UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN FACULTAD DE QUÍMICA FARMACOLOGÍA Profesor: Dr. Rolffy Rubén Ortiz Andrade Equipo: Mariana Pérez Santana Karen Gutiérrez Soto Yeraldi Gabriela González Peba Pamela Carrillo Varguez Benjamín Isai Estrella Chacón Juan Manuel Tenorio Ruiz 5° SEMESTRE. SALÓN 9 Mérida Yucatán a martes 07 de septiembre del 2010. MECANISMOS DE TRANSPORTE Todas las células que forman a los seres vivos tienen una membrana plasmática que es intermedia entre el interior de la célula y su entorno. La membrana plasmática participa en todos los procesos de intercambio celular, tanto los que las células efectúan para introducir nutrientes, como aquellos con los cuales se expulsan materiales de desecho. Las membranas biológicas delimitan a los organelos y sirven como un medio para fijar toda la maquinaria encargada de realizar procesos celulares específicos. La membrana de las células está constituida por una mezcla de materiales grasos y de proteínas, que confieren a la estructura flexibilidad y resistencia, respectivamente; además de que interaccionan de manera particular con los ambientes interno y externo. Todos los procesos farmacocinéticos de absorción, distribución y eliminación requieren el paso de las moléculas del fármaco a través de membranas biológicas formada por una doble capa de lípidos en la que se intercalan proteínas. Aunque las proteínas son las responsables de la mayor parte de la funciones de la membrana, incluyendo algunos procesos de transporte de fármacos, los lípidos condiciona en mayor grado el paso de los fármacos. Hay proteínas con diferentes funciones en la membrana plasmática: transportadoras, conectoras, receptoras y enzimas. Los lípidos puede ser fosfolípidos (fosfatidilcolina, esfingomielina, fosfatidilserina o fosfatidiletanolamina), colesterol y glucolípidos, los cuales determinan la estructura básica de la membrana, dejando los grupos polares hacia afuera y las cadenas hidrofóbicas de ácidos grasos hacia dentro. Las proteínas son las responsables de la mayor parte de las funciones de la membrana. Dispersas irregularmente, pueden ocupar la parte externa o interna de la membrana, o atravesarla. Su región hidrófoba interactúa con la de los lípidos, mientras que la hidrófila está en contacto con el agua fuera o dentro de la membrana. Estas proteínas pueden actuar como: Ionóforos.-Que permiten el acceso de iones y otras pequeñas moléculas polares. Canales.-Las cuales tras un cambio de conformación, se abren o cierran influyendo en la polaridad de la membrana. Transportadores activos. Receptores específicos de ligandos endógenos.- Los receptores son componentes moleculares específicos de un sistema biológico con los cuales interactúan los fármacos para producir cambios en la función del organismo. Enzimas reguladoras que responden a estímulos fisiológicos y farmacológicos La velocidad de difusión a través de la bicapa lipidica depende del tamaño de la molécula, de su liposolubilidad y de su grado de ionización: las moléculas pequeñas y no polares son las que difunden con mayor rapidez; las moléculas polares sin carga eléctrica difunden con rapidez si son pequeñas y con lentitud si son mayores; las moléculas ionizadas atraviesan la bicapa lipídica mediante ionóforos. Las moléculas de pequeño tamaño atraviesan las membranas por difusión pasiva, por difusión facilitada o por transporte activo. Las moléculas que por su lipofilia son capaces de disolverse en la membrana celular, y las que por su tamaño pueden pasar por los poros, atraviesan la membrana por procesos pasivos que siguen las leyes físicas. Estos procesos no requieren energía, no son selectivos ni saturables y no se inhiben por otras sustancias. Las moléculas polares de tamaño medio atraviesan, sin embargo, la membrana celular gracias a la existencia de proteínas o sistemas transportadores, que fijan la molécula y la transfieren de un lado a otro. Si el transporte es a favor del gradiente electroquímico y no requiere energía, se habla de un proceso de difusión facilitada, pero cuando el paso se realiza contra gradiente, existe un requerimiento energético que convierte el proceso en transporte activo. Las de gran tamaño lo hacen por procesos de endositosis y exocitosis. Existen además otros procesos por los que algunas sustancias pueden atravesar las membranas biológicas, entre dichos procesos se encuentran la utilización de ionóforos y de liposomas. Difusión simple Difusión simple: depende del tamaño de las moléculas, y puede realizarse a través de la bicapa lipídica de la membrana o a través de los poros acuosos constituidos por las proteínas insertas en la misma. Las sustancias no ionizadas tienen mayor facilidad para la misma, siguiendo la ley de Fick por la cual: Con esta ecuación se puede cuantificar el coeficiente de difusión de una molécula y en el caso de los fármacos se puede hacer una cuantificación al nivel de estos En donde C representa las concentraciones a ambos lados de la membrana, S es el área de interacción, P el coeficiente de permeabilidad y E el espesor de la membrana. Ecuación de donde se deduce que las sustancias tienden a ionizarse cuando el medio muestra un pH contrario a su naturaleza. Transporte activo Este mecanismo de transporte es utilizado por los fármacos al ir en contra de un gradiente electroquímico. Para ello se requiere consumo energético y la utilización de una o varias proteínas de membrana con función transportadora, algunas de las cuales suele tener función enzimática. Existe semejanza entre este proceso y la difusión facilitada en cuanto a los fenómenos de saturación y competición y, sobre todo, en que ambos son selectivos para determinadas sustancias. Como se mencionó anteriormente, debido a que este tipo de transporte va en contra de un gradiente electroquímico, se requiere consumo de energía que procede del metabolismo celular, por lo tanto está íntimamente acoplado a una fuente de energía (hidrólisis de ATP). Normalmente el transporte de la molécula se asocia al de iones (como H+ o Na+), que pueden ser transportados en la misma dirección o en dirección contraria, tal es el caso de los iones Na+ y K+, que se transfieren por una bomba de la membrana plasmática dependiente de estos iones, más conocida como bomba de sodio. Cabe mencionar que esta modalidad de transporte: Debe ser saturable a una concentración que ocupe todos los puntos de fijación de la proteína transportadora. Debe permitir la posibilidad de una inhibición competitiva con sustancias afines. Puede ser inhibida por mecanismos o sustancias que interfieran con la producción de energía (cambios de temperatura, atmosfera anaerobia o inhibidores metabólicos como el cianuro), por sustancias que interfieran con las proteínas transportadoras (la uabaína inhibe la ATPasa de la bomba de Na+) y por la carencia de sustancias necesarias para la síntesis y funcionamiento de las proteínas trasportadoras. Los mecanismos de trasporte especializado tienen importancia para el transporte de compuestos endógenos. Pocos fármacos se absorben, sin embargo, activamente. Este tipo de transporte activo de fármacos se ha observado en: Túbulo proximal renal Tubo digestivo Tracto biliar El paso del LCR a la sangre El paso de la sangre a la saliva Otros sistemas de trasporte: Filtración La filtración es el paso de moléculas a través de canales acuosos localizados en la membrana. Puede considerarse un proceso de difusión pasiva, que involucra la circulación de gran cantidad de agua como resultado de una diferencia hidrostática u osmótica. El tamaño molecular es el único regulador del paso por los poros cuando la molécula es neutra. La carga, sin embargo, también condiciona el paso. La pared de los poros está revestida de proteínas con carga positiva y, en general, aunque todos los iones inorgánicos son suficientemente pequeños para penetrar por los poros, serán los iones y las moléculas pequeñas con carga negativa los que resulten atraídos y los que prioritariamente filtrarán. Además, hay que tener en cuenta que el gradiente, en general, está determinado por el potencial transmembrana. Se acepta que los iones y las moléculas cargadas positivamente tendrán dificultades para pasar por los poros. Este mecanismo de transporte ocurre a favor de hendiduras intercelulares por lo tanto se observa en la pared de algunos capilares sanguíneos, donde los fármacos pasan del intersticio a los capilares, de los capilares al intersticio de los capilares al túbulo proximal renal a través de hendiduras existentes entre las células. La velocidad de filtración depende: Tamaño de la hendiduras y de las partículas (por ello no pasa el fármaco unido a proteínas). Gradiente de concentración. Presiones hidrostática (en la parte arterial del capilar). Coloidosmótica (en su parte venosa). La velocidad de filtración depende del tamaño de los poros. Los canales de la membrana de los glóbulos rojos, los poros del epitelio intestinal y los poros de la mayoría de las membranas celulares tienen unos 4 Å de diámetro. En general, solo pasan a través de estos canales las moléculas con menos de 3 átomos de carbono. Los poros de los endotelios capilares son en general grandes, puesto que miden aproximadamente 40 Å. Los fármacos pasan, por lo tanto, fácilmente al espacio intersticial por filtración a través de las hendiduras existentes entre las células de las paredes de los capilares sanguíneos. El paso en la mayoría de los capilares está condicionado por la circulación sanguínea, de forma que, en esencia, el acceso de los fármacos a los distintos órganos está determinado por la por la vascularización y por el flujo sanguíneo. En algunos órganos, como el sistema nervioso central y la placenta, existen uniones estrechas entre las células endoteliales que limitan la difusión de los fármacos. Esto tiene consecuencias farmacocinéticas importantes. Los poros de los glomérulos renales son también grandes y permiten el filtrado de la mayoría de los fármacos. La fracción de fármaco unida a proteínas plasmáticas no es capaz de filtrar por los endotelios capilares, y tampoco filtra en el glomérulo renal. Difusión facilitada (transporte especializado). En este tipo de transporte se utiliza una proteína transportadora (como el transporte activo), pero en este caso el transporte se realiza a favor de un gradiente de concentración y no se consume energía; esta difusión puede saturarse e inhibirse competitivamente, como sucede con el transporte de glucosa en la membrana de los hematíes. El transporte especializado requiere que una proteína transportadora de la membrana se fije a la molécula en cuestión y modifique su conformación, formando un complejo que puede a travesar la membrana por ser más liposoluble que el sustrato original. El complejo se traslada a través de la membrana y, cuando alcanza el lado opuesto, se desdobla y libera el sustrato, difundiendo entonces el transportador hacia atrás hasta alcanzar el punto de partida para unirse de nuevo a otra molécula de sustrato. La formación y descomposición del complejo portador-sustrato son usualmente catalizadas por enzimas, por lo que el paso de la sustancia es sumamente rápido. Este mecanismo permite que atraviesen las membranas las sustancias que tienen un tamaño demasiado grande para difundir por poros y que, debido a su polaridad, tampoco son capaces de atravesarlas. Los mecanismos de transporte especializado regulan el paso a través de las membranas biológicas de muchas moléculas fisiológicamente importantes, como glúcidos, aminoácidos, neurotransmisores o iones metálicos. Los sistemas de transporte especializado pueden funcionar de manera puramente pasiva en función de un gradiente electroquímico o de un gradiente de concentración. Cuando esto sucede, se habla propiamente de un proceso de difusión facilitada. La glucosa, por ejemplo, pasa a través de las vellosidades intestinales y del epitelio del túbulo renal por difusión facilitada. Estos procesos no implican consumo energético, pero son específicamente y saturables. Pueden producirse, además, fenómenos de competición, que se explican por la presencia de moléculas de otras sustancias que, al igual que el sustrato en cuestión, pueden también combinarse con el portador y ocasionar una inhibición del transporte del sustrato. En este caso, el transporte no solo estará condicionado por la concentración de cada una de estas sustancias, sino que habrá también que tener en cuenta la afinidad de cada una por el portador. Los procesos saturables, entre ellos los procesos de difusión facilitada, siguen una cinética de orden mixto y se rigen por la conocida ecuación de Michaelis-Menten. Exocitosis En este mecanismo de transporte las vesículas intracelulares de fusionan con la membrana expulsando su contenido al exterior. La exocitosis es el proceso contrario a la endocitosis. En este caso, la membrana se abre para permitir la salida de componentes celulares. Por este mecanismo se liberan muchos neurotransmisores y hormonas. Estas sustancias se encuentran almacenadas en vesículas que, al iniciarse el proceso, fusionan sus membranas con la membrana plasmática. Esta se abre y las vesículas vierten su contenido (que suele ser heterogéneo: aminas, iones, proteínas, etc.), al exterior. Posteriormente, la membrana se cierra y las vesículas son liberadas al citosol. Para que se lleve a cabo este proceso es indispensable la presencia de calcio extracelular. Existe una proteína análoga a la miosina en la membrana de las vesículas, denominada estenina, y otra proteína semejante a la actina en la membrana celular, denominada neurina, que permiten explicar el mecanismo por el cual las vesículas se unen a la membrana. La entrada de calcio en la célula provocaría la unión de la neurina con la estenina, lo que daría origen a un complejo análogo al de la actomiosina muscular, que permite la fusión de la vesícula con la membrana. Endocitosis En este caso se forma una invaginación, pequeña en la pinocitosis y grande en la fagocitosis, que engloba las macromoléculas del exterior de la membrana; estas invaginaciones se rompen en el interior de las células, formando vesículas que contienen las macromoléculas. Unas cuantas sustancias son tan grandes que solo pueden penetrar en las células por endocitosis, el proceso mediante el cual la sustancia es englobada por la membrana celular, la vesícula así formada se desprende del resto de la membrana y es transportada al interior de la célula. La célula puede entonces ser liberada en el citosol por desintegración de la membrana de la vesícula. Ionóforos Este proceso de transporte consiste en la utilización de pequeñas moléculas sintetizadas por microorganismos, que se disuelven en la capa lipídica de la membrana, aumentando su permeabilidad. Pueden ser transportadores móviles de iones o formadores de canal. Por ejemplo, la valinomicina y el A23187 son transportadores móviles que aumentan la permeabilidad de la membrana al K+ y al Ca2+, respectivamente, mientras que la gramicidina A es un ionoforo formador de canal que facilita el paso de diversos cationes. Una interesante clase de antibióticos de origen bacteriano facilita el movimiento de iones inorgánicos monovalentes y divalentes a través de membranas biológicas y sintéticas. Estas moléculas, denominadas ionoforos, son compuestos de masa molecular relativamente baja (hasta varios miles de daltons). Los ionoforos se dividen en dos grupos principales: (1) los transportadores móviles son los ionoforos que difunden fácilmente en una membrana, transportando el ion de un lado a otro y (2) ionoforos formadores de canal que forman un canal que atraviesa la membrana y a través del cual pueden difundir los iones. Liposomas Son estructuras sintéticas formadas por una o mas bicapas concéntricas de fosfolipidos que acomodan en su interior fármacos hidrosolubles o liposolubles y macromoléculas (como enzimas, hormonas, antígenos, material genético y otros agentes), que de esta forma consiguen acceder a células con capacidad de atrapar a estos liposomas. Son fosfolipidos, con o sin colesterol, a los que se añaden diversas sustancias e incluso macromoléculas como proteínas de membrana polímeros artificiales. Se clasifican según su forma y numero de compartimentos. La incorporación de fármacos a los liposomas se puede realizar incluyéndolos en la fase acuosa, o bien mediante interacciones de diferente naturaleza con los lípidos de la pared liposomal. Una bicapa lipidica se cierra sobre si misma formando una vesicula esférica que separa el espacio externo del compartimiento acuoso interno. Estas vesículas se denominan liposomas. Bibliografía 1. Velázquez; P. Lorenzo. Farcología Básica y Clínica. 18 a ed. Buenos Aires, Madrid. Octubre 2008. Pág. 14-19. 2. Bertram G. Katzung. Farmacología Básica y Clínica. Sexta Edición. Editorial El Manual Moderno. Página 8. 3. Thomas M. Devlin. Bioquímica. Cuarta Edición. Editorial Reverte. Pág. 504, 529. 4. Bernardo Santos Ramos. Ma. Dolores Guerrero Aznar. Administración de Medicamentos. Teoría y Práctica. Editorial Díaz de Santos. Pág. 59-63.