4.3. LA RENOVACIÓN DE LA NOVELA EN LOS AÑOS SESENTA: PROCEDIMIENTOS NARRATIVOS. LUIS MARTÍN-SANTOS y TIEMPO DE SILENCIO. JUAN MARSÉ. JUAN GOYTISOLO. Al comenzar la década de 1960, decae la novela realista social y se experimentan nuevas formas narrativas. Esa tendencia da lugar a una novela compleja y minoritaria. La renovación de la novela pretende superar el relato realista sencillo, que había sustituido al periodismo testimonial, en los años cuarenta y cincuenta. Además, se toman como modelo los novelistas que iniciaron la experimentación desde los años veinte en Europa y Norteamérica: Kafka, Proust, Joyce. Posteriormente, la novela hispanoamericana de los sesenta se convertirá también en un modelo, con Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros) y Julio Cortázar (Rayuela). Las obras que mejor muestran este cambio son Tiempo de Silencio (Luis Martín-Santos), considerada como la precursora de toda la renovación; Cinco horas con Mario (Miguel Delibes) y Señas de Identidad (Juan Goytisolo). En todas ellas, la preocupación por la forma obliga al lector a una lectura más activa. Los cambios introducidos y las nuevas técnicas narrativas son muchos y abarcan muchos ámbitos. Entre los más relevantes, cabe destacar la preferencia por la desaparición del autor omnisciente; el uso de la técnica del perspectivismo (diversos enfoques de la misma historia:) o la relegación a un segundo plano del argumento, ocupando la "anécdota" un papel más importante y permitiéndose los finales abiertos. En cuanto a la estructura, desaparece el capítulo y las novelas se componen de secuencias (periodos no numerados), y las técnicas más utilizadas son el contrapunto (combinación de diversas historias) y la caleidoscópica (permite mostrar muchos elementos simultáneamente). La regularidad temporal se rompe y se origina , influido por el cine, un “caos cronológico” - mezcla de tiempos objetivos y subjetivos-, y se producen avances y retrocesos (flash-back). El protagonista está en conflicto con su entorno o consigo mismo y serán las circunstancias las que lo anulen o lo hagan tambalear, y el lector puede conocerlos sobre todo a partir del monólogo interior, que suele mostrarse de forma desordenada. En cuanto a la perspectiva narrativa, el narrador interviene y denuncia, recurriendo, en ocasiones, a la sátira y la parodia. Utiliza alternativamente la primera y la tercera persona, y, con frecuencia, la segunda persona que crea la sensación de un diálogo ficticio entre el narrador y el personaje. En cuanto a la estilística, destacamos la gran riqueza lingüística presente en los textos, su elaboración y la tendencia a crear nuevas palabras, la desaparición de la frontera entre prosa y verso, de la puntuación, así como la relevancia que adquiere lo visual: tipografías distintas, ilustraciones - tal y como había ocurrido en las vanguardias-. Luis Martín Santos consiguió que Tiempo de Silencio revolucionara el ambiente literario por sus innovaciones formales y fuera una de las obras más representativas del periodo. Nació en 1924 en Marruecos. Tras cursar estudios de Medicina en Madrid, se especializó en Neuropsiquiatría en Alemania, dirigiendo un sanatorio de esta especialidad en San Sebastián. Murió en un accidente de tráfico en 1964. Citaremos, además, “Apólogos” (1970) y “Tiempo de destrucción” (1975). Tiempo de Silencio (1962) es una novela inspirada en los trabajos de Kafka, Joyce y Baroja, entre otros. Narra la historia de un médico que se ve obligado a atravesar difíciles situaciones en un clima de persecución, engaño y miedo. La obra no es sino un reflejo de los grupos sociales del Madrid de los años cuarenta, proponiendo un planteamiento crítico tanto a nivel social como individual, dado que cada clase se enfrenta a sus propios problemas. La obra refleja un tono existencial, ya que muestra la vida del ser humano como algo incomprensible y se combina el monólogo interior con descripciones. El argumento es de tipo folletinesco, con pinceladas de relato policíaco. El protagonista, Pedro, es un investigador que se ve implicado en un aborto que acaba en muerte, en un suburbio de chabolas. La policía le detiene, y al demostrarse su inocencia, sale en libertad. Poco después sufre la venganza de un chabolista. Juan Marsé es otro novelista que merece ser destacado dentro de la novela de la década de los 60. Entre sus obras sobresale Ultimas tardes con Teresa (1966) una novela formalmente más innovadora, que constituye una sarcástica crítica de la burguesía progresista. Predomina la narración lineal en orden cronológico aunque abundan los f lash-back para volver a la niñez de los personajes que componen la trama o para reconstruir hechos importantes. De esta forma, llegamos a conocer de forma profunda al protagonista. La acción dura un año y tres meses, con un corto episodio de dos años después. Se desarrolla en Barcelona y en la cercana playa de Blanes. Dentro de Barcelona hay dos mundos: el Carmelo, barriada de despojos humanos (ladrones, prostitutas, delincuentes...) y San Gervasio, un suburbio rico, exclusivo, con gente libre pero a la vez llena de problemas. El relato tiene como protagonista a un maleante que se hace pasar por militante político para conquistar a una joven burguesa que juega a ser "progre". De esta forma, el autor critica el señoritismo y la falsedad, desde un enfoque más complejo que el de la novela social anterior. En La oscura historia de la prima Montse (1970) son unos jóvenes barceloneses, que inmersos en un sofocante ambiente burgués, inventan historias que se entretejen con los sucesos cercanos; entremezclándose de esta forma lo real y lo imaginario y haciendo de esta novela una de las más interesantes de los últimos años (Ana María Matute, Carmen Martín Gaite o Goytisolo destacan en esta generación). Juan Goytisolo nació en Barcelona en 1931 y evolucionó desde el " realismo crítico" hasta una nueva vanguardia narrativa. Su primera obra conocida fue Juegos de Manos (1954), aunque la más representativa es Señas de Identidad (1966). En esta novela introduce cambios fundamentales: la realidad se aborda desde distintos puntos de vista; la novela no se reduce a un mero testimonio, sino que transmite las vivencias de los acontecimientos, incorporando aspectos individuales a los sociales. La historia narrada es la de Alvaro Mendiola, un exiliado español en Francia que vuelve a España en un intento de recuperar sus raíces. Para ello, indaga en su historia familiar, y esta búsqueda le hace sentir que ya no forma parte de ese mundo, que es un ser totalmente desarraigado, un extraño en su propia tierra. Aparece, así, un tema que será constante en la obra de Juan Goytisolo: el rechazo de una interpretación parcial de la historia y la cultura española. Está narrada en un estilo claramente subjetivista donde coexisten la tercera y la segunda persona gramaticales; e incluye otros elementos propios de la renovación como la alternancia de historias presentadas con diferente tipografía, se rompe la linealidad temporal y aparecen diferenciados el monólogo, la narración y el diálogo. Agradecemos la colaboración de Pablo Orús, Sonia Peralta, Ismael Backkali, Ángel Satorres, etc. etc.