, l\llNJSTERIO DE ACRICU LTURA DIRECCIÓN GENERA L DE MINA S, GEOLOGÍA E HIDROLOGÍA ·- ·--- BOLETI N N.o 9 Serie B (Geologfa) • 'i t 1 LA ESTRUCTURA GEOLOGICA Y LOS .. ' t¡ ..:¡· . 1: 1' :•' ' ·,, ' , Yacimientos Petrolíferos del Distrito Minero ~e Orán PROVINCIA DE SALTA POR EL Geólogo Dr. GUIDO BONARE LLI • 1 1 .! 1 •' ' 1 ·• e '·• ¡ '• ' ' B li E::-<OS AIRES T.-\I.I.EIIJ·:S l:llÁFH.:os DEl. lli="IS'fEIUO JJJ; ACIHCUJ.'I'I.i RA 1914 • llurnos A.irrs, Abril 15 dt •9•3· Señor J efe de la Secció n Geología: T e ngo el agrado de dirigir me a Vd. elevan do m1 inform e sobre el Distr ito Min ero de Orá n. Saludo a Vd. atentam ente. Guido Bo11an!lli. lhi<'II OS Aires, Julio 2 de 1913. S eñor Direct or Gener al: Tengo el agrado de dirigir me a Vd. ele\·ao do el inform e del Dr. G uido Bonare lli, sobre los res ultado s de su último viaje, e n 1 9 12, al D ist rito Minero de Orán. Saluda a Vd. a tentam ente, A. Windltausen, ]<'le l ntt'rin o. Buenos Aireo. Septiembr~ 12 de t9t J. A S. E. el setlor Mimslm de Agriml ltua, doctor Adolfo Mug ica. Sf D. Seño r Minis tro: T engo el honor de elevar a V. E., solicitando su public ación, el infor me del geólog o doctor Guido Bonare lli, relativ o al recono cimien to geológ ico del distr ito minero de Oran. Este trabajo puede consid erarse como compl ementa rio del que el autor ha presen tado sobre el distrit o de Tartag al y forma parte del estudio gene ra l de la regió n petrolí fera del norte de la Repúb lica. Saludo a V. ·E. con toda consid eración . E . IIermille. • INTRO D UCCIÓ N • El Dis trito Minero de Tartaga l (Depart amento de Orán, Provinc ia de Salta) entre la orilla izquierd a del Río Bermejo y el límite occiden tal del Chaco Central , ha sido explora do por el que suscribe , durante el invierno de 1911. Se trataba entonce s de hacer un estudio sumario y prelimi nar de esa región, con el propósi to de establec er su importa ncia minera, y, en caso afirmati vo, recoger «in si tu,. los datos y element os necesar ios para confecc ionar UD plan de trabajos , en caso que la Direcci ón General hubiera resuelto efectuar un estudio complet o y detenid o de aquellos mismos parajes. A pe!'ar de la rapidez con que se llevaron a cabo dichos estudios prelimin ares y tratándo se de lugares geológi camente descono cidos, se ha podido llegar a concl usiones práctica mente útiles, las que indujero n a la Direcci ón General a tomar medidas para que se traslada ra a Capiazuti una máquin a perfora dora con el objeto de investig ar allí UD yacimie nto petrolíf ero explota ble. Dichas conclus iones, así como las razones en que se fundaro n, se hallan expuest as en un informe geológi co-mine ro, el que recién acaba de ser impreso . (r) En cuanto a la perforac ión misma de Capinu ti, es sabido que los trabajos de sondeo se iniciaro n en Diciem bre de I9II; pero, debido a diversas causas, no se ha llegado todavía al punto de que tal perforación nos proporc io ne datos precisos y definitiv os en lo referent e a presenc ia, extensió n y riqueza de yacimie ntos petrolíf eros en aquella región, a causa de que, con tal trabajo, no se ha podido, hasta ahora, alcanza r la profund idad necesari a. C omo los resultad os definitiv os de dicha perforac ión serán indudable mente de capital importa ncia, constitu yendo el mejor punto de partida para el conocim iento geológi co-mine ro detallad o y complet o de aquellos lugares, se ha tomado oportun amente la resoluci ón de pos ter~ar la iniciació n de estos estudios de detalle has ta que esté termina da esa perfo ració n y a l mismo t iempo co ntinuar con los estudio s de exploraci6 n sumaria a l rededor del mismo Distrito de Tartaga l y más especial mente a lo largo de las sierras donde se extiend e la «formac ión petrolífera» y donde existen mananti ales de petróleo. Anales del Ministerio de Agricultur a, Sección Geologla, lllineralog la y Minería, Tomo VIH, N .• 4· lluenos Aires, t9•J · (Abril). (t) • • -6Precisamente, a l Oes te de dicho Dis trito, entre las s ierras más altas d e la Precordillera y la llanura o altiplanicie de Orán , sobre la orill~ d erec ha de l Río Bermejo, desde t iempo atrás se conocía la presencia de manües taciones petróliferas. El mis mo Brackebusch, en sus mapas g eológicos, consideraba toda aquella r egió n como const ituida esencialmente por su «fo rmación petro lífera,.. P or estas cons ideracio nes se tomaron las med idas para que el que s ubscribe pudies e aprovechar los meses de invierno de l año pasado ( 19 12) para llevar a cabo una exploración geológica sumaria de aquel territorio, es d ecir, del D istrito Minero de Orán. Los resultados de tales estudios están expues tos e n este informe. BIBLIOGRAFIA En la list a s ig uiente se dará sólo el título de las obras que más direc tamente se r elacionan cou los temas tratados en el presente inforIIIC. Para m ayores datos complementarios se puede consultar con pro\'echo la bibliografía de nuestro informe precede nte, s obre el Distrito Minero d e Tartag al. 1H6o. - D e llfom~ l' V. Jlf. - D esCJ·ip. geóg. et Stntist. de la Confderal. Arg mline. París, Didot. t 86o. 1 ~82 .- Bmckebusch L.- Es/ud. sobre la f orm. petrolif de .fuj tl)'· Bol. de la A cad. de C. d e Córdoba. T . V. entrega II. Buenos Aires, 1883. 1 <)0~. - Stt:inmann G., H oek H . und. Bislram A. v .- Z ur. Geol. d's .s. o. B oliviens. Centralbblett fü r. Mio. Geol. u. Pal. 1904. p. 1-4- Stuttg art. 1904. 1<}06.- llotl.: H . u. Sttmmann G.-Erliiut. z. R oultnkar/e d. Exped. Sleimn., llt~l'k, 1·. B islram in d. Andw v. Bolivia 1903-04. Pet~rmann' s Mittb. 11)06. H eft. 1. 1<)<>6. - llodenbmder G .- I nforme sobre una e:r:p!oracióu geológica en la rt¡;ú)ll de Onín. ( Prt;7•. de Salla) Bolet. del Ministerio de Agric ultura. T. IV. N o. IV. Núm. 4 y s, Buenos Aires, tgo6. 1907. -- lú ·idd 1/.- Üb. d. Ba11 d. argmtin. Andm. Si tzuugsb. K. Aka d. Wien; 1 16 ; p. 649-674. \Vien. 1907. h)llH.--- A'ridel H.-Estud. geol. m la Quebrada de Huma/maca y en la de fl'l( l 'n , ele., ( Prov. dt .fujtl)' )' Salla): Anales del Ministerio d e Agric ullurn. Secció n Geol. Min., etc., T. V. n. 0 2 , B. A. 1910 . 19oX. ·- A'nod R .- Oeuonúchc Faun. Boliuiens. Neues Jahrb. f. Mio. G eol. u. Pal. B. B. XXV. p. 4913. Stuttgart. 1908. 1<)10. - - N"ln.fill. M. A . -Polmimetrie d. 1-i·dole, Berlín, 1910. 1 1) 1 1. -- l .rm.:tohnnli E . -A (!.[u•tas inveslzf{aciones sobre los petróleos a1gmti110S. Analt:s de la Sociedad Científica Argentina. Tomo LXXII, p. I 19. B11c nos Aires, 1911. 11) 1 1. -l .nn,:.:olmnli E . .1' Ca mus N - Existencia de Vm1adio I IJ 12. algunos petníleos A nales de la Sociedad Científica Argentina. T o mo LXXII. p. 283. Buenos Aires, 191 I. · Nul.·nún Jlf. A.-E:r:amm óptico de petróltos S ud-Bolivianos y Argmlinos. Revista de la Sociedad F ísico-Química Rusa. T o mo XLIII. o .0 5 San Petersburgo, 19 1 r. · - ¡,o,,Jmst'n M. A .- Ob. d. Erdole aus Sudholivien Petroleum Zeitsch. VII, 18. Be rlin, 191 2. u r¡.,••·nti11os. 191 1. 1!11 -8 - · 1912.-úmgobardí E.-Polan'mdn'a de los petrdleos de la Rep. Arg. y Bolim'a, (Co mun. de M. A. Rakusin) , Anales de la Sociedad Científica Argentina. Tomo LXXIII, p. 363. Buenos Aires, 19 12. 1912. --Steimnann G. u11d Iloek .FI. - Das Silur u. Cnmhrium d. /{ochlamt. 1•. Bolim'a u. ihre Fauna. Neues, Jahrb. v. M., etc., B. B. XXXIV; p. 176, Stuttgart, 1912. I9IJ.- Rflkllsin Af. A.- Ob. d. optisch. tmd cin. nnd EiKmsck d. Argmtin. Erdo'/e. Petrol. Zeitsch. VIII. 7· 1913. Algunas de estas publicaciones contienen estudios químicos. Entre las que tratan de geología, merecen por de pronto nuestra especial atención las de De Moussy y Bodenbender, por ser estos dos naturalistas los 1ínz'co.r que nos han precedido en recorrer el ter ritorio de Orán, nunque con limitados itinerarios, examinando «in situ• su estructura geológica. De Moussy, atravesó tal región, desde Orán con rumbo al Oeste. subiendo el Río Zenta (o San Andrés), hasta el poso de Zenta, desde donde siguió camino, bajando en la Provincia de Jujuy con destino a H umahuaca. El mismo De Moussy no dice nada, en el texto de s u obra, sobre los resultados de las obsen·aciones heclt<>s por él eu ese trayecto; así que t endremos que limitarnos a dejar constancia de su paso a trnvés de dicho terr itorio. El profesor Bodenbender recorrió la región según el siguiente itinerario: (véase plauo) Orán, Vado Houdo, Oculto, San I gnacio, Corral de Piedras, Piedra Portillo, Portezuelo, Río Blanco, Limoncito, Río Pescado, Cuesta de Canaleta, Poroogal. Tal trayecto se puede estimar, como máximo, en 1 15 kilómetros, recorridos p or Bodeubender en 9 días. Eu Vado Hondo ya empiezan las primeras lomadas, constituyendo el ~orde más oriental de la Precordillera: «las últimas ondulaciones d~ las montañas de Humahuaca e Iruya• que «avanzan en parte hasta el camino» como dijo el mismo Boáeubender. En ese mis mo punto, a la derecha del Río Zenta, están a la vista, en las altas barrancas de erosión, las capas arenosas, arcillosas y margoso-arenosas de nuestro «Ter ciario subandino»; sigue más al Noroeste, siempre en la o rilla d erecha del río, basta las inmediaciones de Oculto, un perfil muy hermoso que muestra casi todas las capas fuertemente inclinadas de dicha formación. Este perfil no está mencionado en el trabajo del profesor Bodenbender. En el lugar llamado Portezuelo está colocado uu grueso mojón de quebracho r odeado y sostenido por piedras, · al lado derecho del camino por donde pasó Bodenbender. Forma parte de los mojones que marcan los límites entre las fincas de San Ignacio y Río Blanco. Si al llegar cerca de ese mojón el personal que acompañaba al profesor Bodenbender le hubiese avisado que sólo a cuatro metros al Norte de aquel punt o estaba la barranca derecha del Río lruya-o Río Blanco-la que (debido al espesor del monte) no es visible desde el camin o, indudablemente él se habría bajado del caballo para poder admirar uno de los más bellos e importantes perfiles geológicos de la República. De este -9 perfil, en vista de su importancia histórica y geológica tendremos que h ablar detenidamente en los capítulos siguientes. D esde ahora lo llamaremos e Perfil de Portezuelo». Además de los puntos en que afloran las rocas de esos dos perfile~, el primer trecho del cammo recorrido por Bodeubender, entre Orán y Limoncito, atradesa montes espesos que impiden al geólogo cualqu ier <:Jase de investigaciones provechosas. Así pues, como el mismo profesor Bo<icul.>t•n der tuvo ocasión de decir, resulta que los primeros afloramientos, bien manifiestos, de roca firme examinados por él durante su viaje, son los que forman «las barrancas de un pequeño arroyo», en la cuesta cle Canaleta, cerca de Porongal. Ahora bien, como este lugar no forma p arte ele! Departamento de Orán, perteneciendo más bien a los Distritos Min eros de Iruya - Santa Victoria, queda demostrado que, a pesar d e los viajes de De Moussy y Bodenbender, el Distrito Minero ele Orán se podría considerar, hasta la fecha, como desconocido e inédito desde el punto d e vista geológico. Las otras publicaciones geológicas arriba mencionadas, en la ~ista bibliog-ráfica, sólo indirectamente y por las conclusi ones generales que tlc ellas se desprenden, han proporcionado datos en la compilación del presente iuforme. En algunas de ellas se hace mención del Territorio de Orán, pero incidentalmente y por vagas referencias. ITINERARIO • Una región scmf!jante C!S un llarAfso pAra rl botánico, pero el geólogo tiene el ~enti­ miento de ver sus utu<lios limitados al exámen de los lechos de los rros . ... . . • ( Uodenbcnd~r.) El estudio geológico del Territorio de Orán, mucho más que cual quier otra c lase de exploraciones científicas en aquella región, encuentra su 111ayor obstáculo en la espesura asombrosa de su flora forestal, t.•stauclo cubierto casi por completo de bosques impenetrables, don de to<la\·Ín la actividad humana no ha dejado sino rastros insignificantes. Se puede decir que una buena mitad de la región está completamente tll-spohlnda; ni el ganado se arriesga a frecuentar esos parajes, cruzados st~l:tlllcnt e por atrevidos cazadores en persecución de jagüares o antas y abriéndose camino a través del bosque con hachas y machetes. Los pocos caminos transitables que cruzan los lugares más poblados, presentan a sus lados, en su mayor longitud, • bosques muy densos r altos, cuyos árboles, de gigantesca copa, forman una bóveda casi i111pcnetrable para los rayos solares ..... _,. (Bodenbender) y, lo que es p eor todavía, para la vista del explorador. ( 1) 1) Solame nte en la llanura al rededor de Orán hay c,a mpos bastante a-randes sin ll.rboles (<:•mpo <;rande, Cnmpo Chico, Campo de Orll.n, Isla de Unta, e tc .). - lO - La mayor o menor vialidad de dichos caminos es relativa al tráns ito de peones, equinos y ganado que los recorren, llegando al punto de que existen caminos completam ente borrados por no h aber sido recorridos , s ino durante algu nos m eses continuos, por hombres o animales. Cada vez que se abre un camino nuevo entre dos lugares, en pocos meses el camino viej o, abandona do, ya no es t ransitable, debido a la espesa vegetació n que r ápidamen te lo in vade. Lo mismo ocurre con las picadas q ue se hacen cou el objeto de los trabajos topográfi cos para las mensuras catastrale s d e las propiedades rurales en que está divid ido aquel t erritorio. Alguu os m eses después de concluído el trabajo ya uo se puede transita;- más por esas picadas y hasta para encontrar las hay que ser m uy buen baqueano . P or lo expuesto se explica y justifica el hecho de que, para alcanzar algún resultado positivo en el estudio g eológico prelimina r de este distrito, el que suscribe ha tenido que limitarse a concentra r sus esfut!rzos a la exploraci ón rletenida de los cauces de los ríos princi· pales que surcan la región, y especialm ente sus o rillas en las barrancas de erosión, donde se encuentra n afloramie ntos de rocas de extensión variable, pero siempre de importancia, permitien do conjetura r, con a lgún fundam ento, la estructura geológic t de los parajes adyacente s. T ambién se hubiera podido cortar cami nos o picadas a través de los bosques (gastando en tal trabajo, término medio, de $ 6o a 100 11.• ;, para cada kilómetro ), llevando así la investiga ción hasta los filos m ás altos de las s ierras y lomadas, p ero, además de no poderse esperar con tal trabajo un resultado bastante útil, por faltar, en esa· reg¡ón cubit:rta de bosq ues, afloramie ntos de roca firme o alturas despr ovistas de árboles desde d onde fuera posible dirigir largas visuales sobre el paisaje circundan te; ese mismo trabfljO hubiera requerido mucho m ás de los cuatro meses en que se han podido llevar a cabo los estudios de que se h ablar á en este info rm e. Queda así establecid o que los itinerario s con que se realizaron ta les estudios, afuera de los pocos cam inos transitables y de cortos trayectos en algunas quebrada s secundari as, se han limitado a los ríos principale s, según el detalle siguiente : Cauce del Río Bermejo desde Em barcación hasta Candad o Chico. • » Pescado hasta La Laguna N ueva. ,." " » Blanco hasta Limoncito . » • Zenta h asta San Andrés. " , ~ , Sta. Cruz has ta las inmediaci ones d el pueblo h omónino. , , » Santa María has t a la Cabecera. » ,. ,. Colorado hasta Cubi l del Tigre. F .C.C.N . desde Yuto hasta Embarcac ión. Camino (carretero ) entre Pichanal y Orán. » entre Orán y Fortín Campero CBolivia). » en tre Orán y San Andrés. » entre San Ignacio y Portezuel o. " (carretero ) de Orán á L edesma. - II - Resulta por lo tanto bien evidente que la e xactitud rela tiva del m apa anexü al presente informe, es tanto mayor cuanto m ás cerca estemos de los, trec~10s recorridos por e l itinerario, mientras que, para las r egio u es mas .leJanas,. se debe considera r simpleme nte es qu emático, h abiéndost.• pod1do conJetura r su probable composic ión examinan do los rodatlos d~ los numero~os cursos de agua (torrentes y arroyos) en sus con flut.·nctas con los nos princip;¡les y tomando en debida cuenta otros fal"l.ores indirectos , como ser: perfiles orográfic os, altimetría s y, m ás espet.· wlmcnt e, 11.1e ns uras geológica s (uirección e inclinació n de las capas) las <f:H~ ~ an stdo to.madas con la mayor exactitud posible. 1 rec1so es mamfesta r que todo eso no hubiera sido posible en caso de falt:u· una buena base to pográfica . BASE T O POGRÁF I CA Las propiedad es rurales de la región de Orán tiene n ya sus me nsura» , hechas en estos t'tltimos aiios por varios ingeniero s aarimens ores 0 •ll- Salla Y Jujuy. El mayor trabajo para el levan tamiento c atastral de t·sa rt.•g-i<)n ha sido hecho por los señores S kiold A. S imesen, L uis ~ Íl·lst.•n y L uis Bussignan i. 1·:1 g-obierno de la Provincia de Salta, t omando com o base dichas llt t.·~Jsuras, ha podido c onfeccion ar un p lano cat::~stral de la región d e e >rau a la escala de 1 en 200.000. (1) E s te plano constituy e la base topu¡.:r:ífica principal del mapa geológico anexo al oresen te in forme. , Ahora bien, como dicho plano tiene i ndicaci~n es de escaso o nin).!Ún interés científico, como ser: límites de propiedad , mojonam ientos, uu nthrcs de dueños, etc., etc., no s e ha creído oport uno transcribi r todo l·so en nues tro mapa; al contrario, faltándole m u chísimos detalles de mayor interés desde el punto de vista geológico , se han podido incluir tales •latos en el mismo mapa, aprovecha ndo los croquis de nuestros i l i nna ríos. l·:n lo que se refiere al curso del Río Bermejo, entre Candado Chi - · co Y las Jun tas de San Antoni o, se han consnltad o con provecho los pl nnos de la ''Comis ión I nternacio nal de límites con Bolivia.» E s tos son los únicos elementos que bau servido de base topográfi\·a para la confecció n de nuestro mapa geológico . I~as diferencia s entre tal mapa y los bien conocidos ensayos topogr·áfi cos de Chapearo uge ( I<JO1: escala 1: t.ooo.ooo), L avenaz (1900; escala r: 500.000) etc., etc., reproclucien do la misma región, saltan a la vista con tal evidencia que no n eemos necesario insistir mucho en ellas. (t ) Me es grato aprovecha r la ocasión para r eiterar mi agra decimiento al señor Ricardo Arauz, entonces Ministro de Hacienda, por haberme facilitado u na copla de tal p lano. - 12 RASGO S ORO - HIDRO GRÁFI COS UmCAC IÓN.-El Di s trito Minero de Orán está ubicado en la parté más s eptentri o nal de la provinc ia de Salta, en sus límites con la República d e Bolivia, entre 22°20'-2 3°36' de Lat. Sud y 64°5'- 65° ele Long. O. (Meridi ano de Greenw ich). Líl\IITl: :s.-Sus límites naturale s son: al Noreste: la orilla derecha del Río Bermejo ; al S udeste: la orilla izquierd a d el Río San Francis co; a l Oeste: los cordone s más elevado s de la Precord .illera (Sierras de Zenta, de Quirusi llar, del Cerro Bravo, etc.) S ü PEN.FICI K --L a s uperfici e de la regió n s e puede calcular en más o menos 5 200 Km. 2 , abarcan do una longitu d de 100 Km. de Norte a Sud y un ancho máximo de 85 Km. de Oeste a Este. 0N.OGRAFÍA.- L a figura esquem ática siguien te sir ve para dar una idea de la conform ació n orográf ica de la región pertene ciente al Distrito Minero de Orán. - 13- l. El más occi.len tal • de esos cordone s (A-B; véase fig.) es tamt.i\·u d <le m ayor altura, siendo la más importa nte de sus elevacio nes t·l l\·rro de San Andrés, al naciente del Pueblo homóni mo, entre los ri11~ d t.· S anta C ruz y de Zenta. Este cerro constitu ye el núcleo de un t·lip,.;oi<IL· p aleozóico el que, en :-;u prolong ación septentr io nal, entre la .,rilla iz1¡uierda del Río Zenta y la derecha del Río Blanco, baj a paulalin:tllll'tlle para s ubir otra vez con gradual ascenso s obre la banda i ''l"iL·rd a d el Porong al y del Candad o. 1\•f ás adelante todavía , es deci r, t•n lt'rri torio boliviau o. sobre la orilla izqui erda del Bermejo , sigue el •ni,.; n¡o cordón formand o el Cerro de las Con chas. El elipsoid e de Sau Andrés se puede conside rar como una prolon¡.:aci•'•ll septeutr ional de la sierra jujciía de Zapla y d e Valle Grande (pendit·n le occiden tal del \'alle homóui mo). El s egundo cordón (C-D) s e despre nde del Cerro de Calilegu a, •·n la l'ro \·. de Jujuy. El C erro Pabelló n y el Cerro Negro, a los dos l:ulns <lcl Río Piedras, sc:ríau la p rolonga ció n septentr io nal de ese ma cizo ,¡,.¡ l'alikgt w. Más arriba se obserya el paulatin o d escenso de ese cor,¡,·,n ha,;ta el Valle de Zcnta, para subir otra vez hacia el Norte, sobre !.1 nrilla izquie rda d el Río Pescado , constitu yendo la Sierra del Pescado , '1"'' prn~'l;u c e n territori o bolivian o bajo el nombre de S ierra de Sau Tt·llu". 11. 111. ~r.ís al naciente, y corrie ndo e n la mi sma di rección, se prolong a ,.¡ t.-rn·r cordón (E-F), s iendo el más bajo de todos. L o forma la Sierra l•.•.i ·• dL· ( >dn, limitand o con sus con lrafue•-t es o rientale s la llanura misma oh- 1 l r;ÍII. En su prolo ugació u m eridio nal (Pro ,•incia d e Jujuy) constitu ye ).,,.; lo1n:ulas de Yuto y Caiman dto, m ientras al Norte, en territor io ¡,.,¡ j,·ian" fonna la S1erra de las Juntas . .\ J.'l'l' lc\S.-X o tenc:lliOS datos bastan te seguros sobre la altim etría de )., r•·:.:i•'•n. Súlo se conocen con alguna aproxim acil)nla s a lturas siguien t es: . ' o men os ..... . .. . mas O •·an: Juntas de San A nton1o .. . .. . Campo Grande (Río Bermejo ). Sau Audrés: más o menos ... Esta región está a fectada por tres cordone s secunda r ios de la Precordille ra y sus sierras no son más que la continu ación tie las que cruzan las Provinc i ús andinas y la parte meridio na l de la Repúbli ca d e Bolivia, consen· ándose por largos t rechos . paralela s entre ellas y con rumbo predom inante de S. Ij 0 O, a N . ¡¡o E. 300 m etros 340 " 345 .. 1500 )) En cuan to a los n:lie\·es montuosos, se puede athnitir uua a ltura 1n:i:-.:ima de ..!500 metros para el Cerro de Snn Andrés y e n la Sierra de 1•,.r.. ngal, d e 1200 metros en la Sit rra del Pescado y de 550 m etros en la Si,·tTa baja ele Orán. J.ns tre~ cordone s descript os tienen la mayor elevació n en sus extn·nlo!', al X orte y al S ud del Distrito, d eprimié ndose en la región nu·cliana entre los Va lles del Río Blanco y del Zenta. Una faja con rt~nd oo nt:ís o menos :N .0. - S.E. traspas a los tres co rdones en los puntos de: s u mayor hundim iento. Pro longan do t al faja más a l S.E. :-.l' la n .: pasar entre las sierras clel Dis trito Minero d e Tartaga l (Salta) y las d el Dis tr;t) Mine ro de Santa Bárbara (Jujuy) en medio de la de- • -14presió n que separa esas sierras (region es llanas de Pichan al, Totora l, etc.) sobre la marge n derech a del Benne jo. Tendr emos que mencio nar esta faja en otras circun stancia s, en vista de s u import ancia geo-m orf,)ló gica y en la tectón ica aplicad a a los yacimien tos de petróle o. Por lo pronto , compl etarem os la descrip ción orográ fica del D istrito, mencio nando esas lomad as muy bajas al nacien te de Orán, sobre la orilla derech a del Berme jo, entre la conflu encia del ~enta Y las inmedi acione :. de Embar cación Vieja. Morfo lógica y genét tcamen te esas lomad as perten ecen a la Sierra del Río Seco, la que presen ta su ma}ror desarr ollo en el Distrit o Minero de Tartag al, sobre la orilla izquie rda del mismo Berme jo. HIDROGRAFÍA.- La hidrografía del territo rio de Orán no presen ta compl icacion es o anoma lías que merezcan ser mencio nadas con mayor es detalle s. Los c u rsos de los ríos princip ales que surcan la región , represen tan con prepon deranc ia otros tantos valles transv ersales u oblícuos (Alto Berme jo, Porong al, Río Blanco, Río de Zenta, Santa María, Colora do, Río Piedra s), cortan do repetid amente los tres cordou es orográfico s ya descrip tos, con quebra das de erosió n de variad a impor t ancia; al contra rio, los afluen tes secund arios son, en su mayor parte, r íos longitu dinales como se puede ver muy claram ente en el mapa que acomp aña a este inform e. La mayo r parte de todos esos ríos presen tan cauces muy pedreg osos. Al subirlo s, hacia sus nacimi entos, aumen ta e l tamaño y la acumu lación caótica de los rodado s, hasta p onerse los cauces mismo s intrans itables , no solame nte para los anima les de carga, s ino tambié n para los peones . Sólo, excepc ionalm ente, alguno s ríos secund arios c-omo por ejempl o el Río Colazu ti y el trecho más !.nferio r del Río Colora do, presen tan cauces compl etamen te arenos os y a veces pantano~o~=. En otro capítu lo se tratará más oportu namen te otro argum ento hi ,. drográ fico de import ancia a l describ ir las mutac iones eu la hidrog rafía superf icial de la región ocurrid as en tiempo s históri cos y p rehi s tóricos . - 15- COMP OSICI ON GEOL ÓGIC A •E-:1 objeto de estas lineas es contribu ir a la resol u ción de este gran problem a• . -. Bodc11 ben<l er.) l'r<nr·:~tio.-Después de entreg ado el inform e geológ ico sobre el , Ji~lr itn 111incro de T artaga l (Marzo de 1912) se puede decir q\le nuestr a m·ti\'i<I :HI en tra~ajos de campa ña y gabine te, y casi t odo el tiem po ,Jis p11nihk, se dedica ron con prefere nte atenció n al estudi o d~ la cfor- 111at· i•"•n pl'lrolí fera .. de las provin cias andina s del Norte. Ast, por las la consul ta de la bibliog rafía corres11 ndol!l· s adquir idas compl etando p<~n <lit·nt e y por los resu ltados de s ucesiv as investi gacion es sobre_ el h ·rn·no, ha llegad o por fin el día en que nos parece tener ya m ed1os ,.ufil-it· ntt·s para permit irnos dar una op inión, tal vez definit iva, sobre In l'ronol ogía de las fo rmacio nes geológ icas que consti tuyen aq uellos _ p nrnjt·s. los m ás septen trional es de la Repúb lica. La d iscre pancia de opin iones entre los pocos estudt osos que se han m·upad o del asunto , la falta ele materi al bibliog ráfico, de datos de compnrat·i llll, de fósiles caract erístic os y, sobre tod o, de con~cimiento per 11cmal. nos aconse jaban e n el pasado la mayor p r udenct a al tratar las cllkn·ntl-s cuesti ones que están re laciona das con el proble ma cronológi,.., clt- la • Forma ción petrolí fera del Norte '• mientr as que ahora ya no pnn ·t't•ría sincer a una prolon gada circun specci ón sobre este punto. Ad t·mús de las formac iones que hemos tenido ocasió n de estudiar üeñas del Di~trito Minero de Tarlag al; el 1- 11 la..; Sit•tTns Alto-A guarag •lt- t lr:in presen ta afloram ientos extens os y de mucha import ancia, perh ·nt·· ·it·ntes al Paleoz óico y al Cenoz óico superi or. La tectón ica de la rq: i•"• 11 dt· Orán pr esenta mayor es compl icacion es que la de Tartag aL En l'U:tnto a las difi...:ultades de estudi o determ inadas por la espesu ra '"' lus bosque s, además de lo que se ha escrito al respec to, n os resta. ck t·ir •JIIL' los d os territo rios, de Tartag al y de Orán, presen tan los mi~­ m o~ l'aractc res de floras foresta les, muy densas : de modo que el estudw ¡.:c·ul1íg k o de la región de Orán no se puede con sidera r más fácil que c·l clc Tarta~al , m ás aún tratánd o!'e de dos region es que presen tan, más stancia y el ., llll'llllS , igual superf ici e. S in embarg o, esta última circun lwd1o de que, a los estud íos en Orán hemos podirlo dedica r casi cuatro llll'Sl'S, mientr as que sólo se emplea ron d os para llevar a cabo la explol'lll'ic'lll cid territo rio alto-ag uaragü eño, nos han permit ido la ventaj osa nmtlil' ilm de obtene r un acopio de datos bastan te seguro para salir defin ili\'am enle de ese estado de incerti dumbr e en que hasta ahora nos ,.ntrd t•nian los ya citado s inconv eniente s. l'l'ro debem os manife star que lo que más facilitó el alcanc e de tal n·snlta tlo, ha sido un corto viaje de explor ación en la Puna de Jujuy,. cid IJ IIC tendre mos que hablar deteni damen te en otra circun stancia y c¡uc nos propor cio nó valioso s dato.s de compa ración . Por ele pronto , vamos a bosque jar una descrip ción d etallad a de las. clin·rsn s for macion es que consti tuyen la región . - , I6 - PALEozó rco 111ARINO.·-Bajo esta denomina ción reunirem os los diferentes tramos de la serie paleozóic a precarbon ífera, los que, en la precordillera del Norte, tienen un gran desarrollo y también se encue ntran en el distrito de Orán constituy endo por largos tt·echos los mac izos montuoso s de Santa Cruz y San Andrés y la Sierra · de Porongal. Dicha serie está compuest a por las siguiente s formacion es: Areniscas devónicas ; Esqu istos, areniscas y cuarcitas del Silúrico. Areniscas y cuarcitas del Cambrico ; Filitas precámbr icas de los núcleos d e las plegaduras. El mayor desarrollo de estas formaci ones se observa en los límites occidenta les del Distrito Minero de Orán y más al Oeste todavía en los Dis tritos de Jruya y Santa Victoria, es decir, muy afuera de la región que ofrece mayor in terés para nosotros por haberse encontrad o en ella impor tantes manifesta ciones superficia les de petróleo. Además, como se trata de formacion es más autiguas que las petrolífer as, no hemos cre ído op•)rtuno Wt tretenerno s dem¡¡siad o en estudiar la sucesión de sus capas, los caracteres par ticulares de su tectónica y la variedad de sus fós iles caracterís ticos. Sin embargo, resumirem os aquí las pocas observaci ones hechas sobre estos terrenos en previsión de que puedan tener alguna importan cia para ulterio res estudios. En el mapa anexo al informe se han reunido con el mismo color las difet·en tes formacion es pal eozóicas en vista de que no ha sido pm;ible establecer con Selo{nridad los límites exactos de c.ada una. A l contrario lu~mos podido ll<:gar, con mayor aproxima ción, a marcar el límite entre la serie paleozóic a marina y la serie superpue sta ele las ~areni scas inferiores .. en Yista de que entre las dos hay notable diferencia por lo que se refiere a la fisonomía superficia l de sus relieves orogr áficos. Se p uede afirm ar con bastante seguridad q ue en el Distrito Mi nero de Orán la serie p recámbric a y cámbrica no está descubier ta ni en las quebrada s más hondas del Santa Cruz y del Zenta. Tampoco la parte más baja del Silúrico está a la vista, así que la serie visible p ertenece al restante Sih.'lrico y al Devónico . La edad d evónica de u nas cuantas capas de areniscas nucaceas psamítica s ( «glinunerreiche Saudsteine», «helle, dickbanki ge, g limmerrci che Sandstein e • de Stt:inman n) con Trilobitas, etc., constituy endo la parte más alta de la serie en cuestión, no está todavía demostra da en vista de no haberse podido dcterm inar con exactitud algunos fósiles em·o ntrados en ellas: pero, el • habitus» petrográf ico de esas areniscas constituye ya un me dio d irecto suficiente para identifica rlas con l a~ rocas de,·ónicas de Bolivia (Tarija, etc.) También tenemos un cr iterio indirecto para su identifica ción cronológi ca y es el siguiente: - 17 - <ti Q) .... ·-o.... ~ e 1/') 0.. 1 ó(J -- ¡:; ·o > A (J 11 m "'1 ó(J .... -- ·-·::S (/') 11 m ::S 1 B .... ·.o E '<U u 5 ~ 11 o' (J (} t-) lo) {; t.¡ ..) ..J § la;) f.") ~ _ . 18- ~ En la reciente pubhcación del Prof. Steinmann sobre el Silúrico y Cámbrico de Bolivia (1912) están dibujados algunos perfiles geológicos de gran importancia entre los cuales merecen, por lo pronto, particular mención el llamado • Perfil de Tarija•. Este perfil representa gráficamen te las ideas de Steinmann sobre 41 estructura geológica de aquellos lugares, los que, por ser limítrofes con el territorio de Orán, deben presentar con toda probabilidad una estructura geológicn, s ino idéntica, pot· lo menos análoga. En efecto, habiendo teunido en un mismo mapa en pequeña escala los principales detalles orográficos y geológicos de las dos regiones contiguas nos resultó que las mensurns geológicas, tomadas por el que suscribe, en la región de Orán y las tomadns por Steinmann en la región de Tarija concuerdan perfectamente, haciendo suponer que los mismos relieves tectónicos, sin m ayores complicaciones o modificaciones, afectan las dos regiones desde un extremo al otro y, tal vez, algo más todavía. En el perfil geológico de 'farija (véase fi~.) (l) se pueden admitir tres anticlinales. Steinman n adm!te dos solamente y pone monoclinal todo el terreno devónico al Este de Tarija, pero este no dehe ser un h echo constatado sino la última interpret::.ción, recién dada por Steinmann, de una condición tectó nica que poco antes había recibido del mismo autor, otra in terpretación muy d iferente; (véase el plano anexo a su m em oria de 19o6, Ertaiilemng d e. , en el que se deduce, por las mensuras geológicas, que la misma •Devon Ket te• ha !>ido primeramente interpretada por él como si se tratara de un s inclinal). Al contrario, podría tratarse más bien de un anticlinal y con esta interpretación ya no estaríamos obligados a admitir un Devónico inferior con cuatro mil y tantos metros de espesor, como aparece en el perfil de Steinmann, mientras que, según el mismo Steinmanu, se trataría solamente de cein ige hunder t Meter machtig•. Pues bien, de esos tres anticlinales el más occidental, o anticlinal de Abra Sama (Cámbrico-Silúrico), se prolonga al Sud en territorio argentino pasando por Santa Victoria, Quirusillar y Zenta, alargándose mucho en Santa Victoria donde dtbe aflorar el Precámbrico (y tal vez algo más) y donde probablemente existen algunas complicaciones locales determinadas por intrusiones de granito, etc. El segundo anticlinal, es decir, el mediano o de Tarija (Silurico). sigu e al Sud traspasando e l Río Ber mejo en las estrech uras de Coyambuyo desde donde continúa en territorio argentino (antidinal A' de nuestro plano): hasta las inmediaciones de Santa Cruz en cuyo punto nos hizo la impresión de que tendiera a unirse con el tercer anticlinal. Este últin;lO anticlinal está precisamente en la prosecución septentrional del plegamiento que fomta el elipsoide de San Andrés y la sierra de Porongal (anticlinal A de n uestro plano): constituyendo la serr anía de San Jacinto a los dos lados del Río Tarija. En esta última {t) Es copia del perfil dado por steinmann, pero sacad a en el sentido inverso para darle la miama o rient ación d~ los perfiles anexos al mapa de nu.-stro informe. - J9- ser ranía solamente afloran rocas devónicas (Steinmann), mientras en In. prosecució n argcotina del mismo tercer a n ticlinal también aflor an, en s us núcleos m ás elevados. rocas silúricas. La serie silürica, en todo ese territorio. está formada por repetidas alkrnanc ias de cuarcitas, areniscas y esquistos. Una clasificación detallada d e la serie s ilúrica boliviana se encuentra en el trabajo de Steinlllann y creemos que tal clasificación se pueda también adoptar para el silúric.:o de las provincias argentinas del norte, salvo algunus modificadones de escasa importancia. Bastante conocida es también la paleonl<}logía de t!SOS mismos terrenos gracias a los trabajos de D'Orbigny, K ay~ cr, \Vood, Lake, H oek, etc. et c. . Igualmente bien conocida es la serie devónica de Bolivia septentr iO nal, ya sea desde el pu nto de vista estratig r áfico, ya sea paleonto¡,·,~ÍL'amcnte (D'Orbigny, Forbes, Salter. Ulrich, Steinmann, Knod) (x), 1111entras por lo que se ref iere al Territorio de Tarija, el descubrimiento de estratos de,·ó nicos es de fecha m u y reciente y se debe a Stcinmann t•on motivo de su viaje junto con H oek y· von Bistram (1903); pero no hay que olvidar que en 1905 (sin saber nada, por cier to, del descubri•uknto hecho por Steinmann), el Prof. Bodenhender expresó la opinión <le que en esas •·egiones debía de existir el «piso» devónico fundándose suhn: el hecho de que un señor Montenegro le había enviado fósiles <lcnínicos (Spir!fer tTII/tlrlicus M. y H .) «procedentes de la región dl~ l'atquia (Bolivia) • (2). Patquia es un pequeño pueblo un poco al Sud p recisamente de la mis ma región tarijeiía en que dos años antes el l'rof. Steinmann había constatado la presencia del devónico. En c unnto a _los caracter es estrat igráficos de ese Devó nico, t enemos <¡ue limitarnos a lo que se sabe por Steinmann que distinaue en él 0 tres diferentes pisos, a saber: Sup : Areniscas con plantas fósiles ; Medio: E squistos con Cowtf,lritz, úptocoelia y Spinftr anlarlims; In f.: Areniscas con Scaphiocne/ia, etc. (3). Como afirma el mismo Steinmann, la ser ie devónica se distingue 11111)' bie n de la serie silúrica por sus d istintos caracteres petrográfi ~os ( ) 4 IJUC nos permitieron constatar su presencia, con bastante seguridad, l"ll los pliegues paleozóicos de Sa n A ndrés y de Porongal, donde mide un c~peso:- total que no llega, ciertam ente, a mil m etros, presentándose h ajo la condición predominante de areniscas-micáceo-psamíticas amari llenta~. medianamente compactas. En resumen, podemos confirmar las presunciones ya formuladas por Boden bendtr, dando por segura la presencia del Devónico entre los constitu)·entes paleozóicos de la Precordi!lera salteña. He aquí otro dato más para el mejor conocimiento geológico de aquellas region es. E s con un sentimiento de viva satisfacción que asistimos ni (1) K nod- De vonische Jo'aunen Bohviens. Neues jahr. l. M. G . u. P., XXV . B B. Stutt¡rart, nr•"1: con lul.tio¡craffa . (2) llodenbendcr, loe. c:it. p. 7 (nota). ( tl Knod. t9G., loe. cit., p. 575- 78. (~) Steinmann; 1912 loe. cit., p. •~J. -20- -21- rápido adelanto de tales estudios, aunque se trate de resultados obtenidos en ligeros y cortos viajes de exploración por algunos pocos geólogos. Al considerar la importancia de esos resultados frente a la brevedad del tiempo con que se han realizado (no sobrepasa de una decena de meses la suma de los itinerarios con que De Moussy, Brackebusch, Steintnann, Keidel y el que suscribe recorrieron esas regiones más meridionales de Bolivia y septentrionales de la Provincia de Salta), se nos fig-ura que futuras y más detalladas investigaciones, además de confirmar o corregir Jo que ya se sabe al respecto, realizarán otros hallazgos más importantes, llenando así los numerosos yacíos que todavía -t10 se han podido eliminar con · dichos estudios preliminares, y revelando en todas sus partes la estructura geológica muy compleja de aquellos parajes. •le una roca eruptiva de tipo basalto-melafírico. En los conglomerados •tne se intercalan a menudo con dichas areniscas, también se encuentran guijarros de tamaño mediano, formados por meláfiros basálticos y ami~daloicleos. Queda así demostrado que a poca distancia de aquellos 1 ugares, mientras se depositaban las areniscas preferentemente tobíferas, ocurrían fenómenos eruptivos, siendo el Cerro d e Calilegua el centro p rincipal de tales erupciones. (1) Una parte, a lo menos, de estos fenómenos deben haberse efectuado en una región sub-litoral. En otras palabras: tenemos razones para pensar que se trate en parte de crupdones subácueas. Pero, de todo eso, mejor será tratar con mayor dl·tcnción en otra oportunidad. El espesor de las " Areniscas inferiores», calculado en más de 2500 ml'tros en el Distrito de Tartagal, no se presenta siempre lo mismo; al n111lrario, en el Distrito minero de Orán disminuye gradualmente de Este a Oeste, hasta llegar a la Sierra de Zenta; más al Oeste todavía, es decir, l'll la Quebrada de Humahuaca (Provincia de Jujuy), ya no se encuentran las capas de tal serie, y sólo hemos podido constatar su presencia, como afloramiento aislado, más al Norte de Tres Cruces (Puna Alta de J ujuy), en una larga lomada, la que desde las mismas inmediaciones de aquella estación ferroviaria se prolonga al Norte con rumbo a Yavi. En cuanto a la posición estratigráfica de tal serie, tenemos que :uhnitir tres condiciones diferentes de asiento de sus capas sobre la st·ric paleozóica, según que se tr ate: ARENISCAS INFERIORES. - Al rededor de los núcleos paleozóicos de Porongal y San Andrés, afloran en largas zonas o fajas, las rocas más antiguas de la ~ Formación petrolífera» (Brackebusch). Ll> misma serie constituye otro macizo de importancia en los a!tos valles del Santa María, del Colorad -, del Río Piedras y sobre la orilla derecha del ·Río Santa Cruz. Como en tal serie predominan las areniscas, ya le hemos dado el nombre de «Areniscas inferiores», y como se encontraron en ella las primeras manifestaciones superficiales de petróleo, también la llamamos t•on el nombre de «formación petrolífera propiamente dicha». No cabe duda, sin embargo, que las dos denominaciones deben considemrse como pruvisorias, a la espera de que futuros estudios nos ofrezcan mayores datos para definir con seguridad la cronología de tal serie, la que, por tener en la Sierra de Aguaragüe su más típico desarrollo, se podría llamar mas bien «formación de Aguaragüe» o, mejor todavía, «del Río Carapari», tomando el nombre de este último río, en que estin a la ,·ista la mayor parte de sus capas. Poco tenemos que añadir a lo qu~ ya hemos · escr:b sobre tal for macwn desde el punto de vista litológico-estratigráfico. ( 1) En el Distrito de Orán no hemos podido estudiar detenidamente los aflor&mientos más importantes (Río Bermejo, Río Pescado, Río San ta Cru7.); · sin embargo, hemos podido constatar en ellos una preponderancia notable de areniscas sobre cualquier otro tipo de rocas, así que la serie resulta más uniforme que la contemporánea de Aguaragüe, quedando el Valle del Carapari como el punto más indicado y en que tal serie se encuentra en la mejor condición para un estudio de detalle. De importancia especi.al es la serie del Cerro Pabellón y del Cerro Negro, entre los altos vall~s del Río Colorado. Estos cerros forman parte de un gran elipsoide, cuyo núcleo más elevado es el Cerro de Calilegua, en la Provincia de Jujuy. En Jos bancos de areniscas que constituyen tal serie, están encerrados gruesos fragmentos angulosos (tl Véase el informe sobre el Vistrito de 'l'artagal. Anales del Ministerio de Agricultura, Sección Geologfa, Mineralog!a y Mine r!a . Tumo VIII, N.• 4· "' De Jos pliegues subandinos; !JJ Del borde oriental de la alta Precordillera; f'1 De las depresiones tectónicas iutra-andinas. En los pliegues subandinos del Alto y de Aguaragüe (Distrito •••in\-ro de Tartagal) la Lase de la formación no está descubierta de 111odo que nada se puede decir al respecto. Tal vez futuras iuvestigacio•u·s cn las sierras subandinas de Santa Bárbara y Centinela, en la l'ro\'Íill:ia de Jujuy, lograrán proporcionarnos datos definitivos puesto qm: vn ellas según sabemos por Brackebusch, debe encontrarse un gran a florami ento de esquistos paleo7.óicos debajo de la «formación petrolíkra., (2). S egún el mismo Brackebusch, se trataría de pizarras «silú · ricas » (¿i>recámbrico?); en tal caso, a menos de admitir complicaciones ll'l'l!'liiÍc::as excepcionales, habría que pensar en •una !acuna» con disnml:mcia o pseudo-c01icordancia entre el silúrico y las «Areniscas inf1·riorcs » faltando, por lo menos, la serie devónica, lo que n os parece al~o cxtraño y poco probable. Mejor será, por Jo tanto, no adelantar juicios al respecto y esperar que ulteriores estudios nos hagan conocer con mayores detalles la estratigrafía de aquellos Jugares. (o) La ¡>r<•sencia de rocas eru plivas de tipo basáltico e n el Cerro de Calilegua fué primero lnclicn<ln por llrackbusch ( o88J, p. 47), habiendo encontrado rodaclos de •basalto• en los rlos <¡ue hAjan de tal cerro. ( 2) ll rnck~husch , oll8J p. 44· Ya henoos expresado las dudas de que no se trate de Paleozóico, 11luo de esquistos intercalados a la parte basal de las •Areniscas inferio res~. (V~ase inrorme sobs·e c·l J>istrito M in ero de Tartagal, pág. 27) . • -23 - -22- En el borde oriental de la alta Precordillera , es decir, en los pliegues paleozókos secundarios (San Andrés, Porongal, etc.) a poyad os al pliegue más ele,·ado d e la Sierra d e Zenta (en su ala oriental), es bien manifiesta en algunos puntos la pseudo-conc ordancia de tal fo rmación a rriba de la serie devó nica y en otros p untos s u absol uta discordancia sobre la serie más a ntigua del Pal eozóico (Precáml>ric o-si lúrico). En los pliegues iutra-andino s es aún más evide nte tal discordanci a. Se nos o curre que esa variada condición de yacimie nto corresponde a la obser vada p or los «Estratos de Paganzo,. en las provincias and ina ~ m eridionales (Boden bender, Stappenbeck , etc); ya tenemos con esto un argumento en favor ele la opin ión ya expresada po•- Boden bender, adm itiendo que una parte a lo menos de la "Formación p etrolífenu sea contemporán ea de los • Estratos de Paganzo». En nuestro informe precede nte sobre el Distrito Minero de Tarta gal, tuvimos ocasión de expresar al res pecto nuestra opinió n p erfectamente conforme a la de Bodeubende r, pero, faltáhanos en ese entonces todo medio directo para comprobar tal presunción y por eso tuvimos que guardar la mayo r prudencia al respecto. Ahora, d~spués de haber r ecorrido la región de Orán, siguiendo, entre o tros, el mismo itinerar io d e Bodenbender , esta mos en condición de pode r aceptar con el mayor agrado las opini on es de este autor, sobre la edad permotriásic a de las capas más bajas d e la «Formac ió n p etrolífera •. Sólo tendremos que hacer d os r estricciones y son las siguientes: 0 I • N o es seguro que las areniscas gris-amarille ntas observadas por Bodenbende r «en la alta e inaccesible pendiente septentriona l del R ío Lipeón perten ezcan completamen te a la «Formación p etrolífe ra•. Pen samos, al contrario, que por lo m enos en parte sean devónicas. 2°. El si1icro ni smo de la Formación petrolifera i11forior con los •Estratos de Paganzo» no implica identidad de fac ies. La fo rmación de ., Paga nzo, parcia l o totalmente, segl'm los autores, es ele o rigen continental; la fo rmación petrolífera del Norte es de origen mari11o. N o podemos entretenerno s demasiado sobre estas cuestio n es en vista ele ser el presente un informe preliminar y en previsión d e que tendremos qu e hablar nuevamente de todo eso en nuestro informe d efinitivo, después de terminados los estudios de exploración d e toda la r egión petrolífera del Norte. P or de pronto, lo que más interesa es la conclusión a la que nos llevan los estudios hechos hasta la fecha en Tartagal y Orán, es decir, que las «Aren iscas inferiores•, con sus 2500 metros de espesor, representan allí toda la serie estratig ráfica desde el P ermo-Carbón ico hasta e l Infracretácic o. ~ el Distrito Minero de Tar tagal, arriba de las •Areniscas inferiores• y en con cordancia con ellas, descansa una serie de capas y bancos calcáreo-dol omíticos, cuyo espesor nunca h emos visto pasar de 40 metros. En esta serie n o hemos encontrado fós iles determinable s, así que no te nemos todavía el medio más seguro para su determinació n cr o noHORIZONT E CALCÁ REO-DOLOMÍ 'l'ICO.- En • l ú~ica. Sin embargo, no hemos titubeado en considerarla s contempor:'tll<:as de las calizas y dolomitas con A-lelania potosmsis d'Orb., que por lar~os trechos aflor an en los pliegues intra-andino s de las p r ovincias dd Nor.e y Bolivia. D e esas calizas ya se co110Ce un correspondie nte síncrono, seguratllcllte marino, y son las calizas de Miraflores, al Oeste de Potosí, en 1\oli\·ia, con: .Yt rinea sp. Janim sp. Oslren sp. /~umlodin.lemn o Ct•phosomn sp. (1) Brackebusch considera este horizonte calcáreo-dolo mítico como pert l'tll:l' ien te al 111f racret áceo o más bien al N eocomiano, considerándo lo ('omo :-;inCI"OIIO d e los estratos de Bahía, en Brasil, d escriptos por Hartt l ' ll Jl')¡o. Sin em bargo, los argumentos aducidos por Brac kebusch en fa\'or de tal deter minación cronológica no lie11eu, en nuestro concepto, \':tlor suficie11te para e xcluir en modo absoluto que se pueda tra tar de una formación más moderna, aunque siempre cretácica. L os mis mos fósiles m arinos d escubiertos más ta rde por SteintJlann l'll Bolivia tam poco se pueden cons iderar como característico s o exclu~i \'OS del I nfracretácico . Pensamos, por lo tanto, que se puede tom ar en debida cuenta nue.;;tra intuición al respecto admitiendo la p osibilidad de que tal h o rizonte Jll'l'lcnezca más bien a l Cenomnnian o y ten gamos e n él la meJOr prueba .~t- c¡ue tam b ién en Sud-Améric a haya tenido lugar la grande trans ~rcsi<ín cen oman iana. En el mapa que acompaña al presente informe los afloramiento s del hcorii'.onte calcáreo dolomítico no están indicados con un color aparte, ~ino con el mismo color verde de las ~ Aren iscas superiores » que des.-:lllsan en discordancia sobre ellos y que pronto describiremo s. Lo hi\·imos expres amente en v ista de q u e tenemos la convicció n de que ambas formaciones p e rtenecen al mismo período. Además, en el T erritorio de 1 lr:ín el desarrollo del hori1.onte calcáreo-dolo mítico no se presenta con la mis ma evidencia que en el Distrito de T a r tagal. Hay puntos en que sus capas 110 están a la vis ta por ser cubiertas por detritus d e aluvi ón (por ejem p lo en el Río Colorado, cerca de Maroma, en la orilla iz<J Hicrda del Río Zenta, etc. etc.); en mucl&os lugares su presencia ha sido :constatada solamente por rodados recogidos en los ríos y si no hnhiera sido la gran diferencia de caracteres entre las • Areniscas inferiores » y 1:\s «s uperiores• en otros puntos n o habría sido p osible deter ntinar los límites entre ellas dos por no haberse podido averiguar con s q.{uridad el recorrido exacto de tal horizonte intermedio. A sí por •'.i~:tnpl o, en e l afloramiento cretácico entre el Río Blanco y el Pescadito 110 h a sido posible constatar s u presencia a pesar de t odos nues tros l·sfuerzos para lograr tal resultado. (t) Steinma11 n, H oek u . v. llistram, 190.1 p. 3· 24ARENISCAS SUPERIORES.-En todos los puntos en que es visible la sucesión de estas areniscas sobre las capas del horizonte calcáreo-dolomítico hemos podido averiguar que tal sucesión se efectúa con transición gradual y concordancia perfecta. P ues bien 1 si la edad ccnomaniana dd horizonte calcáreo-dolomítico q uedara demostrada con ulteriores estu· dios, no cabe duda que las «Aren iscas superior es• deberán r efer irse al res to del Cretácico. Desgraciadamente no podemos por ahora contribuir con eficacia a la solución de t al pmblema en vista de que a pe¡.;ar de nuestros esfuerzos no hemos encontrado ni un solo fósil e n toda esa serie. El desarrollo de las «Areniscas superiores .. en el Distrito ele Orán es el siguiente: A los Jos lados del elipsoide de Calilegua constituye dos fnjas que se juutan al Norte entre el Río Santa Cruz y el Agua Blanca: En Portezuelo de Portillo (cauce antiguo del Río Blanco); en Agua Blanca (Río Bermejo); en D eshecho Chico (Río Bermejo): constituyen los núcleos de dos anticlinales que pronto describiremos. El aflora-· miento de Portezuelo se prolonga tal vez al Norte hasta cortar la Quebrada del Río Pescado. Entre Santa Cruz y Caudado Chico (Río Berm ejo), atraviesan todo el distrito con rumbo más o menos N. 17° F.. formando u na faja estrecha rectilínea en que las capas se presentan casi siempre n~rticales. Entre Río Blanco y Pescadito afloran otra vez aisladamente en la hondura de un sincl inal muy estrecho en que corre en parte el camino q"ue lleva a Porongal. Entre los varios tipos litológicos que constituyen tal serie y que ya h emos descri pto en nuestro informe precedente, predominan areniscas en el Norte y margas polícromas en la parte Sud de la región. TERCIARIO SUBANDINO.-En el estado actual de nuestros conodmientos es difícil que se pueda trazar un límite seguro entre las «AreniscM superiores» y el «Terciario subandino ~>. La trans ición entre los dos terrenos se efectúa gradualmente y con perfecta conconlancia de todos los estratos debiéndose excluir la presencia de lacrmns en algún punto de tal serie. Es preciso reconocer, por lo tanto, que los límites trazados en nuestro mapa entre las dos formaciones es absolutamente arbitrario o de valor transitorio y que sólo se funda sobre el grado diferente de compacidad de las rocas resultando generalmente más compactas las «Areniscas superiores» que las del «Terciario subandino•. Se trata, como se Ye, de un criterio puramente geognóstico el que hemos adoptado en la demarcación de dichos límites. El desarrollo del «Terciario subandino" a l pie de la Precordillera y en las sierras subandinas es bastante notable, como se puede ver en n uestro mapa, constituyendo lomadas y sierras bajas cor tadas por los ríos principales que cru zan la región. Los perfiles más importantes en que aflora, pudiéndose examinar casi toda la serie de sus capas, son los siguientes: -25Curso superior del Río Bermejo, entr e Agua Blanca y Cand ado Chicc•; Curso inferior del Río Bermejo, entre la confluencia del Zenta y el puente ferroviario de Embarcación; Portezu"!lo del P ortillo (curso inferior del Río Blanco); Orilla derecha del Río Zenta entre Oculto y Vado Hondo. CL'o~nósticamente, el Terciario sub-and ino típico está muy bien \:\·iclcnciado por la naturaleza de sus estratos entre los cuales predominan: areniscas blandas, amarillentas o rojízas, de grano fino o medio, c·n ~·apas muy regulares y uniformes, a lternando con arcillas margosas, marg-as arenosas y raros bancos de toba andesítica compacta. En la parte basal de tal serie, las capas arenosas adquieren a mcu ncln los caracteres d e areniscas compactas resultando por eso algo di(i\'il distingnirlas de las «areniscas superiores••. El espesor total del «Terciario s ubandino» en el Territorio de Orá11 li~' pnl'cle calcular en 2500 metros más o menos. EsTRATOS J UJI'~Ños.-U na formación bastante espec;a de cOJ1glomeraclos (400 a 500 m etros) de origen continental, descansa con pseuclol"om·ordancia e n las depresiones sinclinales s obre la serie del Terciario snl•aJillin o constituyendo dos fajas ex tensas, al Oeste d e Orán, entre las r.il·rra:-; bajas de la Preeordillera. T~nemos también razones para s uponer •J IIl" l'll la misma llanura de Orán, debajo del Cuaternario. exista tal 1<11'11\:l l'ÍÓII. Sl' trata, más o menos. de los mismos depósitos fluvia les que llenan llls valles antiguos de la Precordillera y que Steinmann llamó • Estratns jujeitos •. Cronológicamente pensamos con el mis mo Steinmann que ch·h~·u rdcrir~e a l T erciario superior. (r) S u formación es contemporáJII'a a la fase definitiva del plegamiento andino. Al inicia rse e l arrugamic·nto orogenético del Terciario subandi no ya se había esculpi do en la l"onligua Cordillera, un primitivo sistema hidrográfico, e l que, favon·~·ido por condiciones climaté ricas más imbríferas que las actuales, des arrolló una al'tividad esodinámica muy laboriosa. ....,us prodnc tos de •·rosi1'111 en forma ele aluviones gruesos guijarreiios se acumularon en la~ clcprcsiones, preferentemente tectónicas, que surcan la región, origi u;ínclose esos dep!-sitos conglomerádicos de que precisamente estanws hablando. Después ele sedimentada esta serie, continuaron todavía los IIJm·i mientos orotectónicos determinando el mayor hundimiento y estredwmicnto de las depresiones s inclinales en que se habían acumulado cli dws conglomerados. Por esos moYimientos también los conglomer ados rcsul taron plegados. El afloramiento más importante de esta formación en el Territorio ele: Orán es e l de Oculto en el que por largos trechos las capas están a la \"ista en form a de barrancas y despeñaderos sobre la orilla izquierda · 1 ~·1 Zenta presentando e n muchos puntos, por la erosión profunda de su fr~:nte acantilado, la forma a islada de pirámides. (e) rgo6, loe. cit. p. 3· 28 El más impo rtant e de todo s es el cuar to s incli nal, muy anc ho y muy hond o, cons tituy endo la lla nura mism a de Orán (entr e D - E) y afec tand o más al N orte y más al Sud las regio nes cont igua s, así que lo hem os cons idera do com o el límit e natu ral entre las Sier ras suba n dina s y la Prec ordi llera pr. d. MO RFO LOG ÍA L os mov im iento s tectó nico s y los agen tes esod inám icos s e divid ie ron mut uam ente el traba jo, al actu ar la morfogénisis del terr itori o de Orán . En luga r de coop erar en conc orda ncia para alca nzar esa tarea , obra ron, al cont rario , en cont inuo anta gonismo , resu ltand o po r eso una cond ición morfo lógic a de paisaje en que pred omin an deta lles oro- hidr ográfi cos presentando~entre sí incid enci as norm ales. En efect o, los mo\'Ími ento s tectó nico s dete rmin aron e l d iastr ofism o o rogé nico de la r egió n en form a de plieg ues muy regu lares con rumb o pred omin ante de S. 2o"' O. a N . 200 E. Al contrario , la acci ó n epig énic a de las agua s supe rficia les se e fectu ó pre feren teme nte con direc ción de Oest e a E ste, corta ndo norm alme nte los plieg ues tectó nico s en vía de form ació n con valles trans vers ales de eros ión. de impo rta ncia varia ble. MoVIMIF.NTos TECTÓNicos. - I..o que vam os a deci r a cont inua ción t iene su fund ame nto prin cipal en unas cuan tas prem is as repr esen tand o y resu mien do nues tras vis tas pers onal es de índo le gene ral sobr e la Geología Sud- Ame ricau a, a las que hem os llega do con el estud io críti co de la literatur a corre spo ndie nte, desp ués de muc ho trabaj o para llega r á armo niza r en una sínte sis acep table, las d ifere ntes opin ione s de los autores que se han ocup ado del as unto. Nue s tra cont rt buci ón orig inal en tal sent ido s~ limi ta a las poca s obse rvac ione s que hem os te nido ocas ión de hace r dura nte nues tros viaj es al N orte, pero m ás espe cialm ente en la Puna de J ujny . Refi riénd o nos parti cula rmen te a la regió n de Orán y sus inme dia cion es, mejo r será parti r de lo que se sabe con ciert a segu r idad en cuan to a sus cond icion es es trati g ráfic as. Ten emos , ento n ces, de abaj o haci a arrib a: J. 0 U na serie pale ozói ca desd e el Cám brico hast a el Devó nico in clus ive (1). 2. 0 U na lamn a evid ente; 0 J. f.a serie conc orda nte de la «For mac ión petro lífer a» cons titui da p or los tram os sigu ientes: F.l yacim iento d<!vón ico de Tarij a sólo propo rcionó fósiles del Devón ico i nferio r- 1nedin . Sin emba rgo , no se puede exclu ir •a priori • la presen cia d el Devón ico super ior en aquel los lu g ares, com o tam bién en e l territo rio de Or4n. (r ) - 29 - .:Are nisca s infer iores • (P ermo -carb ón, Triásico, J urali as e Infra cretá cico) ; b) .:Ho rizon te calcá~eo-dolomítico• ¡ (Cre t ácico ); e) «Are nisca s s u peno res• ~ d) «Te rciar io suba ndin o»; desca nsan do con pseu do-c onco rdan cia o evid ente disco rdan cia sobr e la s erie paleo zóic a y prepaleoz;óica. 4.0 Uua /acunn evid ente; 5·" Un cong lome rad o cont ·men t a 1 del T ercia rio s uper ior en las hondura s de s incli nale s prefo rmad os; . 6 .o El pl egam iento de e sa serie cong~omer~dica afe·c tnnd o tam.~tén, ~ecrún algu nos auto res, a los aluv iones mas anttg uos del Cu~terna110 . o El únic o punt o que en esta suce sió n se pres enta t~~av1a alg~ du· · es el de la cron ología de la «For mac wn petro hfera ,. d OSO y prOV ISOrl 0 • · d · la que no se ha pod id o dete rmin ar con la prue ba mas dtrec ta, es ec1r, pale onto lógic amen te. . Los crite rios indir ecto s en que nos hem os basado al dete rnnn ar s u e dad relat iva ha n sido los s iguie ntes: r.o Su pote n cia, tratá ndose de una serie de capas que mide un espe sor to tal mínim o de 5.300 metr os. . 2 .o Sus cara ct eres litol ógic os, com para ndo las roca s q~e cons tituy en algu naf. de s us capa s con las de otro s lu gare s y más espectaln .lent e a lgunos tipos erup tivos enco ntrad os a difer en tes nive les d.e tal 7ene .. (Presen~ l' ia de melá firos hasál tic os amig daló ideo s en las · Are~ 1s: as mfer w.res » ( 1 ), pres enci a de t obas a ndes ítica s en la ser ie del ..T ercta no suba ~dm o• (2). .o Sus grane l es anal ogía s co n la estra ti graf ía de otras r egw nes sud3 ame rican as . A este resp ecto nos limit arem os a .l as sigu iente s comp ara.c ione s sien do de nota r desd e ya la gran dista~JC:Ja e~1~re los punt os t:leg1dos Y i:t gran d ifere ncia de s us cond icion es fts 1ogra flcas . . - En el Bras il meri dion al (Est ados de Para ná, Sant a. Cathll:rin G rand e do Sul) (3)· tene mos la serie sigu iente , de abaJO .hact a ~ Río ~ arr.tb a: ' n) Are nisc.:ns. d~~ó nica s fosil ífera s, de~causando en <h s cor anct a sobre esq uisto s cnst ahn os ; h) Disc orda ncia, con evid ente lnam n,: , . cJ Con glom era.i os are11iscas y esqUistos con flora de Gmj.! , nmof '~s, del Perm ocnr bón ( ..se'ri e de Tub arao • Whi t~): des cans ando so _)re .e e ,·óni co 0 sobr e esqu istos ~ristal in?s y t::nnb1en, algu,n~s ..vece s, direc tamen te sobr e gran ito (Gu e1ss- gram to). Espt 'sOr. 280 mct1 os, d) Esqu istos neg: os pe~;~ líferos de Ira~~ con E/cso sanm s o \L: Sterco slemm n del Pen111a no. Lspe sor 70 ~n etro , .. "':=: el Esqu istos grises y \'alrie gado sL·, ~~~edr~.:l~dosS.· an~e)l~l~~~ .:l"": b land as, con crus táceo s, 1110 usc.:os, .J'COr o IOrsts, i;ZF " .~!!. ..o rlo:n •lon. Espesor I SO m e tro?; . ~A ' j 1 Capa de caliz a con fos1l es (moh tscos ind eterm inab les). Espcso r 3 metr os; a) l J (1) v~ue pág . 21 del pre1'<!nt~ :nlorm e;.,hre el Distri to Miner o de ·rarta gal (191J), • Anale s (2) Véase pág. 26 d e " " ""tro •n o rm.e • 1. . •la ' ~tinerla tom o VIII N.' • • · del M inist~rlo de ,,gricu ltura , Seccl~n <·t 0 0 ~~~~o~•~f'a ~o.furo ~~ · J . Whlte (con hiblio grafla: , (:\) Plsshs, 1><-rby . Heltn er, Anunn n, .5 1cmt . , ' ! t'larke , w 'oot1wa.rd, Mac Grego r , u. Wlute , Kokcn , etc., etc. c. -30gJ ¿Discordancia? (Muy dudosa. A \\'hite le parece necesario admitir tal discordancia para demarcar un límite entre P é rmico y Triásico). Más bien puede tratarse de un fenómeno transgresivo. h) Bancos de areniscas y conglomerados de color rojo oscuro, • con manchas claras o verdes, a veces bituminosos, con árboles y S reptiles fósi les (Scnphonyx, Ery•thros11chns) del Triásico. Espesor más ~ ~~ o menos 100 metros. z) Arenisca maciza bermeja, gris o amarillenta, a veces con - . ~~ glomerádica, a veces esquis toide (lajas de baldosas para \'C~redas) ~·~ sin fós iles. Espesor míuimo 200 metros ; ~ spesor E Boclenbencler). (Meláfiro jJ Manto basalto-diabásico • .6oo metros ( 1 ). Este manto eruptivo es el mismo que cubre casi por completo el Territorio de Misiones. Constituye también una parte de la Provincia ele Corrien tes, aflorando por largos trechos en la orilla derecha cid Río Uruguay y habiéndose también encontrado en algunas perforaciones hechas en las regiones centrales de la misma provincia (Mercedes, Sola ~i. Curnzú -Cuatiá-más de soo metros de espesor-etc., etc.). Arriba de este manto descansa la serie del «gres guaranítico» de D'Orbigny aflorando por largos trechos en el Noroe~te de dicha provin cia. La serie de .Sao Bento (White) ocupa también grandes extensiones en la parte Noroeste y Noreste de la República del Umguay (2). Comparaciones: La serie permo-mesozóica subbrasil- uruguayana no ha sido afectada por g randes movimientos tectónicos, presentando todavía una condición sub horizontal de sus capas y mesetiforme de sus yacimientos. En esto hay mucha diferencia con la condición muy plegada de la «formación petrolífera• subandina. Indudablemente, dicha serie permo-mesozóica se ha formado en una vasta depresión costanera del macizo afro-brasileño; mientras la • formación petrolífera» subandina se ha d epositado más o menos t rangresivamentc sobre la pendiente oriental de un plegamiento prepermiano. Los di ferentes tramos de la serie de Santa C~therina (White): son d e origen continental o subcontinental- por algunos de ellos el o r igen estuarial es evidente, - al contrario la serie su bandina es de origen mari11o. A pesar de esas grandes diferencias quedan toda,·ía entre las dos series importantes analogías; ante todo, la discordancia entre Devónico y Permo-carbón y lo que más interesa para nosotros la presencia de rocas petrolíferas en la parte basal del Permo-carbón. -· En la Precorclillera de las provincias andinas meridionales (San Juan y Mentloza), t enemos (3): aJ La serie paleozóica fosilifera hasta el Devóni co y tal vez· algo m ás (4) ; b) U na lacwuz evidcn te; e) La serie concordante de los «Estratos de Paganzo » (Permotriásicos) del rético (petrolífero y carbonífero) etc ..... hasta los «Estratos calchaqueños» (auct. partim) (S) del T e rciario. (1) Whit~ J. C .. R~latoTio final el a Conunissio de estnd. dns minas de c:arvllo d~ piedra do Br·a zil , Rfo de janeiro, Imprenta nacional., aC}OS. (2) Wallhcr, Guillt>maíu (con Bibhografla) ~le:. t>lc. WAilher (en Ccntrtlbl. f. M . C . P. 1912, 1,\ p. 3118-40~ con Uibliogralla) se ocupa mucho de tal serit' y opina, en contra de White, que la transgresión ohserv~d" ent re la sníe de l'asa Doos y In ele S4o Dento pued e comvrobar que ("Sta última no pertenece al triá.sico sino que sea p~ttriás:ica. JtUne no t'St' de acuerdo con Woodward e n la determinación del ScaphO":>'·'' (J) Dar win. Stehn~r, Brackebusch, Bod~nbender. Stapp~nb~·ck, etc. f'tC:. (1\) Sobre las capa~ <~con Sjir~·fer .su)rnuu,squ4nSIS• tle la Qu~brad.a del Salto c~rca de Barteal (Stltppenbeek), toclavla n o tenemos una opini<ln delinith·a . (S) Tenernos la. impr~ión de que a la denominación de • esl ratos calc:haqueúos-• , se le ha dado por los autores más latitud de la que corresponde a la serie tlpiea de ta t horizonte. Lo~ verdaderos •f'strato~ calchagut:flos• con~ponden, ta1 ve-z, cronológ-ic:tunente, a la serie inferior de los •estratos jujei'\os • supratcrciados. -31Mantos melafíricos sou muy frecuentes en los • Estratos de Paganzo,.. y en el Rético. Muy bien desarrollada es la serie de los «E s tratos de Paganzo• en las sierras pampeanas occidentales (Rioja, etc.), pero en éstas, faltando el Paleozóico, dicha serie descansa en discordancia sobre granito o esquistos cr istalinos. Comparaciones: La serie de los • E stratos de Paganzo» del Rético, J uralias , Cretácico y «Estratos Calchaqueños• de la Precordillera es de origen continenta l, mientras la «formación petrolífera • sub andina es de origen mnrino. Sin embargo las condiciones tectó nicas son las mismas para ambas series presentando en sus bases una lnm11n evidente y des cansando con pseudoconcordancia o discordancia sobre la serie arcaicopaleozóica previamente plegada. - En las I s las Malvinas (r) tenemos la serie siguiente (2): a) Cuarcitas y areniscas fosilíferas del Devónico inferior; b) U na lncww evidente; e) Areniscas, arcillas y esquistos arcillosos con flora fósil de Gnn¡{nmoptcris, etc. (Lafoniano). Comparaciones: La serie • lafoniana» de las Malvinas corresponde exactamente a l primer piso (Bodenbender) de los «Estratos de Paganzo». Es de origen indudablemente continental. Descausa con pseudo concordancia sobre la serie devónica, precisamente lo mismo como se observa para Jos «Estratos de Poganzo • en los afloramientos más occidentales de la Precordillera. La gran dis tancia entre las diferentes regiones cuya comparación estratigráfica acabamos de hacer muy sumariamente y, además, la uniformidad de caracteres que ellas p resentan, nos permiten t-xtender a gran parte de Sud América meridional las conclusiones siguientes: 1.0 - Que la serie paleozóica prepermiana de Sud-América es d e o rigen marino; 2.0 - Que la serie permo-mesozóica es de origen continental en el mayor 11t'tmero de los lugares comparados; hace la excepción m ás notable la formación petrolífera subandina, que es de origen marino; y, 3. 0 - Que dicha serie permo-mesozóica aflora con pseudo concordan cia sobre estratos devónicos o con evidente discordancia sobre capas más antiguas. Con tales conclusiones y demás datos sacados de la literatura correspondiente, podemos resumir la historia fisiográfica de Sud-América,. entre Devónico y T erciario en los siguientes rasgos: A) Ya, a causa de la transgresión siluriana, el m ar había invadido· el borde occidental del macizo afro-brasileño s umergiéndolo por largo trecho. En ese entonces la República Argentina estaba casi completamente sumergida, menos (tal vez) la región mesopotámica. Durante los movimientos tectónicos de la fase caledoniana en el borde occidental sumergido, primifil,o, del macizo afro-brasileño se acentuó el levantamiento inicial y la sucesiva emersión de las regiones que~ ( 1) Habr lamos deseado tam bién comparar la •formación petrolllcra• suband1na con la serie sincrónica de la Cordil.era proviamente dicha (de Aeoneagn;t, <-te., etc.} pero no hemos podido satisfacer tal deseo en •·ista de ·que la literatura correspondiente n o proporciona todavla datos seguros y deflnitivos al respecto. En el mismo trabajo r .. c:ién puhlicado por el Dr. Schiller sobre esas reg iones se encuentra~, entre per-fila y texto • . unos cuantos centenares de puntos. Interrogan tes. Se nos ocurre que pasart todavla mucho tiempo antes de conocer suficientement e la ge<>logla de aquello~ rcli ~ves montall osos. (2) Halle, T. C.-On th<!O geolog. Struc:t etc:. of the Falkland lsl. llull. Ceo!. lnst. Ur.iv. Uppsala, Vol, XI, 1911 (con bibliografla). -32- - 33- actualm~nte _fo_rman parte de la Provinci31 de Bue nos Aires, C ó rdoba, S~ n Lu1s, RIOJa y C~tamarca y, además, los t erri tor ios de La Pampa y Rw Negro (parte on ental), ens:mchándose tal región emergida más a l Este Y Sud-oeste sobre el Atlántico actual hasta llegar muy cerca de las I slas Malvinas. Cou ~en~poráncam_e nte al diastrofismo de esas regio nes se acentuó d. ~mndum~nto pa~c1~l de dos regiones que ~a formaban parte del pri uut¡vo mac1zo bras1leno en su borde septen tnonal y occidental, teniéndose po r resultado: El mayo~ en~anche d e la gran depresión a mazónica, ya ini. . I .O Ciado, du rante e l Cambnco, como demuestran los yacimientos silúricos d e R1o Trombetas, Curua, Maraca ( 1), etc., y 0 La delimitación definitiva d e un geosincli nal c haquens e en 2. forma de ~~lfo (De Lapparent). (~). muy largo y estrecho, e n que sigui er ?n depos1tandose capas devomcas y carbóni cas (afloramientos nerí tlco_s .d e Sao Paulo, Paraná, Santa Cathariua, Paraguay, Matto Grosso, Bohvta, etc .. (3) . Al _Sudoeste y ~l _Sud de ~a nueva región emergida se depusieron los sed imentos devcmcos mannos de la Precordíllera, de las Mah·inas, etc. quierda del Paraguay) se observan algunos afloram ient os aislados de r ocas arcáicas (granito, esquistos cristalinos, etc.), constituyendo los r esiduos todavía e mergidos y mostrando c:-1 recorr ido de una porción poco elevada de la faja buroniana exterua a l rededor del ma cizo a rcáico en su borde sudoes.te, ligada al noroeste con los pliegues de Chiquito (Bolida) y ~'latto Grosso meridional. Más a l Oeste de dicho límite se abría la depresión o Golfo Chaquense en que se depuso la serie 111t1n'mr ele la «Formació n petrolífera• . El estuario de que acabamos de hablar se halla al fo ndo de t::se golfo, mejor dicho bahía, mientras los sedimentos q ue forman las s ierras s ubandiuas se depusieron en su borde occidental, es decir, a lo largo de la actnal prccordilh:r a argentino-boliviana, e ntre Tucumán y Sant a Cruz de la Sierra. La comunicación del mismo golfo con el Pacífi co debía de efectuarse a tra,·és d el Pe1·ú actual, e n ese trecho de In cordillera en que solamente afloran formaciones mesozóicas marinas. (1) E n s u parte más honda. la Bahía chaque nse debe haber tenido entre 6ooo y 7000 me tros de profundidad necesarios para con tener toda la serie sedimentaria desde e l Permo-carbónico has ta el T erciario y Cuatern nrio. Téngase bien en cuenta tal circunstancia en la que fun daremos nuestra hipótesis para explicar el or igen d e los yacimientos petrolíferos del Norte. B). S iguieron los m~vimientos tectónicos prepérmicos de la fase hercyllla na, los que, ade~1:as de acent~ar el arrugamiento de las regio nes p; ecedente mente em~rg1das, determmaron el levantamiento y la emers !ó n de una ~.ran faJ~ ~n el borde sud-occi~ental d e dichas regiones. En la depres10n t_ecto~11ca entr~ ~al uueva _faJa y e l continente preformado pronto sust1tn yose, al regnnen manno, el continental, quedando sólo en sus mayores l.t?nduras lagos, lagunas y esteros ele agu a salada. E s,. en tal d epreswn qu e se d epuso la serie continental pennon~esozo¡ca, de la cual todavía existen nu merosos Afl oramientos en las s1erras !'ampeanas de la Rioja y S.an Lu is, en la Precordillera occidental de l_as prov in ~ ias a ndinas, en Patngo11ia (Bahía de San Julián), (4 ) en las 1slas Malvmas, etc. C) Después de los movimientos hercyn ianos. un primer acontecimien to g eológico digno ele mención es el gran fe11 ó me no ecuménico d e la tran sgresión m esozóica, la que se inició, con toda probabilidad, d urante e l Jurásico y tu,·o su mayor ao11r d u rante e l Cenomaniano. Si n entrar en detalles inoportunos sobre la importa11cia y la extensión de tal fenómeno en Sud América, (1) n•JS limitaremos a men c ionar que el "hori:wnte calcáreo d olomítico" subandino (en el supuesto que sea de edad cenomaniana) representa la repercusión del fc nómeuo trans).:'resivo en la Ba h ía c haquensc. Por la im·asión marina de sus riberas, los ahJ\·iones terrígenos que los ríos lle,·aban al m ar, quedaron acumu lados eu los vall es y en l~s depresiones litorales in vadidas por el mar en forma de dri(ts, barras, etc. Así, por la falta casi completa de ~nate­ rial terrigc:no, se evidenció d u ran te d icha época, en el fondo de aque l mar, la formació n de depó:;itos calcáreo -neríticos. , Muy di ferente ha _:;id o el origen d e la serie anál oga y contemporane~ de San ta C:" tlianua en Sud Brasil, recién estudiada por \Vhite. Aq~u se trata e~dentemente de antiguos d epósi tos de e$tuario como esta demostrado por la intercaladón de capas con fósiles ~arínos (Derby) en esa serie de origen continental. (5) _Se trata, _mu y pro_hablemente, del_ :_stnario de una gran arteria flnv1~l d~l anttguo contmente afro -brasileno, desa guando la depresión lo u g:ttttdma.l. que demarcaba el límite entre el núcleo primordial 0 t~taCJZ O arca1co de este continente y un a faja m eridional de relieves litorales, cuyo rliastrofi srno se había efectuado dura nte la fase caledoniana. (De; es ta faja existe toda\'Ía un último residuo y son los pliegues ~el arcáico. u_ruguayano, d ir_igid os, más o menos, de Oeste a E ste). D1c hos depostt<..'s de estuano abarcaron más o m enos la mis ma , area en que a flo ran actualme nte. En su límite occide ntal (orilla iz- (r) De Lapparent -T railé, r9J6, 1'· S.><J. (• l De T,apparent- oh . c•t., JI. 917. {J) Dt:rl>y. ~Hemiradzky, \Vhite. Ammon, O'OriK"ny, Steinmann, etc ., tttc. (4 ) F.n la perforación <le San J nlián, a los 87 metros, S<! encon tró u na capa con E•tlur¡; 1 m• tJ,,ei~tn ( t:ilipJli, tSSt¡. 1~crt. Vc:rst. Chile, p . z2.;. r..ám. y>. f•K· ,12. = J:.' <tñertd niiJuxnlt~n-ui Auct. Y Ut'lhacs . t~J '• Ers RHATVORK. A~ O. PATAGO~KÜSTI-!, t~ntralbl. für ~tin . , C~ol . u . Pnl., r9 12, N . <O 24, .p ng. 776, ~on bibliogr. , nt'c )Os•zs. No es la Esllt~,.,·a IIIIHtgalilnsis) lil mi!'mo fósil ya hahla sodo "ncontrallo algun os años ant<'S p or C. Arneghino, <!n e l cbajo d~ san juli4n • . (Comunicaei~n ver t.al). (S; De l.a¡>paren t :Traité, 19'>6, p. 974, con bihliotP afia. • D) En las regiones de la Puna el plegamiento hercyniano en lugar de levantar una faja nueva y distinta exteriormt:nte a la que se había formado d u ra n te la fase caledoniana determinó casi solamente un mayor diastrofismo de esta ú ltima faja. En otras pal abras: los m ovimientos orotectónicos de las dos fases citadas obraron allí en dos distintos períodos. sobr e la misma porción de la costra terres tre, mie ntras a l Sud (y a l Norte), con direcciones diverg-entes, se prolongan, en fajas dis tin tas, las regiones eme rgidas durante las dos fases dife1·entes. Durante la fase de los plegamientos terciarios (inic ia l y definitivo) tavo lugar el di astrofismo de los Audes, o mejor dicho, de la faja andina. E s t a faja se ha len1ntado exteriormente a la hercy niana disminu yendo la dist ancia e ntre las dos desde Sud a Norte y desde Norte a Sud hasta justaponerse en todo el trecho andino de Bolivia y de la Pun a, donde en mu.::hos puntos consiguió deslizar con hiperolístesis sobre los pliegues prefonnad_os. Además, las fuerzas orogénicas, duran te ese periodo diast1·ófico, afectal'On a las regiones ya plcgndas acentua ndo sus plegaduras hasta llcg-:.1r a la estructura émbr ica u origin ando ntros pi icgues con rumbo prefel-ente de Norte a Sud. El fenómeno se hizo sentir has ta la actual sierra de Córdoba. St<!inm ann <.:. -Observ. geol. efect. d<!scle Lima huta Chllnch,.mAyo. T.ima, 19, 4, <!le . • (') Am.,ghino, JlurcJ.:hart, etc. ( 1) • -34- -35- Entonces el d íastrofismo orogénico de la Puna, iniciado p or los m ovimientos caledonianos, aumenta do po r los hercynianos , llegó al cstad1) actual por los movimientos terciarios. E s ta converg~ncia de fuerzas ocurrió prec isamente en la parte más elevada de la cadena andina. L EY: Las, regiont:s afectadas f'or faus suasiuas _1' con71crgm te.r de nclim~lndcs allí, dirigiéndose al Sud, desembocaba en el Río de Zenta, a la altura de San Ignacio. En esta condición está dibujado el curso del Río Iruya en todos los mapas publicados hasta a hora. Se comprende por lo antedic ho como, en tales condiciones, el curso inferio r del Río de Zenta llevas e más agua que al presente y como durante la estación lluvios a fuesen más frecuentes las inundaciones, cons tituyendo un peligro continuo para la ciudad de Orán, can alizándose el agua de las crecientes en la misma acequia con que esa ciudad se abastece par a el riego de las quintas o naranjales y dem ás usos domésticos. En vis ta de tal inconveniente y de la gran frecuenc ia con que se producían las inundaciones de ese pneblo, fué tomada la determ inación de desviar e l Río Iruya y echarlo a l Pescado, aprovechando un afluen te secundario de est~ últim o río, cuyo nacimiento estaba a poca distancia de Portez ne lo del Portillo separándolo del Río de Iruya una lomada muy estrl!cha y muy baja (abra de Portezuelo o de Pintascayo). Se trataba de cortar esta lomada. El trabajo fué ejecutado por cuenta de la municipalidad de Orán. En las netas de l Consejo Municipal de Orán hemos pod ido s acar los datos que van a continuación, con .referencia a las tramitaciones motivadas por tal trabajo. e En est.1 ciudad de Orán, a los veinte d ías del me:> .de Agosto de " mil ochocientos !:esenta i tres años, reunidos en númet·o competente • los Señores Municipales anotados al márgen (Uriburu, Vico. Riera, e Algar añáz, Morales, Blasco y Cuenca) bajo la presidencia de l S eñor " Uriburu, ~e leyó, aprobó i firmó el acta de acuerdo ante d or. « En virtud de que en sesión extraordinaria del día diez i nue\·e " del corriente, celebrada por invitación de S. S. el Teniente Goberna« d or , se trató la manera de evitar el peligro que amenaza el Río Zenta « en s us c recientes hacia esti población, acordándose en e lla se haga « invitación por carteles a las personas que quieren tomar por empresa " la obra de echar el Río de lruya, por el Portillo, al del P escado, por « haber vi:>to como (mico remediv de impedir aquel mal, el de apocar « el rí0 de z ~ nta desvian:lo uno de sus afluentes como el de Iruya a la « p:1rte del Pesc..t.do; se presentó por Don Miguel Reyes una propuesta « c>freciendo por ella: 1° botar el río de Iruya al del Pescado rompiendo « la lo ma de l Portillo; 2° formar eu el actual cauce del río de Iruya en « el trecho del Portillo un reparo de tijerones con los resguardos i « trabajos necesarios para hacer variar el curso de éste h acia a la que« b ada que desemboca el Pescado; 3° i que por este trabajo se le in" demnice con las entradas de !a carnicet ía por un año, más doscientos « pesos. Leida que fué la propuesta se mandó pasar a la Comisión de « acuerdos. Después de uu cuarto intermedio la Comisión de acue rdos " presentó el dictamen de que se admita la propuesta del Señor Reyt>s e ofreciéndole ea pago de la obra los derechos de la carnicería por un " año {1) i cien pesos. diatroficns son las que presentan las ma_r•orc.r e/c;•nriollr.r. Ejemplos: L os Ancles centrales, el Himalaya, etc. Volviendo, pues, al Territorio de Orán, preciso es deci r que lo expues to e n los párrafos precedentes nos ha proporcio nado nn criteri o de analogía para valorizar aun más la opinión de que la hase de la «formació n petrolífera, (areniscas inferiores) pertenezca al Permocarbón y por cons iguiente que la «formación petrolífera:. represente t oda la serie permo m esozóica y parte del Terciario. Así, los únicos movimientos tectónicos que afectaron tal serie son los mis mos que ha n determinado el plegamiento definitiv o de los Ande!> (Terciarios y Postterciarios), mientras los precedentes movimientos hercynianos sólo tuvieron por resultado producir el mayor diastrofismo de la contigua Precordillera determinando la pscudoconcordancia y a veces la discordancia con que la «formaci ón petrolífera • se depuso sobre las rocas m ás antiguas. Todo esto es de notable importancia práctica. La sencille7. tectónica del territorio de Orán es favorable desde el punto de vista de la p robable existencia de yacimientos petrolíferos en la región. A cCIÓN EPIGÉ!'liCA.-En lo que se refiere a la hidrografía supt; rficial de la región, lo que hay de más notable des de el punto de \'Ísta morfo lógico es la frecuencia con que los ríos principales <¡nE: s urcan el territorio de Orá n cambiaron de cauce por largos trechos. Dignos de ser mencionados son los siguientes: 1) El Río Berm$jo, que antes tenía su lecho en el límite oriental de la llanura d e Orán, al Este de esa ciudad, atraviesa actualmente las lomadas que constituyen la extremidad meridio nal de la Sierra del Río Seco. La causa principal de este cambio se debe buscar e n la abundancia de aluviones que llevaba el Río Zenta en aque l punto, cons tituyendo con sn conoide de deyección un continuo obstáculo al desagüe normal de dicho río, el que se vió obligado a abrir,;e otr o camino a tr:tvés de dichas lomadas siguiendo la quebrada ya formada por algún arroyo secundario. 2) Algunos detalles del paisaje permiten suponer que el Río Pescado, en el trecho inferior de su curso antes de s eguir el trazado actual, desaguaba direc tamente en el arroyo Pedrigal, un poco m ás al Norte de la Quebrada Colazuti. El lecho de dicho arroyo es tá formado por material g uijarreño procedente en su mayor parte de las rocas antiguas de la Precordillera. 3) Hasta hace poco tiempo el Río Blanco o de Iruya juntaba sus agu 3.s con las del Río de Zenta, siendo el mayor afluente de este últim o r ío. Seguía su curso actual basta el Portezuelo de P ortillo y desde ( 1) d~ dos A N o se trataba 11e gran cosa. Se calcula que p:>:a cada cabe1:a se pagab a un derecho cuatro reales . -36- -37- " Puesto eo consideración el dictamen i con aceptación del propo" nente, se acordó en los términos p ropuestos por la Comisión y en su " consecuencia se fo rmule la correspondiente escritura con las segurida" des de Derecho' autorizando al efecto al Señor Presidente con lo que . « se dió por terminado el acuerdo. • Después de dicha fecha el Consejo de Orán no tuvo más ocasión de o cuparse de la cosa, ni ha sido posible buscar de otro modo la fe cha exacta del día en que empezó a funcio nar el desvío. Sólo se sabe que durante las primeras lluvias d el ,·erano de 18.65, a causa de una creciente muy c:mdalosa. una parte de las aguas del Río de Iruya con siguieron tomar el nuevo camino llevando consigo a dos peones que imprudentemente se habían entretenido en el cauce del nuevo canal. Fué suficiente esta primera creciente para ensanchar y profundizar ese cauce hasta tal punto que desc\e entonces el nuevo curso del Río Iruya se hi zo definitivo. Entre el Portezuelo del Portillo y la laguna uueya del Pescado (eo la confluencia actual de este último río con el de Iruya) existía un des nivel de cerca de sesenta metros. Ese desnivel ya no existe. Las fu erzas erosi\'as dt:l río desarrollaudo su mayor actividad contra e l fondo d e l cauce eliminó casi completamente ese desnivel ¡ se put!de calcular en 42. ooo. ooo de metros cúbicos el material llevado por esas fuerzas erosivas, orig inándose así un cañadón de 6o metros de alto y más de 100 de ancho en que, al presente, desde la confl uencia con el Río Piedras has ta s u misma confluencia con el Pescado, el Río de Iruya queda canalizado definitiva m en te. En las ban·ancas de erosión que forman las paredes de tal cañadón se puede ot>servar el más hermoso perfil del Terciario subandino. Lo hemos llamado «Perfil de Portezuelo" . Examin emos ahora los efectos inmediatos cu yo origen está ligado a la abertura dei cailadón del Portillo. Los aluvion es grues os que lle.na.b an en parte el valle superior del río de Iruya, en sn trecho entre R ío Piedras y San Carlos, no fueron muy lejos del punto donde las aguas dt:l río los habían arrastrado y se depusieron muy pronto, río abajo del antiguo desnivel, llenando completamente el cauce antiguo del Pescado y levan tando de algunos m etros el nivt:l de su fondo has ta tal punto que la laguna N ue~s fué la natural consecuencia del fen ó meno. Esta laguna se ha formado en la confluencia del Pescado Superior con el Río de Iruya. Al presente, entre los dos ríos el que lleva más agua y mayor cantidad de a luviones es el de Iruya, formando burra con estos materiales en la dese111bocadura del P escado y originando con esto dicha laguna. T e nemos también la impresión de que no sea completamente fortui-ta la coindideocia de los trabajos de Portezuelo con e l cambio de cauce del Río Bermejo a la altura del Teuco. (Foo.) URUH; Ru L11is C'armsco Secretario En la seswn del Consejo M un ici pal de O ctubre 10 de :863: " Se d ió parte de haber entrado a Secretaría una nota del seis del « presente de! co ntratista de la obra del Portillo pidiendo se mande la «Comisión q ue ha de recibir dicha obra; i o tra nota de S. S. el T e" niente Gobernador relativa al mi:;mo objeto¡ se mandó nombrar la « Comisi.;n pedida, compuesta de cinco iudivíduos; recayó la elección " en los Señores D. Pedro :Morale~. D. Mariano lllasco, D . F r. Ant. " Villafañe, D. J osé Arze i D. Atanasio Pt!rez.,. En la Sesión siguiente, de Octubre de 1863: «Se leyó el informe ele la Comisión q~ mandó para reconocer « la obra del Portillo avisando que aún no estaban cumplidas por el " contratista algunas condiciones a que estaba obligado, i puesto en • consideración i sin oposición ninguna, de acuerdo se le haga saher al • empresario Do n Miguel Reyes, que el Consejo no se daba por reci bí« d o de la obra i que por consiguiente pesaba sobre aquel seiior ti car " go de ll enar la contrata en todas sus partes, en e l tiempo prefijado " en ella». E 1•1 la sesión de N ovicmbre 2 de t863 el Consejo to mó la delibera. ción s iguiente • • No siendo suficiente para ayudar al gasto de la obra del P ortsllo « la subscripción levantada al principio de dicha obra¡ se acordó se « amplíe aquélla, nombrando en comisión, para la nueva subscripción, a " los señores, etc. etc. » No se comprende bien, e n estas frases, si se trató de aumentar la su m a de cien pesos votada en la sesión de A gosto 2 1 d e r863, o más bien si se refiere a una snbscripión púhlica, d e la que no se tiene noticia ninguna eu las sesiones precedentes. Después de nuevas dificultades y formalidades de las que tuvo que o cuparse el Consejo en sus sesiones de Diciembre 14 de 1863, Enero 16 Y Marzo 21 de 1864, Agosto 4 y 18 del mismo año, Septiembre 16 Y 23 de 1865, en esta última sesiói1: «habiendo sido ~lev uel t a tambié n la nota del « empresario del Portillo» (¡el q11c en m¡utlln misma sc.rión funcionaba como presidwle .') ucou el dictamen de la Comisión de acuerdos de que se le pa« gue por haber c um plido con el contrato estipulado, seg ún soli~ita, con " el ramo de carnicería por el término de ocho m eses, se acordo en los " mismos términos expuestos por la Comisión ». Según informaciones, el gasto total del trabajo no pasó de 850 pesos. 4) En la llanura de Orán, el Río de Zenta, en su c urso inferior, cambió de cauce muchas veces. Un cauce antiguo de tal río se observa tocla\'Ía al Sud de Od.n en el límite m eridional de l Campo Chico. 5) El Río Colorado, antes de juntarse cou el Río Santa María (afluente derecho del Bermejo) des aguaba en el San Francisco, siendo uno de los afluentes izquierdos más importantes de este último río. • -41- -40 El manantial de Vado Hondo es más conocido entre los habitantes del lugar, bajo el nombre de «Manantial del agua h edionda.• 4·"-EtZ el Río Co!omdo.-Otro manantial sulfhídrico con rastros de hidrocarburos y emanaciones gaseosas se encuentra S<'br c el eje del anticlinal CC en el pun~o en que dicho anticlinal atraviesa el Río Colorado sobre la orilla izquierda de este río. No es tan fácil buscar este manantial a cansa de ser muy peligroso · acercarse al punto en que fluye. Sin embargo . en tiempo de in\'Íern o estando el aire muy seco el fuerte olor a H~S que emana de sus aguas es la guía más segura para encontrarlo. El número de las manifestaciones descriptas y su u bicación constante sobre los ejes de anticlinales bien definidos constituyen dos hechos que impresionan muy fan>rahlemente; - tarde ~rano llam.·uán . la atención de algún capitalista o del Gobierno mismo y e,.; muy probable que se hagan los ga>tos y trabajos 'del ca.;o para buscar y explorar yacimientos petrolíferos en aquella reg10n. En t ales previsiones no estará de más exponer a continuactón algu nos datos cuya importancia práctica no reqniere demostrac ión. sariamente deberíaq limitarse los trabajos de exploración minera de que estamos hablando, el único que se presenta en buenas condiciones de vialidad es Vado H ondo, estando ligado directamente a Orán con 14 a 15 k ilómetros de camino transitable para carros; en los otros puntos n o cabe duda que la mayor dificultad técnica y económica con que se tropezará al iniciar los trabajos de sondeo será la falta absoluta de vías de comunicación. El acceso a dichos puntos no será posible sino despnés de haberse cortado varios caminos carreteros a través de los bosques que enbren la región. S¡l7·i. io r/e Corrros y Telt:![mfós. Funcionan perfectamente. El servicio telegráfico se inauguró r ecién el 6 de Enero ppdo. 2 ." SJ.~CCIÓN. -Rl::C URSOS NATURALES DE LA R EGIÓN Como la.-> condiciones demográficas, etc. del Dis~rito Minero de Orán son muy parecidas a las del Distrito de Tartagal, así para evitar repeticiones, nos pennitim os indicar al lector n uestro informe sobre tal Distrito (1) par a todo lo que se refiere a los datos siguientes: poblaci611; Condiciones económicas del Distrito !.a SECCIÓN.-VÍ AS DE CO~lU:--IlCACIÓN Y . P€::-l'ETRACIÓ:--1 ECO:--If'n 1ICA Vías de cutmmt'cnritíu.- Ya está aprobada por el Honorable Congreso la construcción de un ramal ferroviario entre Orán y Pichanal (F.C.C.N.) Tal construcc ión se impone con b mayor urgencia y es de lamentar que se pierda tanto tiempo antes de iniciar los trabajos correspondientes. E n la ciudad de Orán y.1. existen algunas i ndustrias debido especialm .! llte a la buena voluntad y la ejempl ar actividarl de sus habitant es, pen:, eso no es-nada, absolutamente nada, fr ente a !o que se puede esperar de aquella región pri vile~iada cuando t enga un fenocarril (cuer os, frutos, maíz, arroz, caña de azúcar, maní, etc.. etc.) Actualmente la pobre ciudad de Orán, centro antiguo de acth·idad y ele pr oducción, experimenta todo el daño que le ocasiona la competencia cercana de uucvos centros habitados a lo largo de un ferrocarri l con que está casi incomuuicacla y vegeta en una existencia muy penosa é iumerecida por parte de su excelen te población. N o se puede diferir más la construcción del proyectado ferrocarril entre O rán y Pichanal. Debe evitarse absolutamente e l desastre iucal culable que una mayor demora en la ejecuci,)u de la obra provocaría sin duda. Jltfedios .1' organización r/e /Qs lmnsportes.- T odos los transportes en tre Pichanal y Orán -se hacen por medio d e carros de dos ruedas y tirados por seis animales, pudiendo llevar hasta 1.200 kilos en m ercaderías; los fletes son bastante caros pudiéndose calcular en tre 20 y 25 pesos moneda nacional por cada carro y viaje. En cuanto a los diferentes puntos ele aquel territorio en que nece- 11if7r/enJ r/e C011SII'IIr:t.'i!ÍJt; cumbustiblc Y 1·ccursos afimcnüciñs; lim itándonos tan sólo a decir dos palahr as a propósito del aglfa. El agua de los r íos y arroyos q ue corren en el di,;trito es la que se emplea par a Jos ·usos domésticos. En la ciudad de Orán también se excavaron algunos pozos de balde, encontrándose una primera napa a los 12 metros. Pero el abastecimiento de la ciudad se hace por medio de acequias, cuya arteria prin cipal comunica con el Zenta, cerca de Vado H ondo. 3·" SECC I ÓN. -)lANO DE OBRA También a ese respecto se puede cousultar con pro,·echo nuestro informe precedentemente citado sobre el Dis trito de Tartagal. Antecedentes de la mineda del Distrito T od o lo que se ha hecho hasta ahora en t al sentido se reduce á manifestaciones muy fict icias. 1. Permisos rlc cateo. Nu merosos permisos de cateo se han pedido en estos últi mos a ños sin ulterior efecto y muchos de ellos ya han caducado. (1) Anales del Tomo vur N .• 4 . 1\iínísterio de Agricultura , Sccdón Gcologfa, Míneralogla y Mínerfa. • • -43- - - 42Mz'nas Nncedidas. La ünica concedida es la «Mina Porvenir» const ituida por cuatro pertenencias con una superficie total de 7!. hec~áreas alrededor de los manantiales de Deshecho Chico. E l conces10nano ?e tal mina Señor Saturnino Sara,·ia, se ha limitado hasta ahora a recoJer muestra~ del miner al en el punto donde brota naturalmente. Sólo rec~én se ha puesto en busca de capitales o socios para establecer en su mma un trabajo de explotación formal por medio de sondeos. 2. ---- Plan preventivo de trabajos • La existencia de manantiales petrolíferos en el Distrito Minero de Orán llamará tarde o temprano la atención de algún capitalista Y es muy probable que se gastará dinero en trabajos de. ~ondeo para buscar y beneficiar yacimientos petrolíferos de aquella ·regwn. . Sobre la base de lo que se ha hecho hasta ahora en la mayon a de empresas semejantes. se puede prever do~ cosas:. 1.0 Que dichos trabajos se ejecuten sin preocuparse de estudtar previamente el terre~o encargando de tal estudio a personas competentes, y, 2. 0 • Que ~as pnmeras perforaciones se hagan en la proxim idad de las mamfestac10nes petrolíferas superficiales. . . Dichas manifestaciones están relacionadas con los antlchnales BB, ce, DD (véase el mapa), que recorren la re~ión en el sen~ido d.e su mayor dimensión. También se dice .que extsten·. otras n~a111festac~ones en el antidinal (EE) del R ío Seco, pero no ha stdo postble avenguar tal presencia. . , En el anticlinal AA no se han encontrado manantiales de petroleo; además, dicho anticlinal se debe considerar como abierto co.n resp~cto al nivel petrolífero prinucrio. Sólo se han encont1 ado esqUlstos . bttuminos<>S y capitas o vetitas de rafaelita (?) en los estratos basales ~e las «Areniscas in~riores •. (Pizarras carboníferas de Bodenbender, carbon de Montenegro), en Río Lipeon, etc. ~e pueden formular las· previsiones siguientes en cnanto a los resultados de las futuras perforaciones: En D"shecho Ouco (Mina «Porvenir•),- Antes de iniciarse l~s trabajos de perforación en este lugar habría que averiguar, con e~t~d10 muy detenido, en que condicione:> prosigue más al Norte el _anttclmal BB en territorio boliviano desde la orilla izqu ierda del BermeJO. Tres condiciones tectónicas son ·posibles: a) Que el anliclínal baje otra vez más y más al norte, de manera que las «Areniscas superiores• de su núcleo desaparezcan nuevamente debajo del <<Terciario subanclino»; b) Que el · anticlinal baje sólo después de haber aflorado una parte, a lo menos, de las «Areniscas inferiores»; Y . e) Que dicho anticlinal se levante, al con~rano, hasta que sean dsibles, eu la prosecución septentrional de su eJe, las rocas más antiguas, hasta el Paleozóico. El primer caso sería favorable, demostrando la estructura cupnliforme de dicho anticlinal; el segundo seria también favorable sólo en el caso de que. con perforaciones a regular p:ofundidad se pueda llegar al nivel primario, o mas profundo del petróleo relacionado con la serie del Permo-carbón; el tercer caso sería completamente desfavorable, tratándose de un anticlinal abierto, en que, por consiguient e, no puede existir un yacimie nto petrolífero. En el primer y segundo caso y teniendo éxito las primeras perforaciones, no hay duda que todo el trecho del mismo auticlinal entre Bermejo y Piedra Portillo está en condiciones de ser sondeado, aprovechando, por de pronto, los cortes transversales del Río Pescado, del Río de Iruya y de sus afluentes. Dos condiciones son poco favorables, a saber: la inclinación muy fuerte de las capas en ambas alas del anticlinal y el hécho de que el mismo antidinal se presenta algo sobreelevado en comparación con los otros, CC y DD. Más al Sud de Piedra Portillo no se puede admitir ·la existencia de yacimientos petrolíferos en e l antidinal BB debido a que se abre completamente para formar el elipsoide de Cerro Negro, Pabellón y Calilegua con núcleo probablemente palcozóico e intrusiones eruptivas. En Agua Blanca.-T ambién en «Agua Blanca» son posibles los tres casos A, B, C. considerados para Deshecho Chico; y por eso antes de que se inicie algún trabajo formal en ese lugar, mejor será estudiar definitivamente la prolongación del anticlinal CC, más al norte, en Territorio boliviano, desde la orilla izquierda del Berlllejo. También e¡¡ te an tic! in al tiene el inconveniente de presentar una fuerte inclinación de sus alas. En caso de buen resultado con ias primeras perforaciones, el trecho bueno para sondear tu este antidinal se prolonga al Sud, desde la orilla derecha del Bermejo, traspasando algunos kilómetros el lecho del Río Pescado. En el Río Co/omdo.-La manifestación del Río Colorado se encuentra sobre el eje del mismo anticlinal en condiciones bastante fav.o rables desde el punto de vista geológico para buscar allí con perforaciones un yacimiento petrolífero. Lo que más dificultaría el trabajo es la falta complt:ta de caminos en esas regiones muy ásperas y casi intransitables. ce En Vado llomlo. -El anticlinal DD es el que se encuentra en muy buenas condiciones para buscar en sus f:ntrañas un yacimiento petrolífero. Su estructura claramente cupulifonne, su forma deprimida («surbaissée») y su contigüidad con un sinclinal bastante ancho (llanura de Orán), hacen que dicho anticlinal sea el que presenta mayor número de condiciones para esperar los mejores res ultados en un trabajo de exploración por sondeos. En cuanto a la sz'erm deL Río Ser.o (Parte meridional de la Sierra del Alto, en el Distrito Minero de Tartagal), nada se puede decir definitivamente, hasta que no se haga en ella un estudio geológico detenido.