Pablo y los Padres de la Iglesia Primitiva Examen del Cisma entre la Iglesia Primitiva y la Sinagoga Por Christopher O’Quin © Christopher O’Quin, 2002 traducido por: Ms. Rhode Flores Ward “Lo que oíste de parte mía mediante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros”.1 ¿Se respetó este dictamen apostólico? ¿Qué sucedió con las Comunidades Mesiánicas “cuando sus fundadores estaban aletargados? ¿Pudo el Espíritu de Verdad realmente guiar a los fieles a toda la verdad y mantenerles en dicha verdad?”2 En el artículo anterior examinamos de qué modo el Impuesto Romano, conocido como el Fiscus Judaicus, se convirtió en una poderosa motivación para muchos de los gentiles primitivos que creían en Yeshua, en cuanto a definir su fe de una manera completamente nueva y que no era judía. Sin embargo, debiera resultar evidente que esto no era posible sin al menos contar con la cooperación tácita de sus dirigentes, de modo que debemos de preguntarnos si el requerimiento de Pablo en relación con el hecho de confiar la verdad a hombres idóneos se hizo realidad o no. ¿Qué fue lo que sucedió en las diferentes Comunidades por toda Asia Menor para que se apartasen tan rápidamente del carácter hebreo de su fe? En este artículo examinaremos el desarrollo de las comunidades mesiánicas primitivas por toda la Diáspora y seguiremos la pista a cuándo, cómo y por qué las comunidades se desarrollaron juntamente con las sinagogas mesiánicas, cuyos líderes instituyeron una Fe Cristiana que se volvió hostil a sus raíces judías. ¿Plantó Pablo Iglesias? Las semillas de este cisma entre la Sinagoga y la Iglesia es algo que se puede ver desde el principio mismo de los esfuerzos misioneros de Pablo. El libro de Los Hechos muestra los métodos usados por Pablo para difundir las Buenas Nuevas. Atravesaron por Anfípolis y Apolonia y llegaron a Tesalónica, donde 1 II Timoteo 2:2. The Holy Bible, New International Version, (Grand Rapids, MI, USA: Zondervan Publishing House, © 1995). 2 Rev. Alexander Roberts & James Donaldson, Eds. “Introduction”, Christian Classics Ethereal Library, Early Church Fathers, Ante-Nicene Fathers, Volume I, (Calvin College, 1998). 1 había una sinagoga de los judíos. Y de acuerdo con su costumbre, Pablo entró a reunirse con ellos, y por tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras (el Tanakh), explicando y demostrando que era necesario que el Cristo padeciese y resucitase de entre los muertos. El decía "este Jesús a quien yo os anuncio es el Cristo”. Y algunos de ellos se convencieron y se juntaron con Pablo y Silas: un gran número de los griegos piadosos y no pocas de las mujeres principales.(Énfasis añadido)3 Desde Perga llegaron a Antioquía de Pisidia. Y en el día Sábado, habiendo entrado en la sinagoga, se sentaron. Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: "Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad”. Entonces Pablo se levantó, y haciendo una señal con la mano, dijo: "Hombres de Israel y los que teméis a Dios oíd…. "De la descendencia de David, conforme a la promesa, Dios trajo para Israel un Salvador, Jesús…. "Hermanos, hijos del linaje de Abraham, y los que entre vosotros temen a Dios, a nosotros nos ha sido enviado el mensaje de salvación…. "Nosotros también os anunciamos las buenas nuevas de que la promesa fue hecha a los padres, ésta la ha cumplido Dios para nosotros sus hijos, cuando resucitó a Jesús, como también está escrito en el salmo segundo…. "Por lo tanto, hermanos, sea conocido de vosotros que por medio de él se os anuncia el perdón de los pecados. Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree…. Cuando ellos (Pablo y Bernabé) salían, les rogaron que el Sábado siguiente les hablasen de estos temas. Entonces una vez despedida la congregación muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes les hablaban y les persuadían a perseverar fieles en la gracia de Dios.4 Y discutían en la sinagoga todos los sábados y persuadían a judíos y a griegos. Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicaba exclusivamente a la exposición de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. Pero como ellos le contradecían y blasfemaban, sacudió sus vestidos y les dijo: "¡Vuestra sangre sea sobre vuestras cabezas! ¡Yo soy limpio! De aquí en adelante iré a los gentiles”. Entonces Pablo se trasladó de allí y entró en la casa de un hombre llamado Tito Justo, quien era temeroso de Dios. Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa. Y muchos de los corintios que oían, creían y eran bautizados….Pablo se quedó allí por un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. 5 A juzgar por estos pasajes del libro de Los Hechos, es evidente que el método de Pablo para difundir las Buenas Nuevas era primeramente ir a la sinagoga en cada una de las ciudades, en las que encontraba tanto a judíos, desde el punto de vista étnico, como gentiles temerosos de Dios. Es significativo que Pablo hable, no a los que son ignorantes y desconocen la Biblia, sino a aquellas personas (tanto judías como gentiles) que conocían y apreciaban el Tanach, es decir, personas que tenían ya una base firme en las Escrituras y que se sometían a su autoridad. Porque como dice Santiago: “Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad quienes le prediquen en las sinagogas, 3 Hechos 17:1-4. Hechos 13:14-43. 5 Hechos 18:4-11. 4 2 donde es leído cada sábado”. 6 De modo que la idea de que Pablo participase en “Plantar Iglesias” es de lo mas engañosa teniendo en cuenta que implica que estaba intentando introducir una nueva religión en la comunidad. Está perfectamente claro que Pablo no tuvo jamás la intención de comenzar ninguna nueva religión ni tampoco quiso introducir lugares de adoración alternativos, sino que mas bien fue a la sinagoga y predicó un mensaje totalmente centrado en la Toráh a un pueblo que estaba también totalmente centrado en la Toráh. Lo que Pablo pretendía enfatizar era el hecho de que el Evangelio cumplía la promesa que le había sido dada a Abraham y que, por lo tanto no solo se encontraba dentro del contexto de los Pactos y de aquellas promesas para poder entender totalmente el mensaje de Pablo. Aparte de entender el Tanach, el mensaje de Pablo resultaría fácil de distorsionar, como pronto descubriremos. De hecho, Pablo afirma con toda claridad lo que es el Evangelio o las Buenas Nuevas: "Nosotros también os anunciamos las buenas nuevas de que la promesa que fue hecha a los padres, ésta la ha cumplido Dios para nosotros sus hijos, cuando resucitó a Jesús; como también está escrito en el salmo segundo…. " Por lo tanto, hermanos, sea conocido de vosotros que por medio de él se os anuncia el perdón de los pecados. Y de todo lo que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree… 7 Y nuevamente afirma: Digo, pues, que Cristo fue hecho ministro de la circuncisión a favor de la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los patriarcas, y para que las naciones glorifiquen a Dios por la misericordia….8 Ellos son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas. De ellos son los patriarcas; y de ellos según la carne proviene el Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. 9 De modo que si aceptamos el testimonio de Pablo mismo y su mensaje, debemos de llegar a la conclusión de que consideró el Evangelio como el cumplimiento de la promesa del Pacto. La una fluye con facilidad y totalmente de la otra y para Pablo no existe falta de continuidad o yuxtaposición entre el Tanach y el Evangelio. Reacción al Mensaje de Pablo Como hemos afirmado con anterioridad, las semillas del cisma que se produjo entre la Sinagoga y lo que posteriormente se desarrollaría para convertirse en la Iglesia, fueron sembradas como resultado de una mala interpretación del 6 Hechos 15:21. Hechos 13:32-39. 8 Romanos 15:8,9. 9 Romanos 9:4,5. 7 3 mensaje de Pablo ya en aquellos tiempos. Sus dos principales adversarios eran miembros del Judaísmo Tradicional y aquellos de entre lo que fue conocido como el “Grupo de la Circuncisión”. El mensaje de Pablo estaba claro, la justificación ante HaShem no era algo que se hallaba tan solo mediante una fe confiada en el Mesías al que El había enviado, Yeshua de Nazaret. Y este don gratuito de Dios estaba abierto a todos, tanto al judío como al gentil y es mas, el gentil estaba justificado como tal sin tener que convertirse formalmente en prosélito. Para muchos en el Judaísmo Tradicional este mensaje da la impresión de haber fracasado miserablemente. Para empezar, Pablo afirma que… “Y de todo lo que por la Ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él (Yeshua) es justificado todo aquel que cree….” 10Lo que ellos se preguntaban era lo siguiente: ¿Por qué es necesaria la fe en este Yeshua para tener justificación ante Dios puesto que ya somos los herederos del Pacto y ya tenemos a nuestra disposición los medios para nuestra expiación en Yom Kippur? En el caso de estas personas Pablo estaba ofreciendo la respuesta a una pregunta que nunca se les había ocurrido hacer. En opinión de ellos, ya se encontraban “dentro” por lo que no consideraban necesario este “Evangelio.” Pero Pablo predicó con toda claridad que aparte de Yeshua, todos eran culpables de pecado y estaban necesitados del perdón, un perdón que solo se encontraba en Yeshua. Este “Evangelio” daba la impresión de colocarles al mismo nivel que el gentil. ¿Cómo podía HaShem considerar a Su Pueblo del Pacto como si no fuesen mas especiales de lo que lo eran las Naciones? Para muchos que se habían criado en la Sinagoga, que se sentían orgullosos de la pureza de su raza y su nivel de cumplimiento de la Toráh, este era sin duda un mensaje ofensivo. “[De modo que] cuando los judíos [¿judeos?] se opusieron a Pablo y le trataron de manera abusiva, Pablo se sacudió sus vestidos en señal de protesta y les dijo: ‘¡Vuestra sangre sea sobre vuestras cabezas! Yo ya no tengo mas responsabilidad y de ahora en adelante iré a los gentiles’”. 11 Los otros adversarios de Pablo también continuaron siendo motivo de frustración durante todo su ministerio. Este partido, conocido como el Grupo de la Circuncisión estaba en gran medida formado por fariseos (ver Hechos 15) y reaccionaron de manera diferente a la de aquellos que rechazaron su mensaje rotundo, puesto que para ellos el hecho de que Yeshua era el Mesías no era algo que se cuestionaban ni tampoco estaba Su sacrificio expiatorio. Dios había cumplido Su Promesa del Pacto con el propósito de redimir y salvar a Su pueblo. Sin embargo, el término clave para ellos era “Su Pueblo”. Para el Grupo de la Circuncisión “Su Pueblo” significaba los judíos y solo los judíos y en respuesta al mensaje de Pablo solían decir: Ellos son israelitas, de los cuales son la adopción, (son) la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas. De ellos son los patriarcas; y de 10 11 Hechos 13:39. Hechos 18:6. 4 ellos según la carne proviene el Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén Por lo tanto, si los gentiles querían “pertenecer” era preciso que se hiciesen judíos por medio de una conversión formal. Esto es algo que deja muy claro Hechos 15. “Entonces algunos vinieron de Judea a Antioquía y enseñaban a los hermanos: “Si no os circuncidáis de acuerdo con el rito de Moisés, no podéis ser salvos.” El punto clave aquí no consiste en que los gentiles siguiesen la Toráh como una cuestión de jalajah, sino mas bien, se enseñaba que estaba en entredicho la salvación/justificación y era este grupo el que se había convertido en el objetivo de la ira de Pablo en su epístola a los Gálatas. Sin embargo, no consiguió el éxito total en cuanto a vencer a este grupo porque años después aún estaba teniendo las mismas luchas y le escribió de modo polémico a Tito diciendo: “Porque hay aún muchos rebeldes, habladores de vanidades y engañadores, especialmente de los de la circuncisión.” 12 Sin embargo, en el caso de los gentiles temerosos de Dios, el Evangelio de Pablo eran sin duda alguna noticias muy bienvenidas. Según ellos, Pablo estaba diciendo que: …en otro tiempo vosotros, los gentiles en la carne, erais llamados incircuncisión por los de la llamada "circuncisión" (que es hecha con mano en la carne). Y acordaos de que en aquel tiempo estabais sin Cristo, apartados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, estando sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido acercados por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, quien de ambos nos hizo uno. El derribó en su carne la barrera de la división, es decir, la hostilidad; y abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos hombres un solo hombre nuevo, haciendo así la paz. También reconcilió con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando muerte en ella a la enemistad. Y vino y anunció las buenas nuevas: paz para vosotros que estabais lejos y paz para los que estaban cerca, ya que por medio de él, ambos tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu.13 Lo que es de vital importancia para nuestra discusión es que por medio de Yeshua, los gentiles se convirtieron en miembros del Pacto y en ciudadanos del Israel de Dios. Como explicaría Pablo en Romanos 11, los gentiles habían sido injertados en el olivo de Israel y, por lo tanto, se esperaba que el gentil se adaptase a las normas y las obligaciones de Israel no a la inversa. El mensaje de Pablo colocaba a los gentiles y a los judíos en el mismo Pacto de la Toráh y en las mismas Promesas, de manera que ahora se esperaba que los gentiles se comportasen como buenos miembros de este Pacto. 12 Tito 1:10. Efesios 2:11-18. 13 5 Las Comunidades Mesiánicas de Pablo Sin embargo, en términos prácticos, las nuevas normas que se estaban aplicando a la relación entre los judíos y los gentiles harían necesario que ambas partes tuviesen que amoldarse en varios sentidos. En algunos casos hubo sinagogas completas que aceptaron el mensaje de Pablo para convertirse en lo que llamaríamos una Comunidad Mesiánica. En otros casos también está claro que solo algunos judíos y gentiles temerosos de Dios aceptaron el mensaje. En esos casos Pablo estableció sinagogas alternativas, con frecuencia muy cercanas a la primera. Resulta interesante fijarse en que en las excavaciones arqueológicas no se puede diferenciar entre sinagoga e “iglesia” de aquellos primeros años y es solo después cuando encontramos estructuras en desarrollo que son característicamente “Cristianas.” Por lo tanto, las comunidades que Pablo estableció inicialmente deben ser consideradas como los primeros frutos del cumplimiento de la promesa de Dios a lo largo de todo el Tanach, en cuanto a unir a Israel y a las naciones en la alabanza y en el servicio a El. Formaban, en un sentido, una “multitud que era una mezcolanza” de judíos y de gentiles temerosos de Dios adorando, de una manera que resultaba característicamente judía y, al menos inicialmente, estas comunidades mesiánicas parece ser que tuvieron mucho éxito bajo este arreglo. Como es natural Pablo no podía estar en todas partes al mismo tiempo ni permanecería siempre con vida para ayudar en el funcionamiento de estas comunidades. De manera que el nombramiento de dirigentes dignos de confianza, que pudiesen supervisar estas comunidades era de suprema importancia. ¿Cuáles fueron los criterios para escoger a los líderes y qué clase de estructuras formales descubrimos que estableció Pablo? El método de Pablo para establecer el liderazgo entre las nuevas congregaciones era bastante sencillo. Podemos juzgar por sus propios escritos que el sistema que estableció estaba compuesto por una serie de obispos y diáconos (shammashim). Su exhortación a Timoteo14 representa muy bien su visión para las Comunidades Mesiánicas. Los términos obispos y ancianos, que encontramos a lo largo de todas las epístolas de Timoteo, se superponen mientras que los requisitos para los diáconos son esencialmente los mismos que para los ancianos y los obispos a excepción de los requisitos relacionados con la enseñanza. Parece ser que la ordenación se llevaba a cabo de una manera poco ceremoniosa mediante “la imposición de manos” por parte de un grupo de ancianos ya establecidos. En lo que se refiere a ejercitar el poder, no existe la mas mínima alusión al uso de la fuerza. Pablo exhorta, suplica y persuade, pero no implica nunca el hacer ningún uso legítimo de la fuerza y vemos que usa las metáforas 14 I Timoteo 3-5. 6 de la familia con el fin de describir mejor la relación de los dirigentes con sus congregaciones, refiriéndose a sí mismo como un “padre” a sus hijos en la fe o como una madre que pasa por los dolores del parto para dar a luz a sus hijos.15 No hay nada como pueda ser un liderazgo de mano dura, que no cuenta para nada con la congregación mas adelante. Para resumir, da la impresión de que la estructura del liderazgo era orientado a la congregación, muy parecido a la clase de liderazgo con el que Pablo habría estado familiarizado en la sinagoga. De modo que nos encontramos con que al final del periodo del Segundo Templo existían dos comunidades religiosas, la una junto a la otra. Una era la tradicional sinagoga judía, compuesta por judíos y gentiles temerosos de Dios, que profesaban amor y devoción a HaShem y Su Toráh, pero que aún no estaban convencidos de que Yeshua de Nazaret fuese el Mesías. La otra comunidad, la Mesiánica, había seguido muy de cerca el modelo de la primera y también esta comunidad estaba formada tanto por judíos como por gentiles temerosos de Dios (aunque, desde el punto de vista demográfico, el peso recaía mucho mas sobre los gentiles), profesando también amor y devoción a HaShem y Su Toráh. Sin embargo, esta Comunidad Mesiánica abrazó a Yeshua como el cumplimiento de las expectaciones mesiánicas judías. Para cualquier persona que desease adorar al Unico Dios verdadero en comunidad, estas dos asambleas eran las dos únicas opciones. Sin embargo, lo que Pablo no pudo haber sabido a principios de la década de los 60 de la EC, eran los dramáticos acontecimientos que estaban a punto de producirse y que habrían de cambiar para siempre el curso del Movimiento Mesiánico. La Generación Posterior [Porque] cuando el grupo sagrado de los apóstoles alcanzaron, de diferentes maneras, el final de su vida y la generación de los que tuvieron el privilegio de escuchar con sus propios oídos la divina sabiduría habían muerto, los errores paganos comenzaron a contrarrestar la predicación de la verdad predicando el conocimiento al que falsamente se le había dado ese nombre.16 Lo que era imposible que Pablo supiese en los últimos años de su vida era que la nación judía se sublevaría en contra de Roma, sumiendo no solo a la nación judía, sino también a la fe judía en una lucha por la supervivencia. Para entonces, el año 70 de la EC, Pablo, Pedro, Santiago y todos los Apóstoles habían desaparecido, quedando tan solo Juan y la historia de las Comunidades Mesiánicas primitivas estaba a punto de dar un giro dramático. 15 Gerald F. Hawthorne, Ralph P Martin, Daniel G. Reid, Ed. Church Order and Government, Dictionary of Paul and his Letters. (Downers Grove, IL: Intervarsity Press, © 1993), pp.132-133. 16 G. A. Williamson, trans. Eusebius, The History of the Church. (New York: Penguin Books, © 1989), p. 96. 7 Siempre había existido la oposición a Yeshua y Su mensaje por parte del establecimiento del Templo y entre el momento de la ascensión de Yeshua y la víspera de la Guerra Judía, los diferentes partidos judíos existieron juntos en una incómoda tensión. Vemos en el libro de los Hechos que se produjo una persecución de corta duración de la Comunidad Mesiánica, pero parece ser que la mayoría de los judíos la consideraban un partido legítimo dentro del Judaísmo y que su supervivencia era viable. Sin embargo, en la víspera de la Guerra Judía tuvo lugar un suceso que dio lugar a que se produjese un marcado cambio, de vital importancia, en el camino. El historiador Hegesipo describe el acontecimiento de la siguiente manera: "Santiago, el hermano del Señor, se convirtió en sucesor en el gobierno de la Iglesia juntamente con los apóstoles. Había sido conocido como Justo desde los tiempos del Salvador hasta el presente, porque había muchos que tenían el nombre de Santiago. Fue santo desde el vientre de su madre y no bebió vino ni ninguna otra bebida alcohólica ni tampoco comió carne. No usó jamás la cuchilla sobre el pelo de su cabeza, no se ungió con aceite ni usó el baño. Solo a él se le permitía la entrada en el lugar santísimo, porque no llevaba puestas prendas de lana, sino de lino y tenía por costumbre entrar solo en el templo, por lo que se le encontraba con frecuencia sobre sus rodillas suplicando el perdón para el pueblo, de manera que sus rodillas se volvieron duras como las del camello, a consecuencia de estar constantemente doblándolas en su adoración a Dios, pidiendo el perdón para el pueblo. Debido a su gran justicia se le conocía como el Justo y Oblias, que significa en griego: `baluarte del pueblo' y `justicia,' de acuerdo con lo que los profetas declaran acerca de él. Ahora algunas de las siete sectas, que existían entre el pueblo y que he mencionado en las Memorias, le preguntaron: `¿Cuál es la puerta de Jesús?' y él contestó que era el Salvador. Debido a estas palabras algunos creían que Jesús era el Cristo, pero las sectas arriba mencionadas no creían ni en la resurrección ni en la venida de uno que habría de dar a cada hombre conforme a sus obras. Pero todos aquellos que creyeron lo hicieron gracias a Santiago y, por lo tanto, cuando incluso muchos de entre los gobernantes creyeron, se produjo una conmoción entre los judíos, los escribas y los fariseos, que afirmaban que existía el peligro de que todo el pueblo estuviese esperando a Jesús como el Cristo. De modo que presentándose ante Santiago como un cuerpo le dijeron: `te rogamos que reprimas al pueblo, porque se han apartado y han seguido a Jesús como si fuese el Cristo. Te rogamos, pues, que convenzas a todos los que han venido a la fiesta de la Pascua respecto a Jesús; porque todos tenemos confianza en ti. Porque damos testimonio, como lo hace todo el pueblo, de que eres justo y no haces acepción de personas. Por lo tanto, convence a la multitud para que no se descarríe respecto a Jesús porque todo el pueblo y todos nosotros también, tenemos confianza en ti. Por ello, te rogamos que te coloques sobre el pináculo del templo, para que te puedan ver bien desde esa altura y para que todo el pueblo pueda escuchar tus palabras. Porque todas las tribus, incluyendo a los gentiles, se han reunido por causa de la Pascua.' Por lo tanto, los anteriormente mencionados escribas y fariseos, colocaron a Santiago sobre el pináculo del templo, le gritaron y le dijeron: `Tu, el justo, en 8 quien todos debiéramos tener confianza, teniendo en cuenta que el pueblo está siendo llevado por el mal camino, siguiendo a Jesús, el crucificado, decláranos, cuál es la puerta de Jesús.’ Y él contestó a gran voz diciendo: `¿Por qué me preguntáis respecto a Jesús, el Hijo del Hombre? El mismo está sentado en el cielo, a la diestra del gran Poder, y está a punto de aparecer en las nubes del cielo.’ Y cuando muchos se sintieron totalmente convencidos y glorificados en el testimonio de Santiago, y dijeron: `Hosana al Hijo de David'. Estos mismos escribas y fariseos se dijeron de nuevo los unos a los otros: `Hemos actuado mal en suplir este testimonio a Jesús. Subamos y derribémosle, a fin de que teman creer en él.’ Y gritaron diciendo: `¡Oh! oh! El hombre justo también está equivocado.' Y cumplieron las Escrituras tal y como aparecen en Isaías: `decid a los justos que les irá bien, que comerán del fruto de sus hechos. ¡Ay de los impíos! Les irá mal, porque les será hecho conforme a las obras de sus manos.’ Así que subieron y derribaron al hombre justo y se dijeron los unos a los otros: ‘Apedreemos a Santiago el Justo.’ Y comenzaron a apedrearle, porque no había muerto a causa de la caída, pero él se volvió, se arrodilló y dijo: `Te suplico, Señor, Dios, Padre nuestro, que les perdones, porque no saben lo que hacen.’ Y mientras le estaban apedreando de este modo uno de los sacerdotes de los hijos de los recabitas, a los que menciona el profeta Jeremías, gritó diciendo: `Deteneos, ¿qué estáis haciendo? El justo está orando por vosotros.' Y uno de ellos, que era un batanero, cogió el garrote con el que golpeaba la ropa y golpeó con él al justo en la cabeza y, de este modo, fue sometido al martirio. Y fueron y le enterraron allí mismo, junto al templo, y el monumento aún se encuentra junto al templo. De manera que se convirtió en un verdadero testigo, tanto ante los judíos como los griegos, de que Jesús es el Cristo.17 Basándonos en este texto, está claro que Hegesipo le está diciendo a sus lectores que el Judaísmo de la época del Segundo Templo a penas si puede considerarse monolítico, mencionando las siete sectas o partidos además de los Mesiánicos o partido nazareno. Afirma que la principal oposición procedía de aquellos que no creían en la resurrección o en un juicio final. Parece claro, por lo tanto, según algunos de los fariseos, a los que se menciona de manera concreta, que Hegesipo debe de estar refiriéndose a los saduceos y al liderazgo de los Sumo sacerdotes. Es mas, el tema único consistía en si Yeshua era o no era el Mesías, la “puerta”. También parece indicar que hasta Santiago esperaba el regreso inmediato de Yeshua y, por ello, la ciudad entera se hallaba alborotada. Pero al matar a Santiago, estos dirigentes judíos influyentes estaban mostrando, de manera categórica, que se negaban a toda costa a hacer ninguna concesión, compromiso o disposición a amoldarse en algún modo al Partido Mesiánico. Después de la destrucción del Templo judío en el año 70 EC, el judaísmo se vio obligado a definirse de manera diferente, aparte de sus tradicionales rituales en el Templo. Lo que surgió en Yahveh fue una asamblea de sabios, 17 Eusebio, pp. 58-60. 9 bajo la dirección de R. Yohannan Ben Zakkai, que consiguió reunir a su alrededor a una serie de sabios supervivientes, que formaron una facultad de setenta y un ancianos, dispuestos a enfrentarse con los innumerables problemas que surgiesen de la nueva situación. A las comunidades judías que habían sobrevivido les llevaría algún tiempo reconocer su autoridad moral, pero a finales del siglo esta Academia en Yavneh se convertiría en el centro religioso, así como de la vida nacional del pueblo judío.18 El fariseísmo, que con anterioridad había sido uno de los muchos partidos en competición, halló una nueva expresión en el Judaísmo Rabínico, floreciendo de repente cuando un contexto social y político totalmente nuevo empezó a amenazar la supervivencia de Israel. El pluralismo judío había expirado en medio de las llamas de la Catástrofe y los fariseos habían ganado por defecto.19 Estos rabinos se establecieron ellos mismos como la norma y la piedra de toque de la ortodoxia, de manera que cualquier secta que no estuviese de acuerdo con ellos era tildada de "mínima" y el judaísmo rabínico se convirtió en el Judaísmo Ortodoxo.20 Fue, por lo tanto, en Yavneh donde el judaísmo oficial se redefinió de tal manera que excluyó al Judaísmo Mesiánico de su nueva y recién definida ortodoxia. Tal vez el único ejemplo y el mas claro de la oposición oficial a los seguidores de Yeshua se encuentre en el Birkat Ha Minim. Estas eran múltiples versiones, pero a efectos de nuestra discusión la versión palestina, que se encuentra en la Geniza de Cairo es la más directa. Dice sencillamente: "Y para los apostatas que no haya esperanza alguna y que el reino insolente sea rápidamente desarraigado, en nuestros días y que los nazarenos y los herejes (es decir, los minim) perezcan rápidamente y que sean eliminados del Libro de la Vida y no podrán ser inscritos en con los justos.” Tras el surgimiento del Judaísmo Formativo, los Nazarenos (Cristianos) fueron expulsados por la fuerza de las sinagogas al modificar una de las oraciones habituales. Esto les excluyó de manera efectiva de la adoración en la sinagoga y de continuar participando en la vida judía, viéndose su entusiasmo por la oración corporativa comprensiblemente empañada si por hacerlo estaban, de hecho, pidiendo en oración su propia maldición. A partir de ese momento en adelante, la ruptura entre el Judaísmo y el Cristianismo fue definitiva, ya que en lo que a la sinagoga 18 Vincent Martin, A House Divided: The Parting of the Ways Between Synagogue and Church (New York: Paulist Press © 1995), p. 109. 19 idem. pág. 112. Philip S. Alexander, “A Parting of the Ways from a Rabbinic Jewish Perspective,” Jews and Christians, the Parting of the Ways: A.D. 70 to 135, Ed. James D. G. Dunn, (Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Co., 1999), p. 7. 20 10 se refería, la Iglesia estaba prohibida.21 Cualquier cosa tan grave como pueda ser la modificación de la liturgia de la alabanza requeriría un manual de instrucciones, llevado a mano, para las sinagogas que se encontraban en la Diáspora. Una posible reconstrucción de estas instrucciones es la siguiente: Contenía una negativa formal de la verdad del relato cristiano relacionado con la enseñanza y la resurrección de Jesús, pues el Cristianismo era negar a Dios y la Ley. Se basaba en la enseñaza de Jesús, que era un engañador y al que los judíos habían matado. Sus discípulos habían robado Su cuerpo, para a continuación pretender que había resucitado de nuevo de entre los muertos y que era el Hijo de Dios. De modo que era imposible para los judíos tener nada que ver con semejante enseñanza y Sus seguidores debían ser formalmente excomunicados.22 De modo que vemos que para cuando se produjo el cambio de siglo, Yavneh estaba siguiendo una política de unidad y conformidad que no se hallaba en el periodo correspondiente al Segundo Templo. Es mas, esta política de la ortodoxia formalizaba una norma de exclusión estricta de los seguidores de Yeshua, a los que estaban empezando a ser conocidos normalmente como cristianos. Quedando los seguidores de Yeshua excluidos de manera efectiva de las sinagogas “de primera línea”, la obra misionera ya no fue posible entre el pueblo que observaba la Toráh y a partir de ese momento en adelante el público sería págano. Como dice Eusebio: [Pertenecientes] a la primera etapa en la sucesión apostólica…. [Ellos] difundieron el mensaje aún mas lejos y sembraron la simiente salvadora del Reino de los Cielos a lo largo y a lo ancho de todo el mundo…. Ambicionando predicarles a aquellos que aún no habían escuchado el mensaje de la fe y de darles los evangelios inspirados por escrito. Permaneciendo tan solo el tiempo necesario para establecer los fundamentos de la fe en un lugar desconocido u otro, nombrar otros como pastores, confiarles el cuidado de aquellos que acababan de traerles, se pusieron de nuevo en marcha de camino a otras tierras y otras gentes con la gracias y la cooperación de Dios…. 23 Los comentarios que hace Eusebio nos dicen muchas cosas acerca de cómo y cuándo la “Iglesia” se apartó de sus raíces hebreas para convertirse en la Iglesia Católica helenística del segundo siglo en adelante. En primer lugar, nos dice muy claramente que los evangelistas fueron a aquellos que aún no habían oído nunca hablar de la Palabra de Dios. Estos eran al parecer paganos, que carecían de cualquier enseñanza e instrucción en la Toráh y sin ninguna 21 Julius Scott, Glimpses of Jewish Christianity from the End of Acts to Justin Martyr, de un artículo sin publicar, presentado en una reunión en ETS, Noviembre 1997. 22 Martin, p. 154. 23 Eusebio, p. 100. 11 instrucción o conocimiento de la Toráh, hubieran sido totalmente incapaces de discernir la validez de su mensaje. Al contrario de lo que sucedió con los bereos, a los que Pablo alabó porque sometieron a prueba su mensaje, comparándolo con la Toráh, estas gentes no tenían manera alguna de protegerse. En Segundo lugar, después de permanecer tan solo el tiempo suficiente como para establecer una base mínima antes de proseguir viaje, el cuidado y el liderazgo de estos nuevos conversos era depositado en manos de hombres que, ellos mismos, eran nuevos conversos, lo cual transgredía uno de los más principios básicos de Pablo. “El (el obispo) no sea un recién convertido, para que no se llene de orgullo y caiga en la condenación del diablo.”24 Hasta Eusebio cuenta cómo un joven fue escogido para “instrucción en el liderazgo” basándose en su excelente y atractiva apariencia física y su ardiente espíritu.”25 De modo que no solo carecían estos hombres de la instrucción en la Toráh, sino que no hay indicación alguna de que fuesen a recibir dicha instrucción, incluso después de su conversión. Por lo tanto, no contando tan siquiera con una Biblia formal y tal vez tan solo un ejemplar del relato del evangelio, tuvieron que arreglárselas por sí mismos para intentar enseñar a sus nuevas iglesias cómo caminar conforme a una jalajah santa. Además existe un comentario desconcertante, hecho por Eusebio, acerca de los métodos evangelísticos de Pedro. Se nos dice que tenía por costumbre “adaptar sus enseñanzas a la ocasión, sin realizar ningún arreglo sistemático de los dichos del Señor….”26 En otras palabras, a veces Pedro improvisaba cuando le hablaba a su público. ¿Hasta qué punto Pedro pudo hablar sin preparación alguna es imposible saberlo, pero sin embargo, lo que sí es de vital importancia para que lo entendamos es que los Padres de la Iglesia primitiva consideraban sus métodos, mediante los cuales jugaba con la multitud, como perfectamente aceptables. Esto nos anima a preguntar cómo los evangelistas de aquella época debieron de presentar el Evangelio a una cultura pagana totalmente carente de ningún conocimiento de la Toráh. ¿Cómo pudieron aquellos hombres arreglárselas para instruir a sus nuevas congregaciones en la Toráh, acerca de la cual ellos mismos no tenían conocimiento? No tenemos mas que echarle un vistazo a las listas de los nombres de los Obispos de la Iglesia Primitiva para encontrarnos con nombres como puedan ser Xisto, Hero, Telesforo, Eros, Teófilo, etc. etc. La información que tenemos acerca de estos primeros dirigentes muestra que todos ellos eran totalmente deficientes en lo que se refiere a la instrucción en la Toráh y que su instrucción estaba mas bien relacionada con la filosofía helenística y fue a través de los ojos de un filósofo griego que interpretaron y desarrollaron su nueva religión cristiana. 24 I Timoteo 3:6. Eusebio, pp. 83-84. 26 Eusebio, p. 104. 25 12 El impacto de esto es algo que podemos ver muy pronto en el desarrollo de las Iglesias entre los pueblos paganos. Hay tres aspectos en los que podemos ver claramente de qué modo la Iglesia primitiva se apartó de la instrucción de Pablo y son el de la “Cena del Señor”, el cumplimiento del sábado y la jerarquía de la Iglesia. La distorsión de la Cena del Señor fue algo que se produjo muy al principio. Como es natural, la primera ocasión en que tuvo lugar este acontecimiento fue durante la tercera copa en la celebración del Seder de la Pascua de Yeshua. Mas tarde, en la epístola de Pablo a la Iglesia en Corinto (capítulo 5) también amonesta a su congregación que guarden esta misma observancia, a pesar de lo cual ya por el año 107 EC, vemos que la Iglesia Cristiana creó toda una teología separada y un culto alrededor de esta celebración, no estando ya la práctica relacionada con la comida de la Pascua o Pesach (que lo cierto es que quedo después formalmente abolida), sino que se le da un nombre totalmente nuevo, el de la Eucaristia. A la celebración de la Eucaristía se le concedieron poderes mágicos y fue estrictamente controlada. Por ejemplo, solo se la podía considerar válida cuando se situaba bajo el obispo o alguien a quien se la había encomendado, concediéndosele la condición de transubstanciación [porque] la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo.27 Y porque “este mismo Pan es la medicina de la inmortalidad, el antídoto en contra de la muerte y la vida eterna en Jesucristo.”28 Con este hecho nos encontramos con todos los elementos primarios de una Misa Católica ya en el año 107 EC. En lo que se refiere a cambiar el día de la adoración del Sábado al Domingo, esto también fue algo que sucedió muy al principio y lo encontramos en los escritos de Ignacio, en la Epístola de Bernabé y en la Epístola de Matetes, escrita alrededor de los años 107, 100 y 130 EC respectivamente, en las que dice que el Domingo se consideraba el día apropiado para la adoración. Por consiguiente, si el pueblo, que se había dedicado a las prácticas anticuadas se encontraba con la esperanza de una nueva vida y si estos ya no celebran el Sábado, sino que regulan su calendario según el Día del Señor, en el que nuestra Vida resucitó por Su poder y pasando por el medio de Su muerte…. 29 Por último les dijo: Vuestras nuevas lunas y vuestros Sábados no puedo eliminar, veis cuál es Su significado, no son vuestros actuales Sábados los que son aceptables [para Mi], sino el Shabat que yo he hecho, en el cual, cuando he dejado todas las cosas establecidas, estableceré el principio del octavo día, que 27 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius, Letter to the Smyrnaeans.” The AnteNicene Fathers Volume I. (Albany, OR: AGES Digital Library, 1999). Chapters 7-8. 28 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius, Letter to the Ephesians,” Ch. 20. 29 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius, Letter to the Magnesians,” Ch. 9. 13 es el principio de otro mundo. Por lo tanto, guardad el octavo día para regocijaros, en el cual Jesús también se levantó de entre los muertos y habiéndose manifestado ascendió a los cielos.30 Pero de nuevo sus escrúpulos en relación con las carnes y su superstición en lo que se refiere al Sábado y la vanidad de su circuncisión y el disimulo de su ayuno y las nuevas lunas, es algo que [no] creo que necesitéis aprender de mi, porque son ridículas y no son dignas de ninguna consideración.31 De manera que es evidente que los dirigentes de la Iglesia estaban a favor de un cambio en los días prescritos para la adoración, pero lo que resulta aún mas inquietante es de qué modo la Iglesia se puso dura en esta política, porque sin la capacidad para coaccionar al pueblo a que se sometiese a este cambio no podría haber durado. ¿De qué modo consiguieron esto? Creando una estructura de jerarquías de arriba abajo que mantuviese al pueblo “en línea”. Es preciso que todos sigáis la dirección del obispo, de la misma manera que Jesucristo siguió la del Padre; seguid al presbiterio de la misma manera que seguiríais a los Apóstoles, reverenciando a los diáconos de la misma manera que lo haríais con los mandamientos de Dios. Que nadie haga nada respecto a la Iglesia, sin contar con el obispo. Que la celebración de la Eucaristía sea considerada válida, bajo el obispo o cualquiera a quien se le haya encomendado. Dondequiera que aparezca el obispo, que esté el pueblo, de la misma manera que donde está Jesucristo está la Iglesia Católica. No se permite sin autorización del obispo ni bautizar ni celebrar un ágape, pero cualquier cosa que él apruebe también le complacerá a Dios y, por lo tanto, todo cuanto hagáis será prueba en contra del peligro y será válida.32 Que nadie se engañe a sí mismo: a menos que un hombre esté en el santuario, tiene que marcharse sin el Pan de Dios. ¡Sin duda alguna, si la oración de uno o dos tiene tal eficacia, cuanto mas no la tendrá la del obispo y la de toda la Iglesia! De ahí que: el que se ausente de la reunión común, por ese hecho mismo está mostrando orgullo y se convierte en un sectario, porque las Escrituras dicen: Dios resiste al orgulloso. Por lo tanto, andémonos con cuidado para no oponernos al obispo, a fin de que seamos sumisos a Dios.33 Evitad las malas y nocivas hierbas porque su jardinero no es Jesucristo, porque no han sido plantadas por el Padre. No que haya encontrado división alguna entre vosotros, pero sí encontré que había habido una purga. Sin duda, todos aquellos que le pertenecen a Dios y a Jesucristo son los que están de parte del obispo y todos aquellos que aún pueden cambiar de opinión y regresar a la unidad de la Iglesia, también le pertenecerán a Dios y, por ello, llevarán una vida aceptable a Jesucristo. No os engañéis, hermanos míos, si un hombre corre tras el cisma, no heredará el reino de Dios; si un hombre decide convertirse en un disidente, estará cortando toda relación con la Pasión. 34 Cuidaos, por lo tanto, de participar en una Eucaristía, porque una es la 30 A. Roberts, J. Donaldson ed., “The Letter of Barnabas,” Ch. 15. A. Roberts, J. Donaldson ed., “The Letter of Mathetes to Diognetus,” Ch .4. 32 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius to Smyrnaeans,” Ch. 8. 33 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius to Ephesians,” Ch. 5. 34 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius to Philadelphians,” Ch. 3. 31 14 Carne de nuestro Señor Jesucristo y una es la copa que nos une con Su sangre y uno es el altar, de la misma manera que hay un obispo asistido por el presbiterio y los diáconos, que sirven conmigo. Por ello os amoldareis en todas vuestras acciones a la voluntad de Dios. 35 Hubo un tiempo en que hombres como Ignacio usurparon la autoridad de la Toráh en sus iglesias, perdiéndose toda esperanza del cumplimiento de la Toráh en estas congregaciones. A juzgar por los escritos de Ignacio (107 EC) está claro que el modelo para el gobierno de la Iglesia era un reflejo fiel del gobierno romano. La autoridad emanaba de Jesucristo al Obispo, a continuación a los ancianos y diáconos. Puesto que el Obispo al parecer hablaba en lugar de Cristo, que es el Hijo de Dios, el oponerse al obispo era oponerse a Dios mismo. La Eucaristía, el bautizar y la asamblea común debían llevarse a cabo tan solo cuando y donde el obispo ordenase y puesto que Ignacio indica claramente que cada una de estas costumbres eran necesarias para la salvación, las personas estaban obligadas a obedecer los mandamientos del Obispo o de lo contrario se arriesgaban a perder su alma. Por lo tanto, teniendo en cuenta que los Obispos habían ordenado que el Domingo era el día apropiado para la asamblea común y que solo en ese día debían ser los sacramentos ordenados de manera efectiva, la persona solo podía ser salva adorando en Domingo. Mediante este acto los obispos estaban pisoteando bajo sus pies la Toráh de Dios y Sus Pactos. Es mas, parece ser que se debía observar la unidad, a toda costa. Para Ignacio no podía haber estado mas claro al decir que aquellos que no estaban de acuerdo con el Obispo estaban cortando toda relación con la Pasión de Cristo y no podían heredar el Reino de Dios. Sin embargo, esta clase de unidad era el tema tanto de la Iglesia como de la Sinagoga durante esa época. Los escritos de los Padres de la Iglesia están llenos de advertencias respecto a la unidad y la conformidad con su nueva ortodoxia, pero como hemos visto, lo mismo sucedía con los Rabinos. Cada lado amenazaba con la excomunión a cualquiera que diferiese. Un lado abrazaba la Toráh, pero rechazaba la Palabra Viva mientras que el otro abrazaba a “Jesucristo”, al mismo tiempo que rechazaba la misma Toráh que El personificaba y en algún lugar entre estos dos polos opuestos los fieles mesiánicos luchaban por sobrevivir. Para concluir, vemos que la ruptura entre la sinagoga mesiánica y la Iglesia helenística se produjo en gran medida cuando, debido a la influencia de los Rabinos de Yavneh, las sinagogas judías cerraron sus puertas al Evangelio y definieron un judaísmo normativo que era antitético al del Evangelio. Cuando esta opción quedó eliminada, la Segunda y tercera generación de comunidades mesiánicas se vieron obligadas a evangelizar entre los paganos. Una vez que estos que anteriormente habían sido formalmente gentiles paganos inundaron las congregaciones o establecieron asambleas que competían, las comunidades mesiánicas se vieron pronto abrumadas por las influencias de estos nuevos 35 A. Roberts, J. Donaldson ed., “Ignatius to Philadelphians,” Ch. 4. 15 miembros. Afirmando hablar en nombre de Dios, los obispos recién nombrados comenzaron, con arrogancia, a condenar el Pacto, el Pueblo y una Toráh acerca de la cual no sabían casi nada, castigando a los judíos como el pueblo mas malvado, que había recibido las señales del Sábado y la circuncisión, no como una bendición, sino mas bien como un medio de aflicción y castigo divino.36 Al ir apartándose estos grupos del Judaísmo Mesiánico, la intimidación, la coacción y los meros números parecen haber sido los factores principales que hicieron posible que sus puntos de vista se volviesen normativos en la teología cristiana. Como discípulos de Yeshua nuestra tarea, nuestra pasión, debe de ser la de seguir la verdad dondequiera que nos guíe. Porque lo que fue dicho sobre la Toráh hace tanto tiempo sigue teniendo validez: “Para siempre oh [HaShem], permanece tu palabra (tu pacto) en los cielos”.37 “Por generación y generación es tu fidelidad; estableciste la tierra y se mantiene firme. Tu pacto ,el cual hizo con Abraham, y de su juramento a Isaac. Lo confirmó a Jacob por estatuto, como pacto sempiterno a Israel.”38 Por lo tanto, cumplamos las palabras de Deuteronomio, Capítulo 30 regresando a Su Toráh con todo nuestro corazón de modo que nos vengan por fin tiempos de refrigerio de parte del Señor. 36 A. Roberts, J. Donaldson ed., Justin Martyr, “Apology.” Salmos 119:89. 38 Salmos 105:8-10. 37 16