Células efectoras de la inmunidad innata Las células de la inmunidad innata juegan un papel importante en la mediación de la respuesta inmune innata como en el reclutamiento de los linfocitos T y B de la inmunidad adquirida para enfrentar específicamente al agente patógeno. Las células que intervienen en las respuestas inmunitarias adaptativas son los linfocitos específicos de antígeno las células presentadoras de antígeno y las células efectoras. Los linfocitos vírgenes son células que no han tenido contacto con antígenos y son denominados linfocitos pequeños, tienen un diámetro de 8 a 10μm, presentan un núcleo grande con heterocromatina densa y rodeado de un borde delgado de citoplasma, escasas mitocondrias, ribosomas y lisosomas, permanecen en estado de reposo hasta no estimularse con la presencia del antígeno, tienen un promedio de vida de unos cuantos años. Los receptores antigénicos de los linfocitos vírgenes son necesarios para reconocer los antígenos extraños que promueven su diferenciación en células efectoras, así como para la supervivencia de los linfocitos vírgenes. Una vez estimulados los linfocitos inician la síntesis proteica de proteínas nuevas llamadas citocinas producidas por los linfocitos “T”, encargadas de estimular el crecimiento y la diferenciación de los propios linfocitos y de otras células efectoras, receptores de citocinas que permiten que los linfocitos respondan mejor a las citocinas y otras proteína responsables de la división celular. Como resultado de esta estimulación los linfocitos proliferan y aumentan de tamaño el clon, esto permite que el número de linfocitos específicos para el agente aumente considerablemente. Los linfocitos estimulados se diferencian en células efectoras que tienen por función eliminar el antígeno, son efectores los linfocitos T cooperadores, los citolíticos y los linfocitos B productores de anticuerpos, como células efectoras su promedio de vida es corto y no se autorrenuevan Linfocitos “B” son llamados así por haberse observado por primera vez en los pájaros en la Bolsa de Fabricio (no hay equivalente en los mamíferos). Los primeros estadios de maduración ocurren en la médula ósea, una vez maduros abandonan la médula y se alojan en los órganos linfoides periféricos presentan receptores antigénicos. En este grupo encontramos células que tienen funciones de efectoras como de células de memoria. Las efectoras son células productoras de anticuerpos, en tanto que las de memoria su función es producir respuestas rápidas y de mayor intensidad, ante un subsecuente contacto con el antígeno. Como células de memoria pueden sobrevivir durante muchos años aún de haber eliminado al antígeno, en cambio las células efectoras son de vida corta. Los linfocitos B de memoria presentan en su superficie Inmunoglobulinas como IgG, IgE, e IgA y los Linfocitos B vírgenes sólo presentan IgM e IgD Linfocitos “T” son los responsables de la inmunidad celular, se originan en médula ósea y migran al timo donde terminan su maduración. Hay dos subtipos de linfocitos “T” los cooperadores y los citotóxicos. También presentan receptores antigénicos distribuidos clonalmente. Los LT cooperadores expresan una proteína de superficie denominada CD4 y los citotóxicos presentan una proteína llamada CD8 Los linfocitos T cooperadores interactúan con otras células como los macrófagos y linfocitos B .y secretan citocinas que activan otras células Linfocitos NK(citolíticos naturales) se encargan de la inmunidad innata Monocitos y Macrófagos Los monocitos se originan de una célula de médula ósea y tienen una vida media de 1 ó 3 días. Abandonan la circulación periférica por marginación y migración de los capilares al espacio extravascular. Los macrófagos tisulares se originan de los monocitos que han migrado de la circulación, una vez fuera proliferan dando por resultado los macrófagos tisulares. Comúnmente se localizan en nódulos linfáticos, bazo, médula ósea, tejido conectivo perivascular, cavidades serosas como el peritoneo, pleura, piel, pulmones (macrófagos alveolares), hígado (células de Kupffer), hueso (osteoclastos), sistema nerviosa central (microglia) y sinoviales. En general los monocitos y macrófagos son la primera línea de defensa asociada con la inmunidad innata, sin embargo también juegan un papel importante en la mediación de diversas funciones como: unir LPS, presentan antígenos a los linfocitos T y secreción de factores como las interleucinas (IL) 1, TNF,IL 12, e IL 6 y un papel central en la activación de los linfocitos T y B como células presentadoras de antígenos aún de que hoy en día se sabe que el más potente y efectivo presentador de antígenos sean las células dendríticas . Los monocitos y macrófagos como mediadores de la respuesta innata destruyen el complejo anticuerpo – bacteria, células tumorales, eventualmente a células hemáticas en ciertos tipos de de citopenias autoinmunes, Los monocitos y macrófagos también ingieren bacterias infectadas por virus así como células apoptóticas. Los macrófagos infectados son reconocidos por las células dendríticas como infectados, ellos y las células apoptoticas son fagocitados por las células dendríticas. Los macrófagos activados también pueden mediar la lisis inespecífica de los antígenos y eliminar células tipo y células tumorales, aún en ausencia de anticuerpos. Esta actividad es ampliamente mediada por citocinas ( TNF e IL1). Los monocitos y los macrófagos expresan un linaje molecular específico ( receptores LPS en la superficie celular, CD14) así como también receptores de superficie a numerosas moléculas, incluyéndola región Fcde la IgG, componentes activadores del complemento y varias citocinas. Por último los macrófagos secretan productos muy diversos incluso que otras células del sistema inmune. Entre los productos encontrado en ambas células están enzimas hidrolíticas, productos del metabolismo oxidativo, TNF, IL1, 6, 10, 12, 15, 18 y numerosos quimoatrayentes , citocinas, quimocinas, involucradas en la respuesta inmune tisular.