Parte de Posadas y sugerencias didácticas

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Fragmento del parte elevado por el Capitán de Fragata José
Posadas luego de su derrota en la batalla de Las Piedras
“…Considerando ya que no había remedio alguno ni recursos de defensa
pues estábamos por todas partes rodeados se mandó poner bandera
parlamentaria por algunos oficiales que les habían dicho que yo era
muerto, y no es de extrañar, pues cuando avanzó el enemigo me mataron
el caballo de cuyas resultas di un fuerte golpe sacándome el segundo
oficial José Pardo que se hallaba herido debajo de él sin recibir daño
alguno, pero a muy poco me hirieron los enemigos dándome un sablazo
en el sombrero de cuyas resultas se me cayó al suelo, me dieron otro de
bastante consideración en la cara que me dividió el carrillo izquierdo en
dos partes, y el tercero en la cabeza, y milagrosamente no fui muerto en
aquel acto, pues me tiraron un balazo casi a boca de jarro sin tocarme, y me
iban a asegundar otro pero un oficial que llegó en aquel acto, me libertó
la vida, enseguida caímos prisioneros todos los oficiales y la tropa que
había quedado a excepción del Alférez de Navío don Manuel Bañuelos
que aprovechándose del gran desorden que había le facilitaron un buen
caballo y pudo escapar con alguna gente. No podía tener otro resultado la
acción según V. S había previsto, y yo había manifestado ante de mi salida
al Exmo. Señor Virrey por lo que llevo dicho, pues de la calidad y clase de
gente que se me había dado a mandar no se podía esperar otra cosa….”
“…El manifestar a V. S el maltrato e insultos que todos hemos sufrido
sería nunca acabar, y sólo diré que nos hicieron andar cuatrocientas y más
leguas en lo más riguroso de la estación del invierno sin más ropa que la
puesta y muchos oficiales desnudos, y la mayor parte contusos y apaleados
por los insurgentes después de la acción a pesar de que el comandantes de
ellos, ofreció después de arbolada la bandera parlamentaria respetar las
vidas y personas. En el acto de la acción se pasó a los enemigos el Alférez
de Caballería de Montevideo Don Matías Tort con un piquete de treinta
hombres que mandaba, y tanto este oficial, como el Ayudante de Campo
Don Juan Rosales, que se pasó como tengo dicho, tenían comunicación con
los insurgentes de lo que fui informado después de haber sido prisionero,
como al mismo tiempo supe que la partida de presidiarios después de
haberse pasado hizo fuego sobre nosotros, lo que contribuyó también
además de los expuesto al desgraciado éxito de la acción”
Montevideo, 3 de octubre de 1811
Elevado al comandante general de la marina José María Salazar
La Batalla de Las Piedras, según Juan Luis y Juan Manuel Blanes
¿Cómo podemos abordar la lectura del texto?
En la construcción del conocimiento histórico, los investigadores deben
analizar, valorar e interpretar fuentes históricas. Éstas son cualquier
elemento que el historiador le dé el carácter de tal en el marco de su
investigación y deben ser analizadas, valoradas e interpretadas siguiendo
determinada metodología. Un objeto de uso cotidiano, un edificio, una
canción, una tradición oral, un video, una receta de cocina, un tratado
internacional o un texto elaborado por otro historiador son ejemplos de
fuentes históricas.
Las fuentes históricas pueden ser clasificadas en primarias y secundarias.
Las primeras son aquellas creadas en forma contemporánea al hecho
sobre el que nos brindan información. Las segundas son generadas con
posterioridad al hecho que investigamos.
En este caso, el parte de la batalla de Las Piedras, es un documento
primario elaborado por un protagonista de la misma en período
inmediatamente posterior.
Para realizar el análisis del documento es necesario examinar el contexto
histórico en el que fue producido y plantearle al documento una serie de
interrogantes que posibiliten saber más acerca de las intenciones con las
que fue elaborado y la veracidad de lo relatado, tal como lo hacen los
historiadores. Esto permite reconstruir la relación entre la fuente y las
condiciones históricas en que tuvo lugar su producción.
Conocer el contexto de producción de la fuente requiere una indagación
bibliográfica partiendo del conocimiento histórico producido hasta la fecha.
Para la lectura del documento, una serie de preguntas – guías pueden ser de
utilidad. Algunas de ellas son:
Precisión del contenido del documento: ¿qué relata?, ¿dónde y
cuándo ocurrió?, ¿quién lo elaboró?
b. Grupos sociales participantes en los sucesos: ¿a quién se refiere?,
¿qué dice de ellos?
c. Actividades referidas: ¿a qué tipo de actividades se refiere el
documento: militares, religiosas, comerciales, sociales, científicas?
d. Instituciones mencionadas: ¿qué instituciones se mencionan?, ¿cómo
están organizadas? ¿qué función tienen?
e. Opiniones e informaciones: ¿se pueden diferenciar los datos
objetivos de las opiniones?, ¿a quiénes se refiere?, ¿qué actitudes
reflejan?
En último término es necesario evaluar sobre qué situación se trataba
de incidir con el documento analizado y cuáles eran sus intereses al
hacerlo, y también confrontar este documento con otros de la época
referidos al mismo episodio. Esto nos permitirá situar la fuente
en el tiempo y el espacio pero también abordar los conceptos de
mulitpersepctividad y diversidad.
a.
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