114 PROBLEMAS DEL DESARROLLO L B R o 5 Marx como economista. EI presente libro reline dos bre­ ves trabajos del profesor Dobb** de indudable interes. EI primero de ellos y el mas extenso, Marx como econcmista, data de 1943, mientras el segundo, Sabre lA Contribuci6n a la Critica, de 1969. En Marx como economista en· contramos la frescura de la expo­ sici6n de los principales elemen. tos del marxismo, propia de quien ha transcurrido por una forma­ ci6n rigurosa en esta concepci6n. Empieza con una somera relaci6n de aspectos biograflcos de Marx, destacando los acontecimientos de indole te6rica y politica que hacen del marxismo una doctri­ na no concebible como un elemen· to cultural mas que venga a co­ locarse al lAdo de los economistas clasicos. Esto es, el marxismo re­ presenta el peculiar caso de una continuaci6n.ruptura frente a la economia de Smith y Ricardo. Acepta una idea fundamental en estos, la de que el sistema capita. lista esta regldo par [eyes, pero no concluye, y esta es una diferencia esencial, que 10 caracteristico de tal regimen sean e1 equilibrio y la perennidad. Dobb dedica un apartado d(~ este primer trabajo a desarrollar una sintesis apretada de los con­ ceptos mas relevantes de la obra magna de Marx, El Capital, des>­ de la comprensi6n del valor como una relaci6n social, pasando pOl los conceptos de acumulaci6n pri. miti'va, plusvalia absoluta, re1ati~ va y extraordinaria, hasta la pro. blematica de la tasa de ganancia, su nivelaci6n, su caida y los pre~ cios de producci6n. En 10 que respccta a la crisis econ6mica, Dobb comparte pie­ namente 10 aseverado por Marx en cuanto a que "Ia crisis misma s610 se puede I'epresentar contra e1 fondo de los movimientos rea­ les de la producci6n capltalista". [po 32] No debe llamarnos a sor;' * Maurice Herbert Dobb, Marx como economista, Ed. Nuestro liempo, Mexico, 1977, 157 pp. (pp. 7-60, textos de Dobb; pp. 61.157, apendice con textos de Marx, Engels y Lenin, seleccionado y ordenado por Alonso Agui­ lar M.). ** Para quienes se interesen por conocer la trayectoria y algunos detalles de la vida de Dobb, ver: "En Memoria de Maurice Dobb", por E. J. Hob.· hawn, Historia " Soeiedad, num. 16, Segunda tpoca, Mexico, 1977. M~xlco, N9 35, Aflo IX Ago;;to·Octubre 1978 116 presa, expresa Dobb" el no encon. trar en Marx Ia secuellcia preci­ sa por la que todas y carla una de las crisis, sin importar "las cir­ cunstancias concretas y especiales de tiempo y de lugar", debieran pasar. La crisis capitalista es pro­ ducto de la multifacetica contra­ dicci6n entre las fuerzas producti­ vas y las relaciones de prOOuc. cion, pero el detonante principal de una crisils particular habra que buscarlo en esta misma. A saber, segun nuestro autor, Marxconsideraba que la acumu­ laci6n de capital a una tasa cons­ tante encontraria pronto fuerzas que tendieran a trastornar el pro­ ceso. Es decir, nada garantiza que una rama de la producci6n no quede rezagada en relaci6n a las otras, 10 que es por demas, muy probable dada la anarquia de la produccion inherente al sistema. En otro caw, Marx se refiere a1 problema que surgiria can una acumulaci6n de capital a una tasa creciente. Lo anterior significaria que la clase capitalista destina mas plusvaHa a la reinversi6n que a su consumo, trayendo como con· secuencia el elemento del «sub­ consumo» en la crisis. Esto es aSl porque el consumo relativamente reducido de los capitalistas im;pe. diria la realizaci6n de buena par.. te de los productos elaborados en el sector que produce articulos suntuarios. Ademas, siendo carac­ teristico del sistema la compre­ sian salarial estos productos no tendrian posibilidad de venderse entr:e los obreros. Asi, la disminu­ cion de la producci6n en este sec­ tor muy pronto acarrearla el mis. mo efecto en cadena hacia otros sectores, dada la disminu'ci'6n del PROBLEMAS DEL DESARROLLO ingreso capitalista y obrero y de la inversion, que teste problema trae consigo. E,ntonces" "i como puede pues alguna vez aumental la tasa de reproducci6n amplia. cia?" Esto 10 explica Marx, con­ tinua Dobb, al decir que 10 ante· rior 0010 puede ocurrir hasta el punto en que las mercan'clas ex­ c.edentes se exporten a cambio del oro de los productores de oro. Para los problemas de la actuali. dad, se supone que el credito tie. ne un efecto similar a la importa­ cion de oro. l Un tercer caso se presentaria con el crecimiento de la composicion organica de capi­ tal que, si las fuerzas contrarres­ tantes fueran mas d6biles, traerian consigo el descenso tendencial de la tasa de ganancia. "Es eviden­ te que tal baja tendera a frenar el proceso de inversion adicional y precipitara una crisis; mientras qu~, operando como una tenden­ cia a largo plazo, constituira un obstaculo 'cada vez mas grave para el proceso de .expansion del capi­ tal". [po 35] SegUn Dobb" Marx consideraba 1 "Otra solucion seria que, previo al cambio en la tasa de acumulaci6n, hubiera 'OCurrido una modificacion en la distribucion de la inversion entre los dos departamentos de la indus­ tria, con la cual se adaptaran los pro­ ductos relativos de bienes de capital y consumo al cambio, proporcional­ mente al ingreso gastado en consumo. Marx hubiera considerado tal hecho demasiado previsor y planificador para ser una solucion posible bajo el capi­ talismo". M. Dobb, "A Lecture on Marx" (1942), en: On Economic Theory and Socialism, p. 198. Collect­ ed Papers. Routledge and Kegan Paul Ltd. London and Boston, 1972. 1\Tpxleo, X'.l 35, Afio IX 117 LIBROS que la tendencia al descenso de la tasa de ganancia se impondria so­ bre las contratendencias, en eI largo plazo, "y parece claro 'que en este caso Marx pensaba prine cipalmente en nuevas tecnicas para ahoITar trabajo y cambios tecnicos como predominantemen­ te de este caracter; aunque el des­ enlace mismo como es natural, tendra que depender en buena parte del resultado de la lucha entre el capital y el trabajo sobre e) reparto del producto". [p. 36] El sistema, desde este punto de vista, al solucionar parcialmente sus problemas presentes reducira las posibilidades de sortear con exito los futuros; los efectos de la plusvalia relativa como medio de contrarrestar la tendencia descen­ dente se hacen cada vez mas de. biles cuanto mas actua este recur­ so, a menos que aparezcan perio­ dos excepcionales de invencion ra.. piela 10 que, s.eglin nuestro autor, es poco probable que ocurra. Enseguida, Dobb nos presenta un cuadro sucinto de la teoria econ6mica posterior a Marx, que "se batia en retirada alejandose de la posicion de la escuela cIa­ sica".2 [po 37] EI segundo texto del libra tra­ ta algunas consideraciones sobre la metodologia marxista, princi. palmente su enfoque hist6rico de la sociedad burguesa y el ir de las fonnas aparenciales del mercado al estudio del proceso productivo capitalista. Con respecto a Ia ena­ jenacw 11" Dobb piensa que LA Critica YJ mas aun, EI Cap'ital re­ presentan un desplazamiento del enfasis" en comparaci6n con los Manuscritos de 1844, en 10 que a los detenninantes de esta respec­ tao "En el desenvolvimiento rna­ duro del pensamiento de Marx, evidentemente no son s6lo las mercancias y el dinero, sino el capital y la fuerza de trabajo como una mercancia, los que for­ man el meollo de la enajenaci6n humana, asi como es la lucha de clases el vehiculo que finalm.ente producira la soluci6n y. la eman. cipaci6n". [p. 58] El libro es arn;pliamente reco­ mendable para aquellos interesa· dos en el estudio de Ia ciencia so­ cial y, pese a su brevedad, esta avalado por uno de los pensado­ res progresistas mas s6lidos de nuestra epoca. AGUSTIN cUE MAN­ 2 Ver en especial del mismo autor: "Teoria del Valor y de la Distribuci6n desde A. Smith", cap. 7, 'La Revolu­ cion Jevoniana'; Econom£a PoUtica y Capitalismo, "La Tendencia Econ6­ mica de la Economia Modema." Agosto-Octubre 1978 CERA.