Índice 1.- Mapa de Grecia 2.- Introducción 3.- La huida de la Cólquida 4.- Talos, el gigante de bronce 5.- La muerte de Pelias 6.- Abandono de Jasón 7.- Medea y Heracles 8.- Medea en Atenas 9.- Medea en el destierro 10.- Medea (Eurípides) 11.- El síndrome de Medea 12.- Medea, la película Tesalia Tebas Atenas Corinto Italia Cólquida Fenicia Libia Creta En la mitología griega Medea era la hija de Eetes, rey de la Cólquida y de la ninfa Idía. Era sacerdotisa de Hécate, que algunos consideran su madre y de la que se supone que aprendió los principios de la hechicería junto con su tía, la maga Circe. Así, Medea es el arquetipo de bruja o hechicera. Medea y la daga, de Anselm Feuerbach La huida de la Cólquida Jasón es hijo de Alcímeda y de Esón, rey de Yolco (Tesalia). Pelias mató a Esón, y se convirtió en el rey. Éste fue advertido por el oráculo de que tuviera cuidado con un hombre calzado con una sola sandalia porque pondría en peligro su trono. Jasón, entre tanto, fue educado por el centauro Quirón hasta que tuvo la edad para reclamar el trono. Un día fue a ver a Pelias. Cuando Pelias vio a Jasón calzado de esta manera, se acordó del oráculo, y, acercándose a él, le pregunto qué haría, si fuese rey, con un hombre de quien supiese que habría de destrozarle. Jasón le respondió que lo enviaría a conquistar el vellocino de oro. De este modo Pelias mandó a Jasón a que fuera en busca del vellocino de oro, creyendo que se había liberado definitivamente de su sobrino. Jasón Cuando Jasón y los argonautas llegaron a la Cólquida y reclamaron el vellocino de oro, el rey Eetes les prometió que se lo entregaría sólo si eran capaces de realizar ciertas tareas. En primer lugar Jasón tenía que uncir dos bueyes que exhalaban llamaradas de fuego por la boca y arar un campo con ellos. Una vez arado debería sembrar en los surcos arados los dientes de dragón que Eetes le dio. Nave de los Argonautas. Cista Ficorini Sin embargo Medea, traspasado su corazón por los dardos certeros de amor de Eros, visitó esa misma noche la tienda de Jasón y le proporcionó pociones, ungüentos mágicos e instrucciones precisas para lograrlo. Invulnerable al fuego y poseedor de una fuerza sobrenatural pudo el héroe someter a los bueyes y uncirlos al arado, roturando a continuación la porción de tierra acordada. Después, tras arrojar los dientes en los surcos, se retiró a observar cómo de cada diente surgía un soldado esqueleto: los hombres sembrados, fuertemente armados. Tras esperar pacientemente a que se desarrollasen completamente un gran número de ellos, y siguiendo los consejos de Medea, arrojó una enorme piedra entre los soldados y éstos, que no sabían quién la había arrojado, lucharon encarnizadamente entre sí por hacerse con ella hasta la muerte. Finalmente, aún bajo los efectos de las pociones mágicas de Medea, Jasón acabó con los que quedaron en pie. Jasón y Medea, de G. Moreau Jasón y Medea, de J. W. Waterhouse Tras salir airoso de esta prueba, Eetes se enojó y se negó a cumplir su parte del trato. Guiados entonces por Medea los argonautas llegaron al bosque donde se escondía el Vellocino de Oro, donde Medea exhortó a los presentes para evitar ser hipnotizados no mirando a los ojos a su guardián, una serpiente enorme que jamás dormía. Ayudada de unas hierbas especiales y sus propios poderes hipnóticos Medea logró dormirla permitiendo así que Jasón cogiera el preciado trofeo y pudieran todos regresar con él a su patria. Medea y Jasón ante la enorme serpiente Medea y Jasón ante el vellocino de oro Estatua de Medea en Batumi (Georgia) Jasón y el vellocino de oro, de Thordvaldsen La expedición de los argonautas partió entonces con la compañía de Medea ya que, sabedora de que su traición nunca sería perdonada y enamorada perdidamente de Jasón, había rogado poder huir con la expedición a cambio de sus servicios. Jasón no solo había accedido sino que prometió hacerla su esposa, jurándole que le sería siempre fiel. Eetes mandó entonces a su hijo mayor Apsirto al frente de una gran flota a perseguirlos. Cuando logró al fin darles alcance, Jasón acordó con Apsirto entregar a Medea a cambio de poder continuar su viaje con el Vellocino. Pero Medea planeó nuevamente una estratagema para que su hermanastro se presentase solo a la negociación, lo que aprovechó para asesinarle a traición y arrojar su cuerpo, troceado en múltiples pedazos, al mar. El desconsolado Eetes tuvo que entretenerse recogiendo uno por uno los restos de su hijo, lo que dio ventaja a los argonautas para que pudieran escapar. Medea asesina a su hermano Apsirto El Argo, de Lorenzo Costa Nave Argo en 3D Talos, el gigante de bronce Cuando los argonautas llegaron a Creta después de esperar a que Circe purificara a Medea por el asesinato de Apsirto y de atravesar el estrecho de Escila y Caribdis y sobrepasar los dominios de las sirenas, les fue imposible tomar tierra, pues la isla estaba custodiada por Talos, el gigante de bronce. Talos tenía una única vena que le llegaba desde el cuello al tobillo y que estaba rematada en un clavo que evitaba que se le saliese la sangre. Medea hizo beber al gigante una poción prometiéndole que le haría inmortal, pero que en realidad era un potente somnífero. Después le sacó el clavo y dejó que se desangrara, pudiendo así arribar a Creta. Finalmente, estando ya cerca de su destino, Yolco ( Tesalia), unos vientos arrastraron al Argo hasta Libia, donde tras sufrir nuevas penalidades encontraron la fuente que Heracles hizo brotar de una patada cuando pasó por allí camino de completar una de sus tareas. Sólo gracias a Tritón, que arrastró la nave a mar abierto, pudieron al fin seguir su camino. Talos, el gigante de bronce La muerte de Pelias Cuando Jasón y Medea llegaron a Yolco Pelias se negó a entregarle el trono, a pesar de que habían traído el vellocino. Medea conspiró entonces para que fueran las propias hijas de Pelias las que acabasen con él: caracterizada como una anciana sacerdotisa hiperbórea de la diosa Artemisa les demostró que era capaz de rejuvenecer a su padre a quien aquejaban los primeros achaques de la vejez. Para demostrarle su aptitud, despedazó un viejo carnero y lo puso a cocer en el caldero junto con las hierbas mágicas. Después de algún tiempo salió de la vasija un joven cordero. Sin pensarlo más, las hijas de Pelias descuartizaron a su padre y lo hirvieron de acuerdo a las instrucciones de Medea. Pero Pelias no resucitó. Medea y Jasón (con el vellocino de oro) ante el rey Pelias Medea, de Anthony Frederick Augustus Sandys Abandono de Jasón Una vez muerto Pelias, Medea y Jasón abandonaron Yolco y fueron a Corintio, donde Medea pretendía reinar. Jasón acordó con el rey Creonte abandonar a Medea y casarse con la hija de éste, Glauca. Medea se puso celosa y envió a los recién casados un manto de increíble belleza. Dicho manto estaba embrujado y convirtió a Glauca en una antorcha llameante, por lo cual murió abrasada por las llamas, junto a Creonte que pretendía salvarla. Medea planea la muerte de sus hijos Medea no se olvidó de Jasón y mató a los hijos que tuvo en común para vengarse de él. Medea a punto de matar a sus hijos, de Eugène Delacroix Medea matando a uno de sus hijos Los habitantes de Corinto apedrearon a Medea y la obligaron a abandonar Corinto en un carro de serpientes aladas que le había regalado su abuelo Helios. Medea huye en un carro maravilloso Medea y Heracles Cuando Medea huyó de Corinto se propuso buscar a Heracles, pues éste le había prometido auxilio en el caso de que Jasón dejara de cumplir con su palabra. Lo encontró en Tebas, pero la furia de Hera lo había enloquecido. Medea le curó con sus remedios. Sin embargo Euristeo apremiaba a Heracles para que cumpliera sus trabajos y Medea se resignó a que no sería ayudada por él. Heracles Medea Medea en Atenas Tras errar por distintos lugares en busca de protección, Medea llegó a la ciudad de Atenas, cuyo rey, Egeo, no sólo le ofreció hospitalidad sino que se casó con ella con la esperanza de que sus hechicerías le permitieran concebir un hijo pese a lo avanzado de su edad. La hechicera cumplió sus expectativas teniendo de él un hijo al que llamaron Medo. Cuando Teseo, el hijo secreto de Egeo, llegó a Atenas dispuesto a que su padre le reconociera como heredero, Medea lo tomó como una amenaza al futuro de su hijo, e intentó envenenarlo. Pero Teseo la descubrió, y acusada de cometer horribles crímenes y de brujería, Medea tuvo que huir de nuevo, esta vez con su hijo. Partenón, Atenas (Grecia) Medea de Evelyn Morgan Medea en el destierro Tras huir precipitadamente de Atenas Medea se refugió en Italia donde enseñó a los nativos cómo encantar serpientes. Estos la veneraron como diosa, con el nombre de Angitia. Al pasar por Tesalia, Medea compitió con Tetis en un certamen de belleza que presidía Idomeneo, rey de Creta. De allí pasó a Fenicia, estableciéndose allí durante un tiempo. Por último pasó a Asia superior, donde se casó con uno de los reyes más poderosos del lugar, al que sucedió en el trono. Habiéndose enterado de que su padre Eetes había sido destronado por su propio hermano Perses, Medea y su hijo acudieron en su ayuda. Medo mató a Perses y el país recibiría en su honor el nombre de Media. Medea no murió, sino que se hizo inmortal y moró en los Campos Elíseos. Los Campos Elíseos eran el lugar sagrado donde las sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. Era la antítesis del Tártaro y a menudo se ha asociado con el Cielo cristiano. Aún así las personas que residían en los Campos Elíseos tenían la oportunidad de regresar al mundo de los vivos, cosa que no muchos hacían. Los Campos Elíseos Medea (Eurípides) Medea es el título de una tragedia de Eurípides. Se representó en el primer año de la Olimpiada 87, es decir 431 a.C. Formaba parte de una tetralogía junto con las tragedias Filoctetes y Dictis y el drama satírico Los recolectores. Ganó el certamen Euforión, el segundo fue Sófocles y el tercero Eurípides. El síndrome de Medea Situación patológica que padecen las madres, donde debe incluirse no sólo el abandono y el daño físico, sino también las agresiones psicofísicas o afectivo-emocionales o el daño social, incluso económico que, en ocasiones, puedan recibir los hijos de padres separados. Medea, de Giovanni Benedetto Castiglione Medea, la película Película italiana dirigida por Pier Paolo Pasolini, basada en la obra Medea de Eurípides. Argumento Adaptación muy personal de la tragedia griega de Eurípides en la que Pasolini muestra la trágica confrontación entre dos culturas incompatibles: el mundo mágico e irracionalde Medea y el mundo racional de Jasón. La gran diva María Callas interpretó el papel de Medea. Datos País: Italia Año: 1969 Género: Drama Duración: 107 minutos miércoles, 13 de febrero de 2013 20:43h