Biografía de Carmen Laforet Carmen Laforet Díaz nació el 6 de septiembre de 1921 en Barcelona. Fue la primogénita de una familia de tres hermanos. En 1923 se trasladó la familia a Las Palmas de Gran Canaria. Al cumplir los trece años muere la madre de Carmen. La autora permanecerá en el archipiélago hasta los dieciocho años, momento en que decide volver a Barcelona, recién acabada la guerra, para cursar estudios de Filosofía y Letras. Se quedará tres años en la ciudad, alojada con su abuela que había enviudado. En Barcelona hace amistad con una joven refugiada polaca, Linka Babecka, reflejada en el personaje de Ena de la novela Nada. Carmen ya tenía vocación literaria pues había visto publicados en 1940 unos cuentos en el semanario santanderino Mujer. En septiembre 1942 se traslada a Madrid, acogida por su tía materna. Se matricula como alumna libre en Derecho y reanuda su dedicación a la Literatura. En enero de 1944 inicia la redacción de Nada, que concluyó en septiembre. Su amiga Linka, que también se había trasladado a la capital, le presentó al editor y periodista Manuel Cerezales, porque podría ayudarla a publicar su obra. Él fue quien la animó a presentarse a la primera convocatoria del Premio Eugenio Nadal de novela. Se le otorgó el premio y la novela tuvo un gran éxito como lo testimonian las sucesivas publicaciones en septiembre, octubre y enero del 46. Dos años después la novela gana otro premio, el Fastenrath de la Real Academia. En 1946 contrae matrimonio con Manuel Cerezales, y en lugar de aprovechar en enorme éxito de su primera obra para consolidar su recién iniciada carrera de novelista, decide consagrar los años siguientes a su familia. «Después del éxito de Nada yo juré que no volvería a escribir ninguna novela, estaba completamente harta…Entones decidí casarme y olvidarme» declaró en 1989. Entre 1946 y 1950 nacen sus hijas Marta, Cristina y Silvia. En 1951 regresa a la escritura con una colaboración en la revista Destino y la redacción de un nueva novela, La isla y los demonios. Por ese tiempo sufre una crisis espiritual que la reconcilia con la iglesia: hace pública su conversión al catolicismo. La revelación súbita del amor de Dios la novelará ella misma cuatro años después, a través de Paulina, en La mujer nueva. Durante esta etapa de militancia religiosa, publica el libro de cuentos La muerta. También publica una colección de novelas cortas, La llamada . Con La mujer nueva recibió el premio Nacional de Literatura y el Premio Menorca. En 1952 había nacido su primer hijo varón, Manuel y en 1957 Agustín. Volvió a editar sus obras en 1956 y antologó sus novelas. Ese mismo año abandonó su fe católica con la misma determinación con que la había abrazado en 1951. En 1963 publicó la novela La Insolación, primera de una trilogía -Tres pasos fuera del tiempo- Las dos otras proyectadas eran Al volver la esquina (que llegó a enviar a la censura en 1964 pero que retiró sin querer publicarla y que, finalmente, sus hijos editaron en 2004, tras la muerte de la autora) y Jaque mate, que no llegó nunca a escribir. En 1965 hizo un viaje por EEUU del cual surgió Paralelo 35, un libro de viajes escrito a base de observaciones asistemáticas y desprejuiciadas. Dos años despues realizo un viaje esta vez a Polonia, la patria de su amiga Linka, desde donde envía algunas crónicas a La Actualidad Española. En 1970 publicó la recopilación de cuentos La niña y otros relatos. Ese mismo año se separó de su esposo. Durante 1971 firmó en el periódico ABC una serie de artículos en forma de diario, pero su deseo de rehuir las consecuencias de la fama literaria que todavía perduraba desde la aparición de Nada la impulsa a viajar por Europa. Se instala finalmente en el Trastevere de Roma. A su regreso, en 1979 vive en Santander y se abstiene de participar en la vida cultural del país. Cuando murió, en 2004, llevaba años de absoluta soledad, retirada de la vida pública. Así, Carmen Laforet guardó silencio primero entre 1945 y 1952 y luego de manera definitiva desde 1963. Esto dibuja el perfil de una autora sobrepasada por el éxito de su primera novela y decidida a mantener una vida privada. De hecho, sus cuatro novelas guardan relación evidente con su propio itinerario biográfico. Están emparentadas estrechamente por la idea de transición a una vida nueva y la salvación en ella. El ingreso en una vida nueva o vita nuova se hace motivo recurrente en Nada y es el horizonte hacia el que se orienta su segunda novela, La Isla y los demonios, protagonizada por una muchacha de dieciséis años que vive en Gran Canarias. Estos datos sugieren que la autora haya aprovechado sus reminiscencias juveniles de las Islas Canarias. Como Andrea, Marta anhela romper con su vida presente, se siente asfixiada por una familia opresiva y sueña con el traslado a otro lugar como la conquista de su propio destino. En La mujer nueva se narra el nacimiento a una vida nueva, ésta de índole espiritual: la vida regenerativa de la fe y la doctrina católica, descubierta por Paulina de forma un tanto abrupta durante un viaje en tren. En La Insolación, es esta vez el personaje de Martín Soto que en los años de su adolescencia acumula las experiencias que le enseñarán la complejidad de las relaciones humanas y afianzarán su vocación de artista. Este mismo personaje será el protagonista, ya adulto, de Al volver la esquina. Ninguno de estos personajes tiene la personalidad completa de Carmen Laforet pero todos reflejan rasgos de su personalidad o episodios de su biografía. Lo reconoce en 1956: «mis novelas están hechas de mi propia sustancia y reflejan ese mundo… que soy yo» si bien añade, «en ninguna de ellas, sin embargo, he querido retratarme.»