La princesa y el dragón En un bosque encantado se encontraron la princesa y el dragón. Se miraron con desconfianza, tal como indican las reglas sociales, al fin y al cabo provenían de dimensiones diferentes! “qué puede querer de mí?” era la pregunta tácita que flotaba entre ambos. -Podemos ser amigos? -preguntó el dragón. -No encuentro obstáculo alguno -dijo la princesa-, vengo en son de paz. Mi espada es solo para sostenerme cuando estoy cansada, para iluminar la noche reflejando la luz de la luna, para procurarme cobijo en el camino. -La paz en ti. La paz en mi. La paz en todo lo que nos rodea. Mi fuego jamás es usado para destruir, sino para abrigar, jamás para asustar sino para iluminar. -Seamos amigos, pues, celebrando este encuentro de corazón a corazón! Y así se abrazaron y siguieron camino juntos, tejiendo sueños y realidades desconocidas en otros mundos habitados por seres en paz. Verónica Heiland(c)