UN GIGANTE DEL TECLADO El 22 de octubre celebramos 200 años del nacimiento de Franz Liszt. Cuando me invitaron a escribir algo sobre él, acepté inmediatamente, como un homenaje a mi madre, que cuando se recibió de profesora de piano en el Conservatorio de Montevideo (¡hace 80 años!) tocó, como última pieza, su Rapsodia Húngara Nº 2. Muchas veces, cuando iba a visitarla, me pedía que la tocara. Liszt nació en Raiding, Imperio austríaco, y murió en Bayreuth, Imperio alemán. Pertenece al romanticismo. Fue virtuoso pianista, profesor, compositor y director de orquesta. En 1857, se unió en Roma a la Orden Franciscana, y recibió las órdenes menores, aunque nunca la ordenación sacerdotal. Sus contemporáneos afirmaban que era el pianista técnicamente más avanzado de la época y quizás el más grande de todos los tiempos. Teniendo solo 8 años, realizó su primera actuación como concertista: su extraordinaria destreza y su rapidez para leer a primera vista las piezas más complicadas, causaron verdadera admiración. Su familia se trasladó a París, donde dio varios conciertos: poseía un talento similar al de Mozart cuando era niño. Con sólo 13 años, era conocido en Inglaterra como "el maestro Liszt". Luego de asistir en 1832 a un concierto de Nicolò Paganini a beneficio de las víctimas del cólera en París, Liszt tomó la determinación de convertirse en un gran virtuoso del piano, como lo era Paganini del violín. En 1840, inicia una gran gira por Europa, apareciendo en conciertos tres y cuatro veces por semana. Se hablaba de una "Lisztmanía". Aumentó su reputación el hecho de que donara gran parte de sus ingresos a causas humanitarias, y que aportara una fuerte suma para la construcción de la catedral de Colonia. Entre el ‘60 y el ’70, compuso muchísimas obras; daba también clases de piano. Y desde 1869 hasta el fin de su vida, viajó a Budapest, Weimar y Roma, para enseñar piano en las famosas academias de música: durante este período, recorrió unos 6.500 kilómetros por año. Un catálogo de Ludwig Nohol menciona 63 grandes músicos de la época que se formaron en la escuela de Franz Liszt. En 1999, después de 15 años de trabajo, se grabaron las obras completas para piano solo: son 94 CD, reunidos en cincuenta y siete volúmenes. Son apenas unas pinceladas para hacer memoria de este grande en la historia de la música universal. P. Carlos Techera Villamonte sdb