EL ALMA, LA MENTE Y LA MUSICA

EL ALMA, LA MENTE Y LA MUSICA
Apartes de una charla dada por el Maestro Sawang Singh sobre los aspectos negativos de la música externa
con relación a la espiritualidad. (Documento en 2 páginas)
La gente es atraída por dos cosas, a saber: forma y sonido. El sonido, incluso en el
plano físico, tiene una gran fuerza de atracción. Un ciervo coloca su cabeza en la
flauta del cazador porque le resulta irresistible la melodía. La melodía tiene aún
más fascinación para la mente humana.
Pero el Sonido Interior o la Divina Melodía que es oída con el alma, es muy
distinta de la música externa. La música externa activa a la mente, pero
aletarga al alma. Con otras palabras: despierta a la mente mientras hace
dormir al alma. Pero escuchando el Sonido Interior, se despierta el alma (que
ha estado en un profundo sueño durante muchas edades), y se duerme la
mente.
El Sonido real interior es producido sin ayuda de manos ni pies. Es el Sonido
que nos conduce al eterno Señor, y difiere mucho de las siete notas de la escala musical. En realidad,
transciende esas notas. Debido a la escasez de hombres altamente espiritualizados, y a la falta de
adhesión a sus enseñanzas, de ordinario la gente queda satisfecha con los sonidos exteriores. Pero
únicamente la Divina Melodía del Shabad (que es también llamada Voz de Dios, Verbo, Nam y Corriente
audible de la vida), puede llevarnos más allá de la esfera de las tres gunas (Acción, Inactividad y
Bondad) y otorgarnos verdadera paz y dicha.
Las escrituras nos dicen que la Corriente del Sonido está constantemente resonando en el interior de
todos los seres humanos. Por esta razón ha sido llama akhand kirtand, «música incesante».
También Soami Ji ha recalcado la necesidad de escuchar este Sonido Interior:
¡Oh mente ignorante! Eres negligente y no escuchas el
Sonido primigenio.
MELODIAS MUSICALES EXTERNAS
Apartes tomados del libro NAAM O VERBO del Maestro Sant Kirpal Singh Ji. (www.naam.org)
Nosotros observamos en nuestra experiencia diaria que la música
instrumental o vocal, juega un papel importante en las congregaciones
religiosas; cualquiera sea su naturaleza, ya sea de Yoguis, Hindúes,
Cristianos o Shihs. Podemos ver la práctica de Qawwali entre los
Musulmanes: la rica música en los cuartetos de ornar Khayyam y en las
composiciones poéticas de Shah Niaz, Khawaja Hafiz, Shamaz Tabrez
y Maulana Rumi.
Todas las enseñanzas de los Maestros Sikhs en el voluminoso Granth
Sahib, están ordenadas en Ragas (composiciones musicales). El
hecho es que las efusiones musicales nacen en las profundidades del
alma, así como la prosa lo es del intelecto. Sin embargo todos estos
componentes que tiene la música externa tienen un efecto embriagante que lleva a la persona hacia
un estado de intoxicación, pero no puede ganar en éste, superconciencia que gradualmente se
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expandiría en la eflorescencia del despertar Universal y Cósmico. Los Santos tienen desapego y
no le dan alguna importancia especial a la música externa, ya que ésta falla en desarrollar verdadera
concentración y, consecuentemente, uno no puede hacer contacto con la Realidad Interna, para
perder así el sentido del yo soy y trascender sobre la conciencia del cuerpo y lograr la paz interna y
el éxtasis.
Oh yogui, con la música de la cítara no puedes desarrollar concentración ni alcanzar la
Verdad. Oh yogui, tu cítara no te dará paz interna ni te liberará de tu egoísmo.
GURU AMAR DAS.
El tiempo utilizado en preparar tonos y acordes se pierde sin que produzca algo provechoso. Si este
tiempo fuese utilizado en sintonizar al alma con la Palabra Interna, de acuerdo a las instrucciones
del Maestro; uno podría reunir muchos tesoros inenarrables de Divinidad.
No es bueno emocionarse, cantar y bailar frenéticamente con el acompañamiento de la música,
porque consume el aliento y luego agotado, se hunde en el olvido que no conduce al espíritu a
ninguna parte. La música externa sin duda ayuda temporalmente en reunir las facultades externas
vagabundas y sentidos pero no puede conducirlo a una conciencia más elevada y por otro lado le
lleva a uno a un estado de total olvido, tanto del propio Ser como de Dios. Beethoven nos dice que
la música es mediadora entre lo espiritual y la vida sensual; nos parece que penetramos en un
mundo nuevo mental de nuestra propiedad, pero por supuesto, esto está supeditado para nosotros
por los músicos. Falla en separar a la mente de los deseos internos por el mundo y todo lo que es
mundano. En resumen, las enseñanzas de los Maestros son muy claras al respecto.
Nosotros podemos ser atraídos por la música externa, absorbernos y gozar con ésta: sin embargo
con todo esto, no podemos trascender los tres Gunas y penetrar en el Más Allá. Sin la ayuda de la
Verdadera Música del alma que está resonando en todo lugar y en todo tiempo, uno
permanece víctima del temor y aflicción en el reino de la mente y la materia. Los Santos
nunca recomiendan cursos de disciplina, ni música, ni prácticas yóguicas, ni ninguna otra cosa. Ellos
siempre ponen énfasis en el amor. En el amor al Naam o Palabra, el Principio de Sonido Primordial
de Dios. Los ragas y raginis (notas musicales) tienen un atractivo sensorial y dedicándose a éstos,
uno permanece toda su vida atrapado; enredado inconscientemente, tal como un ciervo de cascos
ligeros o un poderoso elefante, ambos en su ignorancia, caen siendo presa fácil de los engaños del
cazador.
Por medio del paladar y los ojos somos enredados y por medio de los oídos obtenemos un
veneno mortal. Sin el Shabd estamos perdidos todo el tiempo.
GURU NANAK.
Los oídos están tan sintonizados con la música falsa, que la Música de Dios no nos interesa.
GURU ARJAN.
Abandona los ragas (música externa) y comulga con la Palabra. Entonces serás exaltado
en Su Corte. ¡Oh Nanak! meditando en El, de acuerdo a las instrucciones del Maestro, uno
se aparta de todas las vanidades.
GURURAMDAS.
Es únicamente por medio del contacto con la Palabra como uno puede escapar del mar de la
engañosa materia. Las notas musicales externas, de cualquier clase, no tienen ningún valor.
Las dulces Sinfonías de la Música fluyen sin la ayuda de manos y pies. Quienquiera que
comulgue con esta Música, contempla la Verdad.
GURU NANAK.
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