La Leyenda del Beso Ya, en el principio, el hombre rey se proclamó de tierra y mar. Mas deseó encontrar tal caricia sensual que ningún ser pudiera igualarle, siquiera , en el arte de amar. Fue así buscando, probó cien modos de lograr nuevo placer. Vuelo libre dio a su imaginación. No hizo caso a la razón y fue arrastrado en la pasión como un picaflor que arrebata el temporal. Así se creó nuevo contacto carnal. Y el hechizo tuvo forma de mujer; nunca más de él se ha podido liberar, ni ha querido liberarse ya de él, porque halló lo que anheló, tanto buscó y lo dominó , quiso imponer: lo encadenó, quiso reinar y claudicó, porque , al final, de la pasión el beso es rey. Beso, sublime gesto que hace al hombre delirar y esclavizar, dulce elixir, propulsor del deseo carnal en labios encarnados del ser idolatrado que lo hace soñar. Así, esta leyenda de boca en boca llegará a la eternidad. Si, por los siglos se ha de propagar al conjuro del amar vital. Mientras queden vestigios del amor y aroma en la flor, beso, siempre reinarás. Tu embrujo es miel para tu esclavo mortal. O Lameiro