NOVELA ROSA. En expansión: Chilena adulta busca fantasía romántica Amor: en la cárcel lo piden, en los quioscos lo exhiben y en internet lo compran. Este mundo paralelo de corazones, galanes y heroínas es sueño recurrente en el país y encabeza inusuales rankings. Es una adicción en crecimiento. -------------------------------------------------------------------------------ESTEFANÍA ETCHEVERRÍA -¿Lo quieres? Ella enmudeció, estaba tan incomoda con la pregunta que sintió ganas de salir corriendo para que nadie pudiera ver el carmín que encendió de golpe sus mejillas. Él la había descubierto con una novela romántica entre sus manos y sin ninguna consideración le preguntó frente a todos los clientes si quería comprarla. ¡Insolente! ¡Canalla! ¿Cómo se atrevía a humillarla de esa forma? No es cuento, a muchas mujeres les avergüenza que se conozca su afición a la novela rosa. Como beber del jarro o comer con las manos, comprar y leer historias de amor son acciones que algunos sólo se atreverían a hacer tras la puerta. Por eso internet llegó como caído del cielo, abriendo nuevas posibilidades para el amor en papel. Hoy la escritura, la difusión, venta y lectura sentimental está en cambio, y Chile es parte de la mutación. Romance virtual Chile está entre los 10 países que más buscan en google "novela rosa" y "novela romántica", y Santiago es ciudad top ten en las mismas categorías. Si vamos al grano, los chilenos somos los cuartos mayores responsables de las 600 mil vistas mensuales del más popular sitio especializado www.e-romanticos.com, sólo superados por España, Argentina y México, colosos de población e industria romántica. Mientras sabemos de mujeres asesinadas por sus parejas, comenzamos a hablar de femicidio y escuchamos cómo se compara el corazón femenino con balas y el masculino con falos en la canción "Balas y falos" de Colectivo Etereo, un grupo de mujeres navega en busca de amores que superan todos los obstáculos para alcanzar el "felices por siempre". Y cuando se dice mujeres no habla el prejuicio, porque la librería Antártica identificó a los compradores virtuales de novela romántica, y no hay ni un solo hombre. Lo que pasa en el sitio de Antártica es ejemplificador. De todos los libros que venden por internet, el primer lugar se lo lleva la novela romántica, que aporta un 7% de las ventas totales y va en aumento. Lo curioso es que en las tiendas concretas -de vitrina y estante- el amor sólo provee un 1%. ¿La explicación? Según Carlos Anabalón, gerente de negocios electrónicos de Antártica, la clave es el pudor. ¿Pero vergüenza de qué? Por años la crítica y la teoría han acusado a la novela romántica de sustentar el sistema hegemónico y de apoyar un modelo mujeril concebido desde el discurso patriarcal. Pero la crítica trascendió la academia y alcanzó el sentido común difundiendo el estereotipo de lectora romántica, inocente y con escasa educación. Así, sólo las osadas se atreverían a enarbolar con orgullo un libro en cuya portada un galán fornido apretuja a su amada que, henchida de pasión, se desborda del vestido como la pasta de dientes se escapa del tubo. Más osadía se requiere si consideramos que estas compradoras virtuales son mujeres bien alejadas del estereotipo, exitosas profesionales jóvenes (entre 25 años y 40 y algo) de las comunas del sector oriente de Santiago. Pero además de edad y ubicación geográfica, las casi 500 clientas estables de Antártica comparten su desinterés por el precio: se lo compran todo sin importarles cuánto vale. Gastan en promedio sobre $50 mil al mes. Novedad que llega, novedad que se llevan. Deseo carcelario Lejos de esposos, parejas, amantes, pololos, entre los muros de la cárcel de mujeres de Santiago, las reclusas han establecido su lectura favorita: la novela romántica de Barbara Wood y Danielle Steel. Número uno indiscutido de la biblioteca penitenciaria, asegura Paulina Vidal, Coordinadora de Bibliotecas Públicas de la Región Metropolitana. La predilección trasciende el recinto femenino, porque curiosamente los hombres que cumplen condena en Colina 1 también tienen a la novela rosa encabezando su ranking lector, aunque ellos prefieren la de corte más espiritual. Mientras el mercado en internet crece como si le hubieran inyectado hormonas y la lectura en cárceles se mantiene estable, hay un sector rosado que va en lento descenso. Se trata de la novelita barata que se vende en quioscos y tabaquerías. En Ahumada, casi al llegar a Alameda, un quiosco luce en la parte frontal dos "Jazmín", novelas de amor que se pueden comprar por $850. El quiosquero Juan Jaque cuenta que comenzó a vender estos libritos apenas llegaron a Chile, hace 25 años, pero que con el tiempo no sólo ha disminuido la ropa de las parejas en portada, sino que también han caído las ventas. La baja es corroborada por Silvia Pedregosa de Harlequín Ibérica, editorial responsable de "Jazmín", entre muchos otros títulos. Harlequín es la editorial de novela rosa más grande del mundo, con ventas anuales de 160 millones de ejemplares traducidos a 23 idiomas. Su clave -instaurada en su versión inglesa en los '70- fue ofrecer novelas muy baratas en sitios más cercanos a sus clientes: quioscos, supermercados, estaciones de servicio. Y aunque hoy esté disminuyendo su venta, Pedregosa rescata que Chile es, junto con Argentina, uno de los dos países latinoamericanos con mayor promedio de libros leídos por año. Tal vez un elemento a favor sea el que expone el gerente de negocios de Alfa (empresa que distribuye a Harlequín en Chile), porque Pedro Jerez asegura que "si bien el mercado de las publicaciones muestra una baja a nivel mundial, este tipo de lectoras son bastante fieles, lo que permite que su caída sea menor en comparación a otros temas". Sin amor pirata Fidelidad: clave en el amor eterno, en las relaciones idílicas y en este negocio fecundo. Tanto el estereotipo de lectora de novela rosa como la neoconsumidora virtual, se caracterizan por su lealtad con el género. Compromiso que se materializa al comprar toda la serie que siguen... y comprarla original, porque este es un mercado que no tiene problemas con la piratería. Asómbrese, pero Ezequiel Bajder de la colección La educación sentimental (editorial Vestales) afirma que si sus clientas llegan a enterarse de copias ilegales, ¡les avisan! Además de leales, las lectoras son fetichistas. Anhelan el libro como objeto. Como ejemplo, Bajder agrega que "incluso sabemos de sitios en internet que se dedican a escanear los libros y subirlos, pero esto no mengua las ventas, sino que las potencia, ya que una vez leído el texto, las lectoras desean el objeto libro". O sea, ellas son como la fantasía de un editor hecha realidad. A pesar de lo mal miradas que pudieran estar, las lectoras rosa comparten una característica admirable: son consumidoras con poder (o empoderadas, si prefiere). Ellas controlan el negocio. Toman decisiones, exigen información, y las empresas acatan. Las editoriales les ofrecen los primeros capítulos de cada novedad y están en constante relación con ellas. Todas las colecciones tienen sitios web donde la interacción es posible, les piden comentarios, sugerencias e incluso sus manuscritos. En el caso de las librerías, les pueden llegar a consultar si quieren alguna editorial nueva. La reproducción La relación estable entre las historias de amor y las lectoras románticas, ha dado frutos. En los últimos dos años las editoriales más importantes de habla hispana han tenido un parto múltiple de colecciones especializadas que ofrecen un flujo constante de novedades, al menos una al mes. Por ejemplo: Mondadori creó a Cisne, Santillana a Manderley y Planeta a Esencia y a La romántica booket. Las nuevas colecciones también llegan a Chile. Por ejemplo, Catalonia trae desde este año a La educación sentimental de Vestales. La particularidad de esta editorial es que está dedicada a autoras de habla hispana, lo que es una curiosidad en un mercado dominado por las escritoras anglosajonas. Entre la avanzada de escritoras de este sello, está Claudia Velasco, la única autora chilena del género. Desde su casa en España, Claudia se confiesa optimista, "de momento las autoras de habla inglesa parece que lo copan todo, pero las de habla hispana estamos encontrando nuestro sitio". Ella encontró el suyo con "El Medallón de los Lancaster", su primer libro que llegará a Chile a fines de agosto. La fórmula del éxito La asociación de escritoras románticas de Estados Unidos identifica dos elementos indispensables a una novela rosa: Historia de amor central y final "emocionalmente satisfactorio y optimista". Con un poco de atención, podemos agregar otros elementos a la fórmula. Al leer el catálogo de publicaciones de Harlequín queda claro que debe ser fácil identificarse con la heroína y que el héroe debe ser un hombre de quien es imposible no enamorarse. Ambos no deben tener más problemas que los amorosos, porque como contó Corín Tellado, la única vez que escribió un relato que incluía problemas económicos y sociales, la historia resultó un fracaso. Además, como estas narraciones generalmente apoyan la convención, sólo consideran el amor heterosexual (es más fácil enamorarse de un vampiro que de alguien del mismo sexo) y tratan a la felicidad como sinónimo del amor. Esta relación entre dicha y sentimiento es un factor muy importante al considerar a Patricia Espinosa, crítica literaria, que recalca que "asistimos a un neorromanticismo", pues ante un entorno de crisis, la posmodernidad elabora una "suerte de microrrelato de reencantamiento" que sugiere que la única felicidad posible es "una pequeña, transitoria relación amorosa, aunque con nostalgia por la totalidad". Frente a sus similitudes de fondo, las novelas románticas varían principalmente en dos cosas: el escenario (que depende del subgénero, ver recuadro) y la forma en que se describe el sexo. De las miradas a la cama, el nivel de descripción sexual varía según cada colección. Así, Harlequín Ibérica aclara en su página web que en su clásica serie "Jazmín", "los protagonistas sólo harán el amor si la situación lo justifica, y nunca se narrará de manera explícita", mientras que en "Deseo" -una colección más osada- "los protagonistas no tienen que estar necesariamente casados para hacer el amor, pero nunca debe ser tomado a la ligera". Es decir, el sexo y la ambientación subdividieron al género que el amor creó. El amor en mil pedazos La fragmentación del género romántico está muy desarrollada e institucionalizada. Algunos subgéneros son: HISTÓRICA: Es la novela rosa más popular en Chile. Como el género está dominado por escritoras anglosajonas, las historias ocurren normalmente en Inglaterra, Estados Unidos o Escocia. En este último precisamente transcurre una de las series más populares, con títulos como "El highlander enamorado", "El highlander apasionado", "El highlander disfrazado", y highlanders varios. PARANORMAL: Vampiros, fantasmas, hombres lobo y distintos seres protagonizan historias de amor con títulos como "Vampiro blanco, soltero busca". VIAJE EN EL TIEMPO: Mezcla fantasía e historia. La primera novela de la chilena Claudia Velasco está dentro de este subgénero, porque el galán debe viajar a los años de Enrique VIII. CHICK LIT: Novelas románticas actuales, con sofisticación y humor, como "Sexo en la ciudad". En Antártica este subgénero no es muy popular entre las lectoras románticas y va orientado a otro público. ROMÁNTICA-ERÓTICA: Tiene mayor contenido sexual, pero el amor siempre prevalece sobre los instintos. En Chile no ha sido bien recibida por las románticas. SUSPENSO ROMÁNTICO: Acción, detectives, crímenes y amor. En cifras En el Centro Penitenciario Femenino de Santiago, en la Cárcel de Colina 1 y en las bibliotecas públicas del país, la novela romántica es favorita quedando en el ranking número 1 Chile es el cuarto país que más visita el sitio www.e-romanticos.com, uno de los más populares del género, cuyas vistas mensuales alcanzan la cifra de 600.000 De todos los países latinoamericanos, los que más leen las publicaciones de Harlequin -la editorial rosa más grande del mundo- son Argentina y Chile, que queda en el número 2 En las tiendas de librería Antártica la venta de novela rosa alcanzan el 1%, pero en su sitio web es lo más solicitado y del total de ventas representa un porcentaje de 7%