ANÁLISIS DEL AUTORITARISMO México D.F., Abril 2010 Israel Lorenzo Camacho El autoritarismo como parte de centralización de poder político nacional en un grupo o en una persona, tiene como efecto que, además, de organizar el sector social y político, “también es organizador de las relaciones capitalistas, en el sentido que tiende a articular y acolchonar las relaciones entre clases y prestar cruciales elementos para la habitual reproducción de dichas relaciones. El Estado capitalista es garante y organizador de las relaciones sociales capitalistas y, por lo tanto, de la dominación que ellas concretan”1. De esto, tiene que incluir a sectores económicos nacionales y extranjeros, que les brinden respaldo para continuar produciendo políticas que les ayuden a continuar su la hegemonía. De hecho, hay países que “…, caracterizado por la región autoritaria, el porcentaje de gobiernos que finalizan sus mandatos es elevado por cuatro que tienen una marca de 100% en este aspecto: Colombia, Costa Rica, México y Venezuela, y también países que fueron cayendo en el autoritarismo sólo a finales del periodo, como Chile y Uruguay, y por otros donde, como Brasil, diversos gobiernos autoritarios sucesivos finalizaron sus mandatos” 1 . Los autoritarismos de los regímenes que privilegian el aspecto del mandato y menos precian de algún modo más o menos radical en el consenso, mantienen un gran valor “uno no ve, digamos, ni a la burguesía ni al Estado. Pero en un nivel concreto (es decir, no analítico) esas categorías se objetivan, o cristalizan, en actores o sujetos sociales; entre otros, en las instituciones o aparato estatal”2. Por lo tanto, muy bien dice O´Donnell que “… el Estado, del cual sus instituciones son un momento objetivado del proceso global de producción y circulación del poder. Lo mismo que la mercancía, dichas instituciones son de enorme importancia y de ellas derivan cruciales efectos propios”3. Ya en efecto, se convierten un solo 1 Guillermo O´Donnell, El estado burocrático autoritario, Sobre el Estado capitalista y temas nexos, Bs. As, 1982, Cap. 1, Págs. 1-9. 2 Ídem. 3 Ídem. Centro Universitario de Bocaja S.C. 1 ANÁLISIS DEL AUTORITARISMO México D.F., Abril 2010 Israel Lorenzo Camacho órgano, el cual resta al mínimo expresión de la oposición y de la autonomía de los sistemas políticos. Por eso, la fuerza centrípeta que tiene la jerárquica estructura su función en“… el aparato estatal que se proclama, y suele ser habitualmente creído, custodio y agente del interés general. La nación es el arco englobante de solidaridades que postula la homogeneidad de un nosotros frente al ellos de otras naciones. Por otro lado, la efectividad de la garantía coactiva del Estado requiere supremacía en el control de los medios de coacción”4. Después, Emmerich comenta que “En lo político, la dominación oligárquica se manifiesta a través de una democracia formal de participación restringida en la que las facciones oligárquicas se disputan el gobierno sin mayor participación de otros sectores, sociales. Revolución y golpes de Estado van desapareciendo, Cada vez más, estas o familiares, ni simples defensores del status quo. Eran dictaduras institucionales de las fuerzas armadas que buscan modernizar las estructuras productivas en un sentido favorable al capital trasnacional y a sus socios locales, queriendo así reinsertar a sus países en la nueva división internacional del trabajo. Eran además dictaduras antisubversivas, contrarrevolucionarias, basadas en la doctrina de la seguridad nacional”5. En consecuencia, es el orden que ocupa todo el espectro de los valores políticos y el ordenamiento jerárquico que se desprende de toda la organización política, de lo que tienen como pacto. Las relaciones de las clases o los grupos dominantes, en el ámbito político, establece O´Donnell que la “… la sociedad capitalista, queda presupuesto que el fundamento del derecho de las instituciones estatales a mandar, y a coaccionar, es la libre voluntad abstracta e igual, de los miembros de la nación en tanto ciudadano. La figura del ciudadano igual que a los demás con abstracción a su 4 Ídem. 5 Gustavo Ernesto Emmerich, El Estado en América Latina: teoría y práctica, Ejercicio del poder y carácter de los regímenes políticos en América Latina, Siglo veintiuno, Universidad de las Naciones Unidas, Pág. 133. Centro Universitario de Bocaja S.C. 2 ANÁLISIS DEL AUTORITARISMO México D.F., Abril 2010 Israel Lorenzo Camacho posición en la sociedad es falsa en diversos sentidos, pero su lado de verdad es la razón de que la forma menos imperfecta de organización política del Estado capitalista sea un régimen de democracia política (no social ni económica). En ella quienes mandan dicen hacerlo (y suele ser creído) porque así los han autorizado ciudadanos (abstractamente) libres e iguales, quienes, además, tienen en principio derecho de protección y reparación frente a acciones arbitrarias del aparato estatal y de otros sujetos sociales” 6. De lo anterior, se construye un Estado moldeado a la manera del grupo dominante. Pero principalmente en el cuerpo normativo y constitucional que permitan respaldar y dar continuidad al grupo que se encuentra en el poder y hasta a la nueva generación. Después, es cierto tiempo, el sistema establecido causaría, como ya ha ocurrido, que “… en la crisis de régimen abunda la América Latina abunda en ejemplos de inestabilidad política y de transformación de régimen coexistente con el mantenimiento de una férrea dominación en la textura celar de la sociedad. Ya en la crisis política, que suele suponerse con el anterior, es aquél en que grupos, partidos, movimientos y/o personal gubernamental realizan interpelaciones a clases o sectores sociales apuntados a establecer identidades colectivas conflictivas con las de los participantes ya establecidos en la escena política” 7. Pero las interpelaciones no implican necesariamente que se hayan producido cambios paralelos en el plano celular de la dominación social; tampoco implican necesariamente el colapso de régimen o gobierno. Sin embargo, esta crisis de expansión del ámbito político siempre genera aguda preocupación en las clases dominantes, en tanto estas preferirían que solo aparecieran en la arena política interpelaciones que ellas controlaran directamente y que no cuestión en su propia dominación. “El autoritarismo (cívico o militar) aparece entonces como garantía del 6 Guillermo O´Donnell, El estado burocrático autoritario, Sobre el Estado capitalista y temas nexos, Bs. As, 1982, Cap. 1, Págs. 1-9. 7 Ídem. Centro Universitario de Bocaja S.C. 3 ANÁLISIS DEL AUTORITARISMO México D.F., Abril 2010 Israel Lorenzo Camacho nuevo modelo de desarrollo asociado al capital trasnacional, basado en la exclusión económica de los sectores populares y las fracciones burguesas interesadas en la ampliación horizontal del mercado interno. El autoritarismo lleva esta exclusión al plano político y pasa a ser garante de las inversiones y créditos extranjeros indispensables para el nuevo modelo de desarrollo” 8. Por la ausencia del parlamento y de elecciones populares o, cuando estas instituciones quedan con vida, por su reducción a meros procedimientos y por el indiscutible predominio del vértice federal o ejecutivo, se produce, en la crisis de dominación, es posible que los grandes escenarios políticos estén ocupados por partidos que, aunque asuman la representación de las demandas que aparecen generando esa crisis de acumulación, no tengas la intensión de atacar los parámetros fundamentales (capitales) en la sociedad. Pero esta crisis puede tocar intereses (y temores) más fundamentales que las que hasta la que ahora he examinado. En consecuencia se presenta “la crisis de dominación celular (o social). Es una crisis fundamentada de la sociedad (incluyendo), como vimos en la primera sección, el Estado, de las relaciones sociales que constituyen a las clases y sus formas de articulación. Esto puede aparecer en la caducidad de ciertas pautas de deferencia hacia el superior social en diversas forma expresivas (incluso artísticas) inusuales, en cuestiones de la autoridad habitual en ámbitos como la familia y la escuela, y, caracterizando específicamente esta crisis, como una impugnación de mandato en el lugar de trabajo” 9. Como por ejemplo, entre grupos dominantes y grupos dominadas, representados y representantes, se ocupa una disgregación por la importancia social, pero, además, una disgregación en el sistema que 8 Ídem. 9 Ídem. Centro Universitario de Bocaja S.C. 4 ANÁLISIS DEL AUTORITARISMO México D.F., Abril 2010 Israel Lorenzo Camacho irradia, una conformación ideológica consistente, y un mandato imperativo entre unos y otros. De lo anterior, O´Donnell dice que “… un Estado que está fallando en la efectividad de su garantía para la vigencia y reproducción de fundamentales relaciones sociales. Por eso también ésta también la crisis política suprema; crisis del Estado, pero no solo, ni tanto, del Estado como aparato sino es su aspecto fundante del sistema social de dominación del que es parte. Esta crisis es la crisis del Estado en la sociedad, que por supuesto repercute a nivel de sus instituciones. Pero es solo como crisis de la garantía política de la dominación social que puede ser entendida en toda su hondura” 10. Esta misma hondura, contiene una ruptura en el aparato del Estado desde su funcionalidad en el sistema. Luego lleva a “… la crisis de dominación puede, y tienen en el medio plazo, a combinarse con crisis de gobierno, de régimen y de expansión (así como, obviamente, de acumulación). Es decir, la combinación de la primera, que por si misma se limita a los intersticios celulares de la sociedad, con partidos y/o personal gubernamental que, engarzándose con aquel sacudimiento celular, proponen desde los grandes escenarios políticos nuevo criterios de representación y nuevos sujetos políticos dominantes para la instauración de un nuevo orden social, no ya la recomposición del dado” 11. Por eso, las oligarquías, si se crean, pero no se destruyen, solo se transforman, lo cual lleva a que “… pueden ser percibidos por las clases y sectores dominantes como una anormalidad que sería bueno corregir. Y eso no necesariamente. En cambio, los restantes niveles de crisis son percibidas como una amenaza que, son 10 Ídem. 11 Ídem. Centro Universitario de Bocaja S.C. 5 ANÁLISIS DEL AUTORITARISMO México D.F., Abril 2010 Israel Lorenzo Camacho es eliminada, más tarde o más temprano liquidara su propia condición de dominantes” 12. De dicho, lleva a los grupos dominantes autoritarios, por su mal funcionalidad e ineficiencia en el sistema organizacional, le produce que lo introduzca a “… la crisis de la hegemonía de la dominación social es también la crisis del Estado en la sociedad son, por lo tanto, términos equivalentes” 13 . Llevándolo a revocar su mandato e introducir la contrapostura, es decir, establecer un régimen democrático real. En definitiva, los modelos de régimen autoritario, empiezan como un polo positivo que busca una nueva propuesta en el sistema, pero, luego, se postulan en el polo negativo que implementa prácticas conservadores, políticas clientelares y regresión en el avance económico, político, social y hasta cultural. Por ello Gramsci dice que la idea de hegemonía, incluso por encima que la propia conquista del poder por la sociedad civil. Una vez tomado éste, debe existir una base social que respalde su continuidad. La hegemonía equivale así a asumir los intereses de los grupos destinatarios de sus acciones, a no bloquear los caminos, a no retener las alternativas. La hegemonía cohesiona, en un mismo bloque histórico, la sociedad civil y la política, teniendo los intelectuales el deber de contribuir mediante su difusión ideológica. Pero como los grupos de control tienen a su mando los diferentes aparatos que conforman el cuerpo del Estado, impiden que exista una relación y aproximamiento entre los grupos que imperan y los que están bajo ese imperativo en la crisis política y moral. 12 Ídem. 13 Ídem. Centro Universitario de Bocaja S.C. 6