UNA POLÍTICA DE IMPUNIDAD El Gobierno Nacional, a través de la aprobación de la reforma política, la aplicación principio de oportunidad, la propuesta de reeditar la inmunidad parlamentaria y la no aprobación de la ley de victimas por parte las mayorías uribistas, ha demostrado fehacientemente su interés de generar impunidad. El Gobierno presentó una reforma política tendiente a evitar que la justicia investigue y castigue a los actores políticos que se aliaron con el crimen para obligar a los electores, por medio de la coacción armada, a apoyar sus aspiraciones electorales. La reforma política genera impunidad, ya que la silla vacía fue aprobada después de que buena parte de los miembros del congreso fueron objeto de medidas de aseguramiento y sentencias por vínculos con el paramilitarismo y reemplazados en su labor legislativa por sus suplentes, que no en pocos casos han corrido con la misma suerte. Como si lo anterior fuera poco, la tan mentada silla vacía solo se aplicará por hechos criminales investigados con posteriormente a la entrada en vigencia de la modificación constitucional. Con el mayor cinismo, el Ministro del Interior y de Justicia, presentó la propuesta de revivir la ignominiosa figura de la inmunidad parlamentaria, que para bien de la ética y la democracia de nuestro país ha generado un rechazo generalizado por parte de amplios sectores de opinión pública, que ven en este instrumento el camino expedito para motivar actos delincuenciales de la clase política con la certeza que estos se quedarían en la mayor impunidad. Las mayorías uribistas en el congreso aprobaron el principio de oportunidad, figura jurídica consagrada en nuestro ordenamiento procesal penal, con el fin de concederle la facultad al fiscal de no adelantar un proceso contra alguien, porque bajo determinadas circunstancias se puede considerar mejor, o más ventajoso, evitar la acción penal que producir el enjuiciamiento. Esta iniciativa, a juicio del Fiscal General de la Nación, posibilita la salida jurídica a más de 20.000 desmovilizados de los grupos paramilitares que se encuentran pendientes de que se les resuelva su situación jurídica. En nuestro criterio esta ley generará impunidad, habida cuenta que no existe la voluntad política para adelantar los procesos investigativos de cada uno de los futuros beneficiarios del principio de oportunidad, para determinar en forma certera si estos fueron participes como autores intelectuales o materiales de delitos de lesa humanidad, socavando el cumplimiento de los preceptos de verdad, justicia, reparación integral y no repetición, necesarias para un verdadero proceso de paz y reconciliación entre los colombianos. En suma, muchos de los autores intelectuales y materiales de graves crímenes contra la humanidad en aplicación del principio de oportunidad, quedarán sin sanción penal alguna, generando niveles de impunidad sin precedentes. Conducta diferente asume el gobierno en cuanto a las victimas se trata. Es así, que ordenó a su bancada parlamentaria no aprobar el proyecto que buscaba la reparación integral de las victimas del conflicto, con el falaz argumento de no afectar la capacidad de gasto de los futuros gobiernos, actitud reprochable y mezquina frente a la restitución de los derechos de la victimas, en cuanto supedita la reparación integral de mas de 350.000 victimas y 1.000.000 de familias desplazadas, a un tema estrictamente monetario. Por las anteriores razones y sin temor a equívocos, afirmamos categóricamente que este gobierno propicia y agencia la impunidad, dando trato preferencial a los victimarios en detrimento de los derechos de las victimas. LUIS CARLOS AVELLANEDA TARAZONA Senador de la República