La Maquinista Terrestre J La calderería

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CILINDEO DE LA MÁQUINA DEL «LEPANTO>:
mos citat! [Cuántos ministros de Hacienda de la falta absoluta del psrsonal científico inhan dispuesto del trabajo nacional sin cono- dispensable, prosperó tanto la naciente incerlo! Y los pocos que han tenido ocasión de dustria que, á vuelta de pocos años, tuvo que
ver de cerca, aunque muy & la ligera y por cambiar «La Barcelonesa» de local,tratladáncompromiso, nuestros talleres y nuestras fá- dose al ex convento de Sin Agustín, en la cabricas lo han hecho muchas veces por causas lle de San Pablo, donde fandó un nuevo taller,
fortuitas, como el deber de acompañar á los convirtiéndose en sociedad comanditaria con
reyes en sus vis jes, la necesidad de tomar ta- la razón social de «Tous, Ascacibar y Comles ó cuales baños, el compromiso de la cam- pañía».
paña electoral ó de la propaganda política,
Crecía á la par con este él taller del señor
etc. Pero como el mal es trascendental hasta Esparó y durante carca de veinte años salieel mayor grado, y como sus consecuencias ron de ambas casas máquinas y aparatos, moempobrecen y desmedran a la nación, fuerza tores hidráulicos, prensas, bombas, transmies que por todos los medios se dediquen á siones y toda suerte de piezas de fundición,
atajarlo los que tienen amor á la patria y á la forja y cerrajería para las construcciones orjusticia.
dinarias.
En 1856 se fusionaron las dos casas y consEn nuestra humilde esfera de acción tenemos ua medio, la propaganda incansable y tituyeron la sociedad anónima aun hoy día tigenerosa, la popularización de la industria es- tulada, después de treinta y cinco «ños de
pañola, de la catalana, que es la que más in- existsrcia, «La Maquinista Terrestre y Marímediatamente tenemos & nuestra vista y á tima.»
nuestro examen, pira ver si contribuimos á
L\s maquinas de vapor fijas y marinas
modificar esa menguada opinión que se sus- fueron el objato principal de la nueva sacie
tenta acerca de nuestras industrias. A las ar- dad; mas por aquellos tiempos empezaron á
tes, á la literatura, á las ciencias de Cataluña, estar en boga en España los baques de hieA las diversas manifestacisnes de su vida in- rro, y la reparación y construcción de sus castelectual y de su vida moral ha dedicado y de- cos llamó también la atención de los directodica LA VANGUARDIA SU incesante trabsjo y §a F8§ de la loeiedad. Para esto adquirieron vasdinero; á la vida materia), ai trabajo catalán, tos terreros en la Bsrctslonsta, conde fundabase y sostén de estos progresos intelectuales ron al nuevo taller dotado dei correspondienr morales, virtud fecunda, que el púsolo cata- te astillero; taller y astillero que son los misán siante y practica como el primero, quere- mos que aun hoy día existen.
mos dedicar también nuestro esfuerzo, huEl gran desarrollo que la industria fabril
milde, pero generoso y bisn guiado.
ha adquirido en Cataluña, á la par que la
Le Genie Civil, la revista cientifleo -indus- construcción de nuestros ferrocarriles, más
trial más formal y acrelitaiada Franci», ha aun que la deseada construcción de buques
publicado un estudio detenido y particular de de hierro, han sido las fuentes que han alicadaunadelasprinci?aiesfacíoriasff«ncesas, mentado y han proporcionado vida próspera
como apéndice al estudio de la Exposición Uni- y trabajo activo á «La Maqaieista.» Nuestros
versal de 1889, honrando las páginas de casi armadores buscaron con preferencia los asti-
?
ssUs piezas; la éarpinter!a para ¡a confección
de los modelos y el depósito, da losmkmos;
la fundición, digo, ocuo* en «La Maquinista»
Un espicio de mis de 7.7<X> noetrs cuairaío?,
de los cuales hay unos 3.900 un la planta b%ja, destinado? * la fundición propiamente dicha, y unos 3 830 »n los pisos a tos destinados á la carpintería y al depósito de modelos.
Llama este podaros*ment« la atención por el
gran súaoero qoe contiene, todos ordenadamente catsiogado?, y mnv 6speci*la¡enta la
mayor da sus sa)»s, de 110 metros de largo
por 13 de ancho. Para hacerse cargo de lo que
representa un deposita de modelos de una
casa constructora de alguna historia y da en
buen crédito, bastará, decir que «L<* Maquinista» tiene almacenados más da 2.000 modelos distintos solamente de ruedas de engranage, cuyos diámetros varian desde O'n,25 á 11
metros.
Tres cubilotes para la fundición de hierro
y uno para fundir cobre hay instalados en
está sección, junto al depósito de lingotes y
contiguos á la sala donde s« llenan los moldes con el metal fundido. En esta departamento están dispuestas cinco grúas cuyos alcances radiales lo dominan todo. Acompaña
este artículo un dibujo del conjunto de esta
sala.
La Maquinista Terrestre J
Ya hemos dicho que el considerable desarrollo da nuestra industria f.brily la construcción de nuestros ferrocarriles han sido
las dos fu«ntes principelas en qus ha bebido
«La Maquinista» para alcanzar su actual poderío.
La fabricación de hilados y tejidos, princi-
SrftülTOnrHüimiroT- li<ii(jinrti|iwiitlf)n íHTllflf' Clillflliniin! n
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LOCOMOTORA DEL FERROCARRIL DE LANGREO 4 GIJÓN
Los ventiladores de los cubiletes y la maquinaria p»ra ¡a preparación ds las tierras
están movidos ror una máquina d« -vapor especialmente instalad* para este objeto.
Las fraguas
En otro espacio de cerca de 750 metros
cuadrados se hallan instaladas 20 fragües,
con sus yunques correspondientes, par* enrojseor ei hierro y batirlo á brazo, y cuatra
martillos pilones para batirlas gracdsspiazts.
Tres da estos martillos son da doble efac*o
y uno de e los puede fosjar piezas hasta de 25
centímetros ds diámetro. E-;ta martil o está
al mentido por el vspor que se produce en
una caldera montaba sobre un hirnoi: ras
diato, para ?provechar el calor p«rdido. Esí#
horno está dsstir.gdo á c«ler>t*r los -p*q.'j»tes
y bloques de hierro que han d*» forjarse. L )*
venüUdorss que prov««n d« aire as h ¡rno y á
las fraguas están movidos por transmisiones
derivada* de la maquina da vspor da la sec
ción de tráquiías hsrramietsts*!.
Dsmos en esta plana una id»a d«l aspecto
qus ofrece esta d»psrtara#snto de las fraguas
con un ditfnjo ds su conjunto.
La calderería
Una máquina Corlíss dt 60 eabsilos mueva
«i esta sección 15 máquinas para punzon»r y
cortar chepa, tr»>s p«rs v.-«U«arla, un* para
achaflanarla y otra ptra doblarla, *de- á< d«
otras dos máquinas p&ra aserrar «1 hiarro en
ffíe; y un »r*<3«sul*dc¡r hiiráu'ieo, cu?» prs
sión se verifica por medio da bomba», animan
U, «nír# otras máquinas, ctiaí?o..r«naac¡9.ador*?.
TALLER. DE CALDERERÍA
i ¡mentadas, sin ser levantadas de dich* plataforma, marced á una iBg*n'iósadisposición de
herramientas correspondientes á una poderoros* fre?a universal.
Estas grandes piezas son movidas por modo de dos grúas correderas, de movimiento
automático, de 20 toneladas una de e la y de
5 toneladas la otra. L s otras dos salas, destinadas al montaje da máquinas, tienen t*m
bióa dispuestas «n lo ato las correspondientes grúas correderas para el más ficil mane jo da ias piezas que htn da labrarse.
Dítmos con este artículo una vista de la
sala mayor d«stinadaá la labra de las grandes piezas y al monUja de los mayores motores.
Tales son los medios de acción con que
cuenta «La Maquinista.» Lo que con ellos se
ha hecho no seremos nosotros quienes lo encarezcan. Hablen tos hacho» por nosotros.
:
• •
Tadas «síes maquin»;? e»lán disíriiraMss
en ua espacio de unos 5 200 metros eu*-drado.s
d* i >s qu« hay destinadus 2 400 4 t«t' n^nt>truc
ción d» calieras de hierro, y los 2 800 metros
restantes, se aplican a la construcción de
puentes.
En ambas secciones y «n lo alto d« sus
pjsJm«nt«>, y otras industria*, además, han exigido la instalación de numerosos motores de
los cua!e3 breña p*rt« ha construido la f*ctorí* de qu* hoy nos ocupamos. Más de 30 000
cabaUos de fuérzase prexiucsn, debidos sol«isaenta á los motores hidr*ulicos, d# todos los
sistemas, qas ha! coustrniio é insta» do «La
Mtqninista» efi is márgenes de nuestros
ríos; más d* 45 000 cab&ios de vapor suman
los geier*dor«s o caldsras qua por Cuíaluña,
principalmente, ti#ne diseminados. Nida tan
(»?ocn«)3t9 como ast? númaro y esta frast:
75,(00 caballos d« fa«!z» desarrolla cuestra
industria por obrade«Lf» Maquinista.»Mucha
rítórica, mucb03 y encomiásticos epítetos,
hasta mucha po«sía—qn« t*mb:ói
tiene su
poesía el sgna qa« ístrepito1» y espumeante
s* dsrromb* y #strnj% por l^s cajones déla
turbina y «1 vapor qne furioso y silbante se
escapa por la mal contenida válvula—hasta
imfhn pie*í» podrí* hacerse COB este Búmarc: 75 000 caballos ce taarz*.; consid#ran.do la
vid» y ia riq-oez* qua h*n aportado á coraar
cas antes pebres y olvidadas, calcular-da «1
pan y «1 sustento qu« representan para infini
dad de fimiliaa ant«s trabajos» y malamente
a'i'íientfsdaí; midiendo, «n fin, la grandeza, la
influencia, el dominio que un gran pueblo alear z* cuando puede esgrimir en las grandes
batallas de ¡a paz usías poderosas y saludables armas de la guerra industri»l P*ro «o;
no queramos nosotros impresionar la im*ginsción, sino la inteligencia, y pref*rimos h*,blarcon ruamos m*s bien qn« con figuras.
Cuatrocientas máquinas da v»»>r>r fijas
coT5strni1*«, psra deíafroüsp mssde25 0 Ooaballos A® to.urza, sin complemento
ei^caente
de !* a>iiad>ch»con*tfí]cciénd«ív>;f biinaa j ca:der%í'» B'úre Ixs instilaciones ée *-sí»s máquirs? ds vapor hechas por «La Maqu'nist»» figuran, ea primar término, uñad» 500 ctbsllos
p»ra don Ju«« Bstl-6; otra ^e 400 para don
José Ferrar y Vid*!; otra d« 350 p*r* los s«ñores Godo hermanos y compañía; otra de 300
para la Sociedad Matritense de electricidad; y
CALDERA DEL «ALFONSO XIII»
corresponden a Compañías de ferrocarriles,
figurando e*i primer término, entra éstas, la
de Ssn Juan ele Us Abadesas con 1.9C2 metros
distribuidos en 92 tr«mcs, y el Uamtcto Ferrocarril Directo con 822 metros en 76 tramos.
Uno de los puentes más interesantes y bonitos por su gran elevación y su situación pintoresca es el puente de Rsdondela de 150 metros de lorgi}ud total montado sodre dos pilas metálicas á considerable altura sobra las
aguas en la línea de Rsdondela á Pontevedra.
Publicamos una vista del conjunto de este
puente con el preser-te trsbijo.
De los otros dos kilometres de tramos metálicos construidos corresponden la mitad al
Estado y la otra mitad á diferentes Compañías, Diputaciones, Ayuntamientos y particu •
lares. C*be mencionar tntre los primaros el
de Logroño, sobre «1 Ebro, de 331 metres; el
de Fraga, sobra el Cinca, de 231; y el de Monzón, formado por tres tramos parabólicos, de
190 metros en total; y entre los segundos el
de dos Fernando Pui?, sobre el Llobregat, en
Prat, de 100 metros de lona tud y los acue
ductos sebre los ríos S ó y Dusro para las Socíedudos d-1 Canal de Urgel y del Canal del
Duero (Valladolid).
Aparte de lo que atañe á la industria fabril
y á ferrocarriles, en otro ramo de la construcción ha brillado tamben «La M quinistn». Díganlo sino los merctdos de h erro de
Sai Antonio, del Borne, de la Bi^celoneta, de
la Darecha d*l ECnsanche y de Host&franchs;
el muelle de P rtuga'ets, de 6@U metros de
longitud, constituí ¡o por dos fi.as ds pilotts
de hierro hincados en 1« arena; y otras muchas y varia* construcciones metálicas destinadas á cubrir espacios en forma de tinglados
ó bisn á otros usos de la vida industrial y mercantil.
nes de que se han construido hasta ahora P*ra buques españoles están destinadas á la generación del vapor en cada uno da los dos
cruceros. Estas caldera» enorme» miden 4m8O
de diámetro y tienen una longitud de 5m.2Ú.
Bl cuerpo cilindrico exterior está formado por
planchas de acero de treinta milímetros de
espesor y contiene cada caldera echo hornos
de ac«ro ondulado con 1008 tubos calefactores. Estas calderas son del tipo doble, con retorno de llím», y trabtjarán normalmente 4
diez atmósferas efectivas de presión. La superficie de calefacción de cada caldera as de
600 metros cuadrados pudiendo desarrollar
las cuatro que llevará cada crucero 7.800 caballos con tiro r atural y 11.500 con tiro forzado. Cada caldera pesa 70 toneladas. Los que
están versados en estos asuntos saben lo que
representa este peso extraordinario. Podrá
formarse idea da la magnitud de estos generadores con el grabado de uno de olios que publicamos «n esta plana.
Las máquinas que estas calderas deban
alimentar son del tipo horizontal, de acción
directa y de triple expansión. Ctda buque llevará dos máquinas iguales, verificando** la
propulsión por medio de dos hélices de bronce de tres alas cada una. Verifícase en cada
máquina, la expansión del vapor en tres cilindros de dimensiones extraordinarias. El de
b* ja presión mide 2,m 34 d» diámetro y pesa
30 toneladas. L% fundición de asta grande 7
complicada pieza b*sta por sí sola para acreditar un tall*r. Vian nuestros lectores «1 dibuja de la misma que publicamos con este artículo, vista todavía en el hoyo inmenio en
que füó moídeada cuando no estaba aun del
todo descubierta.
El m«nejo de estas piezas enormes ha obligado á «Lm Maquinistí» á montar aparejos y a
/
TALLER PE MONTAGE
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