Enseñando la comprensión de habilidades para hacer amistades Tony Attwood y Carol Gray By Tony Attwood, PhD author of Asperger Syndrome: A Guide for Parents and Professionals and Carol Gray of Social Stories. This article is a link to Dr. Attwood webpage: Please, take time to read other articles on his page and check his presentation schedule. Artículo original en inglés en http://www.tonyattwood.com/newpage1.htm Traducción realizado por: Rosa Alguacil García Uno de los criterios diagnósticos centrales para el Trastorno del Espectro Autista es el fracaso para desarrollar relaciones con iguales y los especialistas examinan cómo el niño conceptualiza y demuestra sus habilidades para hacer amigos. En los niños "normales" el concepto de la amistad cambia con el tiempo y es notorio que los niños con autismo y síndrome de Asperger tienen a menudo una definición inmadura y poco usual de la amistad. La literatura de investigación sobre el concepto de la amistad indica que hay cuatro niveles entre la primera infancia y la adolescencia. Los cuatro niveles, resumidos, son: Nivel 1: Aproximadamente de 3 a 6 años El niño reconoce que los juegos y las actividades no pueden ocurrir a menos que se tenga en cuenta el intercambio de turnos (que haya un elemento de intercambio) pero hay una conceptualización simple y egocéntrica de la amistad en términos de definir a un amigo como alguien que te da cosas o alguien con quien jugar. La amistad se basa en la proximidad y en los atributos físicos y cuando se les pregunta ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica es "es mi vecino". Nivel 2: Aproximadamente de 6 a 9 años Hay una mejora en la comprensión de los conceptos de reciprocidad e intereses comunes, mas que en el concepto de "ayuda". Las simpatías y aversiones hacia otra persona es más probable que se consideren basándose en cuánto encaja cada amigo con los propios intereses, como por ejemplo en si les gusta el mismo tipo de juegos. También aparece la novedad de ser consciente de los motivos, pensamientos y sentimientos de los otros. Cuando se pregunta ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica es "me deja jugar a los que quiero", "porque viene a mis fiestas y yo voy a las suyas", "es simpática conmigo".. Nivel 3: Aproximadamente de 9 a 13 años El niño es más consciente de las opiniones que otras personas tienen sobre él y de cómo sus palabras y acciones afectan a los sentimientos de los otros. Son más cuidadosos con lo que hacen y dicen, ya que pueden hacer daño a los demás. La amistad ya se puede basar en compartir experiencias e intereses comunes y el ayudarse se convierte en algo más valioso que simplemente el jugar juntos. Se hacen más selectivos al escoger a los amigos, hay una división del genero (masculino/femenino) y la relación se hace más duradera. Hay un incremento en el valor de las cualidades personales, como la confianza, la lealtad y la capacidad de mantener promesas. Cuando se les pregunta ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica es "me defiende (saca la cara por mi) y me ayuda con los deberes de matemáticas", "le gusta hacer lo mismo que a mi" o "puedo hablar con ellos y me escuchan". Nivel 4: De adolescente a adulto Hay una aceptación del grupo, que se vuelve más importante que las opiniones de los padres, hay una profunda y amplia "revelación" de uno mismo, un deseo de ser comprendido por los amigos y un reconocimiento de que hay diferentes tipos de amistad (desde los "conocidos" a los amigos íntimos con interdependencia autónoma). Cuando se les preguntó ¿por qué _____ es tú amigo? la respuesta típica fue "porque pensamos lo mismo sobre las cosas". Cuando se les pregunta a los niños con Trastorno del Espectro Autista ¿qué hace un buen amigo?, la experiencia clínica sugiere que una respuesta común es casi exclusivamente una lista de las cosas que un amigo no debe hacer, por ejemplo, intimidarte o burlarse de ti, lo cual indica que el niño ha experimentado un nivel desproporcionado de experiencias negativas en sus relaciones de grupo. Sabe lo que un amigo no debe hacer, pero tiene poca idea de lo que un amigo debe hacer. Juego Social con amigos El juego social de niños con Trastorno del Espectro Autista es a menudo mas inmaduro que el de sus iguales e incluye características poco usuales tales como tener menos motivación para buscar amigos, cualidades autocráticas, y ser menos capaz de demostrar la amplia gama de comportamientos que todos utilizamos con nuestras habilidades para hacer amistad. La escuela tradicional presta poca atención al desarrollo de estas habilidades para hacer amistades, ya que esta destreza es el fundamento de una habilidad que está altamente valorada por los adultos en su vida profesional y laboral, como por ejemplo tener habilidades para trabajar en equipo, para manejar situaciones conflictivas y para tener relaciones personales exitosas. Un estudio reciente examinó la calidad de vida percibida de adultos con autismo de alto funcionamiento y Síndrome de Asperger y solo una variable, horas pasadas con los amigos, fue capaz de predecir significativamente la puntuación en alguno de las cualidades sobre la calidad de vida. Estos adultos valoraron y desearon la amistad más que cualquier otra cosa en su vida, aunque pocos tuvieron la habilidad para mantener a los "conocidos", manteniendo sólo a los "amigos". Si cuando éramos niños no nos enseñaron directamente habilidades para la amistad de forma explícita.. ¿cómo podemos empezar a enseñar a alguien que carece de esa habilidad intuitiva que nosotros damos por sentada? El punto de partida es una valoración de las habilidades que el niño demuestra para hacer amistad y de las habilidades de las que claramente carece. Hemos estandarizado tests para medir habilidades cognitivas, lingüísticas y motrices, pero en este momento no tenemos estandarizados instrumentos de valoración de las habilidades para hacer amistad que puedan ser aplicados a niños con Trastorno del Espectro Autista. Sin embargo, una revisión de la literatura de investigación sobre la gama de los comportamientos sociales utilizadas como un índice de habilidades para la amistad en niños "normales", puede servirnos como lista básica para la verificación de las habilidades para la amistad en niños con Síndrome de Asperger. La clave de los comportamientos sociales se puede examinar como sigue: Habilidades de Entrada: Cómo el niño se une a un grupo de niños y la bienvenida que dispensa a los niños que quieren ser incluidos en sus actividades. Ayuda: Reconocer cuándo y cómo prestar ayuda, así como buscar la ayuda de los demás. Elogios: Saber hacer cumplidos en los momentos oportunos y saber cómo responder al elogio de un amigo. Critica: Saber cuándo la crítica es apropiada o inapropiada, cuándo se ha de criticar y tener habilidad para aceptar y tolerar la crítica. Aceptar Sugerencias: Incorporar las ideas de los demás en la actividad. Reciprocidad y Compartir: Un equitativo reparto de la conversación, la dirección y los recursos. Resolución de Conflictos: Manejarse con criterio en el desacuerdo y reconocer las opiniones de los demás. Saber no responder con agresividad o mecanismos inmaduros. Observación y Control: Observar con regularidad a la otra persona para controlar su contribución a la actividad y el lenguaje corporal. Su propio lenguaje corporal indica el interés hacia la otra persona. Empatía: Reconocer cuando los comentarios son apropiados o qué acciones se necesitan para responder a la otra persona y a los sentimientos positivos o negativos de los demás. Evitar y Terminar: El comportamiento y los comentarios apropiados para mantener o finalizar la interacción. El siguiente paso será usar estrategias cognitivas y comportamentales para mantener y mejorar las habilidades para la amistad. Si las habilidades mencionadas aparecen, entonces es esencial que tal conducta sea reconocida y recompensada. Los autores añadirían que ese elogio debería ser también dirigido al otro niño, ya que ellos necesitan ánimos para mantener esta amistad, especialmente con niños que no suelen estar entre los más populares de la clase o del vecindario. También es esencial que el juego social del niño sea observado por el adulto para identificar cuándo las señales específicas de habilidades para hacer amistad aparecen, pero el niño no las ha reconocido o no está seguro de cómo responder. Se centra la atención del niño en una señal u oportunidad específica y se le dan instrucciones verbales con respecto a lo qué hay que hacer. Esta es una aplicación de las técnicas tradicionales del análisis de conducta: prestando ayuda, modelando y recompensando. Los niños con Trastorno del Espectro Autista son peculiares, ya que se les puede enseñar qué hacer en una situación dada, pero ellos no pueden comprender por qué la acción o el comentario son apropiados. Necesitan aprender la teoría tan bien como la práctica. Los programas convencionales para fomentar habilidades de hacer amistades con niños "normales" hacen presumir que no podrían aplicarse a niños con Trastorno del Espectro Autista que tengan problemas significativos con las habilidades de la Teoría de la Mente, Capacidad de Relatar (describir experiencias), Coherencia Central y Función Ejecutiva. Sin embargo, las Historias Sociales se pueden utilizar para ayudar al niño a adquirir los mecanismos cognitivos necesarios. El siguiente es un ejemplo de una historia social para un niño de primer grado que necesita aprender el concepto de Ayuda en la amistad. Está diseñada para comprender qué es la "ayuda": Los niños a veces me ayudan A veces los niños me ayudan. Lo hacen para ser amables. Ayer, fallé tres problemas de matemáticas. Amy me rodeó con el brazo y dijo "Ok Juanita". Intentaba ayudarme a sentirme mejor. El primer día de colegio, Billy me mostró mi pupitre. Eso sirvió de ayuda. Los niños me han ayudado de otras formas. Aquí está mi lista: Intentaré decir "Gracias" cuando los niños me ayuden Como puedo ayudar a los niños de mi clase Me llamo Juanita. A veces los niños me ayudan. Servir de ayuda es algo muy amable y amistoso. A muchos niños les gusta que les ayuden. Yo puedo aprender a ayudar a otros niños. A veces, los niños piden ayuda. Alguien puede preguntar "¿Sabes qué día es hoy?" o "¿En qué página estamos?" o quizás alguna otra cosa. Contestar a la pregunta sirve de ayuda. Si yo sé la respuesta, puedo contestar a su pregunta. Si no sé la respuesta, puedo intentar ayudar al niño a que encuentre la respuesta. A veces, un niño se mueve y mira alrededor, o debajo de su pupitre, o dentro del pupitre o alrededor del pupitre. Puede que busque algo. Yo puedo ayudarle, puedo decir "¿Puedo ayudarte a encontrar algo?". Hay otras formas en las que puedo ayudar. Esta es mi lista de maneras en las que puedo ayudar a otros niños. A los niños les gusta que les ayuden. Otras técnicas que se pueden utilizar para alentar habilidades para la amistad es utilizar un diario de amistad, personas similares y grupos de apoyo. Para los niños más pequeños, se puede utilizar un diario de amistad para apuntar las ocasiones en las que el niño demostró habilidades amistosas y en las que otros niños fueron particularmente amigables con el niño. Es interesante que uno de los criterios que los niños "normales" utilizan para definir lo que hace un buen amigo es que tenga intereses similares. Sin embargo, los intereses especiales de un niño con Trastorno del Espectro Autista pueden no resultar muy populares o interesantes para sus iguales. Una opción es identificar a otro niño que tenga el mismo interés y presentar a los dos niños. Un ejemplo es un niño con Síndrome de Asperger que tiene un interés especial por las hormigas, una afición muy solitaria, pues ninguno de sus conocidos en la escuela comparte su entusiasmo y sus conocimientos por este asunto. Sin embargo, casualmente, otro chico de la zona que también tiene el síndrome, también estaba interesado en las hormigas. Cuando los presentaron surgió una amistad genuina con expediciones conjuntas para observar y coleccionar hormigas y para compartir información y recursos sobre estos insectos. Fue notable que la habilidad amistosa con otros niños aparecía vacilante e ingenua, y que cuando los dos se conocieron, sus habilidades amistosas naturales fueron mucho más fluidas y espontáneas. Esta técnica se puede facilitar en grupos locales de apoyo para padres, teniendo un registro de los niños y sus aficiones, registros de compañeros de juegos, clubes de intereses especiales y charlas en Internet. Una extensión del emparejamiento con personas similares es el desarrollo de grupos locales de apoyo dirigidos por adolescentes y adultos con el Síndrome de Asperger. Estos grupos celebran reuniones con regularidad y excursiones a destinos que pueden no tener interés o valor para grupos corrientes, tales como museos y servicios de transportes públicos. Estos grupos dan una vida social fuera de la escuela y la oportunidad de conocer a alguien que comparte las mismas experiencias y valores, la base de muchas amistades adultas. Uno de los resultados que se desprende de los talleres para adolescentes y adultos con Trastorno del Espectro Autista es reconocer cuándo alguien parece ser amistoso pero que en realidad puede que se esté aprovechando de su ingenuidad social y cómo identificar y responder a los diferentes tipos de personalidad. Puede que se necesite instrucción para identificar motivos ocultos, buscar una segunda opinión y cómo manejarse en situaciones potenciales de abuso. También puede ser necesario enseñar las estrategias para el mantenimiento de una amistad, sobrellevar la pena cuando termina una amistad y desistir cuando una amistad no es correspondida. Los autores también señalan que los niños con Síndrome de Asperger parecen tener un déficit en la habilidad de percibir y describir las características de la personalidad de los demás y de ellos mismos. Cuando se les pregunta "¿Qué tipo de persona es.........?" sus respuestas son predominantemente descriptivas de las características físicas, como la estatura, o lo que una persona hace, por ejemplo: "es profesor". Lo que se echa en falta es un léxico amplio para describir los distintos tipos de carácter. Cuando se nombran las características personales, una respuesta muy común es "amable y agradable", y palabras sinónimas que expresan esta misma característica. Los niños parecen considerar una única dimensión para aproximarse a las características personales de los demás. Otros niños pueden "leer" rápidamente el carácter de una persona y adaptar su comportamiento de acuerdo a él. Saben qué niños evitar y son más competentes en escoger a quien se complementa con su propia personalidad. Para enseñar tales habilidades en jóvenes con Síndrome de Asperger los autores son partidarios de utilizar las populares historias de Mr. Men, de Roger Hargreaves. Describen una gama de tipos de personalidad, como D. Gruñón, D. Fisgón y la pequeña Dª Charlatana. Otra actividad es alentar al niño a escoger el animal que represente la personalidad de alguien. Los chicos mayores pueden usar adaptaciones de estudios de literatura para identificar las indicaciones del tipo de personalidad y cómo responder a ese tipo de gente. Es importante ayudar al niño a comprender su personalidad y a reconocer el tipo de persona con los que ellos probablemente se llevaran bien y a saber de quién deben de hacerse amigo.