de preocuparse
de la estética de la corbata, y de que ésta
case adecuadamente con la chaqueta
elegida. Situación moderadamente distinta
resulta del reemplazo del blanco por un
color suave, habitualmente crudo o azul
celeste, en este supuesto, la gama de
corbatas posible es aún muy amplia, quizá
sólo alguna corbata particularmente severa
y solemne podría quedar excluida.
Recordemos asimismo la frecuencia con
que, particularmente los ingleses, usan
camisas de tonalidades suaves y cuadros,
generalmente príncipe de Gales; todavía es
posible el maridaje de gran número de
corbatas, por más que dichas camisas
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suelen quedar excluidas del traje de etiqueta.
Son muy numerosos los usuarios de camisas a rayas, que suponen condicionamientos
diferentes según color y grosor de las rayas; en líneas generales, cabe afirmar que, en la
medida que el color de aquéllas sea más intenso y el grosor mayor, la dificultad de
combinación de las corbatas resultará superior. Con todo, si la corbata se escoge
adecuadamente, con tonalidad y estampados adecuados, que resalten en la justa medida
sobre el rayado de la camisa, las posibilidades son muy considerables y la visión de conjunto
puede rondar la perfección. Además habría que apuntar dos reglas básicas a tener en cuenta,
en primer lugar, el tono de la corbata no debe ser más claro que el del conjunto de la camisa,
y, en segundo lugar, los colores de las rayas de la camisa no deben matarse con el de la
corbata.
Cómo combinar camisas de cuadros y corbatas.
Existe una tendencia creciente al uso de camisas a cuadros con corbata; se trata de una vieja
tradición inglesa de vestir trajes, y no sólo sport, con camisa a cuadros y corbata debidamente
combinada. Añadamos que los cuadros son muy
diversos: a veces, se trata del conocido por vichy, de
dimensiones más o menos reducidas; otras, es el
llamado príncipe de Gales; tampoco falta la pata de
gallo y, por supuesto, está muy presente el cuadro
sencillo, de superficie variable, enmarcado por raya
habitualmente fina. En cuanto, a los trajes que
admiten la camisa a cuadros, como ya se ha dicho, no
sólo son de corte y tejido deportivo, sino que es
frecuente en el traje cotidiano y hasta con el más
severo o serio. Cuestión diferente es la etiqueta: por
supuesto, la camisa de cuadros debe quedar excluida
del smoking y casi del chaqué negro, donde la
hegemonía de la camisa blanca es, prácticamente,
total. Sin embargo, en determinadas circunstancias, en
especial destacados acontecimientos hípicos, cabe vestir alguna camisa de cuadros
cuidadosamente elegida con el chaqué gris y corbata, muy elegante, de tonalidad viva.
Con carácter general, cabe afirmar que las menores o mayores dificultades para conjugar
camisa de cuadros y corbata dependen ampliamente de las características de aquellos. Se
combinan con facilidad camisas de tonalidades suaves y cuadros poco marcados; así pues, en
la medida que unas y otras se intensifiquen, se acrecienta la dificultad. Y esta afirmación vale
para cuadros de características bien distintas: los cuadros de vichy, en blanco y rosa o blanco y
azul suave ofrecen amplias posibilidades de combinación con corbata; y otro tanto sucede con
los cuadros príncipe de Gales de tonalidades suaves, mientras otras más vivas deben quedar
reservadas a atuendos y corbatas deportivas. También facilitará la combinación que la corbata
sea lisa o con dibujo pequeño.
Corbatas italianas: Marinella.
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Una buena corbata se compone de tres piezas. Un claro ejemplo es Marinella, tienda de
corbatas situada en la plaza Vittoria de Nápoles desde 1914 y con destacadas personalidades
entre su clientela como Agnelli o George Bush. Fundada por Eugenio Marinella, nos ofrece más
de 3.500 telas donde elegir y servicio a medida. Más conocidas son las corbatas Salvatore
Ferragamo.
Corbatas inglesas: Drake´s,Turnbull & asser, Benson & clegg y Holliday & Brown.
En Inglaterra tenemos que hablar de Drake´s que destaca por el ancho de sus corbatas que
lleva el Duque de Kent y Turnbull & asser, corbatas de altísima calidad y con una increíble
caída en su seda. Como en Marinella, ofrecen la posibilidad de hacerla a medida. También en
Inglaterra se ha de citar a Benson & clegg, con sus bonitas corbatas de rayas en representación
de los regimientos y Holliday & Brown, cosidas a mano. Más informales o perfectas para la
caza son las de Cordings.
Corbatas francesas: Charvet y Hermes.
En Francia está Charvet con su tienda de la plaza Vendome y sus corbatas cosidas a mano que
gozan de gran prestigio. Quizás las más conocidas son las corbatas Hermes, que suelen contar
con estampados muy variados.
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