Alejandría “”, Alejandría Pertenece a: Alejandría. Cómo llegar: A 206 km de El Cairo. Alejandría, capital de la dinastía fundada por Ptolomeo, es un espejismo de la historia que se ha convertido en una ciudad moderna y única, con colores y olores propios. Se trata de una de las urbes más bellas de Egipto, la ciudad romana, llena de hermosas playas. Fue el centro del desarrollo cultural y científico que se desplegó en torno al Museidon, una institución en la que eruditos de todo el mundo estudiaban distintas materias. La mítica Biblioteca de Alejandría, desgraciadamente hoy perdida, fue uno de los centros de saber más importantes del mundo antiguo, y en ella estudiaron Calímaco, Euclides y Dídimo, entre otros. De ella quedó escrito que tenía más de setecientos mil rollos de pergamino. La séptima maravilla del mundo antiguo, el Faro (297 a.C.), con sus cientos treinta y cinco metros de altura, también desapareció con el paso de la historia. Fundada por Alejandro Magno en el año 332 a.C., la ciudad ocupa actualmente la Isla de Faros y la franja de tierra entre el Mediterráneo y el Lago Maryut o Mareótide. A pesar de que ha perdido gran parte de los templos y construcciones de Ptolomeo y Alejandro, todavía hoy se percibe el proyecto urbano de Dinócrates, cuadriculado, al estilo romano. Hoy, Alejandría es una ciudad cosmopolita, una de las más modernas de África, un mosaico de culturas donde conviven griegos, ingleses, franceses, italianos, judíos.... Lawrence Durrell la describe así: ‘Cinco razas, cinco lenguas, una docena de creencias’. Alejandría, ciudad mítica, es hoy en día una población moderna y la segunda ciudad más grande de Egipto. Alejandría constituye, además, uno de los sitios más buscado por los actuales egipcios, gracias a sus bellas playas. La mejor forma para descubrir Alejandría es hacerlo caminando. El puerto ha sido el centro de la ciudad durante toda su historia y desde él se puede acceder a la Isla de Faros en la que estaba situado un faro de más de 120 m. considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo. Cuenta la leyenda que en este faro había más de 300 habitaciones para los trabajadores y en la parte más alta estaba situada la maquinaria que lo hacía funcionar, se cree que era una especie de lente inventada por los matemáticos alejandrinos, pero en realidad no se sabe cómo funcionaba. Su desaparición en el siglo VIII convirtió al faro y a todo lo que le rodea en un auténtico misterio. Aunque fue reconstruido nunca recuperó su esplendor y en el siglo XIV un terremoto lo destruyó totalmente. El sultán Qaitbay aprovechó los restos para construir en el mismo lugar una fortaleza en 1480, Fort Qait-Bay. Se pueden contemplar en la actualidad algunas columnas de granito y mármol y el Museo Hidrobiológico que acoge un Acuario de agua marina con peces del Mediterráneo y el Mar Rojo en 50 peceras. La Isla de Faros está unida a la ciudad por un dique de gran anchura por el que circulan varias líneas de tranvías. Siguiendo en dirección oeste, dentro de la isla, se puede contemplar desde el exterior (ya que está prohibida su visita), el Palacio de Ras at Tin, antigua residencia de los reyes egipcios utilizado hoy en día para recepciones oficiales. Muy cerca están las Tumbas de Anfushi de procedencia ptolemaica excavadas en la roca en el siglo II a.C. En estas tumbas se mezclan los estilos griego y egipcio. Las paredes de estuco están pintadas imitando bloques de mármol y azulejos y realmente lo parecen. Desde allí se puede ir hacia la plaza, donde se encuentra la Mezquita de Abu-el-Abas, de 1943, que se construyó sobre la tumba del jeque Abu-el-Abas fallecido en el siglo XIII, obra maestra de la arquitectura islámica. También en esta plaza se levanta la Mezquita de Sidi Dawud, más pequeña. Otro edificio situado en el casco antiguo es la Mezquita Terbana con una fachada de ladrillos rojos y negros recubierta con pintura amarillo pálido y antiguas columnas corintias. El barrio sur de Alejandría, Rhakotis, era el centro de la antigua villa. En la actualidad solo se conserva de aquella época la Columna de Pompeyo, con 27 m. de altura, construida en granito rosa en el 300 a.C. en honor de Diocleciano. Esta columna estaba situada en el Serapeum, antiguo santuario localizado en una colina consagrado al dios Serapis. Al sur de la Columna se encuentran las Catacumbas de Kom el Shokafa. Este complejo funerario construido por los romanos en el II a.C. está excavado en la roca y tiene tres niveles en los que se mezclan los estilos egipcios, griegos y romanos. A la entrada se ubican cuatro sarcófagos de granito púrpura de gran belleza, después de admirarlos se desciende al primer nivel iluminado por una abertura central que era por donde, a través de cuerdas, descendían los cuerpos. En este nivel se encuentra la sala donde los familiares despedían al difunto con un banquete. El segundo nivel acoge una impresionante tumba con hermosas decoraciones y varios sarcófagos sellados. El tercer nivel es inaccesible ya que se encuentra inundado. Caminando por Shari Hurriya se llega a la Mezquita Nebi Danyal donde se supone que reposan los restos de Alejandro Magno en una agujero situado en la cripta y que nunca ha sido explorado con detenimiento. Muy cerca se localizan las Excavaciones de Kom ad Dik donde se encuentran los restos del único anfiteatro romano de Egipto, así como baños romanos, algunos edificios y restos de calzada del III d.C. El Museo Grecorromano acoge una excelente muestra entre la que destacan esculturas helenísticas, frescos y una bella colección de figuritas de Tanagra. Este museo está rodeado por un precioso jardín de esculturas. Después de la visita al museo, es un buen momento para beber algo en Pastroudis, un café griego de gran encanto. No se puede dejar Alejandría sin visitar los hermosos parques y jardines de esta ciudad como el Jardín del Palacio de Montazah y los de Nusha y Antoniadis, ni el Museo de las Joyas que exhibe las joyas reales de Mohammed Alí Faruk. Para comprar se puede acudir a las tiendas y mercadillos del Barrio Atarin, a los modernos comercios de St. Mitwalli o a los zocos de Midan Tahir.