Tarea Cuentos en el muro Alexander Hernández Soleil Devenir Los tres botones Maria Luisa quedó intrigada por un extraño presentimiento. Sus estudiantes la ven distraía, sus ojos están fijos en otro lado. Cuando entró al baño de la universidad donde imparte clases de pedagogía vio como un botón se le desprendía de su blusa de encaje, sin prestarte singular interés, se agachó para recogerlo y se lo echó a la bolsa. Transcurrió un minuto y cuando se abrochaba el pantalón ¡zas!, se le cayó otro botón de color café, ¡carajo! estoy subiendo de peso, se dijo, pero si apenas voy por los cincuenta y soy la maestra más delgada por no decir la menos gorda. Por suerte Malú, como le dicen de cariño, traía cinturón y no se le notó el imperfecto, al salir del baño para dirigirse a su aula correspondiente de la clase de las tres pe eme, escuchó un ligero tintineo, a manera de susurro, ella no pudo evitar detener su paso, dar media vuelta y dirigir la mirada a ese otro botón que se le había caído del suéter ¡Carajo, algo muy serio me va a suceder! siendo una mujer de ciencia alejada del pensamiento mágico de las creencias o supersticiones no podía sacar de su mente que tres botones se le habían caído en un mismo instante, tres ojales quedarían como hoyos negros flotando en el limbo; pero si mi ropa es relativamente nueva y me la he puesto en otras ocasiones, se repetía tratando de aislar y apartar de su cabeza lo ocurrido. Al llegar al salón de clases, la consternación le había hecho metástasis, Malú no estaba concentrada, los alumnos perciben con su octavo o noveno sentido la excitación nerviosa, la inquietud o el exceso de concentración que viven los profesores día a día, clase tras clase. Los pocos alumnos del salón se contagiaron del presagio sin ni siquiera saber lo ocurrido. Malú les quería hablar sobre la enseñanza como un acto íntimo, maestros que saben enseñar no son garantía de que los estudiantes aprendan, pero no pudo porque no se podía explicar porqué carajos tres botones se le habían caído al mismo tiempo. Malditos botones, por qué a ella, jamás algo le había molestado tanto, tanto que entró Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 59. (Agosto 2015) Agendas ignoradas en educación: El modelo educativo y la formación docente en pánico, eres una mujer sensata Malú, no te permitas caer en este engaño de tu mente, se repetía, pero era demasiado tarde, sus alumnos estaban dispersos probablemente por su culpa, jugaban con sus celulares y miraban hacia la puerta, Malú reprendió a los estudiantes por no dejar sus celulares en paz, pinche generación jodida, pensó pero luego se arrepintió, qué me está pasando, se inquirió, es por los botones… Mejor ya váyanse, les dijo. Algo muy serio le iba a pasar y no sabía qué era, no podía perder el tiempo intentando dar clase cuando la mente de sus alumnos al igual que la de ella estaba en otra parte. Malú los dejó ir temprano, a los diez minutos de haber comenzado la clase. Acto seguido le marcó a sus dos hijos para saber si nada raro les había pasado, marcó a su esposo y tampoco, no había anomalía alguna. Salió corriendo de la universidad con cigarro y encendedor en mano, en cuanto cruzó los limites del exterior académico fumó con prisa, algo serio me va a suceder, algo serio me va a suceder, repetía. Su esposo pasaría por ella hasta las cinco, cuando supuestamente terminara su clase. Malú agobiada decidió entrar a un Sanborns cercano a unas cuantas cuadras, pidió un café y le marcó a su cuñado que es psicoanalista pero no encontró consuelo con el especialista, le dijo que no era de cuidado, que era la manera en que estaba canalizando el stress, algunas veces necesitamos algo tan insignificante para hacer un alto en el camino, le dijo, tómalo como una oportunidad para pensar. Pero no quedó tranquila, le marcó a su hermano pero tampoco fue de ayuda. ¿Y si tiembla? ¿y si mi corren de la universidad por haber dejado salir temprano a los chavos?, pensaba. No se podía explicar por qué se sentía tan alterada, solo se había sentido así cuando su hijo se le perdió seis horas en reino aventura, cuando existía ese parque de diversiones. Carajo qué voy a hacer ¡chingada madre!, dijo en voz alta, en la mesa de enfrente una de sus estudiantes alzó la mirada y la cachó en su expresión, Malú se sintió avergonzada y asintió con la cabeza como señal de saludo, además no le gustaba que sus alumnos la vieran fumando. La estudiante tomó su vaso de whisky —sí bebiendo a las tres treinta de la tarde— y se acercó hacia su maestra. Malú consideraba a Inés una buena alumna, responsable y con ideas frescas, tenía la tez blanca y ojos claros, es originaria de Chiapas y hablaba de su Estado como la quinta maravilla. Maestra, ¿qué tiene, le puedo ayudar en algo? Inquirió la chica, la vi preocupada en el salón y se me hizo raro porque usted jamás nos deja salir temprano… Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 59. (Agosto 2015) Agendas ignoradas en educación: El modelo educativo y la formación docente Hija me estoy volviendo loca por tres botones, Malú le contó lo sucedido intercalando varios cigarrillos para calmarse, Inés de vez en vez bebía pequeños sorbos de su vaso, en otras circunstancias a Malú le hubiera intrigado saber qué hace una de sus alumnas en el área de fumar del Sanborns bebiendo whisky a esas horas del día. ¿Trae los botones que me los pueda mostrar?, preguntó Inés. Malú sacó de su bolsa los pequeños artefactos, me siento la mujer más estúpida, ya no me verás igual durante las clases. No se preocupe maestra, le dijo Inés, a veces así pasa, si a mí se me hubieran caído tres botones ahora mismo estaría vuelta loca buscando al mejor chamán de mi pueblo, por lo menos ya tendría la opinión de mi abuela. Malú sonrió, sintió que lo hacía por primera vez en un largo tiempo. Son bonitos, fue lo primero que dijo Inés, vamos a hacer algo, propuso la joven estudiante, va a cerrar los ojos y me va a hacer una línea con los botones, los tiene que tocar solo con la yema de su dedo para que no pueda saber qué botón es cada uno, ¿está bien?, ande, acomódelos como quiera, no vaya a abrir los ojos hasta que yo le diga, Malú como niña obediente comenzó a ordenar los botones sobre la mesa, fue muy preciso el orden que les dio, en tres segundos ya quería abrir los ojos, no Malú, no los abras. Veamos, dijo Inés, es muy fácil. ¿Fácil?, le replicó Malú. Leer botones, a eso me refiero. Verá maestra, si se le hubiera caído un solo botón es desdicha, si se le hubiera caído dos es amor, y como se le cayeron tres en el mismo día es muerte, amor y futuro. Pocas veces se puede leer el futuro en cosas así, pero usted está de suerte. Malú intentó abrir los ojos pero los párpados le pesaban. No los abra dijo Inés, que se dio cuenta de su intento fallido. Usted tiene dos hijos ¿cierto?, Malú quedó asombraba ya que ella jamás hablaba de su vida personal y no había forma de que lo supiera así nada más por simple atine, el mayor es hombre, y la más chica es mujer, ¿cierto?, Inés contestaba monótonamente con un largo siiii, y agregó, pero eso todo mundo en la universidad lo sabe hija, yo no lo sabía, contestó Inés, pero a ver, qué más nos dicen los botones, usted esta casada, y ¿Cree mucho en la ciencia verdad?, así lo es, contestó Malú. Mire, a lo mejor no me va a creer lo que le voy a decir, es su decisión y muy respetable, ¿Es algo malo?, preguntó Malú. No, dijo la chica y bebió de su vaso de whisky. Le diré que significa cada botón, el de color rojo significa la vitalidad de la vida y por lo tanto es futuro, significan sus proyectos, el de color blanco, el más bonito por cierto, está forrado por una suave tela, Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 59. (Agosto 2015) Agendas ignoradas en educación: El modelo educativo y la formación docente parece terciopelo o algo parecido, pues por ser un botón recubierto y protegido éste es el amor, donde se ve que es bien correspondida no veo ninguna infidelidad, y el último que parece ser de madera, carey corrigió Malú, pues éste simplemente significa la muerte, pero no se preocupe, nadie va a morir, digo no ahora, ya sabe todos la tenemos asegurada, pero pronto pronto no pasará. Abra los ojos, Malú pudo levantar los párpados. Los tres simpáticos botones estaban dispuestos de la manera en que se los interpretó Inés. Pero eso no es todo hoy a su esposo se le caerán cuatro botones, tuvo más suerte que usted, ya que es fortuna y prosperidad, seguramente le ofrecieron un mejor trabajo o un ascenso, usted si se quiere que esto suceda y sobre todo estar con su esposo, enterrará estos botones, de lo contrario no se le caerán los cuatro botones a su marido. Malú pidió un whisky para asimilar la historia, ¡Ah qué imaginación de esta muchacha! se dijo. Inés se despidió, me encantaría acompañarla maestra pero tengo que ir a hacer una limpia a una tienda de abarrotes, ya sabe para mejorar las ventas. Se me olvidó dejarles la tarea, dijo Malú. No hará falta Malú, nos vemos, Inés sonrió satisfecha. A la siguiente semana Malú les presentó al maestro suplente, ya que por un viaje de negocios de su marido, estaría ausente el semestre que hacia tres semanas acababa de comenzar. Alexander Hernández Soleil Devenir visite http://palido.deluz.mx Pálido punto de luz Claroscuros en la educación http://palido.deluz.mx Número 59. (Agosto 2015) Agendas ignoradas en educación: El modelo educativo y la formación docente