LVI Congreso Nacional de la SEHH / XXX Congreso Nacional de la SETH. Programa Educacional se ha informado de este tipo de reacción para los con‑ centrados de plaquetas tratados, pero algunos autores sospechan que la sensibilización al azul de metileno podría ser responsable de algunas reacciones alérgicas observadas tras la transfusión del plasma tratado con esta sustancia. Sin embargo, este tipo de inmuniza‑ ción a estos neoantígenos tras transfusiones repetidas ha limitado en el pasado la evaluación y desarrollo de estas tecnologías de reducción de patógenos para los concentrados de hematíes. Actualmente existe un tratamiento con S-303 para los concentrados de hematíes que ha completado todos los estudios in vitro y preclínicos de seguridad (carcinogénesis, toxicidad genética, reproductiva, etc.)55 y está actualmente en estudios clínicos fase 2 en Estados Unidos y fase 3 en Alemania (pacientes con anemia aguda) e Italia (pacientes con anemia crónica), cuyos resultados se conocerán en 2016. Igualmente, existe un ensayo clínico en marcha en Ghana sobre 200 pacientes con sangre total inactivada con ribofla‑ vina + luz ultravioleta. La aplicación de estos métodos sobre la sangre total facilitaría el proceso de logística de inactivación en lugar de métodos individualiza‑ dos por componente aislado, así como una potencial reducción de costes asociados. Sistemas de información. Codificación y etiquetado de componentes sanguíneos Los sistemas de información son absolutamente impres‑ cindibles en el tratamiento y administración de datos de todas las fases y pasos en toda la cadena transfusional, desde el donante hasta el receptor. El nivel de com‑ plejidad (hardware y software), de integración entre centros de transfusión y servicios transfusionales y de interacción con otros sistemas de información (historia clínica electrónica, laboratorios, sistemas de seguridad transfusional, etc.), es dispar en las diferentes comuni‑ dades autónomas. Pero en cualquier caso el desarrollo de estas herramientas y su integración e interoperabili‑ dad se debe considerar estratégico, para poder disponer de datos e indicadores fiables (edad media de suminis‑ tro de los componentes sanguíneos, tasas de utilización, etc.) que ayuden en la toma de decisiones. El etiquetado de los componentes, donde se obtiene la información al detalle del componente, y sus distin‑ tos modos de visualizarla y transmitirla, también es un campo de mejora y homogeneización, y que algunos países abordan a nivel nacional y no regional56. Sistema ISBT128 Básicamente existen tres sistemas de codificación: ABC Codabar (American Blood Commision, 1985), ISBT128 (International Society of Blood Transfusion, 1994) y Eurocode IBLS (International Blood Labeling System, 1998). En nuestro ámbito, el más extendido, es el ISBT128, que es un estándar global para la termi‑ nología, identificación, codificación y etiquetado. Este sistema de numeración, de difusión mundial y de uso en más de 75 países, asegura una identificación única e inequívoca, y permite no solo el etiquetado de los componentes sanguíneos sino también de progenitores hematopoyéticos y de tejidos, estando ya codificados más de 6.000 productos. Actualmente todavía no está implantado en todas las comunidades autónomas. Sistema RFID La tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFID) en el mundo transfusional está siendo explorada, y puede sustituir (o convivir con) la etiqueta actual de códigos de barras en el futuro, dadas las ventajas que puede apor‑ tar. Entre estas destacan: la identificación del producto sin contacto (incluso sin contacto visual), la capacidad de almacenamiento de muchos datos, permite un flujo de información muy rápido, permite la captación simultánea de varias etiquetas, se puede integrar completamente en el producto, aporta mayor seguridad en la protección de datos, y permite una automatización y optimización de los procesos de producción, almacenamiento, logística, etc., con la consiguiente reducción de errores y costes en el manejo de los componentes sanguíneos. Consideraciones económicas En los tiempos actuales, en los que los costes econó‑ micos relacionados con la sanidad son crecientes, este aspecto también debe ser considerado a la hora de tratar la producción de los distintos componentes sanguíneos. Pero debe abordarse no de forma aislada, no fijándose exclusivamente en el coste del producto, sino en el con‑ texto general de la medicina transfusional y de la ges‑ tión de las necesidades transfusionales del paciente57, con parámetros de calidad, seguridad y coste-efectivi‑ dad31, teniendo en cuenta la realidad socioepidemiológi‑ ca propia de cada región y asumiendo los datos de estu‑ dios foráneos con enfoque crítico. A modo de ejemplo, merece la pena destacar un reciente informe sobre la inactivación de patógenos en concentrados de plaque‑ tas donde no se recomienda la implementación de este tipo de tecnología, dado que el coste en años de vida ajustados a calidad (AVAC) (Quality Adjusted Life Year) es de un millón de libras, muy por encima de las 25.000 establecidas como aceptables en el Reino Unido54. Conclusión En resumen, los centros de producción de componentes sanguíneos deben adaptarse a la cambiante situación de I 36 I