Lady Crow – Let’s cross the Rubicon and Never looking back © Hay momentos en que sólo alcanzando tus propios límites acabas tomando una decisión importante, radical, de esas de “no mirar atrás”. Hay veces en que debes tocar fondo para explotar, no hay más. Bajas hasta el final de tu propio abismo y, sencillamente, te encuentras. He llegado a ese límite y descendido hasta lo más hondo de mí existencia en varias ocasiones a lo largo de mi vida, creo que es la mejor forma de crecer como persona, aunque implique dolor, me da igual, soy la reina del regodeo, ¿qué le voy a hacer? A estas alturas, sé bien que soy tanto gozo extremo como sufrimiento intenso, no tengo término medio, soy pura contradicción, tan oscura como llena de luz, una montaña rusa y no un tiovivo, sí, cada uno es como es. Lady Crow es como es. Quien quiera que me tome y quien no que me deje, así de simple. He vuelto a hacer ¡boom! Otra vez. Normal. Muy, muy normal. Es lo que tiene ser humana, da igual que sea Lady Crow, que sea una mujer cuervo fuerte, enérgica, alegre, no importa cuánta paciencia, aguante o mala leche tenga. Algunas personas necesitamos romper con todo o casi todo en más de una ocasión a lo largo y ancho de nuestro recorrido. ¡Boom, sí, boom! Ha sido un estallido con consecuencias. Una explosión que ha provocado una decisión consensuada. Bien. Muy, muy bien, nena. ¡Por fin! Este tipo de acontecimientos son importantes para los humanos con sentimientos y una mente pensante de esas que no es capaz de conformarse, ni mucho menos de estarse quieta, con las neuronas apagadas o encadenadas a las de otra mente. Mi cabeza no funciona así. Mi cerebro, mi corazón y mi alma no renuncian a lo que quieren, si lo hacen, vivo en una prisión, me ahogo, muero. Me toca cruzar el “Rubicón” de nuevo y “Never looking back”. ¡Sí! ¡Y me muero de ganas! Y de miedo. Claro. El miedo es humano. También. Siempre que escucho estas dos canciones, tan distintas por cierto, me animo muchísimo y las ganas de hacer brotar mi esencia bailarina me invaden al instante. Hoy es lo que necesito, una buena inyección de: “¡a tomar por culo, let’s start again!”. Me voy. Me voy a mi sitio. Y esta vez, de verdad de la buena, “never looking back”, porque, como he dicho, hay momentos en que sólo estando hasta el mismísimo coño, le das un buen giro a tu vida. Así que, como resulta que sólo tenemos una vida y soy de las que opina que se debe aprovechar, aunque suene vulgar, Ladies and Gentlemen: ¡estoy hasta el mismísimo coño, y digo coño porque me sale del coño, coño! Decisión tomada. Para acompañar el inicio de mi nuevo camino, y para no perder la costumbre, me voy con dos homenajes, dos temas nada nuevos para mí y más que perfectos para la ocasión: Rubicon de mis queridísimos VNV Nation. Sí, lo sé, no son alemanes, estos hombres son del Reino Unido, aunque hasta donde yo sé, viven en Hamburgo. Y es que, por mucho que lo pueda parecer, no sólo me pierdo con los artistas alemanes. Escucho a VNV Nation desde hace años. Gracias a mi hermano, todo hay que decirlo, descubrí a estos hombres y me quedé enganchada a sus letras, a su voz y a su música, melodías que siempre me resucitan. Su nombre, Victory Not Venjance, es una gran filosofía de vida, justo la que necesito hoy, buscar el triunfo personal, lo que me haga sentir bien, en lugar de regodearme en las lamentaciones. Esta canción me hace volar y cruzar, justamente, mi propio Rubicón desde hace unos cuantos años. Como siempre digo, si te estás quiet@, nunca pasa nada. Never looking back es un temazo de la BSO de la película “The Palayos”. Su ritmo, letra y voz no sólo me ponen de buen humor, sino que me hacen vibrar, bailar y pensar en actuar sin a mirar atrás. Como ya he dicho en más de una ocasión, la música de su creador, Micka Luna, me inspira muchísimo. No. Ya lo sé, este hombre tampoco es alemán, es de mi tierra y se merece un homenaje de esos que tanto me gustan. Tampoco es calvo, como muchos de los que me vuelven loca, pero es muy guapetón, tiene un cuerpazo y una gran voz, por no mencionar que es un artistazo de esos que te dejan ahí, en el sitio y con la boca abierta. Sólo tienes que darle al play para comprobarlo y buscarlo en Internet, dudo que te decepcione. He dicho. Let’s cross the Rubicon and Never looking back. Yo me voy directa con mi compañero de vida, el Cuervo, y m i s C u e r v i t o s . Déu! Joanna Bliss