La mezquindad de intereses políticos y económicos fraguó el magnicidio de Delgado Chalbaud Caracas, 13 Nov. AVN.- Este miércoles se cumplen 63 años del magnicidio del presidente de la Junta Militar de Gobierno, teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, quien fue asesinado por un grupo criminal que obraba bajo intereses particulares, vinculados a figuras de la burguesía nacional, en una sucesión de hechos que también sugieren la subrepticia injerencia de Estados Unidos, que ansiaba el recurso petrolero. Varios hechos indican que el teniente coronel Chalbaud era incómodo para algunos factores del poder económico y político que tenían intereses muy claros en el país, sobre todo ante los planes que existían sobre el tema de los hidrocarburos y la propia visión progresista del jefe de la Junta Militar de Gobierno, quien poseía un temple civilista. Recordaba el comandante Hugo Chávez, el 14 de noviembre de 2011, en su programa Aló Presidente, el carácter nacionalista de Delgado Chalbaud, así como sus primeras acciones en resguardo del recurso petrolero. Chalbaud envío a la primera delegación que viajó a Teherán (Irán) a reunirse con el presidente Mohammad Mossadegh, quien soberanamente había nacionalizado la industria petrolera iraní a principio de la década de 1950 y fue derrocado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés). "Esto fue uno de los primeros pasos rumbo a la creación de la OPEP (Organización de Países Productores de Petróleo) y mataron a Delgado porque no se subordinó a la burguesía criolla", consideró entonces el líder de la Revolución Bolivariana. Delgado Chalbaud tenía ideas muy distintas a la del gobierno norteamericano, había mantenido siempre una posición progresista dentro de la Junta Militar. Éste era partidario de convocar elecciones libres, formar un congreso y constituirse como Presidente de la República. Además, apostaba por "el retorno a la civilidad versus la continuidad militarista". Esto marcaba una diferencia con los otros dos tenientes coroneles, de tendencia derechista. Chalbaud fue el primero de ellos que salió del gobierno y de una forma más dramática. "Como Delgado Chalbaud quería recuperar el petróleo de Venezuela para los venezolanos, lo mataron. La mano del imperio yanqui, no tengo duda, estuvo detrás del asesinato de Carlos Delgado Chalbaud", manifestó el comandante Hugo Chávez en el Aló Presidente número 367. Alrededor del magnicidio también gravitan otras intrigas que demuestran cómo una clase social llamada burguesía ha incidido en el devenir histórico de Venezuela. La semilla de la conjura Carlos Delgado Chalbaud era hijo del general Román Delgado Chalbaud, jefe de la expedición del vapor alemán Falke, que se proponía invadir Venezuela para derrocar al dictador Juan Vicente Gómez, acción en la que su padre resultó muerto durante el asalto del puerto de Cumaná, estado Sucre, el 11 de agosto de 1929. En el exilio, tras el fracaso de la expedición, el joven Delgado Chalbaud se residenció en Francia—donde se relacionó con círculos progresistas— y posteriormente viajó a Barcelona, España, y trabó amistad con Rómulo Gallegos. Luego regresa a Venezuela en 1939 y es incorporado a las Fuerzas Armadas. El 18 de octubre de 1945 Delgado Chalbaud participó en el derrocamiento del presidente Isaías Medina Angarita y se integró a la junta de gobierno presidida por Rómulo Betancourt. Cuando el partido Acción Democrática (AD) gana las elecciones de 1948 y Rómulo Gallegos es presidente, Delgado fue ratificado como ministro de Defensa. Luego de los eventos de 1945 delgado Chalbaud conformó el grupo político que decomisó los bienes del general Rafael Simón Urbina, por cometer el delito de peculado, cuando fue gobernador del Estado Amazonas, durante el gobierno del general Eleazar López Contreras (1936-1941). Urbina, quien salió del país, era un protegido del millonario Antonio Aranguren, quien también apoyó la expedición de Román Delgado Chalbaud para invadir Venezuela por las costas de Cumaná. El 24 de noviembre de 1948 un alzamiento militar derroca a Rómulo Gallegos y lleva a Delgado Chalbaud a asumir el poder como presidente de la Junta Militar de Gobierno—integrada también por los tenientes coroneles Marcos Pérez Jiménez y Luis Llovera Páez—, el teniente coronel permite el regreso al país de Urbina, pero no accede al reintegro de los bienes decomisados, lo cual crea una rivalidad entre ambos. "Así no se mata a un hombre" El 13 de noviembre de 1950, el coronel Delgado Chalbaud, acompañado de su edecán Teniente de Navío, Carlos Bacalao Lara, salió de su residencia ubicada en el barrio Chapellín, en Caracas, con rumbo al Palacio de Miraflores y a pocos segundos es interceptado el vehículo presidencial por sus captores. El general Rafael Simón Urbina, junto a su sobrino Domingo Urbina y Pedro Antonio Díaz, fue el cabecilla de estos hechos acompañado por una veintena de criminales provenientes de Punto Fijo, estado Falcón. El asalto ocurrió alrededor de las 8:30 de la mañana. Luego de capturar al Jefe de la Junta Militar de Gobierno, tomaron rumbo a Las Mercedes y llevaron a sus víctimas a la quinta Maritza, ubicada en la calle La Cinta, de esta urbanización del municipio Baruta, en Miranda, perteneciente a Antonio Aranguren, el mismo que en el pasado había apoyado al padre de Delgado Chalbaud. Tanto la casa donde pernoctaron los asesinos la noche del 12 de noviembre, como la quinta Maritza, donde fue llevado secuestrado el presidente de la Junta Militar de Gobierno, eran propiedad de Aranguren, amigo de Franco Quijano, supuesto "asesor" electoral de López Contreras y militante del Partido Conservador de Colombia, su país de origen. Se cree que la aspiración de este dúo era derrocar a la Junta Militar de gobierno para hacer un llamado a elecciones. Marcos Pérez Jiménez, por su parte, reveló años después que Urbina le había "sugerido" la idea de que él fuera el nuevo presidente. “Considérese muerto Delgado, tengo tres meses cazándolo. Ya usted no será más presidente ni comandante. Lo hemos agarrado, Pérez Jiménez está en cuenta de todo esto”, le dijo Rafael Simón Urbina a Delgado Chalbaud al momento del secuestro. "Iguáleme, no sea cobarde. Así no se mata a un hombre", le espetó el Jefe de la Junta Militar de Gobierno. Al parecer, el coronel trató de quitarle el revólver a Domingo Urbina, momentos en que éste entra a la casa. Pedro Antonio Díaz lo amenaza, pero al no encontrar respuesta, dispara en su contra hiriéndole en el pecho. Finalmente, varias descargas lo hirieron con siete balazos, cinco mortales, uno en la región occipital, que dieron muerte al presidente de la Junta Militar, hecho que se convirtió en el único magnicidio de la historia republicana del país. Los conjurados y el destino Luego del crimen el jefe de la banda, Rafael Simón Urbina, se asiló en la embajada de Nicaragua donde recibió la visita de un misterioso agente de la embajada norteamericana, quien pocas horas más tarde apareció muerto en otro extremo de la ciudad, de acuerdo a información documental. El prefecto de Caracas, Hernán Gabaldón, logró aprehender a Urbina, quien fue trasladado a la Cárcel Modelo de Caracas, ubicada en el oeste de la ciudad, donde horas después muere, presuntamente, por tratar de arrebatarle el arma al oficial de la Seguridad Nacional, Ramón Nonato Useche Vivas. Durante los días de la investigación del crimen un fotógrafo venezolano sorprendió a uno de los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) en Caracas, saliendo de los tribunales donde se custodiaba el expediente del magnicidio. Asimismo, las pistolas utilizadas en el crimen fueron a parar a Estados Unidos a manos del FBI, quien concluyó que ninguna de las armas tenían huellas que facilitaran la investigación. El 19 de noviembre de 1950 capturaron a Domingo J. Urbina uno de los asesinos, en la parroquia Petare, estado Miranda. Luego, el 2 de diciembre capturan a Carlos Mijares y el 7 de mayo del siguiente año fue detenido Franco Quijano. Pedro Antonio Díaz y otro implicado, Carlos Mijares, cumplieron una condena de 20 años por el crimen. Domingo Urbina logró fugarse de la cárcel. Carlos Delgado Chalbaud era el candidato a la presidencia de la República para las elecciones previstas entonces por la Junta Militar, pero su desaparición lo impidió. Luego de su muerte son suspendidas las garantías, se declaran tres días de duelo nacional y ordenan capilla ardiente para rendirle homenaje. Germán Suárez Flamerich asume la presidencia provisional de la Junta Militar, que pasó a llamarse "Junta de Gobierno", hasta el 2 de diciembre de 1952, cuando le es entregado el poder a Marcos Pérez Jiménez, quien será ratificado para el período 1953-1958, año en el que fue derrocado. Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)