La explotación funciona a la perfección, pero el mercado no

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Agricultores y ganaderos del siglo XXI
ALTAGRACIA GUTIÉRREZ
40 AÑOS
Titular de una explotación
de vacuno de carne y equino en
Piedrasluengas (Palencia)
“La explotación funciona a la perfección, pero el mercado
no responde y no deja ver el futuro con optimismo”
Altagracia Gutiérrez es propietaria de una
explotación dedicada a la cría de vacuno de
carne y equino en Piedrasluengas, una pedanía
perteneciente al municipio de La Pernía, en la
montaña palentina. Altagracia entiende que la
medida más importante que necesita el sector
de vacuno de carne para mejorar pasa por
acabar con la “especulación” que existe en el
mercado, y que se traduce en las grandes
diferencias que existen entre el precio en origen
y el final. Considera que las Administraciones
han abandonado al sector agrario y que no lo
valoran como “estratégico” ni para la economía
nacional ni comunitaria. En cuanto al futuro,
piensa que su explotación responde y funciona
perfectamente, pero luego el mercado no está a
la altura de las circunstancias y no permite ver
el futuro con optimismo.
¿Cuál es el ritmo habitual de su jornada de trabajo como profesional en
el sector agrario? ¿En qué consiste
concretamente el trabajo que realiza?
Mi trabajo consiste en cuidar a los animales, para que luego “ellos cuiden de
nosotros”. Las jornadas son distintas
dependiendo de la época del año. Durante los meses de más calor, las vacas y
los caballos están pastando en las tierras
comunales y simplemente hay que ir allí
a vigilarlos. En esos meses, que el ganado requiere de una menor atención, aprovecho para recoger hierba y almacenarla
para la alimentación de los animales en
los meses más fríos. En cuanto a los terneros, aunque maman directamente de
las madres, hay que vigilarlos para comprobar que están comiendo y permanecen mamando un tiempo aproximado de
cinco meses, momento en el que se les
desteta, y todos los machos y algunas
hembras son vendidos al cebadero.
¿Cree que el funcionamiento del
mercado puede garantizar por si sólo
la supervivencia de la agricultura
familiar en España y en Europa?
Ni mucho menos. En nuestro caso concreto estamos totalmente vendidos e
indefensos, porque hay otros sectores
agrarios, como por ejemplo el de los
cereales, que si ve que los precios ese
año están muy bajos, puede almacenar
su cosecha y esperar a que suban los
precios, pero nosotros esto no podemos
hacerlo, pues cuando los terneros tienen
cinco meses y los destetas, tienes que
venderlos sí o sí, no te queda más remedio, y aguantarte con el precio al que te
los quieran comprar en ese momento.
Los precios que nos dan por los terneros
son muy bajos, mientras que los piensos
tienen una cotización bastante elevada y
se va incrementando año a año, y lo mismo sucede con los gastos veterinarios.
¿Considera suficientes las ayudas
que reciben agricultores y ganaderos?
La verdad es que no son suficientes,
aunque sería mejor que no fuera necesaria ningún tipo de ayuda, pues eso signi-
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Agricultores y ganaderos del siglo XXI
LA TIERRA Nº 218 ENERO-FEBRERO 2010 • 73
ficaría que nuestros productos tienen
en el mercado el valor real que
deberían, y que no tenemos que
depender de ninguna subvención.
Actualmente, recibo subvenciones
por el vacuno de carne y por el caballo hispano-bretón. Además, estas
ayudas traen consigo unas consecuencias bastante negativas, porque
ya nos han acostumbrado a ellas y a
medida que va pasando el tiempo se
van reduciendo y te trastocan los
planes. Asimismo, en mi opinión,
han creado una mala imagen de los
agricultores y ganaderos frente al
resto de la sociedad que, en muchos
casos, piensa que recibimos un
dinero por no trabajar, y no es consciente que esas ayudas nos las otorgan para compensar la falta de renta
ocasionada por el escaso valor que
alcanzan nuestros productos en el
mercado.
¿Cómo ve la situación actual del
sector en el que desarrolla su
actividad?
La situación está muy mal. Ya sé que
siempre decimos lo mismo, pero no
es que nos quejemos, sino que está
mal realmente, es real y eso es algo
de lo que tiene que concienciarse
toda la sociedad y las Administraciones públicas. Y mucha gente también
te dice que si está tan mal, por qué
no abandonas sin más y te dedicas a
otra profesión, y los que te insinúan
eso no son conscientes de que estamos “atrapados”, de que hemos realizado una serie de inversiones en
nuestras explotaciones, y de que no
podemos abandonarlas sin más.
¿Qué medidas o reformas considera necesarias para mejorar el
sector en el que trabaja?
En mi opinión, la más importante es
acabar con la especulación. Porque
no puede ser que yo venda los terneros como hace veinte años, y luego la
carne esté en el mercado a precios
del siglo XXI. En segundo lugar, sería
necesario que nos dejasen manejarnos a nuestra manera, porque de ahí
viene también mucho del pesimismo
que reina entre nosotros. De ver que
no eres nadie, que cualquiera puede
venir y quedarte sin nada, el trabajador tiene paro y tú no lo tienes, es
una incertidumbre total, y pediría
unas mínimas garantías de futuro.
Además, las Administraciones nos
han dejado abandonados, no nos
consideran un sector estratégico,
cuando en realidad qué sector, sino
éste, es tan estratégico, que es aquel
que produce los alimentos que necesitamos para subsistir. Asimismo,
esto está provocando un abandono
de los pueblos, pues la gente se traslada a núcleos de población más
grandes en busca de un futuro mejor,
lo que está llevando a un abandono
total del mundo rural. Y parece que
las administraciones no son conscientes de este gran problema, y
cuando se den cuenta y quieran solucionarlo, ya va a ser demasiado tarde.
¿Considera que existen diferencias entre la calidad de vida del
medio rural y del medio urbano?
Por supuesto que existen diferencias.
La vida de calma, paz y tranquilidad
que mucha gente cree que hay en los
pueblos no es así, aquí se trabaja
muy duro y sin horarios. Es muy
bonito para venir a pasar el día y disfrutar, pero vivir y trabajar en el campo es muy duro. Si no, sólo hay que
ver que la mayoría viene por unos
días pero no se queda a vivir y trabajar en el mundo rural para siempre.
En el tema de los servicios, la situación es aún peor, porque carecemos
de hospitales próximos, colegios y
centros comerciales y de ocio. En mi
caso concreto, el hospital más cercano se encuentra a 140 kilómetros de
distancia, el supermercado para
comprar más próximo está a unos 30
kilómetros, y en cuanto a las tecnologías de comunicación, simplemente
tenemos Internet por ondas, de una
lentitud extrema, y falta de cobertura
de móvil en muchos lugares.
¿Cuál cree que es la situación de
la mujer en el medio rural?
La verdad es que yo nunca me he
sentido discriminada por ser mujer y
ganadera, y trabajar en un mundo tan
masculinizado como esté, y siempre
se me ha exigido y he trabajado igual
o más que cualquier hombre en la
explotación. Nunca me he sentido
discriminada por ser ganadera en
ningún sentido.
¿Por qué ha apostado por UPA
para defender sus intereses en el
sector agrario?
Porque nos asesoran, están bastante
cerca y pendientes de nosotros, los
pequeños agricultores y ganaderos.
Siento que para ellos somos importantes. Además, también me ayudan
con el tema de los papeleos y me
informan de las posibles subvenciones. En definitiva, me han ayudado
profesional y administrativamente,
pero también, y no menos importante, moralmente. Sabes que tienes a
alguien a quien poder acudir.
¿La situación de su explotación
permite afrontar el futuro con
optimismo?
Mi explotación responde, mis vacas y
yeguas paren y hacen su labor, y yo
trabajo sin descanso, pero luego me
encuentro con un muro a la hora de
recibir por ello una rentabilidad y un
reconocimiento económico, con que
no puedo convertir toda esa labor en
una rentabilidad económica. Por tanto, la explotación sí responde, y en
ella todo funciona a la perfección,
pero luego el mercado no está a la
altura de las circunstancias y no permite ver el futuro con optimismo.
Hace veinte años, cuando empecé en
este trabajo, lo vi como un modo de
vida digno, aunque tengas que
renunciar a muchas cosas, pero en la
actualidad se ha convertido en una
especie de pesadilla, que no tiene
marcha atrás, y que como vaya a
peor, va a suponer el fin de la actividad ganadera tal y como la conocemos en la actualidad.
LTAGRACIA GUTIÉRREZ nació hace 40 años en Piedrasluengas, una pedanía perteneciente a La Pernía,
en la denominada Montaña Palentina. Casada y con
dos hijas, tras finalizar sus estudios de COU se trasladó a
Madrid y comenzó Ingeniería de Montes, pero los abandonó
a los 20 años, tras la muerte de su padre, para volver a su
pueblo natal y empezar a trabajar como ganadera a título
principal en la explotación familiar junto a su hermano. En la
actualidad, Altagracia posee una explotación de ganado vacuno de carne y algunas cabezas de ganado equino, que se
alimentan en praderas comunales durante el verano, y bajo
techo en invierno con los pastos que va recogiendo durante
los meses calurosos del año, complementado con piensos.
Altagracia está afiliada a UPA desde hace 15 años.
A
IEDRASLUENGAS es una pequeña pedanía del término municipal de La Pernía, en la que es conocida como la Montaña Palentina, al norte de la provincia de
Palencia, casi en la frontera con Cantabria. Existe un total
predominio de la ganadería. Las explotaciones más numerosas se dedican al ganado de vacuno de carne, seguido del
equino.
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