^ LA UNION CATÓLICA T>IA.Il,IO R . K L I G H O S O . F » < > T . I T I O « > A5FO m Eti Madriii: 1 peseta 50 céntimos al mes. En Provincias: 6 pesetas al trimestre v 19 eü año. F.n Cuba y Puerto-Rico: 18 pesetas al semestre. En Filipinas: 22 pesetas al semestre. En el extranjero: 12 pesetas al semestre. En Portugal: 32 pesetas al año. l a integridad de la patria Ha de llamar necesariamente la atención que los elementos radicales y revolucionarios que tanto alborotaron cuando el conflicto de las Carolinas, ahora apenas digan una palabra acerca de los sucesos del rio Muni, á posar de que éstos exceden, indudablemente, en gravedad é importancia Á los de Yap. Es que los radicales y revolucionarios no se movieron cuando el conflicto de las Carolingíi por amor á la integridad de la patria, sino que trataron de .servirse de aquel conflicto como de arma de partido contra las Instituciones monárquicas y contra el Gobierno responsable que las representaba. No es la primera vez que los radicales y revolucionarios han procedido así, de.sdc que Riego cubrió con el manto de libertad su traición á la patria no embarcándose para Amórica, donde se le enviaba por quien podia, á pelear por la integridad de la patria. Pero bueno es que conste la conducta que respecto de los sucesos del rio Muni siguen los radicales y revolucionarios, para que en España sepan todos qué patriotismo es el suyo. Por nuestra parte, nuestro criterio en las materias relacionadas con la integridad de la patria, no cambia por circunstancias accidentales de las personas ó de los partidos que ocupen el poder, ni por la condición del que trate de usurpar un pedazo cualquiera del territorio nacional. O la posesión de este territorio es legítima, 6 no lo es: si lo es, la patria debe sostener su derecho procurando hacerlo prevalecer en el ánimo de las grandes potencias y convencer de él al usurpador. Si no lo es, la patria debe abandonar aquel territorio á quien tenga mejor derecho. En la cuestión del rio Muni, los títulos con que Espafia posee aquellos territorios, son indiscutibles, según con docta elocuencia demostró anoche el Sr. Coello en la Sociedad Geográflca y según los datos y documentos que el (Jobierno debe de poseer. iQué nos toca, pues? Lo que sucedió cuando el conflicto de las Carolinas se lo debe de enseñar al Gobierno del Sr. Sagasta, que. Por desgracia, carece de verdaderos hombres de Estado, de hombres á la altura de las circunstancias. El seAor marqués de la Vega de Armijo que sin duda ninguna á falta de otras condiciones tiene la de ser buen español, debe estudiar muy bien el conflicto, pesar las razones todas que abonan nuestro aerecho y sostenerlo con dignidad y energía, aunque sin provocaciones de ningún género, ante el Gobierno francés. Si las razones del Gobierno español convencen al Gobierno de la vecina Repiiblica, el conflicto habrá de darse por terminado. Sino fuera asi, esta vez como cuando el conflicto de las Carolinas podría y aun deberla acudirse al arbitrajs de la Santa Sede, á fin de que León XIII por medio de un fallo justo y honroso evitará las consecuencias de llevar la cuestión á un terreno en que se habrían de cometer mayores disgustos. Ocurre un hecho curioso en la política del Gobierno de la vecina repiiblica. Secularizador y enemigo declarado de la Iglesia éste eñ el interior, en el exterior cultiva con mucho cariño la amistad del Vaticano, y de ella se sirve, en cuanto puede, contra la política de la triple alianza en general y de Italia en especial. No podría desechar, pues, el Gobierno de la república francesa Un arbitraje (jue cabe, desde luego, dentro de su política internacional. Si no hay precisión de llegar á este exIrenjo. nos habremos de felicitar de que así haya sucedido; pero mientras tanto, la conducta del Gobierno debe ser eiiérgica y digna, sin quijotismos de ningún género ni de ninguna especie, en la defensa de los derechos é intereses de la patria en el rio Muni, .sin que deba entenderse por esto quo tratamos de echar en cara á los fusionistas su conducta cuando el conflicto de las Carolinas, porque harto concedemos que de un modo se ven las cosas desde la oposición y de otro desde el Gobierno. Cumpla el actual Ministerio responsable con los deberes de tal en el conflicto existente, sin humillaciones, ni quijotismos de ningún género, y nosotros perdonaremos á sus individuos la contradicción en que incurran por su conducta, y se la perdonará también la nación, que ante todo desea ver asegurada con su honra su paz interior y exterior. De todos modos, hay que aludir á la prensa radical y republicana para que nos explique en virtud de qué teorías, en virtud de qué datos y apreciaciones habla hoy otro lenguaje que el que usaba cuando el conni("to de las Carolinas. ¿Será, además de la razón indicada más arriba, porque antes se trataba de un imperio y hoy .se trata de la república francesa, cuyos hombres políticos tantas afinidades tienen con los hombres públicos de los partidos radicales y revolucionarios españoles? ^.Es que lo qtie es lícito contra un imperio no es lícito contra ' i.-.,„%, .. r^l!,.,-A,«,.^ K,,/>.,^ ,^,.„A .v..., i„ Sea p o r lo q u e m e r e , bueno s e r á q u e la preiisa radical y revolucionaria explique su conducta, y que se Convenzan todos de que N 1L.TTK;« Las suscriciones y encargos de e nuncios, pueden tiacerse en la Administración: 8, GREDA, 8. En provincias, por medio de loe corresgonsales. En París, Saavedra hermanos, 55, rué Taitbout. Las suscriciones, por PAGOS ANTICIPADOS. JUEVES 10 DE KXERO DE 1889 Oflcnrs: Calle de la Gredi, núm. 8, Midrd. TELÉFONO NÚM 1 OM en el fondo de su.s dec^lamaciones en favor de la integridad nacional, cuando el conflicto de las Carolinas solo había un odit) á la Monarquía y al Gobierno, y de que hoy, en igualdad de circunstancias, no pide ni exige lo que antes pidió y exigió. Por nuestra parte, no heincs de dejar de estar al lado del Gobierno para defender con dignidad y energía la integridad de la patria sin perjuicio de exigirle estrecha cuenta por sus actos, si, por debilidad ó ignorancia, no queda á salvo el honor nacional. Y repetimos que es doblemente grave que este conflicto haya ocurrido ocupando el poder el partido liberal, si bien esta gravedad so amengua por el hecho de ocupar la cartera de Estado el señor marqués de la Vega de Armijo. que creemos sabrá mostrarse á la altura de un buen hijo de España. LOS D E R E C H O S DE E S P A S A SOBRK EL RIO ML'NI Los Últimos sucesos que con perjuicio de los intereses españoles se han desarrollado en el Golfo de Guinea, han interesado vivamente la opinión pública en España en la defensa de loa legítimos derechos que el tratado con Portugal nos dio sobre parte de la costa occidental de África en 1777. España posee aún muchas é importantes colonias, cuyo valor, mejor que nosotros, conocen las naciones extranjeras. España tiene aún dominios en los cuales no se pone el sol. Por la indiferencia de nuestros Gobiernos, perdimos & Borneo. Por la negligencia áe nuestros gobernantes, España no ha sabido aprovecharse de las ventajas inmensas que conquistamos en África con la guerra de Marruecos. Pudimos entonces asentar nuestro dominio en el imperio de Marruecos, extendiendo nuestras posesiones de Ceuta y Melilla. Pudimos entonces extendernos sobre toiia la costa Norte de Marruecos, para poder defender, ame las contingencias del porvenir, los peñones de Alhucemas y Gomera, y las importantes islas Chafarmas, haciéndonos dueños del Estrecho de Gibraltar. Nada hicimos , y nuestra indiferencia por el engrandecimiento colonial de España, bien cara la pagamos hoy. Alemania, Inglaterra, Francia é Italia han puesto sus ojos en África. Por todas partes extienden sus dominios. Nada importan a esas naciones los derechos que otras potencias tengan sobre los territorios que ambicionan. África se converiirá dentro de pocos años en una sucursal de unas cuantas potencias do Europa. ¿CuAles serán esas poienciasf Pudieran haberlo sido España y Portugal. En lo porvenir no seremos nosotros, ni lo serán nuestros hermanos los portugueses, los que hagamos cumplir el testamento de Cisneros, como no se levante el espíritu nacional, y se hagacumplir con su deber á los Gobiernos do España. Nos ha sugerido esta clase de consideraeiones, que en la actualidad no pueden carecer de intert^s, la importante conferencia dada anoche en la Sociedad Geográfica acerca de los derechos de España sobre el rio Muni, por el ilustrado geógjraro español D. Francisco Coello. En el Golfo de Guinea está corriendo peligro la integridad del territorio español. España tiene adquiridos legítimos derechos sobre la extensión de costa [com}Tiindida entre el cabo de Sanla Clara por el Sur, y el rio Campo por el Norte. Alemania nos ha disputado nuestros derechos por el Norte, después do la ocupación de Came • roñes. Francia nos los viene disputando por el Sur, desde que eimrbuló su bandera tricolor en el río GabOn. El peligro hoy no viene de Alemanía, como cuando nos trató de arrebatar en Occeania las islas Carolinas. El peligro hoy viene de Francia. Los franceses nos disputan el aominío sobre las márgenes del rio Muni, provocando sucesos tan desagradables como los que últimamente han ocurrido en nuestras posesiones del Golfo de Guinea. El Sr. Coello, oido con gran placer por un público entusiasta de nuestras gloriosas tradiciones, hizo anoche la historia de nuestros derechos en Guinea. Portugal cedió ¿i España sus posesiones en 1777; hicimos efectiva nuestra soberanía en 1843 ocupando á Fernando Póo, que desde fines del siglo XVIII estaba on posesión de los ingleses, so pretexto de residir en aquella isla de España el tribunal formado contra la trata de esclavos en África. Ocupada Fernando Póo por fuerzas españolas al mando de Llerena, en el mismo año de 18 i;J los españoles ocuparon á Coriseo,pequeña isla situada frente a l a desembocadura del rio Muni. Más tarde, y en virtud do tratados celebrados con los reyes Bensoro 1 y Bensoro II, España dominaba en 1858 sobre las islas de Elobey y sobre la extensión de costa comprendida entre el rio Campo y el cabo de Santa Clara. Las actas de la toma de posesión de aquellos territorios, fueron comunicadas oficialmente por el Gobierno español á toios los gobiernos extranjeros, sin que entonces los franceses hicieran oWecion alguna á nuestras ocupaciones en el Golfo de Guinea. En 1858, los trances s se establecieron por primern vez en el rio Gabón. En 18()0, alegó Francia por primera vez la existencia de iratailos con los indígenas del Muni. Los tratados habían sido pactados con un negro, sin autoridad en el país, quien dos años después pidió la protección de España, lo mismo que antes había pedido la de Francia. Los franceses, dispuestos á disputamos siempre nuestios derechos, alegaron luego la existencia de un tratado de 181."i. Se probó ((ue era de 18()0. Los franceses han alegado después diferentes tratados y actos de ocupación. Todos han sido desmentidos por los españoles con ar i gumentos irrefutables," probándose de todos mo^^^ j ^ ^ ^ j ^ j ^ ^ „ que siempre han procedido ! ios franceses al disputamos nuestros legítimos derechos sobra el río Muni. AFl* O X C M . <er2 DIRli-V-SK l.A CORRÍISPONDENCIA AL ADMINISTRADOR La cuestión hoy suscitada por el Gobierno francés, tiene su fiindami'iito en la inditV'rencia ue ha venido observando el Gobierno español esdc el momento en que los franceses demostraron sus pretensiones sobre el rio Muni. El Sr. Coello no culpa solo á los Gobiernos; culpa á la indiferencia del país, á la falta de iniciativa particular. Los portugueses tienen posesiones vecinas á las nuestras en el Golfo de Guinea. Mientras que los españoles miran con general indiferencia la explotación de aquellas colonias, los portugueses sacan inmensas riquezas de las islas de San Tomé ó Santo Tomás y del Príncipe, vecinas á nuestras islas de Fernando Póo, Annobon y Coriseo. Si hubiera más iniciativa en los españoles, no serian ciertamente factorías inglesas, alemanas y francesas, las que explotan las grandes riquezas que atesoran las márgenes del Muni. tratándoselde España, como si no llegara de ninguna manera. í»- Todo noS aconseja, pues, desconfiar de Francia y confiar en Alemania, por aquello de que, á/atta de amigos, un enemigo lejano es lo mejor. Pero por lo mismo que sin éstos nuestros intereses nacionales tienen que .ser combatidos, y lo son en efecto, por los enemigos de miestra patria, esto es, por los zorrillistas. * Si el que escribe estas líneas tuviera suficiente humor algún dia para ser ministro de Estado, escribirla en la cubierta de la cartera, con letras doradas, esta fórmula: «Una Francia bastante fuerte para qua »no pasen por su territorio regimientos de España tiene hoy dominio en la costa occidental de África, sobre una extensión de 50.0(X) «huíanos, y bastante débil para que no caikilómetros, comprendidos entre el rio Campo y »ga en la tentación de protejernos.» No hay que darle vueltas. Esto es lo que el cabo Esleirás. Desde 184.3 España ha conquistado inmen- conviene'á España, y lo del latinismo y otra.«í sas territorios en el Golfo de Guinea. La adqui- vaciedades por el estilo, son pura faramalla. sición de estos territorios, situados á ambas Con perdón sea dicho de Castelar (don márgenes del rio Muni, se debe á contratos lle- Emilio) y otros diplomáticos. vados á cabo con reyes y reyezuelos por los exEl Olobo hace hoy una brillante defensa ploradores españoles Iradie'r, Ossorio, Bonelli T Montes de Oca de la candidatura del Sr. Comelarán parala Si en la costa pueden ya tener limitación Academia Española. nuestros dominios, no la tienen en el interior del Recordando que es académico electo el país. Sr. Benot. Las posesiones españolas se pueden extender Racionaliza, federal, etc., y sin otros tíen el irtarior hasta las fronteras del estado líltre tulos académicos que la publicación de unas del Congo. Nuestras posesiones se pueden ensanchar en Guinea hasta 180 ó 190.000kilómetros. gramáticas francesas, italianas é inglcsa-s Patrióticas fueron las excitaciones hechas l)or el método de O'Lensdorf. El menos literario de los conocidos. por el Sr. Coello para que los españoles nunca consintamos que se nos arrebaten nuestros terBueno para aprender idiomas los coritorios del Golfo de (iuinea. El pueblo t'spañol merciantes, pero no para formar literatos. no consentirá jamás usurpaciones.. Tal es el estado de la cuestión del rio Muni. Dice La Fé que está ella en Venecia La Sociedad Geográfica ha dirigido una exposi- como quiere. ción al Gobierno de S. M. pidiéndole la Jefensa Y El Correo Español ¿cómo estará! de nuestros derechos sobre el rio Muni ante las pretensiones usurpadoraij del Gobierno francés. Las gentes se admiran de que á los tres F;1 Gobierno español sabrá defender nuestros años de Gobierno liberal hayan puesto un derechos porque son logitimoH. petardo en Palacio. El (.Vobierno cumplirá con su deber en def*»nPero ¿qué hay aquí de admirable! sa del honor nacional. SF.nr.io BASTÍ. Una miscelánea de El Impardnl: —«Dice un periódico: KPor fin se Ka vendido el palacio de Medina»coli. wBueno. Armonías republicanas. «Pero se ha vendido á una empresa extranDice El País: —«Una de las mayores iniquidades nuc re- »jera. »Malo. gistia la historia del partido conservador, fué »La cual, según parece, solicitarA y oWendrA aquella intentada usurpación de las Carolinas, de que eran responsables, entre otros de mayor del Ayuntamiento de Madrid una iudemnizacion ó menor alcurnia, los que gobernaban durante por los terrenos que habrán do «xpropiarse para la época famosa en que España entera se alzó á la apertura de calles. «Pésimo. impulsos de un santo patriotismo.»— «Estas ventas, estas compras, y estas iademY El Liberal, republicano él, zorrillisla él, amigo y cofrade de El Pais él, dice á su nizaciones, ponen de mal humor ¿cualquiera. «Porque sabido es quo todas esas empresewi vez: tienen la manta de venir á arruinar—KLas personas que entre nosotros siguen el extranjeras España. movimiento y la política colonial de las demás se á«Otro naciones, habian llamado muchas veces la aten- modo: periódico completa la noticia de este ción acerca de lo que sucedía en Oceanía. Nadie —«Esta noticia es de El PaU: hizo caso y luego eran de oír las quejas aontra «Las nuestras son que esa empresa extranjelos malos Gobiernos, cuando en rigor la culpa ra la forman dos concejales del Ayuntamiento de era do todos.»— Madrid, un Intimo amigo del Sr'., Sagasta, que «** es autoridad, y un banquero próximo al AyunE.sto en cuanto al pasado. tamiento. «Pues para dar tales señas, más valia citar En cuanto á lo presente, ó sea á la conducta de Francia republicana con nuestra nombres propios. «.\sl se evitaba el tomar á unos por otros.*— nación en el .Muni, oigamos también á los No lo t e m a El Imparcial. destemplados órganos del republicanismo Hay n o m b r e s que acuden casi involunespañol. tariaincBte á los labios cuando se habla d e El Pala: —<(Desde hace ocho años mantíénese la cues- ciertas cosas. tión de soberanía entre Francia y España, v desContinúa la literatura semi-integrista de hace tres una comisión nos representa defenleal. diendo nuestros intereses. xF.l litigio dura, á juicio del Sr. C/Oello, porDice El Veneno, de Ciudad-Real: que los franceses tienen interés en que sean lar--nBarcelona 8 (9,7 mis. m.)—Director Venena. gos los plazos dilatorios; pero en fin, la verdad —Cesión espiritista notable mediun ha revelado del caso está en que no hay ningún motivo para que alma perro Paco reencarnó director Lo Crit soliviantar los ánimos, porque no se trata do neis LlaHrf». Reunido cónclave principales filósouna usurpación airada, sino de una cuestión de fos de la secta, hechos experimentos rúbrica, derecho que razonablemente se debate y que con ratificóse revelación ea vista do lo é-tahigaio serenidad y en justicia debe resolverse.»— que es el ente.—Erti-igmna. El Liberal: —tcSeint/a 8 (12,20 m.)—Director V«n<jio.—Con—«En 1858 se establecieron en el Golión los forme encargo remito tren mercancías cinco franceses. En 1860 alegaron éstos por primera jaulas de tres pisos atestadas Íntegros paquivez la existencia de tratados con las gentes del dermos, para extinguir canuto langosta campos Muni. En efecto, trataron con un negro que no Mancha. En jsula primera va berraco mentecaera rey ni cacique, sino simple particular, que to, (^omo terminó montanera se puede disponer pasados dos años pidió á España le nombrase de más ganado. Telegrafié caso convenir.—-/«alcalde de un pucblecillo. Luego hablaron de un lapa.» — iratado de 1815; se probó que era de 18()(). AlegaLa teoría de Sarda prospera. ron otros y resultaron absolutamente falsos. Título de un artículo de El Diario Es^ »Aña»iió el Sr. Coello que el territorio que se nos disputa es tan extenso como Castilla la Vie- pañol: ja y de una riqueza inmensa. Pero, aunque se «Inactividad.» tratara de una roca sin importancia, decimos No se referirá por cierto al Sr. Romero nosotros, no debe abandonarse cuando se nos Robledo. disputa de un modo depresivo para el honor naAl que faltarán otra.s cualidades; pero cional. Cañoneros franceses navegan en rios españoles, y alli mismo obligan i arriar la bande- actividad no. Quizás toda.s; las desgracias del Sr. Rora de España; agentes franceses incitan contra nosotros á los negros, y las tristes matanzas de mero proceden de eso. Elobey no son ajenas á estos manejos; se exhiDe un excoso de actividad. i)en documentos acerca do cuya autenticidad caben fundadísimas dudas; "n una palabra, se El TRIBUNAL SUPREMO DR JUSTICIA abusa de una nación débil i>oi- su ignorancia y Y i;i. SKÑOR MANTKfiOI.A por la timidez tradicional ile su política exteEl Tribunal Supremo de .lusticia ha pronunrior.^— ;Vá esto llama El Pais un debate razo- ciado sentencia definitiva en un litigio que, al incoarse en primera instancia, llamó la atención nable! ¿c la prensa periódica. Hace un año se habló de que el Sr. ManteroDe todas las grandes potencias continen- la habia entablado pleito pidiendo la declaratales, la única que puede causarnos verda- ción de nuliilad de una deuda de 15.000 pesetas, dero daño es Francia. que le exigía una señora, fundándose (ei recurY en cambio solo puede dispensarnos un rente) en que había recibido la suma que so le reclamaba para el sostenimiento de la causa beneficio. carlista, y éste •'onstítuia un «objeto verdaderaEl de tomarnos bajo su protección. ílicíto, del cual no ptxiia nacer acción alEn cambio, Alemania tiene un gran po- mente c^una jurídica, como opuesto & los preceptos de der militar; pero que, por efecto de la dis- la ley y aun á las buenas costumbres; es decir, tancia é interposición de Francia, no Ilesa alegando ¡o que los antiguos jurisconstiltofi llahasta no-sotros sino como presumió, que es. maban hirpem cavsaw. 3 Recortes * * •