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Este año los compositores escogidos para el Certamen de Audición Musical (organizado por los colegios San Pedro y Villa Caritas) son Wagner y Verdi. La final será el 12 de setiembre en el colegio San Pedro y el ganador irá en un viaje de intercambio a Alemania. Para mayor información pueden buscar: “CertamenDeAudicionMusicalcam” en Facebook . “La música captura los sentimientos más profundos de la persona” JUAN AURELIO ARÉVALO Alfredo Draxl es el presidente ejecutivo del Certamen de Audición Musical (CAM), una competencia anual que promueve entre escolares el conocimiento y valoración de las obras de grandes compositores musicales. D esde el 2002, los colegios San Pedro y Villa Caritas organizan este concurso musical que convoca a cientos de escuelas a nivel nacional. Los jóvenes deben ser capaces de reconocer las obras de un determinado compositor a partir de escuchar breves fragmentos de las piezas. Los finalistas llegan a escuchar rondas de un segundo y hasta de medio segundo. —Ya marcaron a una generación de alumnos con este concurso... Y empezó como un sueño. Como un proyecto medio loco que vimos en Chile y decidimos traerlo acá. —Ud. lo llama un “provocativo jue- MIÉRCOLES 4 DE SETIEMBRE DEL 2013 go didáctico que despierta en los chicos el interés por cultivar esta música”. ¿Por qué es importante? Porque la belleza te humaniza. La música es un lenguaje capaz de capturar los sentimientos más profundos de la persona humana. Cultivar la música hace que crezcan como personas y que miren la vida de otra manera. —Se cree que a los chicos no les interesa la música clásica, pero tal vez hay un problema de acceso a ella... Es eso. Tienes que ofrecerles los peldaños para que puedan aproximarse a la música y apreciarla. — ¿Han encontrado alguna relación entre los que participan y su rendimiento académico? Suelen ser los mejores. Para muchos el CAM es un espacio donde descubren algo especial que pueden expresar y comunicar. Muchas veces celebramos al deportista o al alumno dotado académicamente, pero no reconocemos el talento de estos chicos. Por eso nosotros ofrecemos un premio maravilloso: un viaje a Europa con todo pagado. Ellos via- “ El Certamen de Audición Musical representa un reto al esfuerzo, a la disciplina personal y al deseo de superación”. “ Es extraordinario que en un segundo puedan reconocer una pieza, pero lo que haces es sentir esa vibración, esa fuerza, te identificas con ella y la haces tuya”. jan a conocer la ciudad donde nació el compositor y tienen la oportunidad de quedarse en un intercambio estudiantil. Lo mínimo es que estén 10 días, pero pueden quedarse hasta 2 meses. Es un esfuerzo grande. Pero lo que queremos es que sientan que la música tiene ese reconocimiento. El CAM representa un reto al esfuerzo, a la disciplina personal y al deseo de superación. — Pero también es un espacio de integración. Hace unos años un finalista fue un alumno del colegio Santa María de Chincha y el otro del Santa María de Lima. Dos realidades distintas se encontraron... Sí. Vienen chicos de todo el Perú. Nosotros tenemos un premio que reconoce al que vino de más lejos y también al chico más pequeño. Anualmente se presentan en promedio unos 160 a 180 colegios de todo el país. Es algo muy especial. —¿Qué le cuentan los chicos? Los ves nerviosos, pero espontáneamente siempre te dan las gracias. Tanto ellos como sus padres. Varios de estos jóvenes tenían una inquietud inicial por la música, pero otros no. Algunos no tocan un instrumento. Recuerdo a una chica de Chosica que hizo un gran esfuerzo por participar con la ayuda de su papá. Y al final, ganó una beca y la Embajada de Italia le pagó clases de italiano. Hubo otro chico que ganó un viaje a Rusia e hizo un CD de música clásica con instrumentos andinos. En todos los casos, tenían una familia que los respaldaba. Eso es muy importante. — Me contaba que este año van a hacer más difícil el concurso... Hemos tomado la decisión de presentar a dos compositores (Verdi y Wagner) y no solo a uno. Tendrán que reconocer 18 piezas por cada uno. Así el esfuerzo por reconocer los patrones, los instrumentos, las tonalidades será mucho mayor. —¿Y a usted, de chico, qué tal le hubiera ido en este concurso? Horrible [risas]. Nunca me hubiese imaginado entrar a un certamen así. Pero la oportunidad hace la diferencia: a veces no sabes lo que puedes hacer hasta que tienes el reto. Más allá de si ganas o te vas de viaje, lo importante es que has asumido el reto, vienes aquí y demuestras que puedes hacer algo extraordinario. —Uno de los ganadores escribió hace unos años que para él, este certamen no se trató de memorizar sino de sentir. Sentir las mismas sensaciones que el compositor... Es que no puede ser una cosa mecánica. Sí, es extraordinario que en veinte o en un solo segundo reconozcas una pieza, pero lo que estás haciendo es sentir esa vibración, esa fuerza, te identificas con ella y la haces tuya. El objetivo para nosotros no es tanto que alguien gane sino que cientos de chicos hayan tomado contacto y descubierto esta música. Cuando uno me dice que el CAM de tal año le gustó más porque era Beethoven y no Mozart, o quien fuere, digo: “¡La hicimos!”. Ese chico está reconociendo gustos, reconociendo en sí mismo una afinidad con la música. Hemos cultivado este mundo que para algunos es lejano. ABELARDO SÁNCHEZ LEÓN LA TIERRA QUE NOS COBIJA “El documental de Corcuera es muy distinto de los violentos noticieros de televisión. Quizá sea el arte lo que nos salva como nación”. L a emoción que produce “Sigo siendo”, el documental de Javier Corcuera, se debe a que no tropezamos con ninguna institución oficial. No nos encontramos con el Palacio de Gobierno, con el Congreso, la municipalidad, el Palacio de Justicia o algún otro ministerio. El contacto es con el territorio leído como tierra, literalmente, con la naturaleza. Las imágenes que predominan son desde lo alto, panorámicas: valles escondidos, carreteras sinuosas, ríos, el océano y las montañas. Varias de ellas se parecen a la soledad que produce la muerte. La naturaleza se fusiona con la idea de nación sin considerar la esfera del Estado. En esa nación circulan los ciudadanos, ingresamos a sus casas, hurgamos en sus baúles. La lengua en ese territorio es el quechua, una lengua amazónica, el castellano. Necesitamos de subtítulos para poder entendernos los unos y los otros, y poder así comunicarnos. Necesitamos de la traducción. La imagen de Lima es a través de la neblina y el smog: puentes peatonales, pistas atoradas de vehículos, policías de tránsito, carteles publicitarios. La apuesta estética para mostrar el territorio se apoya en la naturaleza. Nosotros sufrimos porque nos creemos feos, consideramos que nuestras ciudades son feas, pero no, Corcuera privilegia una mirada donde la belleza asoma y para que eso suceda deja de lado a la historia con mayúsculas y no considera a los políticos o a las autoridades. Solo menciona brevemente la guerra interna que ensangrentó la tierra convertida en caminos, senderos y quebradas. Es verdad que la distribución del paisaje se corresponde con la realidad oficial: una vasta selva sin protagonismo (solo el canto de una anciana navegando en un río), una sierra que se despuebla y una costa urbanizada, con su Lima de mil cabezas al centro, punto final del agobiante proceso migratorio del siglo XX. “Sigo siendo” se encuentra en la antípoda de “Yo soy” o “¿Quién soy yo?: ¡Papá!”. El documental se recuesta en la tradición, en lo que se fue, en el pasado de sus principales personajes como una manera de conservar la autenticidad. En la Amazonía, la fusión con la naturaleza es un hecho completo: un amplio lago, un río profundo, y da fe de que seguimos desde lejos ese misterioso territorio de narcos y terrucos; en la sierra el tema de la identidad gime en el violín agónico de Máximo Damián; en la costa, en Lima, el vals vive utópicamente ligado a la música presente de los microbuses y vendedores ambulantes. El documental de Corcuera es muy distinto de los violentos noticieros de televisión. Quizá sea el arte lo que nos salva como nación y nos asienta como individuos. Quizá el arte nos hace jugar limpio. La autenticidad y la añoranza es la esencia de este documental. Seguir siendo en la fragilidad del canto y el baile.