Error de derecho frente al error de hecho en las resoluciones de las

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ASESORÍA
DE
FUNCIONARIOS
Error de derecho frente al error de hecho
en las resoluciones de las Administraciones
Públicas (II)
Frente al error de hecho el error de derecho, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ostenta el carácter de
calificación jurídica seguida de una declaración basada en ella.
Al mismo tiempo dicho Alto Tribunal establece (sentencias de 20 de julio de 1984 y
13 de febrero de 1976 entre otras) que
está excluido dentro del ámbito del error
de hecho y por tanto incluido en el error de
derecho todo aquello que se refiera a
cuestiones de derecho, apreciación o trascendencia de los hechos indubitados, interpretación de disposiciones legales y calificaciones jurídicas.
En aplicación de dicha doctrina y criterios,
una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid —estimatoria de un recurso
contencioso administrativo de un aparejador municipal, funcionarios de carrera,
contra resolución de jubilación al amparo
de la existencia de un supuesto error material en una resolución municipal anterior
que le había reconocido la prolongación en
el servicio activo— dice que la rectificación
cuestionada requirió al menos una calificación jurídica de la inclusión del recurrente
en la Escala Técnica de Administración Especial o en la Operativa del Servicio de Incendios, y por tanto una interpretación sobre una ostentación de un posible derecho
que tuviera el demandante como funcionario de un Cuerpo Técnico para obtener la
prórroga de su fecha de jubilación, calificación en uno u otro grupo de funcionarios
que se hacía en base en la interpretación
del art. 33 la ley 30/1984, en su disposición adicional 24.ª y en los artículos 125 y
129 del Convenio regulador y respecto de
la cual debió concederse al recurrente la
posibilidad de impugnarla por la vía procedente, sin que a tal efecto sea suficiente
la simple comunicación del acuerdo de
rectificación, lo cual llevaba al Tribunal a
estimar el recurso en los mismos términos
en que se planteaba, sin perjuicio de que
la Administración pudiera acudir ulteriormente al procedimiento de revisión de oficio de los actos declarativos de derechos
a que se refieren los artículos 102 y 103 de
la mencionada Ley 30/92 de 26 de noviembre.
La sentencia, en su Fundamento de Derecho Cuarto, declara que el recurso debe
a la concesión de la prolongación de
la vida en activo.
ser estimado por los siguientes motivos:
a) La primera resolución concediendo la
prórroga y luego rectificada se fundamenta lógicamente en normas que
permiten la prórroga en el servicio activo y para nada menciona la Disposición Adicional 24.ª de la ley 30/84 y el
art. 129 del Convenio, que exceptúan
la posibilidad de permanecer voluntariamente en la situación de servicio activo prevista en el art. 33 de la referida
ley y en el art. 125 del Convenio, excepción que ahora parece ser la única
c) La Administración demandada no ha
aportado documentación alguna acreditativa del supuesto error de trascripción vertido en una imaginaria propuesta de resolución que no obra en el
expediente.
d) Se trata de la aplicación de preceptos
diferentes de contenido antagónico,
por lo que jamás estaremos ante un
error de hecho, sino de derecho.
e) No es posible acudir al procedimiento
de mera rectificación del art. 105.2 de
la ley 30/92 de RJAPYPAC, al encontrarnos ante un acto declarativo de derechos, que se pretende revocar sin
causa posterior que lo justifique y sin
seguir el procedimiento establecido al
efecto.
f)
que invoca la Administración como
apoyo del contenido de su rectificación.
b) Y por si lo anterior fuera poco para
descartar cualquier posibilidad de
error material en la resolución de la
Administración sobre concesión de
la prórroga, agrega el tope máximo de
prolongación hasta los 70 años edad,
precisión que no deja lugar a dudas
de su claro sentido positivo en cuanto
■ Boletín Informativo 673 • 2.ª Quincena Febrero 2010
Que no puede entenderse como pretende la Administración que el acto se
ha mantenido, una vez subsanado el
error, pues justo se ha acordado lo contrario, haciendo un nuevo juicio valorativo, una nueva calificación sobre la inclusión del puesto en la normativa especial y una nueva declaración jurídica.
A la vista de la inexistencia del alegado
error de hecho, el Juzgado estima la demanda del aparejador anulando las resoluciones recurridas, obligando a la Administración a no tener por producida la
jubilación del mismo y, por tanto, a considerar al funcionario recurrente en la situación de servicio activo desde la fecha en
que se produjo su jubilación por un imaginario error de hecho.
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