Estudios Latinoamericanos 6, p. I (1980), pp. 33-54 La imagen de América Latina en la Hungría de los siglos XIX y XX. Ádam Anderle, Judit Benkö, Agnes Tóth Introducción. 1) Nuestro primer punto de vista es el examen de la forma en que se puede comenzar la investigación del cosmorama. Se trata de una gran cantidad de material, en el cual hay que abrirse camino en la selva de diarios, periódicos y ediciones de libros. A esto podemos agregar que en el caso de Hungría ésta no es una empresa sin esperanza. El trabajo gigantesco de József Szinnyei, Vida y Trabajos de los Escritores Húngaros, reunió los datos de todos los libros aparecidos hasta fines del siglo XIX. Su uso es difícil porque falta el índice temático. József Szinnyei suplió esta falta en su Repertorio de Boletines Húngaros, en el cual recibieron lugar todos los artículos periodísticos y boletines hasta fines del siglo XIX1. De estos tres volúmenes podemos informarnos sobre los artículos en que el objeto es lo latinoamericano. Bibliografías parecidas están a disposición también acerca de la época comprendida entre 1945 y 1975. La bibliografía de Árón Tóbiás2 informa acerca de la literatura latinoamericana publicada en Hungría (1945-1962); y la bibliografía de Ernö Reguly3 es la recopiliación de los libros, boletines y artículos periodísticos que aparecieron entre 1945 y 1975. Aunque su libro muestra significativos defectos (por ejemplo, no contiene los estudios aparecidos en lenguas extranjeras, 1 József Szinnyei: Magyar irók élete és munkái. Budapest, T. I-XIV. 1891-1914; József Szinnyei: Magyar Folyóiratok Repertóriuma, Budapest, T. I-III. 1874-1885. 2 Aran Tóbiás: Latin-Amerika irodalma, Budapest, 1967. 3 Erno Regu]y: Latin-Amerika. Bibliográfia. Budapest, 1977 así precisamente está ausente el trabajo de los investigadores húngaros que se ocupan de Latinoamérica), desde el punto de vista del análisis cosmorámico se puede hacer rotar con provecho, y muestra bien las características y direcciones del interés de los húngaros. Solamente no existe una colección bibliográfica que resuma acerca de los artículos y libros en materia latinoamericana publicados en Hungría en el período 1900-1945. Sólo en parte pudieron suplir esta falta algunos estudios manuscritos, los cuales analizaban los círculos de problemas de la primera mitad del siglo XX (Anderle, Benkö, Rozsnyai). 2) Con esto se relaciona otra pregunta: ¿existía, existe en Hungría investigación sobre este problema? La respuesta afirmativa, sin embargo, son algunas tesis y disertaciones universitarias – en manuscrito – las cuales se originaron por inspiración de los investigadores de Latinoamérica de Szeged, en primer lugar por Tibor Wittman, y aún continuaron después de su muerte. Adám Anderle en su disertación4 examinó la presencia en Hungría de la «leyenda negra» (1967), pero su atención sólo se limitó al aspecto histórico de los asuntos españoles y latinoamericanos: es decir, cómo aparecía la historia de España y América Latina en la contemplación histórica húngara del siglo XIX y XX. La disertación doctoral de Jeno Rozsnyai5 (1975) sacó a la luz el otro aspecto: cómo estuvo presente América Latina en la prensa y ediciones de libros en húngaro en el siglo XX, y qué interpretaciones, qué tipo de temas dominaron en la edición de libros y en la publicística húngara. La tesis universitaria de Judit Benkö6 (1971) analizó la presencia en Hungría de la literatura latinoamericana, y el lugar y proporción que ocupa en el interés húngaro por la literatura mundial. Además de esto, algunas tesis y escritos de divulgación eligieron como tema este problema. 4 Ádám Anderle: A spanyol abszolutizmus képe a XIX. és XX századi magyar történeti irodalomban. (A «Jekete legenda» magyarországi torténe téhez). Szeged, 1967. Tésis del doctorado. Manuscrito. 5 Jeno Rozsnyai: Latin-Amerika a XX. századi magyar világképben. Szeged, 1975. Tésis del doctorado. 6 Judit Benko: A latin-amerikai irodalom Magyarországon. Budapest, 1971. Manuscrito. Nuestro informe procura entregar información basándose en estos resultados y en el trabajo de recolección realizado – no sistemático – en los últimos años. 3). Nuestro punto de vista es limitado: analizamos en sí mismo como tema a Latinoamérica. Esto es apropiado para mostrar: cuándo y cómo opinaban – los autores de las obras escritas – en Hungría acerca de América Latina. A partir de esto son perceptibles los cambios y los problemas, pero no recibimos respuesta a la pregunta: ¿qué lugar ocupa el subcontinente en la totalidad del cosmorama e interés de los húngaros? esto solamente podríamos visualizarlo con un análisis de Asia, Africa y Europa desde un punto de vista semejante. A esto, en cambio, no podemos comprometernos. Nuestro informe se esfuerza en hacer valer tres puntos de vista: ¿de qué manera apareció en Hungría la historia, el presente, y (como punto de vista analítico específico) la literatura de América Latina? Esto advierte sobre otro límite: llama la atención sobre la falta de análisis sociológicos, los cuales mostrarían qué visiones tenían/tienen cada una de las clases y capas sociales, y generaciones húngaras con respecto a América Latina. En base a esto se podría palpar ¿existe o no retraso fásico entre la visión diaria pensada/confesada de América Latina y la publicada, y esto de qué naturaleza es? Latinoamérica como tema político e histórico a fines del siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX. Después de los datos dispersos del siglo XVI y XVII – los que señalan que ya América vivía en la conciencia húngara, en el último tercio del siglo XVIII aparecieron cada vez más frecuentemente escritos acerca de América Latina en nuestros primeros boletines. En ese entonces los lectores húngaros recibían las informaciones principalmente «de primera mano». János Molnár, jesuita húngaro, en su boletín titulado «Magyar Könyvház» (Casa del Libro Húngaro), comunica las cartas recibidas de sus compañeros misioneros americanos, pormenores de sus efemérides, y da a conocer detalles o reseñas de obras importantes (A. Salís, Charlevoix, Acosta, Garcilaso de la Vega)7. Este hecho explica que esta «colección combinada» se centre en los indios y comunique informes fiables acerca de la vida de éstos. Descontando algunos artículos esporádicos («Mindenes Gyüjtemény»), en este período temprano dominó el aspecto histórico: la época de los descubrimientos y la siguiente. En ese entonces tradujeron el libro de Robertson (1807), y en libros escolares de historia escritos en alemán y latín podemos encontramos con temas latinoamericanos (Bolla, 1799; Fessler, 1825)8. La guerra de independencia desvió la atención de los intelectuales húngaros hacia América Latina, y aparecieron los primeros escritos de Latinoamérica contemporánea también (transcripciones de la prensa francesa y alemana). Entonces dieron a conocer las obras de A. Humboldt también (1841). No demasiado a menudo, pero sistemáticamente, aparecieron escritos sobre los asuntos del subcontinente. ¿Qué visión caracterizó a estos escritos? Para que entendamos estas obras hay que señalar que Hungría en el siglo XIX (hasta 1867) era colonia de los Habsburgos. Por esto, en los pensadores húngaros progresistas de este siglo eran muy fuertes no sólo los deseos del cambio social (antifeudalismo), sino también los esfuerzos encaminados a lograr la independencia nacional. Esta situación dio buena base para que en Hungría también se presentara, junto con el modo de ver liberal europeo, la antiespañola «leyenda negra». El anti-Habsburguismo de Ignác Fessler se manifestó en su obra histórica en la que condenó la política colonial española, y, a la sombra de Las Casas, pintó un cuadro conmovedor de la lujuria de los españoles. América Latina, que libra su guerra de independencia 7 «Magyar Könyv-Ház», Pozsony, 1973.24-31. 32-555. pp. «Tudományos Gyüjtemény«, 1825,T. XII: pp. 25-44.; 1831. T.II. pp. 118-133. ;«Hon és Kulföld», 1842. pp. 137-138.; «Sas», 1832, pp. 57-75. 8 Robertson: Amerikai historiája, Pest, 1807., I. A. Fessler: Die Alten und die neuen Spanier. Karlsruhe, 1813-1814, T. 1-1I.; Bolla: Ab origine Protestantum. T. III. Claudopoli, 1799. y que llega ser independiente más tarde, debido a esto pudo ser tema entre 1830 y 18499. Citamos como opinión característica un escrito aparecido en 1832: «Después de su prolongada lucha, la nueva población de América, expulsando a las corruptas tropas del orgulloso español, tomó una venganza tardía, pero grandiosa, a nombre del pueblo original del nuevo mundo expoliado por Cortés, Pizarro y sus seguidores»10. Después de esto, proseguía la enumeración de los crímenes del sistema colonial español – así como era al mismo tiempo una acusación contra todo tipo de opresión también – (es decir, la opresión ejercida sobre Hungría por los Habsburgos). Esta visión está presente en los textos de estudio de historia más influyentes de la época, en donde la temática central eran los crímenes de la colonización española. Los libros de espíritu burgués y noble-liberal solamente se diferenciaban de los autores de la Iglesia católica en que los últimos acentuaban el papel protector de indios de la Iglesia. Apareció también en esta época una línea de visión escéptica, la cual, observando resignadamente las luchas de poder interno y la anarquía política de una América Latina que había obtenido su independencia, comentaba de la manera siguiente los sucesos: «América del Sur aún no ha madurado para la libertad»11. Este período se podría caracterizar de la siguiente manera: una reducida capa intelectual húngara, de cultura europea, lectora del latín, que habla francés y alemán – conociendo numerosas obras que tienen valor de fuente y elaboraciones europeas – y que sistemáticamente sigue con atención los sucesos que se llevan a cabo en el mundo, así como los acontecimientos de América Latina también. Las repercusiones y productos de esto son los artículos de los boletines – en primer lugar libros históricos nacidos con fines educativos. Estos – fundamentalmente a los esquemas liberales de la «leyenda negra» – transmitieron conocimientos a una capa más amplia, fundamentalmente burguesa y noble. La función de esta «leyenda 9 «Athenaum», 1841, No 23. pp. 433-440.; No 27, p. 417.; No 26, pp. 401-406.; «Mindenes Gyüjtemény», 1789. T. I. pp. 35-47.; «Nemzeti Társaldodó» 1839, T. I. 28-32. pp.; «Századunk», 1832. pp. 127-131.; «Hon és Külföld», 1841, No 51., No 59, 60, etc...; «Századunk», 1833, T. 1I. pp. 137-157. 10 «Sas», 1832, p. 57. 11 «Nemzeti Társalkodó». 1839, T. I. pp. 28-32. negra» en Hungría fue progresista: se aposentó en el arsenal ideológico de los esfuerzos independistas húngaros. Crecimiento «vertical y horizontal» de la imagen de América Latina (1849-1867). Este período muestra un crecimiento cualitativo y cuantitativo, al mismo tiempo que, desde el punto de vista ideológico, se puede percibir la discusión de tendencias contradictorias en la interpretación de América Latina. De entre los soldados que se vieron obligados a emigrar después del aplastamiento de la lucha de independencia húngara de 1848-1849, muchos de ellos llegaron a Latinoamérica. Sus escritos – sus cartas, sus fragmentos de diarios, sus efemérides – aparecen en forma sistemática principalmente en la prensa de oposición. Merece atención que no sólo en los periódicos capitalinos, sino también en los de provincia se pueden encontrar muchos escritos. Estos dan un cuadro muy plástico de América Latina contemporánea – principalmente México, Brasil y Cuba aparecen en los escritos12. A causa de la emigración, es más abierta la atención húngara hacia los asuntos del mundo, y muchas transcripciones de Europa occidental se encuentran en los diarios. Aún falta la recolección y el análisis parcial de los escritos húngaros de este periodo. Al parecer, podríamos recibir fuentes indirectas para el examen de los asuntos latinoamericanos. Se mantiene impetuoso también en esta época el aspecto histórico. La línea liberal pinta con colores aun más oscuros los crímenes del Estado español, de la iglesia y aquellos cometidos en las colonias por la inquisición. El ambiente ocasionado por la derrota de la lucha independentista se deja entrever en apreciaciones de este tipo: «La historia de las colonias muestra una monotonía deprimente. Su destino era la explotación y el sufrimiento. Un día era parecido al otro, con la diferencia de que uno de los días traía más amarguras 12 Rosti Pál: UIi emlékezetek Amerikából, Pesto 1861.; Geötze: Utazás Braziliába és vissza. Pest, s.a. Véase los artículos de Károly László en Szinnyei: Magyar Folyóiratok Repertóriuma. que el otro. ¿Quién estaría dispuesto a seguir con atención de cabo a cabo la casi ininterrumpida cadena de ejecuciones y persecuciones?»13. La mayor parte de este tipo de libros se escribió como texto de estudio, pero hay pocos (por ejemplo János Hunfalvy) que hayan utilizado sistemáticamente los trabajos históricos europeos de la época14. Con esta tendencia de autores que escribían al tenor de la «leyenda negra» liberal, en los años 50 se estrelló vigorosamente en los problemas históricos, una línea de orientación feudalista, que se apoyaba en los resultados de los trabajos histórico-románticos europeos. Su sobresaliente representante era el obispo János Danielik N., quien, utilizando fuentes entre las que se encuentran trabajos de Las Casas, Acosta, Oviedo, Humboldt, Herrera, y numerosas elaboraciones, entrega una apología de la Iglesia – y frente a esto coloca la crueldad del conquistador españo15. La relativamente amplia utilización de fuentes de Danielik no es incomparable; los libros de autores europeos son obras utilizadas y ejercen influencia sobre los autores húngaros. Podríamos mencionar a tres autores, los cuales ejercen una influencia medidamente grande: Las Casas, Humboldt y Prescott – en esta época. Nueva línea es en esta época la aparición de la literatura basada en libros de viaje y de la literatura de divulgación científica. (Por ejemplo Pál Rosti, József Gaál, Viktor Szokoly)16. El comentario que aquí aparece acerca de los asuntos de Latinoamérica es muy instructivo: «Después de la consecución de la independencia, en América Latina no sobrevino un desarrollo armónico. El pueblo no supo servirse de la libertad...». México es el ejemplo concreto: «El independiente México aún no creó nada tampoco», escribió Pál Rosti17. 13 Virgil Szilágyi: Az ujkor története. Pest, 1850, p. 281. János Hunfa1vy: Egyetemes Történelem, T. I. II. Pest, 1851, Somhegyi, Ferenc: Egyetemes Torténelem, T. I-III. 1851-56, Ignác Helfy: Világtorténet zsebben, Pest, 1854, Máté Andorlaki (Táncsics): Krónika. Pest, 1860; László Edvi Illés: Világtörténet a legrégibb idöktöl a legujabb korig. Pest, 1859. 15 lános N. Danielik: Colombus vagy Amerika felfedezése, Pest, 1856. 16 József Gaál: Peru felfedezése és meghóditása, Pest, 1859, Viktor Szokoly: Mexikó Miksa esászárig, Pest, 1866. 17 Rosti: op. cit. p. 164. 14 Este tipo de comentarios expresaba las aspiraciones de las clases dominantes nobles de Hungría, en los ,que, después de la derrota de la lucha independentista, pasó a primer plano el compromiso con los Habsburgos. Una fase importante en esta línea liberal fue que pusieron en interrogante la estrecha relación (la que antes de 1848 caracterizó a estos escritos) entre libertad y progreso social. Se puede deducir – y esto más tarde será así también -, que los comentarios de los asuntos actuales e históricos de América Latina ocurrieron correspondientemente con los objetivos políticos húngaros18. Los años de la Monarquía Austro-Húngara (1867-1918). La producción de libros que hablen de América Latina en el período colosal. La acelerada urbanización que se desenvuelve conjuntamente con el desarrollo capitalista muestra un crecimiento cuantitativo perceptible en la edición de libros y también en la fundación de periódicos, Su peculiaridad para la época es la disminución ulterior del nivel de los trabajos históricos liberales y el reforzamiento del prejuicio protestante negativo, bajo el signo de la «leyenda negra» (Batizfalvi, Mangold, Tarnóczy, Radu, Bárczay, L. Cseh, Waldmann, etc.)19. En la segunda mitad de los años 60, México ocupó un significativo lugar en la prensa húngara. Esto estuvo relacionado con la aventura mexicana de el Habsburgo Maximiliano, en la cual muchos húngaros tomaron parte. Al lado de las noticias de la prensa, a fines de los años 60 los participantes que volvieron al país relataron sobre luchas en México, y en relación a esto último la época recibió información muy rica acerca de la sociedad y economía mexicana. Muchas veces 18 Jenö Csuday: Dél-Amerika, Budapest, 1909. Tivadar Tarnóczy: Világtörténet dióhéjban. Sárospatak, 1872, István Batizfalvi: Az egyetemes törtinelem kézikönyve, Budapest, 1879, Lajos Mangold: Világtörténelem, 2. ed. Budapest, T. I-III, 18831885, :Sebestyén Radu: V. Károly esászár és a protestantizmus, Szamosujvár, 1889, Gyorgy Waldmann: Egyetemes történelem. T. I-Il, Budapest, 1906, Oszkár Bárczay: Világtörténet, Budapest, 1897. 19 en pequeños periódicos de provincia («Jászberény», «Kecskemét») aparecían también series de nivel en relación con este tema20. Hay que destacar a Károly László y Ede Szengler en la literatura sobre México. Ninguno de ellos tomó parte en la expedición de Maximiliano. En la década del 50 pasaron muchos años en México. László se hizo presente con muchos artículos periodísticos; Szengler, en cambio, que era médico, entrega una descripción sobresaliente de las relaciones económicas, geográficas, demográficas, sanitarias y climáticas21. Ambos autores entregaron resultados de valor de fuente. Al mismo tiempo, se fortaleció la influencia de la visión conservadora, romántica y clerical de los alemanes. Esto se puede ver especialmente en uno de los más grandes historiadores húngaros de la época, en Henrik Marczali, quien aquilató los «rasgos ventajosos» de la colonización española como contrapartida de la colonización anglosajona, habla sobre la «sabiduría» del Consejo de Indias y dice que la mita minera de Potosí «se reveló como agradable» para los indios. Por su documentación es rica la obra de Marczali; sin embargo, señala bien la aparición y amplia divulgación de una «leyenda color de rosa» o una «leyenda blanca» – señala la apología de la colonización española22. En Marczali esto se presenta aún más contradictoriamente: todavía se pueden encontrar elementos de la «leyenda negra» (por ejemplo la pereza española). La aparición de libros de tal espíritu está relacionada con la discusión internacional que se desenvolvió en los primeros años del siglo XX, acerca de los problemas de la colonización. Esta discusión la planteó el movimiento obrero internacional. Los dirigentes de la socialdemocracia húngara aceptaron la concepción de los revisionistas alemanes. Refleja esto la obra de Pál Wolfner, quien escribió un libro de historia para las escuelas libres de la socialdemocracia. Wolfner establece: «Sólo se puede colonizar si existe una relación saludable entre la metrópoli y 20 Véase los artículos de Károly László y L. Burián en la bibliografia de Szinnyei. Ede Szengler: Mexikó leirása ... Budapest, 1876. 22 Henrik Marczali: Az Ujkor története, T. I-II, Budapest, 1883, y M. Marczali: Nagy Képes Világtörlénelem. 21 la colonia» (el subrayado es nuestro). En el caso de América Latina, Wolfner «no encuentra» esto y por eso condena a los españoles23. En relación a los Habsburgos españoles y Don Carlos, así como con respecto a Colón, se abrieron camino fuertemente los nuevos resultados, de las investigaciones europeas de la época (Requinyi, Reményi, A. Károly)24, y apoyándose en éstos avanzó una visión histórica conservadora, primitiva, antisemita y católica. Aladár Ballagi25, en relación a las conquistas de los españoles habla «de las maravillosas realizaciones de la raza» y formula el ideal del «gobierno con mano de hierro». Sus concepciones se encuentran aun en los historiadores eclesiásticos católicos. (Por ejemplo en Petrányi y Lukács)26. A principios del siglo XX, los trabajos históricos universales de Sándor Márki y de Endre Domanovszky sobresalen con su nivel por sobre los, trabajos masivos de divulgación histórica señalados anteriormente. Sus trabajos, que se apoyaban en material objetivo equilibrado, rico, realizaron la exposición plástica de la economía y sociedad colonia27 . En el centro del interés histórico del período estaba Colón. Cada generación escribió su propio libro de Colón, sin que en estos podamos observar cambios significativos (esto es válido para todo el siglo XX). La América Latina contemporánea aparecía en la prensa húngara principalmente con sus conmociones políticas, así por ejemplo los asuntos de Cuba. Es sorprendente que tan claramente ya en los años 70 intuyeran las intenciones expansionistas de los Estados Unidos. Brasil, México y Perú figuran con muchos escritos incluso en los dos grandes boletines de la época, en «Vasárnapi Ujság» (Periódico del Domingo) y en «Hon és Külföld» (Patria y Extranjero). 23 Pál Wolfner: A torténelmi felödés rovid vázlata, Budapest, 1906. Árpád Károlyi: Az igazi Don Carlos, «Budapesti Szemle», 1892, T. 70. pp. 223-253, Antal Reményi: Colombus származása és családja, «Katholikus Szemle», 1903 T. II. pp. 1107-1123, Géza Requinyi: Détes adatok Colombus életérol, «Budapesti Szemle», 1890, T. 63. pp. 448-462. 25 Aladár Ballagi: A spenyol inquisitio, «Akadémiai Ertesito», 1904, T. XV. pp. 533-550. 26 Ferenc Petrányi: Az inkvizlció. Kalocsa, 1908, József Lukács: Felolvasások a váczi katholikus liczeumbono Vác. 1906. 27 Sándor Márki: Az ujkor és a legújabbkor története, Budapest, s.a., Endre Domanovszky: Egyetemes torténlem, T. I-II, Budapest, 1911. 24 En este período, sin embargo, fue dominante la literatura en base a libros de viaje; especialmente hacia finales de siglo aparecieron muchos escritos. (Hay que agregar: no solamente acerca de América Latina). Los autores son geógrafos, oficiales de marina y periodistas (László Toldy, Jeno Cholnoky, F. Gáspár, Jeno Bánó, etc.)28. Estas en buena parte son obras precisas, exigentes, ricas en datos, que aparecen en gran número de ejemplares, la influencia de las cuales podemos veda en las voces-guías de nuestros diccionarios enciclopédicos de América Latina que se preparaban en aquel entonces. No tenemos un cuadro exacto de los artículos de prensa de objeto latinoamericano del período comprendido entre 1900 y 1910, debido a la falta de una visión bibliográfica de conjunto. En el período que se extiende hasta 1918, la literatura latinoamericana no recibió espacio en nuestro interés por la literatura universal. Descontando los intentos de János Czetz, en Hungría durante este período de tiempo no hay creaciones literarias latinoamericanas. Imagen de América Latina en los años de la dictadura de Horthy (1919-1945). En el período contrarrevolucionario posterior a la derrota (1919) del Estado proletario húngaro, la Geistesgeschichte imprimió su sello a la vida intelectual; esta visión fuertemente contrarrevolucionaria, conservadora y clerical contenía los elementos del racismo. En relación a las conquistas, se formuló la superioridad de la raza blanca, la conquista de «carácter popular». Por influjo de la obra de Jean Baudin acerca de los incas, apareció con acento marcadamente contrarrevolucionario el concepto de «socialismo de Estado» incaíco, lo cual es idéntico con la «esclavitud colectiva» (Vilmos Juhász)29. Hay que agregar: la América precolombina aún con este comentario ahora pasó al cosmorama húngaro. Esto significa también que en la 28 29 Jenö Bánó: Bolyongásaim Amerikában, Budapest, 1906, Ferenc Gáspár: Délamerika, Budapest, Vilmos Juhász: Az inkák birodalma, Budapest, s.a. conciencia de las personas que hoy tienen 60 a 70 años sigue existiendo un cuadro tan deformadamente estipulado. Una fase positiva es que en esta época publicaron en húngaro también la obra del Inka Garcilaso de la Vega30. En este tiempo se fortaleció una línea histórica marcadamente jesuita (Antal Balla, Lajos Csóka, Antal Ijjas), los que interpretaron la época colonial al tenor de Danielik31. Es de gran influencia también el libro de L. Bertrand editado en húngaro varias veces, que transmitió la «leyenda blanca»32. La línea liberal siguió existiendo e influyendo aunque debilitándose, expresando el antifascismo de la oposición política burguesa en los volúmenes de gran tiraje de la Historia mundial de Tolnai, en la Enciclopedia mundial de Zoltán Horváth y Gyorgy Parragi, y en otras obras (Jenö Horváth, Emil Kárpáti)33. ¡Se pueden incluir aquí también las publicaciones socialdemócratas! Aumentó el número de traducciones. Las más conocidas son R. Katz, Haliburton, Zweig, Nordenskiold, pero encontramos los escritos de La Varre (1942), Graff (sin fecha), F. Anders (sin fecha), Agostini, L. Mansilla, F. Strauss (1926) y los trabajos de otros también34. Los relatos húngaros acerca de América Latina contemporánea están en relación también con la emigración de los húngaros hacia el continente. Los gobiernos reaccionarios enviaron sacerdotes con fines de «asistencia» antes que nada a los húngaros que vivían en Brasil y Argentina. La prensa y la opinión pública también se interesaron en esto. Así nacieron numerosos informes húngaros en la época comprendida entre 1920 y 1940, y en los boletines encontramos también muchas informaciones. Entre los libros encontramos descripciones exactas de carácter sociográfico, las que hacen perceptibles las contradicciones sociales, especialmente en el 30 Garcilaso de la Vega, el Inka: Az inkák birodalma, Budapest, 1936. Lajos Csóka: A katholikus megujhodás kora, Budapest, 1940, Anta1 Balla: A spanyol nagyhatalom, .en: M. Prawdin: Azörült Johanna, Budapest, 1939, Antal Ijjas: Az egyház és az uralkodói abszolutizmus.Budapest, 1941. 32 L. Bertran: Spanyolország története, Budapest, s.a. 33 Jeno Horváth: Világtorténet, Budapest, 1936, Emil Kárpáti: V. Károly keleti politikája, Kolozsvár, 1928. 34 R. Haliburton: Ujrafelfedezem Dél-Amerikát, Budapest, 1932, R. Katz: Paranától a Tüzfóldig, Budapest, s.a. S. Zweig: A övö országa, Brazilia, Budapest, 1940. 31 mundo de las plantaciones. En base a las transcripciones de la prensa mundial, sistemáticamente estaban presentes en los diarios las informaciones políticas y económicas. En los boletines son características las informaciones emanadas de autores húngaros acerca de la «vida del pueblo» latinoamericano. Podemos decir que dominó en estos temas la búsqueda y representación de los aspectos exóticos formales y una especie de misticismo, especialmente en lo que se refiere a la población de color. En esto, los boletines eclesiásticos católicos (por ejemplo «Juventud Misionera» – «Missziós Ifjúság») iban a la vanguardia. El tema indio – el que a menudo apareció en los boletines – recibió un carácter exótico y paternalista también. En relación a la atención prestada a la emigración húngara en la obra de Tivadar Ács, apareció un análisis de la historia de la emigración húngara y una línea sociográfica35. Esto sucedió sobre la posición contraria al régimen reaccionario húngaro, la que acusaba a los gobiernos de haber constreñido a millones de húngaros a las «carreteras del mundo». Estos escritos no sólo dan un cuadro conmovedor de las colonias húngaras, de los peones húngaros, sino también entregan un cuadro acerca de la situación de las clases trabajadoras latinoamericanas. Tuvo gran influencia sobre esta línea el padre jesuita Béla Bangha36, quien varias veces anduvo en Latinoamérica. Este jesuita ultrareaccionario se esforzó en servir para influenciar políticamente a la emigración húngara, dio un cuadro de América Latina como el «continente católico». La propaganda oficial del período de Horthy se esforzó en eliminar las tensiones y contradicciones sociales en su cuadro propagado de Latinoamérica. Esto, sin embargo, condujo al dominio de las representaciones de las formalidades – y en relación a la época anterior condujo a una caída inmensa del nivel también. La abundancia de datos no marchó junto con la modernización del cuadro latinoamericano – por el contrario: fue más conservador. 35 36 Tivadar Ács:, Magyarok Latin-Amerikában, Budapest, 1940. Béla Bangha: Dél keresztje alatt. Budapest, 1934. Solamente desde las filas opositoras nacieron obras de visión moderna. En esta época pudimos ser testigos también de un significativo giro: en este entonces se separa claramente en el conocimiento público húngaro América del Norte y América del Sur. Hasta fines del siglo XIX, el concepto de «América» existía en el conocimiento público de una manera bastante indiferenciada, y significaba algo parecido a la «tierra prometida», donde los campesinos húngaros emigrados podían obtener tierra. A la sombra de las noticias recibidas de la emigración que se dirigía a América del Sur después de 1919, llegó a ser completamente claro que hay «dos» Américas, y que América del Sur no ofrece mejores condiciones a los húngaros que perseveran a esas tierras. Modernización del cuadro de Latinoamérica (1945-0000). En el cosmorama posterior a 194537 se pueden separar dos períodos. La primera etapa va de 1945 a 1960. En este período cambió la estructura de las informaciones entregadas acerca de América Latina en varios aspectos también. Por una parte, el papel fundamental de los temas contemporáneos ahora será unánime. Por otra parte, en la estructura de los temas contemporáneos el tema dominante será la política, y dentro de esto fueron acentuadas las cuestiones del movimiento obrero y del movimiento comunista. En relación con esto, el lector húngaro recibió una mayor cantidad y una más detallada información de la vida de las clases trabajadoras, y por otra parte, apareció en el panorama los Estados Unidos y la política imperialista también. Se transformó la estructura de las fuentes también. Nuestra edición de libros y los boletines publicaron los escritos de varios autores latinoamericanos. Comenzó la traducción de obras cuyo objeto era Latinoamérica por parte de los soviéticos también. Es decir, nuestro cuadro de América Latina se formó en conexión con el interés político, el cual se dirigió hacia los movimientos progresistas 37 En esta parte del informe hemos usado la bibliografia de Regulyi. del subcontinente con una solidaridad política. Al mismo tiempo, este interés no llegó a ser unilateral. El interés político ejerció una fuerza impulsora hacia otros aspectos de la vida de América Latina. El interés por la. literatura, el arte, la etnografía latinoamericana, así como la intensificación del interés hacia la lengua española, comenzó también en esta época. Hay que hacer notar que la confrontación de la guerra fría no favoreció este abierto interés. En este tiempo no teníamos relaciones económicas, culturales con los países del subcontinente, y esto de todas maneras puso límites a la formación panorama integral de América Latina. Esto se dejó sentir especialmente en los temas históricos. Ya que en la época anterior perdió prestigio la visión de la historia conservadora, católica, apologética y de espíritu histórico de las ideas, porque se puso al servicio de la política de los gobiernos fascistas, la literatura histórica posterior a 1945 se acopló a los trabajos liberales burgueses políticamente más progresistas, pero con esto recibió muchos elementos de la «leyenda negra» también. Los historiadores húngaros en los años de la guerra fría no estaban en situación como para crear contactos con los historiadores de América Latina. Después de allanarse una buena parte de los obstáculos a las tendencias posteriores a 1945, la época que comienza desde 1959-1960 se puede evaluar, desde el punto de vista del interés que existe por los temas. latinoamericanos, como una «explosión». Especialmente tiene un gran papel en esto la victoria de la revolución cubana y, en conexión con esto, el auge revolucionario continental. La simpatía hacia la «agitada América Latina» está acompañada de un inmenso interés, y éste se mantiene hoy día también. En relación con esto, se crearon también relaciones culturales y diplomáticas con los países de Latinoamérica; así la proporción de la información obtenida «de primera mano» aumentó también. La «hegemonía» de la política en el interés influenció muy eficazmente, fructíferamente la estructura total del panorama latinoamericano, y a consecuencia de esto en las décadas del 60 y del 70 pudimos ser testigos del nacimiento de la latinoamericanística húngara. En los institutos de investigación, en las universidades, independientes unos de otros, el interés personal de historiadores, economistas, politólogos, literatos, etnógrafos en esta atmósfera favorable recibió una gran inspiración. La puesta en ejecución de viajes de estudio, de becas significó que América Latina haya llegado a ser un objeto de estudio autónomo, dentro de las disciplinas científico-sociales. En las indagaciones científicas de las ciencias sociales marxistas de Hungría recibió también un lugar la región en cuestión, y esto significó que el panorama de América Latina se profundizase vigorosamente. La cátedra de español de la universidad de Budapest (ELTE) pudo orientar las ediciones húngaras con sus investigaciones de la literatura latinoamericana. En la universidad de Szeged, Wittman Tibor: ubicó a América Latina en la disciplina histórica, y publicó en húngaro una gran monografía de la historia de Latinoamérica. Vastas monografías de este tipo nacieron también acerca del período contemporáneo (Gábor Karczag, György Kerekes), y de la actual economía del continente (Béla Kádár). En el Instituto de Economía Mundial de Budapest y en la serie de publicaciones de la universidad de Szeged (Acta Historica) se da lugar a los asuntos de América Latina. Esta investigación científico-social – aparte de las numerosas publicaciones de análisis parciales – ejerce influencia sobre el trabajo de la prensa diaria, los boletines y la edición de libros, incluso influye también sobre el trabajo de la radio y la televisión. Es decir, es evidente que el papel de los latinoamericanistas es doble: junto a la investigación científica de los temas latinoamericanos, la tarea de divulgación es muy importante, y este papel lo llenan hoy día también. Significa una línea particular en las indagaciones científico-sociales desde la mitad de los años 60 la investigación del «tercer mundo». Esto significa que aparte de los latinoamericanistas – en primer lugar economistas -, ellos también analizan de modo comparativo los problemas del subcontinente, ligándolos con las cuestiones de Asia y Africa. El análisis desde tal punto de vista ayudó a la publicación de Fejlodo országok lexikona – Enciclopedia de los países en desarrollo – (1973, Editorial Academia). La inmensa obra de más de 1360 páginas es el resultado y síntesis del trabajo colectivo y del interés de los investigadores húngaros, y significa una singular realización en el plano internacional. Latinoamérica «apareció» también en esta época en la educación. En primer lugar en los cursos de historia, de literatura universal, de economía mundial, pero también «apareció« en el marco de la educación política. En comentario abierto, sensible y entendido llegan a la discusión e interpretación los problemas de América Latina. Un pequeño hecho tal vez haga sentir bien el resultado alcanzado. De los escritos de J. C. Mariátegui apareció en 1977 una selección en húngaro. En relación con esto se desató una activa discusión en uno de nuestros seminarios acerca de las apreciaciones de Mariátegui. Lo interesante: de la discusión lo da el hecho que entre los participantes ninguno era investigador «profesional» de América Latina. * Sería difícil entregar un cuadro detallado acerca de nuestro tema en este estrecho marco. La bibliografía de Erno Reguly contiene 2385 títulos, y según nuestras estimaciones sólo contiene el 55 a 60 por ciento de los escritos publicados. Su bibliografía señala por sí misma el gran interés, sin embargo aún así demuestra también que la estructura del panorama de Latinoamérica húngaro se desarrolla saludablemente, que continuamente desaparecen los prejuicios (los cuales se conservaban tenazmente principalmente en los problemas históricos). Influencia de la literatura latinoamericana sobre el cosmorama húngaro.38 Ahora la pregunta se plantea desde otra dirección: ¿Qué cuadro puede formarse nuestra más amplia comunidad de lectores acerca de América Latina en base a la literatura en húngaro al alcance de la 38 El capítulo se base en la tesis de Judit Benkö. mano? (Por supuesto, se tratará principalmente de la literatura latinoamericana, pues sólo casualmente Latinoamérica puede ser tema de nuestra literatura: preferentemente podemos hablar de los ensayos que guardan vivencias personales de algunos de nuestros autores). Para que la literatura ejerza su influencia, antes que nada debe ser accesible. El punto de partida de la indagación: el lugar de la literatura latinoamericana en nuestra edición de libros. Hace cuatro décadas no se habría planteado este tema: antes de la liberación húngara (1945) la literatura latinoamericana era prácticamente desconocida entre nosotros. Apareció en ese entonces una otra traducción literaria (por ejemplo, la interpretación de Guillén por Miklós Radnóti), pero esto a lo más amplio el cosmorama del traductor literario «descubridor». Los escritos que accidentalmente aparecieron apenas hicieron conciencia de que existe «literatura latinoamericana», más aún ni siquiera los especialistas advirtieron aquello. Antal Szerb, por ejemplo, en su trabajo Historia de la literatura mundial denominó a Rubén Darío «poeta hispanoamericano» – más aún lo señaló como «el más español». En la década que sigue a la liberación, entre 1945 y 1955, en relación al desconocimiento total que existía antes, aparecieron relativamente muchos libros en húngaro – alrededor de 20 a 25. Al lado de Amado, Guillén, Neruda encontramos en la bibliografía los nombres de Icaza, Revueltas, Teitelboim, Varela, etc. Nuestro público pudo conocer a algunos de ellos a través de las ediciones de gran tiraje de sus obras, y no faltó la apreciación crítica de éstas. Se puede decir entonces que estos autores y sus obras entraron en la conciencia húngara y algunas de ellas obtuvieron un señalado éxito público. Es entonces cuando Amado asienta su hasta el día de hoy indiscutible popularidad, ya que en este período aparecieron seis de sus libros en húngaro (Jubiabá en dos ediciones), y junto a Neruda con varios de sus volúmenes como presentación, Guillén con su único y delgado libro de versos con el cual llega a ser conocido. No es casual que la literatura latinoamericana – principalmente la obra de sus tres creadores – haya obtenido rápidamente gran reconocimiento en Hungría, pues una parte significativa de la literatura mundial contemporánea se excluyó de nuestras ediciones de libros – en parte debido a la atmósfera de la guerra fría y por otra parte a causa de los errores dogmático-sectarios que se irradiaban a nuestra política literaria: no solamente fueron omitidas de la literatura de los países capitalistas las tendencias burguesas, sino también en su mayoría muchas corrientes comprometidas socialistas, revolucionarias que trabajaban con los instrumentos del vanguardismo. Las obras latinoamericanas que vieron la luz en ese entonces no estaban exentas de la simplificación; entre ellas sucedía que sus virtudes políticas solamente a medias podían compensar sus debilidades literarias. Pero a pesar de todo se editaron valores literarios: Neruda, versos de Guillén, los cuales no son acusables de simplismo, y novelas tempranas de Amado. Incluso en las obras más débiles de Amado escritas en ese entonces – en más de un aspecto en desviación hacia el sistema de exigencias estéticas de Zsdanov también relucen los conocidos medios artísticos de su época de escritor joven (y desde el fin de los años 50 más alto nivel nuevamente recurrentes). A por cuanto el reconocimiento político de los autores era indiscutible (los tres eran comunistas obligados al exilio y dos de ellos activos luchadores por la paz), nada dificultó el encuentro de los lectores con vivencias literarias significativas. No obstante haber entregado las obras aparecidas un cierto cuadro acerca de algunos países de América Latina (principalmente sobre la opresión y la lucha de clases), en ese entonces apenas se podría haber hablado de la influencia formadora de conciencia especial de la literatura latinoamericana. Para esto fue poco la literatura, y entonces aún no existía tal interés hacia el lejano continente, el cual habría dirigido la atención sobre las particularidades, problemas y temas señaladamente latinoamericanos en la literatura también. Ni en la edición de libros ni en la actividad crítica se manifestó la exigencia de que, por una parte, se situara a las obras aparecidas en una situación histórica más amplia, y por otra parte, se diese un cuadro más amplio a los lectores acerca de la literatura latinoamericana – es decir, que cuente con comunidad interna. El primer experimento – y por años único – para dar alguna muestra vasta de la literatura del continente ha sido la temprana antología de título Cruz del Sur (1957), la cual abarcó alrededor de cien años. Esto, sin embargo, es más bien la «obertura» de la época siguiente. Y, a partir de sus particularidades genéricas, dio un panorama más bien sobre la literatura latinoamericana que sobre Latinoamérica misma. Desde fines de los años 50, la aparición de una serie de factores diversos ayudó a que la literatura latinoamericana rompiese el frente del desconocimiento, y hoy definitivamente forme parte ya del cosmorama literario húngaro. Con el combate de las desviaciones dogmático-sectarias de los años 50 cambió nuestra relación teórica y de principios con la literatura mundial contemporánea: entonces tomó cuerpo el punto de vista del Partido Obrero Socialista Húngaro que tiene vigencia hasta el día de hoy, según el cual damos lugar a todo valor humanista, aun cuando en todos los casos no podamos identificamos con su contenido político e ideológico. Correspondientemente con esto, también las obras latinoamericanas que llegan a nosotros se escogen más selectivamente, en base a principios más literarios que los utilizados anteriormente: la escala de valores mucho más rica puede tomarse en cuenta para los efectos de publicación. Esta «apertura», que tiene base de principios, naturalmente abrió caminos más libres a la literatura de otras áreas también. La literatura latinoamericana, a pesar de todo, en la última década y media estuvo en posición más favorable que mucha literatura. Esto se debió, por una parte, a que la victoria de la revolución cubana, es decir la puesta en primer plano del continente en la lucha de clases internacional, aumentó rápidamente entre nosotros la demanda de un conocimiento más vasto de América Latina, así como también el interés hacia su literatura. Por otra parte, porque el interés internacional se dirigió hacia la literatura latinoamericana, principalmente hacia la prosa del siglo XX. En occidente la literatura latinoamericana es «su moda» impetuosamente publicitada; el reconocimiento indiscutible de su notabilidad como literatura mundial es un estímulo para las publicaciones nacionales también. Ha llegado a ser más fácil también la satisfacción a buen nivel de las exigencias, pues al lado de los especialistas «pioneros» de la época anterior – y con la cooperación de ellos - en los últimos 15 años se ha desarrollado un número relativamente grande y bien formado de traductores jóvenes: su aparición y competencia hacen que cada vez más obras aparezcan anualmente en exigentes traducciones. El resultado: al lado de antologías en prosa o mixtas que dan un cuadro continental, es decir dan referencias literarias país por país (principalmente de Cuba), también aparecieron una o más obras, tomos de todos los escritores sobresalientes del siglo XX; y la publicación de los escritos de Martí y Bolívar señala que lentamente puede llegarle su turno al descubrimiento del pasado latinoamericano. Si bien no podemos ser vanidosos con los resultados – ¡¿Cómo podríamos serio sabiendo que aún espera el descubrimiento del pasado y del presente también?! – en su totalidad, tenemos que reconocer que desde principios de los años 70 la literatura de la zona comienza a ocupar en nuestras ediciones el lugar que le concierne en base a su valor. La extensión del prospecto no da posibilidad para un análisis más profundo de los matices de nuestra política editorial. Cualquiera sea su resultado, sería tentador el análisis de sus faltas y virtudes. No podemos extendernos tampoco a señalar con el mérito que corresponde otras tareas que están en relación con la publicación de las obras – la apreciación crítica más competente y más frecuente, la falta de un manual de historia literaria que muestre más allá de los datos lexicográficos, etc. Después de este corto bosquejo de la situación húngara acerca de la literatura latinoamericana, tenemos que abordar la otra parte del problema: ¿Cómo acoge nuestra comunidad de lectores esta literatura y de qué manera puede ésta ejercer influencia sobre el cosmorama de nuestro público? El examen del número de ejemplares y de la demanda de las publicaciones es uno de los instrumentos que sirve para medir el encuentro de los lectores y la literatura. A pesar de que no está dentro de nuestras posibilidades el realizar un análisis minucioso que se extienda a todo, un modelo representativo nos señala que el panorama es alentador. Aunque a la critica podrían alcanzarla muchos juicios, debido a que es poco lo que hace por la popularización de la literatura latinoamericana en nuestro país, se desprende que a esta literatura no le hace falta gran publicidad. No hablando ya de los libros que aparecieron hace un par de años y que actualmente no se pueden comprar, en relación con las ediciones más recientes se puede determinar que una fracción importante de las obras publicadas en reducido número de ejemplares por «precaución» de sus editores, desaparece en un corto período de tiempo de las tiendas. (Así es, por ejemplo, el caso de la segunda edición de Cien años de Soledad, la que se agotó en el término de pocos días). A lo más, se presenta como excepción la novela maestra de Vargas Llosa (Conversación en la Catedral), la cual requiere un esfuerzo intelectual muy grande; asimismo como la aparición de algunos autores de menor importancia. Pero en la mayoría de los casos, ediciones de gran tiraje en relación a nuestra población desaparecen en el plazo de días o semanas: el ejemplo más reciente es el volumen novelístico de Cortázar, editado en diez mil ejemplares que se agotaron en las primeras dos semanas de enero 1973, pero aun así, el ejemplo más evidente es la acogida que se brindó a todas las obras de Amado (la cuarta edición de Jubiabá en 40 mil, Dona Flor e seus dois maridos en más de 80 mil, Tenda dos milagres casi en 50 mil ejemplares vieron la luz, y aun así después de su llegada al mercado hubo una falta total de mercancía – Amado junto al resto de su obra). Con numerosos ejemplos podría fundamentar la gran demanda que existe por la literatura latinoamericana en nuestro país: nuevamente el límite de la extensión pone obstáculos para aquello. En lugar de esto hay que hacer la pregunta: ¿A qué se debe esta popularidad? Difícilmente se puede atribuir este interés en forma unilateral a la «moda» internacional por la literatura latinoamericana, es decir no tomamos la moda en base ni a la publicidad ni al réclame, sino que replanteamos la pregunta de por qué llegó a ser popular esta literatura en la arena mundial. Asimismo, no se puede absolutizar el vasto interés existente hacia Latinoamérica, pues los interesados hoy en día pueden ampliar sus conocimientos de la cada vez mayor cantidad de ediciones literarias especializadas. Entonces ¿cuál es la causa que nutre el interés? El factor fundamental, junto al que los anteriores juegan un papel secundario, es que la literatura latinoamericana del siglo XX se elevó al rango de literatura mundial, es decir no sólo observando sus valores estéticos, sino también – inseparablemente de esto – en el sentido en que Marx y Engels hicieron notar en el Manifiesto Comunista: «[...] de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una literatura universal». Es decir, en la literatura la representación contemplativa más universal de las relaciones locales ocupó el lugar del provincionalismo, que conlleva la conciencia del atraso; esto se produjo aproximadamente cuando los más eminentes pensadores del continente comenzaron a sospechar y a darse cuenta de que el problema principal de su continente era el subdesarrollo, el cual no puede ser comprendido sin acercarse al medio mundial contemporáneo. A este concepto de «literatura universal» se debe que la mayoría de los lectores (¡en los cuales se hace conciencia también de que tienen arte y parte en todos los lugares del mundo!) ya no sólo se extiendan a la literatura latinoamericana con la pretensión de «ponerse al corriente», con aprensiones que rayan en el «exotismo», que lean manteniendo la distancia, sino de lo que rompe distancias, y que se sientan dentro del qué decir humano general y perciban el «mensaje» dirigido también hacia nosotros. Las más significativas novelas latinoamericanas (pensamos en los escritos de García Márquez, Amado, Asturias, etc.) tienen muchos planos: su hilación de cuento, su pintoresquismo, su recurrencia divierten a muchos cientos de miles de lectores de posición menos intelectual, mientras que con su modernismo, con su multilateralidad extienden sus embrujantes vivencias a los lectores más refinados, y para todas estas capas, incluso para los investigadores que se ocupan de Latinoamérica, entregan muchos tipos de información y revelan agitadas conexiones de su mundo. Con esto arribamos a la última pregunta: ¿Qué influencia puede ejercer esta literatura sobre la visión que se han formado los lectores húngaros acerca de América Latina? La extensión no hace posible que por lo menos bosqueje el material informativo del contenido de más de cien libros latinoamericanos publicados en Hungría; esto además supuestamente es ya conocido por la mayoría de los lectores del informativo. En su lugar sólo señalo un círculo de problemas, lo que según nuestro criterio es la curiosidad histórico-cultural más importante de la literatura latinoamericana actual. Particularmente se puede destacar el hecho de que a los representantes más importantes de la literatura latinoamericana del siglo XX – al lado de su variedad estilística, sus medios literarios, su elección del tema, etc. – los compenetra una especie de comunidad en el modo de ver las cosas, lo cual se irradia desde sus obras y, de una u otra manera, conduce hacia la representación más sintetizadora, diferenciada, profunda de la realidad latinoamericana. Según nuestro juicio, tenemos que vernos con el fenómeno poco frecuente – pero no sin precedentes en la literatura universal – que se presenta en las obras de varios autores, cuando la literatura, en el empeño de su propia complejidad, no sólo más sensiblemente – observando el curso total -, sino que, en relación a lo que es capaz de entregar la ciencia social en una época determinada, da un cuadro más fiel de los pormenores del lugar y de la época. (Ver el famoso paso de la carta escrita a Miss Harkness por Engels, en donde éste describe que «estudió» de Balzac). En su libro titulado Desarrollo cultural de América Latina, Judit Benkö hace un intento de plantear hipotéticamente este fenómeno. Como final: ¿En qué estriba entonces también la influencia? En parte en que los húngaros que leen literatura latinoamericana – en mayor o menor grado, dependiendo de su cultura, de su posición contemplativa, de su interés – pueden obtener todo tipo de conocimientos de la pasada y actual realidad latinoamericana, asimismo como la proyección literaria de esto. Pero, tal vez tiene mayor significación que esto el hecho de que a los lectores de la literatura latinoamericana les alcanza un grado mayor o menor de «sorpresas» – la vivencia perturbadora de conocimientos simplificadores, «corrientes» -, las que en todo momento indican con brusquedad que no se puede pensar esquemáticamente hay que combatir por el conocimiento de la realidad, por su asimilación.