«A diferencia de CDC, Unió no siente admiración por la izquierda

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Domingo. 12 de julio de 2015 • LA RAZÓN
Cataluña
M. González/Shooting
ROGER MONTAÑOLA/ PORTAVOZ DE UNIÓ
«A diferencia de
CDC, Unió no siente
admiración por la
izquierda radical»
«En Cataluña falta perspectiva desde
fuera, nos miramos mucho el ombligo»
Marcos Pardeiro
BARCELONA- El joven Roger
Montañola (Barcelona, 1986) se
ha estrenado como portavoz parlamentario de los diputados de
Unió en el pleno de esta semana
aunque solo lleva dos legislaturas
en la Cámara catalana. Es extraño
porque apenas tendrá tiempo
para ejercer sus nuevas funciones,
ya que el período de sesiones se
agota y los diputados de Unió han
prometido preservar la estabilidad del Govern de CDC. Más allá
de estas circunstancias, a Montañola le toca dar un paso al frente
para mantener en pie el proyecto
de Unió.
–Su nombramiento como portavoz de los diputados de Unió es
consecuencia de la ruptura de
CiU. ¿Se la esperaba?
–Mentiría si dijera que pensaba
que no pasaría nada. Llevábamos
mucho tiempo con tensiones,
pero no me imaginaba la aceleración que tomaron las cosas. Todo
el mundo se tiene que sentir cómodo haciendo política y ahora
todos vamos a expresarnos con
más tranquilidad.
–¿De quién fue culpa la ruptura
de CiU?
–Fue culpa del cambio de coordenadas en la política catalana. La
federación de CiU se podía sentir
cómoda representando a un electorado muy amplio, que iba del
independentismo al autonomismo. Pero el contexto ha llevado a
una radicalización de la política
catalana en términos nacionales.
–¿Le molestó la sonrisa con la que
el coordinador general de CDC,
Josep Rull, explicó que el proyecto de CiU se había acabado?
–No es la mejor de las escenificaciones, pero yo entiendo que el
señor Rull defiende un proyecto
diferente al de Unió. Si el señor
Rull se ha sentido liberado de una
losa, le felicito. Nosotros también
nos hemos sentido liberados, la
verdad.
–La consulta interna de Unió
también evidenció una fractura
en su partido. ¿Es imposible recomponer la unidad interna?
–Es evidente que en Unió convivían dos almas y por eso la dirección quiso hacer una pregunta
inclusiva en la consulta. Lo que
pasa es que se produjo una estrategia de un sector del partido en
términos sucesorios. Jugaron
fuerte y perdieron. Yo les deseo lo
mejor, borrón y cuenta nueva.
Ahora ya estamos en otra pantalla
en la que Unió se presenta sola a
sus elecciones.
–¿Le apena la fuga de históricos
dirigentes de Unió como Joan
Rigol y Núria De Gispert?
–He de decir que la colaboración
de Rigol y de De Gispert en las
últimas campañas ya fue poca.
Hay gente que ha hecho un gran
trabajo en Unió, que se ha creído
«Pongo en duda
el compromiso
de Núria de
Gispert con Unió
Democràtica»
elproyecto y cuya marcha es dolorosa. Rigol ha querido mucho a
Unió para ser justos. Pero el compromiso de Núria De Gispert con
el partido, permítame que lo ponga en duda.
–Ha habido bajas en el partido,
pero insisten en que también ha
habido altas. ¿Cuál es el balance?
–Hemos tenido muchas más altas
esta última semana que en muchos meses anteriores.
–¿Lo podría expresar en cifras?
–No las tengo, pero la persona de
administración que las lleva me
dice que van muy bien.
–¿Qué espacio tiene Unió en estas
elecciones y en este contexto radicalizado?
El portavoz parlamentario de los diputados de Unió, Roger Montañola, esta semana en el Parlament
–Tiene espacio dentro del catalanismo de toda la vida, de ese catalanismo que no se quiere poner
límites pero que, a la vez, es consciente de que vivimos en un país
de la Europa occidental y, por
tanto, hay que hacer las cosas de
forma correcta. No somos partidarios de hacer política desde la
épica cada día.
–¿Convergència pasa de ser su
principal socio a su principal
adversario?
–Pasa a ser un adversario, igual
que cualquier otro adversario.
Antes, no obstante, hay que ver
cómo se configura esta lista de
partidos, o de no–partidos, del 27
de septiembre. Nosotros defenderemos nuestras ideas con claridad
y comprobaremos el espacio político que tenemos.
–Se lo preguntaba porque parece
lógico que Unió y Convergència
compitan por el electorado tradicional de CiU.
–CDC sabrá si se quiere dirigir al
electorado más inflamado o al
votante tradicional de CiU. Nosotros sabemos lo que somos, tenemos un cuerpo doctrinal muy
sólido, somos el partido de Cataluña mejor conectado a nivel europeo y hemos conectado con la
nueva política. Soy el diputado
más joven del Parlament, he nacido en 1986 y no vamos a aceptar
lecciones de nueva política por
parte de nadie.
–Unió Democràtica puede pasar
en pocos meses de ostentar la
presidencia del Parlament, la vicepresidencia del Govern, tres
conselleries y dos significativos
grupos parlamentarios en Barcelona y en Madrid a verse despojado de todo este poder
institucional. ¿Teme el riesgo de
la irrelevancia política?
–Si el precio del poder institucional
es defender lo que no crees, no
estamos siendo fieles a nuestras
ideas. Nosotros no somos de sillas.
Mucha gente nuestra ha dimitido
ahora en el Govern, lo han hecho
porque creen en la nobleza de la
política y no han querido mantenerse a cualquier precio. La política es una vocación, no un trabajo.
–¿A usted también le parece «estrambótica» la lista sin políticos?
–Comparto esta opinión. Todo
depende del contexto en el que se
analizan las cosas. En Cataluña
falta perspectiva de fuera, nos
miramos demasiado el ombligo.
Mi novia es italiana y vive París.
Viajo bastante, el pasado mes estuve en Estados Unidos participando en un programa del departamento de Estado norteamericano de jóvenes líderes europeos. Y
visto desde fuera, cuesta entender
cómo va a ser la gestión del día
después del 27-S de una candidatura sin políticos.
–¿Qué puede ocurrir ese día después del 27-S?
–Cataluña es muy plural, pero en
los últimos años ha sufrido una
serie de políticas que han ayudado a incrementar el independentismo. El Gobierno de España ha
ayudado a crear independentistas. Todavía no tenemos elementos para juzgar una lista que está
en el aire y nosotros tenemos que
ir a la nuestra, a defender el catalanismo político moderado y a
intentar dar respuesta a todos los
problemas, y no solo a los de índole nacional.
–¿Unió querría entrar en un Govern tras el 27-S?
–Todos los políticos deberían tener voluntad de gobierno. Unió,
al menos, la tiene.
–¿Gobernar con quién?
–Con quien comparta una parte
de nuestro programa y con quien
entienda que el mundo ha cambiado. Somos conscientes de que
nos presentamos por primera vez
solos a las elecciones. Yo como
diputado he sido capaz de pactar
cosas con la mayoría de partidos
del Parlament, excepto con la
CUP. Ésta es una de las diferencias
que tenemos con CDC, que no
sentimos admiración por la izquierda radical.
–¿La carrera de Mas se agota?
–No lo sé. Me sorprende que quien
ha sido el rostro más visible del
soberanismo hoy se plantee no
estar.
–¿Hay Duran Lleida para rato?
–Estoy muy contento de verle
fuerte. Su valor político se puede
comparar al de muy pocos políticos en Cataluña.
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