Una aproximación al concepto de castración en la madre Baltazar Santamaría Breve introducción "El articulador de ambos Complejos, el de Castración y el de Edipo, es el falo, como premisa universal."1 Esta es la primera línea de la ficha de cátedra El complejo de Edipo como operador estructural, de Osvaldo Delgado. Podemos utilizarla como punto de referencia para lo que nos incumbe, porque esa articulación conceptual presupone una cierta lectura del conjunto de textos freudianos sobre el complejo de Edipo de la década de 1920, que nos permitirá partir de la fenomenología del complejo de Edipo hacia una primera aproximación del concepto de “castración en la madre”. Para ello tomaremos como textos principales: La organización genital infantil, El sepultamiento del complejo de Edipo, y Algunas consecuencias psíquicas sobre la diferencia anatómica de los sexos. No tomaremos los desarrollos posteriores de Inhibición, síntoma y angustia, que terminan de ubicar, cabalmente, tal concepto, desde un nuevo enfoque. Desarrollo Leemos en El sepultamiento del complejo de Edipo2 que, en el caso del varoncito, para que el complejo de castración ponga fin al de Edipo (positivo y negativo) se requieren dos tiempos lógicos: el de la amenaza y el de la visión. No parece de importancia teórica el orden de estos tiempos. En Algunas consecuencias psíquicas sobre la diferencia anatómica de los sexos Freud ubica primero la visión. Tomaremos a los fines de nuestra exposición este último orden posible. Dice Freud: "[...] cuando el varoncito ve por primera vez la región genital de la niña, se muestra irresoluto, poco 1 Ficha de cátedra 2 Freud, S. (1924) “El sepultamiento del complejo de Edipo”, en Obras Completas., Amorrortu. interesado al principio, no ve nada”3 [ambas itálicas nuestras]. El primer momento cobra valor en el segundo: “Sólo mas tarde, después que cobró influencia sobre él una amenaza de castración, aquella observación se le volverá significativa”. Leemos entonces un movimiento retroactivo desde la voz de la amenaza hacia la visión de la región genital de la niña, allí donde primeramente no ve nada, de tal forma que aquella amenaza de castración viene a nombrar aquello que el chico vio en la compañerita de juegos: un pene castrado. “La falta de pene es entendida como una castración”4. Recordemos que el niño está atravesando la fase fálica: el pene es patrimonio común de todos los seres humanos. “Sólo puede apreciarse rectamente la significatividad del complejo de castración si a la vez se toma en cuenta su génisis en la fase del primado del falo”5. Al ser el falo un patrimonio común, la amenaza de castración permite significar a la visión que acusa una diferencia, nombrar la alteridad desde una lógica universal. Parecieran estar dadas, para el varoncito, las condiciones para que sobrevenga “el fin a las dos posibilidades de satisfacción derivadas del complejo de Edipo. En efecto, ambas conllevan la pérdida del pene; una, masculina, en calidad de castigo, y la otra femenina, como premisa.” Pero nos falta abordar una última condición. Pues el apercibimiento de la castración ante, por ejemplo, una compañerita de juegos no basta. Leemos en La organización genital infantil: “no se crea que el niño generaliza tan rápido ni tan de buen grado su observación […] sólo [están castradas] personas despreciables del sexo femenino”. Articulemos, para seguir investigando este mecanismo de la desmentida, con un pasaje de La cabeza de Medusa: "[…] el muchacho que hasta entonces no había creído en la amenaza de castración ve un genital femenino. Probablemente el de una mujer adulta, 3 Freud, S. (1925) “Algunas consecuencias psíquicas sobre la diferencia anatómica de los sexos”, p.271, en Obras Completas., Amorrortu. Esta cita y la siguiente. 4 Freud, S. (1923) “La organización genital infantil”, p.147, en Obras Completas., Amorrortu. Esta cita y la siguiente. 5 Freud, S. (1923) “La organización genital infantil”, p.147, en Obras Completas., Amorrortu. Esta cita y la siguiente rodeado por vello; en el fondo, el de la madre"6 [itálicas nuestras] ¿A qué se refiere Freud cuando escribe “probablemente el de una mujer adulta”? El texto refiere, implícitamente, la probabilidad de salir del momento de desmentida: es más probable que salga de la desmentida ante la visión en una mujer adulta porque “en el fondo", o como prefiere López-Ballesteros, “esencialmente”, lo que no se quiere admitir es la castración en una mujer adulta en particular: la madre. Remitir a lo que está en el fondo de un conjunto de experiencias es una forma de ubicar un lugar de estructura. Dejemos momentáneamente al varoncito. Dirijámonos a la articulación de los complejos en la niña, veamos que nos puede aportar. Sabemos que, inversamente, el encuentro con la castración hace virar el lazo intenso con la madre hacia el ingreso al complejo de Edipo. En la niña la visión cobra el siguiente valor: “Al punto nota la diferencia y –es preciso admitirlo- su significación. Se siente gravemente perjudicada, a menudo expresa que le gustaría ´tener también algo así´, y entonces cae presa de la envidia del pene”7¿Están dadas las condiciones para que la niña ingrese al Edipo? Una vez más, nos falta considerar una circunstancia. En efecto, lo que en el fondo pone tope a la ligazón intensa es la castración en la madre. Atravesada también la niña por la fase fálica, advierte que la madre no le puede dar un falo porque está castrada. Entonces, “la libido de la niña se desliza –sólo cabe decir: a lo largo de la ecuación simbólica prefigurada pene=hijo–. Resigna el deseo de pene para reemplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito toma al padre como objeto de amor”8. Por lo tanto, la ecuación simbólica pene=hijo se origina a partir de la castración en la madre. También podemos ubicar esto en relación al niño. Leamos, según los análisis efectuados por Freud, qué sucede en ese caso: “también la madre [finalmente] perderá el pene y, entretanto, se 6 Freud, S. (1940 [1922]) “La cabeza de Medusa”, p.270, en Obras Completas., Amorrortu. 7 Freud, S., (1933) “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis”: 33ª. Conferencia: La femineidad”, en Obras Completas, Amorrortu Ed. 8 Freud, S. (1925) “Algunas consecuencias psíquicas sobre la diferencia anatómica de los sexos”, p.274, en Obras Completas., Amorrortu Ed. edificarán complejísimas teorías destinadas a explicar el trueque del pene a cambio de un hijo. Al parecer, con ello nunca se descubren los genitales femeninos”9. Aquí tenemos una nueva pista: Freud está diciendo que la ecuación simbólica, en este caso, se origina por unas “complejísimas teorías” que operan como encubrimiento de la región de los genitales femeninos. Más adelante, en el mismo texto, entendemos por qué es necesaria tal operación. Es que “hay por cierto algo masculino, pero no algo femenino”. Es decir que aquellas “complejísimas teorías” son respuestas, desde lo que hay, frente a lo que no hay. Sabemos que lo que hay es la lógica fálica. Volvamos una última vez a la amenaza de castración: El padre, agente de esa amenaza, significa aquella visión como castración. Ahora podemos decir: otra vez, se trata de una respuesta, desde lo que hay, frente a lo que no hay. La castración edípica, por así llamarla, es un nombramiento desde lo que hay ante lo que no hay, ante lo que podemos llamar castración estructural. Por tanto, el Edipo mismo es un argumento necesario para hacer, de esa castración estructural, un “complejo” de castración (tanto para el varoncito como para la niña). Con estos elementos ya nos es posible ubicar, luego del recorrido que hicimos para ubicar la castración de la madre en el trasfondo de la trama edípica, que la castración estructural no es otra que la castración en la madre: Mediante la lógica fálica se intenta nombrar lo que no hay. Durante la trama edípica la castración de pene es una lectura que vela una alteridad innombrable. Debemos entender a “la madre” como al otro primigenio. La castración estructural, entonces, queda definida como aquello que, en el otro primigenio, no puede ser nombrado completamente por la lógica fálica. En ese sentido, la castración en la madre es la castración estructural. 9 Freud, S. (1923) “La organización genital infantil”, p.148, en Obras Completas, Amorrortu Ed. Bibliografía o Freud, S., “El sepultamiento del complejo de Edipo”, 1924, en Obras Completas, Amorrortu Ed. o Freud, S., “Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis: 33ª. Conferencia: La femineidad”, 1933, en Obras Completas, Amorrortu Ed. o Freud, S., “La organización genital infantil”, 1923, en Obras Completas, Amorrortu Ed. o Freud, S. “La cabeza de Medusa”, (1940 [1922]), en Obras Completas., Amorrortu Ed. o Freud, S. 1925 “Algunas consecuencias psíquicas sobre la diferencia anatómica de los sexos”, 1925, en Obras Completas, Amorrortu Ed. o Delgado, O. “Consideraciones críticas de la concepción freudiana de los complejos de Edipo y castración”, en La subversión freudiana y sus consecuencias, 2005, JVE Ed. o Delgado, O. “El Complejo de Edipo como operador estructural”, ficha de cátedra.