Guerra de desgaste

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Guerra de desgaste
Extraído de Viento Sur
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Marruecos
Guerra de desgaste
- solo en la web -
Fecha de publicación en línea: Domingo 4 de septiembre de
2011
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Guerra de desgaste
Contrariamente a las ideas difundidas en los medios y a pesar del referéndum concedido por el rey, no existe
excepción marroquí. La protesta está encarnada en Marruecos por el Movimiento del 20 de febrero (M20F), amplias
capas de la sociedad se han politizado y el proceso de cambio podría acelerarse.
El referéndum del 1 de julio ha avalado el "si" mayoritario (98 %) con una tasa de participación oficial del 73%. La
nueva Constitución, a la que se supone confirmar "la excepción marroquí" y balizar la construcción de un estado de
derecho, continúa consagrando el poder absoluto por encima de los cambios de escritura. Si el primer ministro
saldrá del partido mayoritario, el Consejo de Ministros seguirá presidido por el rey y los partidos gubernamentales,
sin ninguna excepción, ha sido integrados en las ruedas del despotismo. Por otra parte, las "elecciones" no reflejan
un pluralismo social y político real, sino que más bien tienen que ver con una fachada democrática.
Ciertamente, el rey ya no es "sagrado", es solo, por su función, inviolable y no puede rendir cuentas. Es él quien
preside el destino del gobierno, del parlamento y de la justicia al mismo tiempo que tiene poderes exclusivos en el
campo religioso y sobre el ejército. Es a él a quien corresponde el poder de presidir el Consejo Superior de
Seguridad y de nombrar los embajadores, los gobernadores y walis, y el director del Banco de Marruecos y los
directores de las empresas llamadas estratégicas. En otros términos, en el seno del gobierno, el rey está en relación
directa con el Ministerio de Asuntos Islámicos, el departamento del Ejército, de Justicia y de Interior.
Parodia de democracia
No hay siquiera la sombra de una "reformita", a lo más, un maquillaje semántico. Las disposiciones que anunciaban
la no acumulación de las funciones políticas y de las actividades comerciales fueron suprimidas a escondidas la
víspera del referéndum. La campaña del referéndum ha ilustrado el método del poder: limitada a diez días, ha
movilizado al conjunto del aparato de estado, las redes clientelistas, las asociaciones profesionales, los medios
públicos y privados, las mezquitas, para imponer el "si", sin posibilidad de expresión de las posiciones de boicot o ni
siquiera del no. El mismo día del referéndum, han aparecido de nuevo las prácticas de otra época: compra masiva
de votos, desplazamiento forzoso en las zonas rurales para ir a votar, promesas de contratación, urnas no cerradas,
listas electorales elaboradas a medida....
Y a pesar de esto, la tasa de participación real es inferior al 45% y, basándose en los elementos proporcionados por
el propio Ministerio del Interior, el "si" en realidad no supera el 43%. ¡Una gran mayoría no ha ido a votar! Lo que no
ha impedido a Juppé [ministro francés de Exteriores] afirmar que "los marroquís habían tomado una decisión clara e
histórica con ocasión de una campaña de referéndum transparente" que, además se habría desarrollado
"respetando las reglas democráticas" y a un Sarkozy alabar los "avances capitales" en términos de separación de
poderes. La oposición había llamado al boicot y denunciado el carácter plebiscitario del referéndum.
La monarquía discutida
La "victoria" del si no se corresponde con las dinámicas reales que marcan una polarización social y democrática.
Aún más, conduce al efecto inverso del deseado por el poder. Lejos de legitimar la monarquía, el proceso del
referéndum y su resultado la ponen en el centro de la protesta. Se ha hecho la demostración de que el poder es
incapaz de reformarse o de realizar concesiones reales. La elección de la monarquía de implicarse activamente
llamando a votar si y a hacer adoptar una Constitución concedida, tallada a su medida, tiende a desplazar el centro
de gravedad de la protesta política hacia el palacio y no ya solo a su entorno y los círculos cercanos. Numerosos
eslóganes repetidos masivamente denuncian el dominio absoluto de la monarquía, los términos de "revolución", de
"masas revolucionarias" o la exigencia de hacer caer el régimen se abren paso. Las manifestaciones masivas el día
siguiente del referéndum muestran también que el resultado no ha llevado a una desmovilización. Hay habido
incluso un aflujo de nuevos manifestantes, al ser tan caricaturescos la afrenta y la arrogancia de los dueños del
poder. La nueva táctica del poder, para evitar una condena internacional es apoyar la formación de cuasi-milicias
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destinadas a provocar, intimidar y amenazar a los manifestantes haciéndoles aparecer como simples ciudadanos
defensores de la estabilidad y las constantes del reino. Lo que no le ha impedido reprimir violentamente tras el
referéndum el levantamiento de los habitantes de la ciudad minera de Khouribga y de su región, a los que se había
prometido un empleo a cambio de su voto... y que no han visto más que puestos atribuidos con cuentagotas y por
clientelismo.
La situación política sigue siendo imprevisible
El Movimiento del 20 de febrero, desde su lanzamiento, se ha mantenido en un umbral de reivindicaciones
inmediatas cuyo alcance es contradictorio con las estructuras de dominación de la monarquía. Reivindica una
Constitución democrática, la disolución del Parlamento, la dimisión del Gobierno, una justicia independiente, la
liberación de los presos políticos, el fin de la impunidad para los autores de la represión y de la dilapidación de las
riquezas públicas, el fin de la corrupción, el reconocimiento de la lengua amazigh como lengua nacional y
constitucional, la integración inmediata de los parados en la función pública, el amento del salario mínimo
interprofesional y la bajada del coste de la vida, la mejora de los servicios públicos y la garantía de su acceso a los
ciudadanos por un reconocimiento efectivo del conjunto de sus derechos, etc. El poder no ha podido ni dividir ni
recuperar ni debilitar la protesta popular, que ha echado amplias raíces. La guerra de desgaste llevada cabo ha
permitido evitar un enfrentamiento central combinando represión de masas y radicalización política; pero no ha
podido apagar el despertar social y democrático que moviliza a centenares de miles de personas.
El movimiento democrático, apoyado por un amplio frente, ha podido coagular una amplia base popular y
construirse una legitimidad real sin por ello ser capaz de operar un salto cualitativo. Esta situación inestable da lugar
a una partida de ajedrez imprevisible. Para el poder, lo principal es evitar una dinámica de radicalización que,
teniendo en cuenta las formas tomadas por la protesta, le confrontaría con un levantamiento generalizado y
nacional, y haría, cualquiera que fuera el nivel de represión, la situación ingobernable. Esta hipótesis que desvelaría
a la luz del día la debilidad estratégica de la monarquía representa para los dominantes una verdadera pesadilla.
Esta posibilidad depende, en último análisis, del posicionamiento del M20F y de la capacidad de la corriente
democrática radical y revolucionaria de hacer emerger en su seno un posicionamiento más radical.
En efecto, lo que está en juego es claramente ampliar la base social de la lucha articulando más estrechamente las
cuestiones democráticas y las cuestiones sociales, integrando de una forma más orgánica los movimientos sociales
en el combate actual, pero también haciendo posible la convergencia con el movimiento obrero y sindical incluso
superando los límites impuestos por las burocracias.
Más allá de esta política de acumulación de fuerzas, la batalla para acabar con la tiranía necesitará ir más allá de
las manifestaciones semanales, hacia la combinación de varias formas de lucha que permitan el bloqueo del espacio
público y de los sectores económicos que están acaparados por el poder. Implicará una maduración política del
movimiento incluyendo sus formas de organización para implantarse en los barrios populares.
Una evolución en este sentido comienza a avanzar. Así el movimiento de los habitantes de las chabolas se ha
sumado al M20F, en un cierto número de coordinadoras locales la cuestión de estructurar comités de acción en los
barrios está siendo discutida y adoptada, las experiencias parciales de ocupación permanente del espacio público
comienzan a ser debatidas.
Aceleración
Si es difícil hacer algún pronóstico sobre los ritmos de la próxima confrontación, el proceso actual ha permitido
politizar amplias capas de la sociedad y a las nuevas generaciones. La incapacidad orgánica del poder para
responder, incluso de forma limitada, a las aspiraciones sociales y democráticas más elementales, en un contexto
de crisis profunda del capitalismo dependiente y de la "fachada democrática" reducen en realidad los márgenes de
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maniobra del poder, incluso si puede ganar tiempo de forma coyuntural.
La conquista principal del movimiento es su capacidad para la acción colectiva y directa, para afirmar su rechazo a
las maniobras del poder, para superar el miedo y dirigirse ampliamente al pueblo. Todo esto forma los ingredientes
de una aceleración posible en las semanas que vienen.
11/08/2011
http://www.npa2009.org/content/maroc%E2%80%89-guerre-d%E2%80%99usure
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
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