Encuentro en la BNE sobre la Guerra de Sucesión Española La Paz de Utrecht, más que un pacto europeo “La Guerra de Sucesión Española (1701-1714) fue la primera Guerra Mundial”, según Friedrich Edelmayer, miembro del Instituto Austriaco de Investigaciones Históricas, quien añade que todas las tensiones e intereses transoceánicos, así como las consecuencias que la Paz de Utrecht tuvo para los países americanos y africanos, convirtió lo que era una simple disputa por la sucesión en la corona española en una auténtica guerra universal. Carlos Alberdi, director cultural de la Biblioteca Nacional, André Rochais, presidente de EUNIC–España, y Carmen Sanz Ayán, catedrática de Historia Moderna por la Universidad Complutense de Madrid, han sido los encargados de presentar el acto de apertura del encuentro La Paz de Utrecht: un pacto para el equilibrio europeo, organizado por la Biblioteca Nacional de España en colaboración con EUNIC – España, el Foro Cultural de Austria en Madrid, el Institut Français, el Instituto Polaco de Cultura, Camões, la Embajada del Reino de los Países Bajos en España, y el Proyecto MINECO Asimilaciones e Integraciones de las Nuevas Noblezas. Comenzó la jornada sobre la Paz de Utrecht con una primera visión sobre las causas que llevaron a la guerra y, posteriormente, a la paz. Con el objetivo de “dar a conocer en su contexto internacional el significado de Utrecht”, Carmen Sanz Ayán ha comentado en su ponencia cuáles fueron las “razones económico-internacionales” por las que la Guerra de Sucesión Española se convirtió en un acontecimiento mundial. Para Sanz Ayán, “aquel enfrentamiento fue el pretexto de gran parte de las potencias europeas para conseguir una nueva distribución del mapa político europeo y sirvió también para cuestionar los derechos monopolísticos de la monarquía española en el comercio americano”. Así pues, el conflicto dinástico español fue utilizado por potencias marítimas como Inglaterra y Holanda para satisfacer sus intereses comerciales. Uno de los desencadenantes más importantes de la Guerra de Sucesión, según Sanz Ayán, fue la “evolución de la negociación del llamado asiento de negros”. Durante el siglo XVI, Portugal fue la principal abastecedora de negros a América, posición que a mediados del siglo XVII asumieron Inglaterra y Holanda. Sin embargo, cuando estos se vieron amenazados por el nuevo poder francés en el comercio americano y en el asiento de negros, dejaron de ser neutrales en cuanto a la sucesión monárquica española. A estos hechos hay que añadirle, según declara en su intervención Friedrich Edelmayer, los numerosos conflictos que ya existían en el siglo XV entre Francia y Austria y que se acrecentaron en el “siglo XVI y XVII sobre asuntos de preponderancia en Europa”. Así, el 15 de mayo de 1702 se inicia la Guerra de Sucesión Española para evitar la unión entre Francia y España. Por su parte, Ana María Crespo, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), centró su exposición en las consecuencias que tuvo a larga duración la Paz de Utrecht en Europa, destacando que “durante el largo proceso de negociaciones secretas, acuerdos y discusiones que tuvieron lugar antes del armisticio de agosto de 1712, se estaba de alguna manera estableciendo un nuevo mapa de relaciones, que supuso un gran éxito del mercantilismo inglés”. Asimismo, recuerda que algunas de las consecuencias han llegado a nuestros días, como es el caso del Peñón de Gibraltar, que se perdió en la Guerra de Sucesión a manos de Inglaterra. Por tanto, su intervención se puede resumir en la siguiente frase: “Para España, Utrecht fue el principio del final del Imperio”. Alianzas y Negociación Alianzas y Negociación fue la segunda mesa redonda del programa, en la que se trataron las cuestiones diplomáticas y militares durante la Guerra de Sucesión Española y sus consecuencias en el posterior equilibrio europeo. El primer ponente, Luis Ribot García, catedrático de Historia Moderna de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, comenzó su disertación hablando sobre las distintas alianzas entre países católicos y protestantes del continente para frenar el poder del monarca francés, Luis XIV, y conseguir el viejo sueño del equilibrio europeo. Se intentó buscar una solución pacífica a la Guerra de Sucesión Española. Pero la llegada de Felipe de Anjou (Felipe V) al trono, sucediendo a Carlos II, que fue aceptada por la mayoría de las Cortes europeas y por los españoles, encontró el rechazo del movimiento comandado por el archiduque Carlos de Austria. Ribot tituló su charla como La paz posible, refiriéndose al final del conflicto en 1714. A continuación, fue María Dolores Herrero Fernández-Quesada, profesora titular del Departamento de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid, la que habló de Los efectos reformadores del conflicto en las estructuras militares, haciendo hincapié en las nuevas ordenanzas en los dos bandos, la evolución de las estructuras castrenses, la disminución de cuadros de mando carismáticos, el recuerdo a unas tropas mal pagadas y que pasaban hasta hambre, el observatorio que supuso la Guerra de Sucesión para probar nuevas tácticas y estrategias militares, la creación de las bases del futuro ejército permanente, la aparición del nuevo cuerpo de la Casa Real, la profesionalización del ejército o la presencia de la figura del cadete y la del rey como mando supremo de las tropas. Finalmente, Grzegorz Bak, profesor de Lengua y Literatura Polacas en el Departamento de Filología Románica, Eslava y Lingüística General de la UCM, se explayó sobre el tema La República de las dos Naciones en el contexto geopolítico. La Gran Guerra del Norte (1700-1721), una contienda que enfrentó a Suecia con países como Polonia, Noruega, Prusia, Austria o Rusia, y en la que alguno de los contendientes, como fue el caso de Augusto II de Polonia, tomó postura clara a favor del archiduque Carlos en la Guerra de Sucesión Española. El encuentro La Paz de Utrecht: un pacto para el equilibrio europeo continuó por la tarde con la mesa redonda Las fronteras de la paz, en la que Antonio Terrasa, José Manuel de Bernardo Ares y Mauritz Ebben abordaron las cuestiones geopolíticas de la Paz. El acto finalizó con la conferencia La fiesta de la Paz. Símbolos y lenguajes en la Corte de Luis XIV, a cargo de Pierre Vivil. 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