La memoria obstinada. El cine documental de Patricio

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La memoria obstinada. El cine documental de Patricio Guzmán y la revolución
chilena de Salvador Allende
María Noelia Ibañez
Universidad Nacional de Mar del Plata.
noelia.historia@gmail.com
Resumen:
A mediados de los años sesenta Chile comienza a experimentar sus propias
características de la revolución, palabra que en acciones se redoblará en Latinoamérica
luego de la experiencia de la Revolución Cubana. A través de la Unidad Popular,
Salvador Allende llegará al gobierno en 1971 para ser derrocado por un golpe militar en
1973. La experiencia chilena, caracterizada como “la vía chilena al socialismo” por ser
una búsqueda pacífica de cambios radicales en todos los aspectos de la sociedad, ha sido
la columna vertebral en la obra del cineasta chileno Patricio guzmán. Consideramos
muy importante para la comprensión del proceso único vivido en Chile el análisis del
mismo en función de lo que el cine de lo real (documental) nos muestra desde la crítica
lente del cineasta Guzmán y su obra enfatizada en la búsqueda de las voces del pueblo.
Palabras clave: revolución chilena - realismo - memoria - Unidad Popular
1
La memoria obstinada. El cine documental de Patricio Guzmán y la revolución
chilena de Salvador Allende
Introducción
A mediados de los años sesenta Chile comienza a experimentar sus propias
características de la revolución, palabra que en acciones se redoblará en Latinoamérica
luego de la experiencia de la Revolución Cubana. A través de la Unidad Popular,
Salvador Allende llegará al gobierno en 1971 y será derrocado por un golpe cívicomilitar en 1973. La experiencia chilena, caracterizada
como “la vía chilena al
socialismo” por ser una búsqueda pacífica de cambios radicales en todos los aspectos de
la sociedad, ha sido la columna vertebral en la obra del cineasta chileno Patricio
guzmán. Consideramos muy importante para la comprensión del proceso único vivido
en Chile el análisis del mismo en función de lo que el cine de lo real (documental) nos
muestra desde la crítica lente del cineasta Guzmán y su obra enfatizada en la búsqueda
de las voces del pueblo.
La construcción de la Unidad Popular como una conjunción de las distintas vertientes de
izquierda, se forja en Chile como resultado de una larga y continua experiencia de los
partidos Socialista, Comunista y otros sectores afines, que convivieron en los espacios
políticos del país trasandino desde el siglo XIX. Chile presenta esa característica y otras
que la hacen muy particular dentro del entramado político social de mediados de los
años cincuenta con la movilización causada por la Revolución Cubana. Pero no
solamente es bajo aquel contexto que Chile interpreta al modo de su pueblo las
posibilidades reales de una lucha revolucionaria. Sólo por dar un ejemplo, diremos que
en 1932 un golpe militar socialista toma por diez días el poder, al mando de Marmaduke
Grove1, quien se convertiría en un héroe para la izquierda de ese país, en lo que se llamó
la “República socialista”.2 La izquierda chilena siempre se había constituido como una
alternativa electoral o había formado parte de los Frentes Populares, como lo hizo en
1964 cuando el radical Aguirre Cerda llegó a la presidencia y Salvador Allende formó
parte de su gabinete como Ministro de Salud.
1
Brncic I., Moira. Marmaduke Grove: liderazgo ético. Chile: Ediciones Tierra Mía, 2003
2
De Ramón, A.: Breve Historia de Chile. Desde la invasión Incaica hasta nuestros días (1500-2000). Ed.
Biblos. Bs.As. 2001.
2
Las dos grandes vertientes historiográficas con respecto al sentido que tuvo la Unidad
Popular, su construcción, su gobierno y su derrota, se centran principalmente por un
lado en las posturas que colocan el eje de observación en las problemáticas internas de
la Unidad, entre las fuerzas que la conformaron y la relación con los militares. Por otro
lado, se ubica la cuestión en relación al papel jugado por Estados Unidos en connivencia
con la derecha chilena. Como hipótesis general creemos que estas dos vertientes están
claramente expuestas en el documental “La batalla de Chile”, muchos años antes de que
la historiografía se ocupase del período 1970-1973; con las características propias que
veremos más adelante. “La memoria obstinada” es un documental que puede leerse en
clave de continuidad con La batalla… filmado en 1997 por Guzmán a su regreso a
Santiago, constituyendo así una búsqueda interior a través de los restos de la historia. En
el documental “Salvador Allende” realizado en 2004, Guzmán emprende una relectura
de un pasado que le pertenece, del que fue parte, a través de una búsqueda biográfica de
la figura del presidente que le dio vida a la Vía chilena al socialismo en un contexto
latinoamericano donde la lucha armada parecía ser la alternativa más viable para
combatir al capitalismo y al imperialismo. Trataremos en este intento de análisis
histórico estos dos documentales del director Guzmán, el primero de los cuales se halla
fragmentado en tres partes y fueron filmados en el mismo momento en que el proceso
histórico político, social y cultural que muestra, está sucediendo. Es decir que en “La
batalla de Chile” tiene primacía la “cámara real”, el pueblo, las voces de la lucha de
clases, que como subtitula Guzmán es la “lucha de un pueblo sin armas”, título con el
que Marta Harnecker3 (quien colaboró en el guión del documental) analiza el proceso de
la vía al socialismo.
La batalla de Chile
“Durante muchos años yo no sabía lo que era La Batalla de Chile. Incluso mientras la
hacía, pensaba que no le iba a gustar a nadie, que era sólo para estudiosos, para
iniciados. No tenía idea de qué valor universal podía tener.”4
En la primera parte de “La batalla de Chile”, La insurrección de la burguesía, Guzmán
nos muestra cómo la oposición al gobierno de la Unidad Popular emprende su lucha
3
Harnecker, Marta: La lucha de un pueblo sin armas (Los tres años de gobierno popular). Edición
electrónica en http://www.rebelion.org 2003.
4
Patricio Guzmán, en entrevista por Jorge Ruffinelli. http://www.patricioguzman.com/index.php?
page=entrevista
3
burguesa contra el poder popular. El director, además de mostrarnos los hechos en el
momento en que estaban ocurriendo, recurre a entrevistas diversas con la gente en la
calle. Las manifestaciones de la oposición se hacen presentes en el período de mayor
conflicto interno de la Unidad Popular y del gobierno con los demócratas cristianos
particularmente. En 1973 el boicot económico y financiero al gobierno es un hecho
consumado que Guzmán registra a partir de las voces de los trabajadores, la clase media
y los protagonistas directos, como los discursos pronunciados por Allende y por los
diputados de la oposición. La necesidad de diálogo con la Democracia Cristiana se había
diluido en el marco de las negativas que la oposición, acompañada por Estados Unidos,
sostenía cada vez con mayor firmeza. La batalla política que implica las posiciones
inmóviles de la oposición son registradas por Guzmán con minuciosa intencionalidad de
mostrar un mapa completo de la situación, sin resistirse a dejar de lado ninguna imagen
que pudiese ocultar las intenciones de la sociedad en general. La derecha organiza
huelgas y allana el camino para la restricción y falta de alimentos, así como divide a la
clase trabajadora, poniendo al gremio del transporte en contra del gobierno, facilitando
de este modo el bloqueo económico.5
Guzmán pone en juego la dialéctica entre el pueblo que lucha desde abajo por sostener
un gobierno que le pertenece, cuya identidad le es propia, y la lucha de la derecha por
romper esa identidad, marginar que la clase trabajadora consiguió con la construcción de
la Unidad. La confrontación de clases se muestra en vivo y en directo, no es necesario
darle carácter de ficción a lo que es, lo que está siendo un proceso presente que a lo
largo de los años se convertiría en un documento por su valioso aporte a la historia
chilena. El manejo de los primeros planos de los rostros acompañan las diversas
opiniones sobre la situación del país. La llamada estrategia de masas de la derecha, se
encuentra expresada en los rostros “desencajados” de los manifestantes que denominan
a Allende y su gobierno como “repugnantes anticomunistas que deben irse del país”,
retratados por Guzmán en una de las vertiginosas manifestaciones de la lucha
antipopular de la derecha chilena. A partir del paro de octubre de 1972 donde la derecha
inclinó a sectores trabajadores hacia una lucha contra el mismo gobierno que estos
apoyaban, la organización clandestina Patria y Libertad comienza a accionar a través de
actos terroristas y en la organización de fuerzas paramilitares de choque6. Con la
destreza de un documentalista inmerso en los acontecimientos, Guzmán expresa la
5
Garretón, Manuel A. y Tomás Moulián: La Unidad Popular y el conflicto político en Chile. CESOC.
Santiago de Chile. 1993.
4
coyuntura, porque no es su cámara quien lo hace sino la sociedad misma quien se
manifiesta ante ella sin reparos. Es el propio director quien narra y permite la narración
directa de los protagonistas: la lucha de clases, Allende, los miembros de la Democracia
Cristiana, los trabajadores de la CUT (Central Única de Trabajadores). Los testimonios
manifiestan lo que quiere decirnos Guzmán, cumplirán con los años, la función de la
memoria y el testimonio, dos conceptos tan complejos como necesarios para analizar la
historia. Podemos ejemplificar lo expresado, en una escena donde Guzmán entra a un
departamento de clase alta, solicitando hacer una encuesta para el plebiscito que busca
derrocar a Allende con la unidad de la derecha a través de la Democracia Cristiana. Una
mujer joven le dice que votará a favor del candidato de la derecha para que vuelva la
democracia al país, mientras Guzmán hace un paneo general donde se observan las
condiciones materiales de vida de la familia que habita la casa y el plano general abierto
desde la ventana donde se demuestra que es un barrio residencial de Santiago. Los
manifestantes reunidos en la plaza, la tarde de las elecciones, convencidos de su triunfo
se declaran a favor de la salida democrática y la necesidad de que Allende se fuera del
país para derrotar al marxismo. Ya habían comenzado su propia lucha desde el accionar
económico político que conducía al desabastecimiento de alimentos. Dicha situación,
agravada por el mercado negro con que especula la derecha, es lo que Guzmán
comienza a narrar y a escuchar a partir de la voz del pueblo que va a buscar los
alimentos racionados y se mantienen firmes acompañando a la Unidad Popular. Esa
firmeza es transparentada por el director a través del diálogo directo y la cámara
buscando continuamente la expresión de los rostros, los gestos y los planos generales
que nos ubican en el contexto.
De esta manera Guzmán registra la percepción
contemporánea de la realidad desde todos los puntos de vista, lo cual implica la mirada
del registro documental con la mayor amplitud posible. Es decir, “la percepción total,
objetiva” que encarna la percepción de lo real7.
En la segunda parte, “El golpe de Estado”, se muestra cómo a mediados de marzo la
lucha de clases se agudiza, entre aquel mes y septiembre de 1973 el boicot económico
provocado por la derecha agrava los problemas sociales que Allende intenta enfrentar
cambiando el gabinete por completo, colocando en algunos ministerios a militares
llamados “constitucionalistas” y bregando por la no utilización de lucha armada en
6
Israel, Ricardo: Chile 1970 – 1973. La democracia que se perdió entre todos. Ed. MN. Santiago de Chile.
2006.
7
Deleuze, Gilles: La imagen-movimiento. Estudios sobre cine I. Paidós. Bs.As. 2005.
5
ningún momento para no desatar la sangre derramada entre hermanos 8 Una situación
insostenible que, por una parte tiene como protagonistas a los trabajadores retratados por
Patricio Guzmán en sus reuniones y debates internos en torno al qué hacer ante la
situación. Se plantean diversas discusiones que el director toma sin intervención, más
allá del relato casi cronológico de los acontecimientos. La voz viva y directa de los
obreros de las fábricas, las voces de la clase media y altas opositoras y de los militantes
va relatando (sin intención de hacerlo) el proceso histórico que llevó al golpe de estado
de 1973. El valor documental de estos hechos, por lo tanto, radica en la contundencia
con que está expuesta la realidad, a modo de una ficción guiñada pero que sabemos
conscientemente que es una realidad captada en directo. La cámara se mueve según la
implicancia más fuerte o más significativa de las palabras y los gestos. Aunque
conozcamos el final de la historia, el hilo conductor narrativo comprende una situación
de espera intrigante acerca de lo que va a sucedes, guiada por la voz del propio director
pero cuya narración es llevada adelante por los protagonistas, o, al menos por buena
parte de ellos. “Ellos” precisamente constituyen sujetos colectivos, que presentan mayor
importancia que los sujetos individuales, tanto en lo referido a la masa popular que
busca sostener al gobierno de Allende como a quienes buscan derrocarlo.
“Los derechos humanos no podemos reducirlos a los asesinatos, está claro que debemos
exigir "verdad y justicia", pero también debemos reclamar nuestros derechos
económicos, sociales y políticos. Debemos exigir nuestro derecho a un salario digno, a
educación de calidad, salud digna, viviendas adecuadas. Todos estos derechos estaban
medianamente garantizados antes de la llegada de la dictadura, de hecho la principal
tarea de la dictadura fue abolirlos y convertirlos en una mercancía más del mercado”. 9 El
contenido de estas palabras que Guzmán escribe para el artículo citado, es lo que se redescubre en La Batalla de Chile, especialmente en esta segunda parte que analizamos,
cuando bajo el sonido de un helicóptero la cámara se focaliza en los días de junio de
1973: un fallido intento de golpe de estado donde los tanques deben iniciar la retirada
merced a la postura constitucionalista de una parte de las Fuerzas Armadas, entre los
cuales se encuentra Augusto Pinochet. Los ecos masivos del cántico “crear poder
popular” y “Allende Allende” el pueblo se manifiesta en medio de las balaceras y los
disturbios. Las imágenes del pueblo en la calle confrontan con las imágenes de “La
8
Modak, Frida: Salvador Allende. Pensamiento y acción. FLACSO-CLACSO. Bs. As. 2008.
9
Patricio Guzman en Unidad Popular: la necesaria lucha por terminar con el capitalismo. Artículo
publicado en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=91523 2009.
6
insurrección de la burguesía” en que las clases dominantes son tomadas en sus autos y
departamentos de lujos, detallando con la cámara sus vestimentas, sus alhajas y sus
posturas físicas.
En la tercera parte “El poder popular”, Guzmán recorre con intenso realismo la acción
colectiva de los militantes de la Unidad Popular y de los sectores de la población que
apoyan la llegada de Allende a la presidencia. El director emprende la narración
contando cómo para 1972 el programa propuesto por la Unidad Popular ha sido
cumplido casi en su totalidad, por ejemplo, la estatización de la minería, de los bancos,
el proceso de reforma agraria, etc. El presidente Allende, a pesar del gran apoyo de la
sociedad, es víctima de la intolerancia de la derecha y de la alerta de estados Unidos por
un gobierno “marxista” en el Cono Sur de América Latina. Guzmán vuelve a reflejar a
través de los discursos de los empresarios y algunos sindicatos que han sido captados
por estos, el trabajo de boicot económico y paros que organiza la derecha para quebrar al
gobierno. A partir de la huelga patronal de octubre de 1972 el documental reconstruye el
proceso de organización del pueblo que busca redefinir sus posiciones frente a la
debilidad que parece mostrar el gobierno. Guzmán no intenta reconstruir las
divergencias internas de la Unidad Popular entre los partidos que la componen pero
pone de manifiesto a través de las voces de los trabajadores un conflicto que empieza a
ser cada vez más fuerte: cómo controlar los manejos de la derecha en medio de una
lucha pacífica. Se pone en cuestión al idea de la lucha armada a través del MIR e incluso
desde los cordones industriales de obreros, idea a la que Allende se opone
contundentemente10. Guzmán explica cómo se organizan los Comandos Comunales, y
toma entrevistas en diferentes barrios para que los proletarios (como a sí mismos se
llaman) cuenten lo que significan dichos comandos para acompañar orgánicamente al
gobierno. Ellos discuten y confieren identidad a sus comandos, a la hora de atravesar los
problemas de desabastecimientos que afectan la alimentación y la salud. Confieren al
comando comunal una institución anti burguesa en la cual se manifiesta la construcción
que lleve a los trabajadores al poder. Esencialmente este es el eje de que aborda Guzmán
en la tercera parte de La Batalla de Chile. Patricio Guzmán internaliza el mundo de los
otros, desde el momento en que esos “otros” no sino los mismos que él, está
10
Dos Santos, T.: Problemas estratégicos y tácticos en la revolución socialista en América Latina. En
AA.VV “El gobierno de Allende y la lucha por el socialismo en Chile”. UNAM. México. 1976.
7
involucrado. El involucrarse conlleva involucrarse con los protagonistas sociales, de
modo que la realidad interpela tanto al autor del documental como a los participantes11.
La memoria obstinada
En La memoria obstinada, Patricio Guzmán realiza un enfoque retrospectivo como
protagonista de los hechos. Luego de veintitrés años regresa con un compañero a La
Moneda y a todos los espacios donde los hechos ocurrieron. La mayor expresividad del
documental radica en la memoria, el testimonio y el recuerdo de los compañeros
asesinados y desaparecidos. Juan, quien lo acompaña, es uno de los personajes
anónimos (como relata el propio director) que había participado en La batalla de Chile.
Mientras Guzmán narra las imposibilidades de mostrar sus anteriores documentales en
Chile, la cámara acompaña a Juan en su recorrido por La Moneda hacia el balcón por
donde hablaba Salvador Allende al pueblo. En el documental se van encontrando
fragmentos de entrevistas que intentan captar en un flashback de imágenes y voces, lo
que la memoria dice, el sentido de los recuerdos. La importancia de la memoria histórica
y política aparece como un sujeto vivo que busca revisar lo que la realidad expresó en
La Batalla de Chile. Pero la diferencia es que ahora hablan los ausentes, las fotos, los
recuerdos de los compañeros, de los militantes, de aquellos cánticos que en La Batalla…
mostraban un presente real y palpable, en La memoria obstinada regresan en el silencio
de una lucha sin armas que apela contantemente a la memoria sentimental, nostálgica,
como basamento de la necesidad de justicia. La música que alimenta las entrevistas y las
imágenes ya no es la del pueblo sino el piano doloroso de Beethoven. Sin embargo, una
banda de jóvenes tocan en el centro de Santiago el Himno de la Unidad Popular,
mientras recorren sus calles como espejo de la fiesta que significó el triunfo de
Allende12.
La memoria obstinada recurre al presente abonando los recuerdos del pasado con una
clara intención de dar a conocer lo que sucedió en el período chileno entre 1970 y 1973
a jóvenes que crecieron bajo la dictadura y que desconocen lo que fue el gobierno de la
Unidad Popular, sus significados políticos, culturales y sociales. Guzmán narra en el
documental cómo proyecta La batalla… para que estos jóvenes tengan una visión de la
realidad más cercana a la que les enseñaron o heredaron del pinochetismo. Las imágenes
11
Perona, Alberto: Ensayos sobre video, documental y cine. Ed. Brujas. Córdoba. 2010.
12
Moulián, Tomás: La Unidad Popular: fiesta, drama y derrota. FLACSO. s/f.
8
que proyecta para los jóvenes también contienen extractos de documentales extranjeros,
lo cual utiliza para confirmar lo hechos que él mismo ha narrado, de manera que resulten
aun más creíbles para aquellos que no pueden creer la existencia de asesinatos y campos
de concentración. Los jóvenes se convierten en portavoces de sus propios
desconocimientos y develan con naturalidad lo que esta nueva visión les genera,
comparten con el director sus diferencias, declaran haberse equivocado en cuanto a lo
que pensaban y otros mantienen su postura. Todo ello implica demostrarles, más allá de
los documentales, el hecho de la posibilidad de poder discernir que solamente otorga la
democracia.
Guzmán regresa mediante símbolos al pasado que fue registrando en La batalla… por
ejemplo, cuando filma la preparación de carabineros en el Estadio Nacional de Chile y
su entrada al mismo para seguridad de un partido de fútbol. Entre los entrevistados,
protagonistas de los sucesos, también se encuentra la esposa de Allende y el único
familiar sobreviviente que tiene el director, su tío de unos ochenta años. La recurrencia a
lo emotivo es uno de los ejes que podrían ponerse en discusión con respecto a la
memoria y la historia, sin embargo la subjetividad del director como protagonista no es
motivo suficiente como para no recorrer el documental con una mirada analítica
seriamente enfocada.
Salvador Allende
“Esto es casi todo lo que queda de Salvador Allende…” narra la voz de Guzmán
mientras el objetivo de la cámara se fija en la banda presidencial, una billetera, un reloj,
el carnet del Partido Socialista. En este documental el director ofrece un recorrido por la
vida del ex presidente chileno. “Salvador Allende marcó mi vida” (expresa Guzmán) y
se evoca protagonista una vez más, argumentando que el pasado no pasa, que ha
regresado y se ha detenido en el tiempo. El recuerdo, también a modo del flashback tan
utilizado por el autor, enlaza el presente con el pasado, entrevistando a las personas más
cercanas a Allende, sus colaboradores y algunas personas que fueron miembros de sus
gabinetes. El documental sobre Allende no se distancia demasiado de La memoria
obstinada desde el punto de vista de la propuesta de encarar la memoria histórica y
política. Sólo que esta vez, el tema parte de la figura de Allende para ser colocado
nuevamente en una sociedad que desconoce, según el director, la totalidad de los hechos
que se sucedieron en los años setenta chilenos. Guzmán se pregunta cómo se puede ser
9
revolucionario y demócrata a la vez, y las diversas respuestas que pueden contestar a esa
interrogación son exploradas a través de los familiares de Allende, sus compañeros
políticos, sus amigos más cercanos, las imágenes fijas que reconstruyen fotos y otros
recuerdos personales del líder de la vía pacífica al socialismo. Cuando Guzmán intenta
reconstruir lo ocurrido el día del golpe militar en la casa particular de la familia Allende,
tratando de entrevistar a los vecinos para saber qué recuerdan acerca del saqueo que los
militares hicieron en aquella casa, se encuentra con personas que no quieren hablar, le
cierran la puerta o evaden la pregunta. Esto quizá resulta más explícito para el director
que cualquier respuesta que hubiese podido obtener. La memoria no siempre es palabra,
puede ser silencio y es justamente ese silencio el que lo dice todo. Tal vez lo más
destacado del documental es la reconstrucción que logra Guzmán acerca de la
participación de Estados Unidos en comunión con la derecha chilena para derrocar a
Allende desde el momento de su asunción, en las entrevistas que va exponiendo por
fragmentos al entonces embajador estadounidense en Chile. El lenguaje poético de
Patricio Guzmán subraya
los principales acontecimientos de la vida de Allende,
cruzándolo con la historia que tocó a su tiempo y construyó su gobierno. El director lo
hace regresando a fragmentos de sus documentales anteriores, en los cuales la realidad
en blanco y negro reafirma el presente en color con que da cuenta de un proceso
histórico único que Guzmán considera olvidado para gran parte de la sociedad chilena.
Conclusión
Recuperar la memoria del pasado histórico, social y político constituye la clave del cine
documental de Patricio guzmán que se intenta analizar en el presente trabajo.
Coincidimos con Jacqueline Mouesca cuando dice que La Batalla de Chile se ha
convertido en el motor fundamental del género documental chileno y de mayor éxito en
el mundo, siendo personaje y testigo de la historia que narra 13. Si bien, Guzmán al darle
voz al pueblo muestra las vertientes y discusiones en torno a la lucha pacífica o armada,
no pone en cuestión en ningún momento la estrategia de vía pacífica al socialismo que
intentaba construir Salvador Allende. Con un sentido estético prolijo, exacto acerca de
cómo el impacto visual penetra en el espectador, Guzmán maneja el lenguaje
cinematográfico en profunda conjunción con los sentimientos y los sentidos de manera
que implícitamente indagará a los espectadores sobre sus propias creencias e ideas
13
Mouesca, Jacqueline: El documental chileno. LOM ediciones. Santiago. 2005.
10
acerca de ese período histórico chileno. Como se ha afirmado, las voces del pueblo, la
lucha de clase en las calles y en las urnas es una manifestación que constituye en los
trabajos de Guzmán, un auténtico documento histórico. El reflejo del mismo se halla en
La memoria obstinada y en Salvador Allende, documentales que re-construyen y
asimilan los resultados de las luchas pasadas, las derrotas, las ausencias, las muertes, las
presencias… todo lo que aun se deja oír atravesando los muros del olvido y del silencio
impuestos por los años de la dictadura. “Todo documental sobre el pasado nos habla
también del presente” como opina Andrés Di Tella 14. Será por eso que Patricio Guzmán
se introduce en la memoria sin buscar una re-visión sino una puesta en la escena social
con La memoria obstinada y Salvador Allende, para derrotar al olvido.
Bibliografía:
AA.VV “El gobierno de Allende y la lucha por el socialismo en Chile”. UNAM. México. 1976.
Brncic I., Moira. Marmaduke Grove: liderazgo ético. Chile: Ediciones Tierra Mía, 2003.
Costa, Antonio: Saber ver el cine. Paidós. Bs.As. 2007.
Deleuze, Gilles: La imagen-movimiento. Estudios sobre cine I. Paidós. Bs.As. 2005.
De Ramón, A.: Breve Historia de Chile. Desde la invasión Incaica hasta nuestros días (1500-2000). Ed.
Biblos. Bs.As. 2001.
Di Tella, A. El documental y yo. En: Labaki, A. y María D. Mourao (comps.) “El cine de lo real”.
Colihue. Bs.As. 2011.
Garretón, Manuel A. y Tomás Moulián: La Unidad Popular y el conflicto político en Chile. CESOC.
Santiago de Chile. 1993.
Harnecker, Marta: La lucha de un pueblo sin armas (Los tres años de gobierno popular). Edición
electrónica en http://www.rebelion.org 2003.
Israel, Ricardo: Chile 1970 – 1973. La democracia que se perdió entre todos. Ed. MN. Santiago de Chile.
2006.
Modak, Frida: Salvador Allende. Pensamiento y acción. FLACSO-CLACSO. Bs. As. 2008.
Mouesca, Jacqueline: El documental chileno. LOM ediciones. Santiago. 2005.
Moulián, Tomás: La Unidad Popular: fiesta, drama y derrota. FLACSO. s/f.
Perona, Alberto: Ensayos sobre video, documental y cine. Ed. Brujas. Córdoba. 2010.
Vega, Alicia: Itinerario del cine documental chileno 1900-1990. Universidad Alberto Hurtado.
Santiago. 2006.
14
Di Tella, A. El documental y yo. En: Labaki, A. y María D. Mourao (comps.) “El cine de lo real”.
Colihue. Bs.As. 2011.
11
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